Calderón,
el personaje al que le pagamos por simular que es el
Presidente de la República
Felipe Calderón sólo rinde cuentas a los poderosos empresarios
estadounidenses, aunque su nivel político internacional ha descendido a tal
nivel que sólo es recibido por alcaldes. El presidente de Estados Unidos, Barack
Obama, y los integrantes del gabinete ya no se toman la molestia ni de
recibirlo, le dan el trato del sirviente molesto e incompetente con el que
tienen que lidiar. Calderón tuvo que recurrir a tocar las puertas del Senado
para que lo reciba el miércoles el líder de la Cámara Alta, el demócrata Harry
Reid. En concreto, la visita del michoacano a Estados Unidos es inútil e
intrascendente y no debería realizarse si realmente se sintiera el jefe del
Estado mexicano. De su agenda, sólo tiene importancia la rendición de cuentas
que efectuó el lunes por la noche ante ejecutivos de empresas estadounidenses y
miembros de la comunidad financiera de la capital financiera internacional,
reporte que exhibe el grado de subordinación al que ha llegado ante los magnates
estadounidenses.
Hoy tan sólo el alcade de Nueva York, Michael Bloomerge le abrirá
las puertas para platicar sobre el problema migratorio, al que ha contribuido en
un grado extremo la administración calderonista al expulsar a millones de
mexicanos a territorio estadounidense a donde arriban a buscar las oportunidades
que el segundo gobierno federal panista les ha negado tajantemente. Después sólo
se dedicará a recoger papelitos sin ningún valor, como el que lo acredita como
uno de los “campeones de la tierra 2011”, emitido por el Programa de Naciones
Unidas por el Medio Ambiente; o el Premio al Liderazgo en Asuntos
Internacionales del Congressional Hispanic Leadship Instituto. También perderá
su tiempo y el dinero de los contribuyentes al participar en la reunión anual
del Consejo de las Américas, cuyo tema central es “oportunidades en las Américas
cambiantes”.
Mientras volaba hacia esos “importantes y trascendentales
compromisos”, Calderón se dedicó a la labor favorita de los integrantes de su
gabinete: twittear y se devanó los sesos para escribir cinco mensajes: “debemos
dialogar para que se expresen todos los puntos de vista, tanto en los que
estamos de acuerdo como en los que estamos en desacuerdo”; “me interesa escuchar
las razones que se plantean –como si las desconociera-, y que se conozcan las de
mi gobierno, para juntos definir lo que es mejor para el país”; “celebró la
marcha por la Marcha por la Paz, en su ánimo legítimo y justo, de poner un alto
al problema de la inseguridad” –pero no hace nada por atender sus demandas y
exigencias-; “la sociedad ya llegó a un consenso por un México seguro y en paz
–pero no lo atenderá porque- es necesario un consenso entre autoridades y
fuerzas políticas”; “propongo que como sociedad concentremos nuestra energía en
promover los cambios concretos, posibles y medibles que requiere la seguridad”,
a lo que le faltó agregar expresamente “pero García Luna no se
va”.
Ese es el personaje al que le pagamos por simular que es el
Presidente de la República.
García
Luna
es
intocable
Este lunes quedó demostrado que Felipe Calderón no responde al
clamor popular, pero si a los intereses económicos de los Estados Unidos. A las
exigencias de la sociedad mexicana en la “Marcha Nacional Por la Paz con
Justicia y Dignidad”, que el domingo pasado le demandaron un replanteamiento en
el combate militar a los cárteles, el fin de la violencia del narcotráfico y,
sobre todo, la renuncia del secretario de Seguridad Pública Genaro García Luna,
el inquilino de Los Pinos respondió con un rotundo “no”; con un espaldarazo de
la Presidencia de la República y la dirigencia nacional del PAN al cuestionado
funcionario; con falsas acusaciones de que los promotores de ese movimiento
ciudadano tienen pretensiones políticas que buscan satisfacer intereses
personales; y con el fallido intento de eludir sus responsabilidades culpando a
los otros niveles de gobierno y, sobre todo, a los gobiernos estatales y
municipales.
Ante la necedad del michoacano, de los integrantes de su gabinete,
de toda su administración, manifestada en las propias declaraciones de Calderón
en diversos actos públicos, en las reafirmaciones de Gustavo Madero y Juan
Molinar, dirigente nacional y secretario de Acción de Gobierno del PAN,
respectivamente, en las afirmaciones del tecnócrata Alejandro Poiré, secretario
técnico del Consejo de Seguridad Nacional, queda claro que García Luna es un
funcionario del calderonato “intocable”, al menos hasta el momento, que no habrá
ningún cambio en la fallida estrategia seguida hasta el momento en la “guerra
irregular” contra algunos cárteles de la droga, que el fin de la violencia del
narcotráfico no la veremos hasta después de las elecciones del 2012, es decir,
hasta que se largue Calderón, que la pila de cadáveres seguirá creciendo a
niveles insospechados y que el reguero y el lago de sangre en el interior del
país crecerá hasta convertirse en un océano; en fin, que nada cambiará hasta que
la sociedad organizada se enfrente abiertamente al actual régimen y tome
acciones como la propuesta el domingo en el zócalo: cambio radical o boicot
electoral.
La más importante de las lecturas que se tienen sobre la marcha del
domingo demandando paz, seguridad y no más sangre, gira en torno a una
transformación de fondo que, sabido es, resulta tarea imposible de realizar con
el actual gobierno y con el partido que lo representa. El llamado a “no nos
maten” y el abierto y claro señalamiento “nosotros no somos los enemigos, lo que
queremos es que nos cuiden”, revela por sí solo el grado de ineficiencia y de
irresponsabilidad con el que actúa el gobierno calderonista. Se llegó al punto
en el que la limpieza es necesaria, es imprescindible, ya no admite excusas de
ningún tipo y se presenta en todos los órdenes de gobierno porque, cada cuerpo
policíaco tiene su propia responsabilidad y debe asumirla.
Para Felipe Calderón lo más sencillo ha sido refugiarse en
Municipios y Estados para eludir su propia responsabilidad cuando está
totalmente probado que durante los 10 años de gobiernos federales panistas ha
quedado demostrado el avance de la delincuencia organizada, de los grupos
ligados al narcotráfico y de la incapacidad existente para frenar, detener, la
ola de violencia. Según lo declaró Molinar Horcasitas –que si un asomo de
vergüenza tuviera ni siquiera viviría en México ya que arrastra el crimen, la
responsabilidad directa sobre la muerte de los niños de la guardería ABC- los
gobiernos priístas son los culpables de la situación actual ya que pactaron,
acordaron con los mafiosos.
Su declaración conlleva la aceptación del fracaso de los panistas
que en toda una década no han logrado eliminar ni un solo pacto, ni un solo
acuerdo de los que dice hicieron los tricolores. ¿Se necesitan más
declaraciones para presentar a los incapaces, a los buenos para nada, que sea en
beneficio de la población o en cumplimiento de la ley o de los ordenamientos o
del juramento de velar por los ciudadanos? A la llamada de Javier Sicilia se
están sumando tanto el PRI como el PRD y es que en todos los renglones de la
sociedad impacta la partidocracia a la que nos han estado sometiendo. Vemos
aparecer la lucha electoral en todas las decisiones de primer orden que afectan
tanto en el presente como en el futuro a mediano y largo plazo y, de entre
ellas, la que conlleva que la seguridad se ha convertido en argumento para
perversiones.
Hace casi siete años Felipe Calderón se incrustó, como líder
panista, en una marcha que ya le exigía a su antecesor, al también panista
Vicente Fox, remediara el caos, la inseguridad que en esos momentos y sin tantos
miles de muertos, sin decenas de miles de huérfanos, sin los miles de hogares
enlutados, sin las familias desechas, se vivía. Ese michoacano que escuchó
tantas y tantas experiencias hoy se niega a dar entrada a los reclamos de los
ciudadanos y en su afán de protección absoluta a Genaro García Luna va
permitiendo un desgaste para su propia persona y su mandato que se antoja
totalmente inexplicable o de locura.
Porque lo que sucede en su entorno ya es del conocimiento en
Barcelona, en París, en Londres, en Berlín, Nueva York, Los Angeles, Washington,
Chicago, Houston, Seattle, Sao Paulo, Brasil, y otros localidades de países de
Centro y Sudamérica que se unieron a esta marcha, independientemente de lo
realizado en decenas de ciudades de la República Mexicana. Si a lo anterior se
le agrega que la calificación que recibe de acuerdo a las encuestas, que tanto y
tanto dinero le cuestan a los contribuyentes, lo reprueba y que a cada acción y
a cada paso van disminuyendo los puntos, la necedad de mantenerse en el manejo
de la estrategia actual y con los responsables de ella firmes es políticamente
suicida y para los demás altamente criminal. Nadie le pide que el gobierno eluda
su responsabilidad de cuidar de la seguridad de los ciudadanos, sino que lo
hagan de manera correcta.
Para la segunda oficina en importancia en el país, la Secretaría de
Gobernación, y para su titular el pirata Blacke, la seguridad es tarea de todos
y con ello “la burra vuelve al trigo”. Si se refiere a las esferas de gobierno,
la policía municipal se rige por un bando de policía y buen gobierno que dictan
los Ayuntamientos y su labor es preventiva y tienen bajo su responsabilidad a
los de tránsito y a los bomberos. Si es estatal, la función es diferente y la
responsabilidad también y la judicial está por el mismo orden. Esas tres ven y
deben resolver y prevenir los delitos del fuero común, los que se refieren al
renglón penal y particularmente de la delincuencia organizada en todas sus
facetas son federales y son estos últimos los que han regado de cadáveres al
territorio nacional.
Y, si en este renglón pretende meter a los ciudadanos, que no se le
olvide que no tenemos armas, que no hay transeúntes, ni padres de familia, ni
adolescentes, ni trabajadores, ni profesionistas, ni comerciantes, ni… ni… ni…
entrenados para matar o para enfrentar a otros grupos armados. Se respaldan en
la denuncia y también por hablar ya son muchos los muertos porque son sus
propios policías los que posteriormente ejecutan venganza contra quienes
apuntaron hacia sus socios, los mafiosos. Son tan vilmente incapaces los
panistas para gobernar que el atole ya se les hizo engrudo y no solo
bolas.
México SA
Riqueza minera: ¿para quién?
Concentración y evasión fiscal
Clase política y ventas de jabón
Carlos Fernández-Vega
En la industria minera que opera en el país sucede exactamente lo
que en otros sectores económicos: la norma es la concentración de la producción
y las ganancias en unas cuantas empresas, y la característica es el mínimo, por
no decir nulo, beneficio para la nación, propietaria de la riqueza extraída del
subsuelo. En la misma dinámica, los grandes consorcios –crecientemente
extranjeros– exigen el cumplimiento de la ley, pero son los primeros en violarla
en materia laboral y ambiental, cuando menos.
Como inquilino de Los Pinos, en 1992 Carlos Salinas de Gortari
modificó las reglas en materia minera, y en 1993 desapareció el tope al capital
privado foráneo para participar en este sector (justo antes de la entrada en
vigor del TLC); en 1996 Zedillo metió el acelerador hasta el fondo; Fox hizo lo
propio (2005) y todos, Calderón incluido, entregaron concesiones sin ton ni son
al capital privado (nacional y foráneo). Este grupo de gobernantes eliminó
impuestos a la actividad minera, y son mínimas las normas que aplica –si las
aplica– a los beneficiarios, mientras la autoridad se hace la ciega en materia
laboral, fiscal, normas de higiene, seguridad y medio
ambiente.
De ese tamaño es el éxito de la reforma a la ley minera. Pero,
¿quiénes se han quedado con los recursos mineros propiedad de la nación, y nada,
prácticamente, le regresan? De acuerdo con la estadística oficial (en este caso
de la Secretaría de Economía), las grandes empresas mineras –especialmente
canadienses– se quedan con 95 por ciento del oro mexicano; 95 por ciento de la
plata y 97 por ciento del cobre, por citar sólo algunos casos. La mediana y
pequeña minerías se reparten las migajas.
Los nombres de los grandes consorcios mineros se repiten: Gold
Corp. (Canadá); Grupo Fresnillo y Peñoles (Alberto Bailleres, líder mundial de
plata primaria, y segundo lugar nacional en oro); Minera Frisco (Carlos Slim);
Grupo México (Germán Larrea, el de Pasta de Conchos); Minera Autlán (José
Antonio Rivero Larrea); Alamos Gold (Canadá); Coeur d´Alene Mines (Estados
Unidos); Gammon Gold Resources (Canadá); New Gold (Canadá); Minefinders
Corporation (Canadá); Agnico Eagle Mines (Canadá). En ellas se queda el grueso
de la riqueza minera mexicana, y a cambio pagan –si en realidad lo hacen– cuotas
que van de 5 a 111 pesos por hectárea concesionada (más de 25 millones de
ellas), sin importar el monto ni el valor del mineral
extraído.
No es casual el resultado del informe presentado por la Familia
Pasta de Conchos (La Jornada, Patricia Muñoz): tras revisar la situación
de más de 5 mil títulos mineros entregados en la década de gobiernos panistas,
el análisis evidenció que hay un total desorden, negligencia y omisión en el
manejo de las concesiones por parte de la Secretaría de Economía. Las
concesiones se otorgan sin control, pues tal dependencia pública no verifica la
existencia de las empresas a las cuales entrega títulos de explotación; incluso
los mineros y poceros que las reciben tienen elevados adeudos con el gobierno
federal y estatal, ya que no pagan lo correspondiente a los títulos. Al menos 50
por ciento de los empresarios carecen de actas constitutivas que acrediten que
los socios inversionistas son mexicanos; sólo una décima parte está regularizada
ante el fisco. Además, estas empresas ejercen una permanente defraudación ante
el IMSS, que a su vez tolera las violaciones de los empresarios mineros y no
realiza auditorías de ningún tipo. Eso sí, la autoridad, que avala todas estas
violaciones legales, se queja en público de que no hay recursos para tal o cual
urgencia y de que el IMSS está al borde la quiebra.
En vía de mientras, la Cámara Minera de México aporta las
siguientes muestras (datos de 2009) sobre cómo les va a los grandes consorcios:
la trasnacional canadiense Goldcorp se mantiene como la principal productora de
oro, con 646 mil onzas producidas en sus cuatro unidades mineras (Los Filos, El
Sauzal, San Dimas y Peñasquito), que representa el 36 por ciento de la
producción minera en México. En 2010 habría incrementado la producción a 745 mil
onzas. También se dedica a la plata: en su unidad Tayoltita, Durango, totalizó 5
millones de onzas (154.4 toneladas). En Peñasquito, Zacatecas, sumó 2.6 millones
de onzas (80.8 toneladas)
La mina La Herradura (la más grande de oro en México), operada por
Fresnillo (Alberto Bailleres) y localizada en Caborca, Sonora, alcanzó durante
2009 un récord histórico al producir 258 mil 839 onzas (8.08 toneladas)
representando el 15 por ciento de la producción nacional, mientras la producción
de la mina La Ciénega, Durango, añadió 100 mil onzas, 3.1 toneladas. Al ritmo de
producción actual, esta mina garantiza 13.5 años de producción y La Herradura,
en Sonora, 11.9 años. En cuanto a la producción de plata, la suma da mil 178.8
toneladas. Del mismo empresario, la unidad Tizapa del Grupo Peñoles reportó una
producción de plata para 2009 de 4.08 millones de onzas (132 toneladas), lo que
representó un incremento de 38 por ciento con respecto al periodo
anterior.
En producción de oro, Frisco (Slim) reportó una producción de 97
mil 583 onzas de oro, provenientes de sus minas El Coronel y Tayahua en
Zacatecas, San Francisco en Chihuahua, y Asientos en Aguascalientes, además de 4
millones 391 mil onzas de plata. Alamos Gold (Canadá) produjo en su mina
Mulatos, Sonora, 5.55 toneladas, 18 por ciento más que en 2008. La estadunidense
Coeur d’Alene Mines obtuvo 1.8 toneladas. Gammon Gold Resources (Canadá) obtuvo
más de 4 toneladas de oro. New Gold (Canadá) se llevó casi 3 toneladas.
Minefinders Corporation (Canadá) 2.4 toneladas, y Agnico Eagle Mines (Canadá) se
quedó con 5.2 toneladas de oro y 77.7 toneladas de plata.
Germán Larrea (Grupo México) no sólo el zar del cobre (cuyo precio
se incrementó 116 por ciento en 2009) en México. Se quedó con 13 millones 872
mil onzas de plata. First Majestic Silver (Canadá) 118.1 toneladas de plata, y
Coeur d’Alene Mines (Estados Unidos) 245.7 toneladas. Y así por el estilo, sin
beneficio alguno para la nación.
Cualquier similitud con otros
sectores de la actividad económica, no es coincidencia.
Las rebanadas del pastel
Los fabricantes de jabón de tocador están de plácemes, porque sus
ventas crecen con una rapidez inaudita: inquilino de Los Pinos, gabinetazo,
voceros oficiales y oficiosos, legisladores de todos colores, partidos ídem, y,
en fin, la clase política en su conjunto, se lavan las manos sobre la creciente
violencia, su complicidad con el crimen organizado y el sostenido avance de la
inseguridad en el país. Con gobernantes así, México no requiere de enemigos… Un
abrazo para todas las jechus.
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