La telefarsa
Jenaro Villamil
Jenaro Villamil
Un día después de
que fue solicitada al presidente la renuncia de Genaro García Luna, dio inicio
en horario estelar del Canal 2, el lunes 9, la telenovela-farsa llamada El
equipo, coproducción de Televisa y la Secretaría de Seguridad Pública federal,
realizada para vanagloria de su titular, que vive viéndose en el espejo que sus
incondicionales y el propio Calderón le ponen enfrente...
Acostumbrado a las
“recreaciones” televisivas de detenciones de presuntos secuestradores –como en
el caso de Florence Cassez– o a transformar la captura de capos del
narcotráfico en reality shows –como con Édgar Valdez Villarreal La Barbie–, el
secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, inauguró el género del
infomercial telenovelero con su apoyo financiero a la serie El equipo,
producida por Pedro Torres y transmitida desde el lunes 9 en el horario estelar
del Canal 2 de Televisa.
El costo de ese
programa de ficción que trata del trabajo de cuatro agentes del Grupo Especial
de Combate al Crimen Organizado (Grecco) no ha sido revelado por Televisa ni
por la Policía Federal. Reportes extraoficiales de la Secretaría de Seguridad
Pública (SSP) obtenidos por Proceso indican que la dependencia invirtió cerca
de 150 millones de pesos en esa teleserie.
Además la SSP
autorizó la utilización de armamento, helicópteros, equipo y personal de la
dependencia que actúa como extra y permitió la grabación dentro de las
instalaciones del Centro de Mando de la Policía Federal (PF) en Iztapalapa y en
el búnker subterráneo de su Centro de Inteligencia en la avenida
Constituyentes.
Este uso de una
infraestructura destinada originalmente a combatir el crimen organizado generó
una polémica en los medios y en el Congreso, pocos días después de que el
escritor Javier Sicilia pidiera la renuncia de Genaro García Luna como señal de
que Felipe Calderón es sensible a los reclamos de los ciudadanos que piden una
modificación de la estrategia de guerra contra el narcotráfico.
En sentido contrario
a estas demandas, la serie glorifica el trabajo de un equipo de élite de la PF
que se enfrenta con eficacia y una rapidez inusitada a capos del narcotráfico
que aparecen caricaturizados como tontos, rijosos y descuidados.
Violación a leyes
del servicio
público
público
Para la diputada
federal perredista Leticia Quezada hay varias violaciones a la normatividad de
la PF, especialmente al artículo 47 de la Ley de Responsabilidades de los
Servidores Públicos que establece la prohibición de utilizar recursos e infraestructura
para fines distintos a su función pública.
Quezada también
considera que existe un gran dispendio al tratar de “gastar el presupuesto de
la Secretaría de Seguridad Pública en lavar la imagen de los policías
federales. Es darle atole con el dedo a los ciudadanos”.
En 2011, el
presupuesto de la SSP se incrementó 25% en relación con 2010, al sumar 49 mil
346.3 millones de pesos, el incremento más grande frente a la Procuraduría
General de la República (PGR) y las secretarías de la Defensa y de Marina.
De 2008 a la fecha,
el presupuesto de la SSP se ha duplicado, mientras que el de la PGR ha
disminuido sustancialmente, a tal grado que el costo promedio por
averiguaciones previas iniciadas por la PGR disminuyó 18.3% al pasar de 73 mil
700 a 60 mil 200 pesos por cada una entre 2006 y 2009, y sólo una de cada 10
averiguaciones previas recibe sentencia, según el estudio de la Auditoría
Superior de la Federación.
A pesar del
incremento de casi 100 por ciento en el presupuesto de la SSP en los últimos
tres años, el índice de delitos no ha disminuido. Sólo entre 2006 y 2009 el
secuestro se incrementó 83.3% al pasar de 0.6 casos a 1.1 por cada 100 mil
habitantes, según datos ofrecidos por la diputada Quezada.
La legisladora
perredista prepara un punto de acuerdo ante la Junta de Coordinación Política
de la Cámara de Diputados para solicitar la comparecencia de García Luna y para
que se forme una comisión que investigue la utilización de los recursos y
audite el presupuesto del área de Comunicación Social de la SSP.
–¿Por qué este
descontento si algunos argumentan que es común que en otras partes del mundo,
como Estados Unidos, se usen instalaciones militares o policiacas para
glorificar la labor de los agentes de seguridad? –se le pregunta a la diputada.
–La realidad de
México no es la misma que la de Estados Unidos o de otras partes del mundo.
Aquí existe una desviación de recursos que deberían usarse para combatir el
crimen organizado. Aquí hay un engaño al crear un estereotipo de una policía
que no es bien vista por la población. En otras partes del mundo no tienen
tantísimos muertos como nosotros y nunca se dan a conocer estrategias de combate
al crimen que son consideradas de seguridad nacional.
–¿Tienen información
del costo de esta superproducción?
–No. Por eso
presenté una denuncia contra Genaro García Luna ante la Secretaría de la
Función Pública. El convenio firmado entre la SSP y Televisa debe darse a
conocer. El uso de toda la infraestructura y de las armas que aparecen en la
serie debe estar reglamentado.
En su defensa, el
productor Pedro Torres afirmó el jueves 12 que la grabación de la serie se hizo
“dentro de los tiempos de ellos (de los policías), de entrenamiento y de
operativos. No se hizo uso de ningún equipamiento fuera de los horarios
normales. Lo que se ve de los helicópteros son vuelos reales, los filmamos
cuando despegaban”.
En declaraciones a
redes sociales, divulgadas por distintos medios, Torres aceptó que la serie El
equipo enaltece las labores de la PF, pero es justificable dado “el momento por
el que estamos pasando”.
“Es necesario tener
diferentes puntos de vista, como el de la policía. Cómo son, cómo viven su parte
personal. Aunque también saldrán policías corruptos que traicionan y filtran
información”, aclaró quien también produjo los programas Big brother y Mujeres
asesinas y los spots del quinto informe de gobierno de Enrique Peña Nieto.
El costo de la
grabación y transmisión de los spots de 43 segundos de Peña Nieto fue de 92
millones de pesos (Proceso 1766).
Bajo “rating”
El soundtrack de la
serie es muy similar al de la película Piratas del Caribe; el fotograma muestra
a cuatro jóvenes agentes que caminan sobre un fondo oscuro, con un cielo
nublado que anuncia tormenta. Las imágenes y el guión son muy similares a otra
serie policiaca, Brigada A, producida por Hispano Fox Film.
Según el video
promocional en YouTube, Brigada A es la historia de “los cuatro mejores hombres
del ejército norteamericano que fueron acusados por delitos que no cometieron.
Ahora sobreviven como soldados de la fortuna”; es decir, gatilleros a sueldo.
Originalmente la
serie mexicana se llamaría El Grecco, acrónimo del Grupo Especial de Combate al
Crimen Organizado. En una conferencia divulgada en Twitter, Pedro Torres
admitió que después de consultas con focus group decidieron que el título fuera
El equipo.
Todavía hay una
página de seguidores en Facebook llamada “El GreccoTV” donde aparecen algunos
avances de la grabación de la serie. Y en varias fotografías se ve el
despliegue de cámaras en las instalaciones del búnker y del Centro de Mando de
la PF.
“Me gusta más El
Grecco”, admite Pedro Torres, sentado frente a una twitcam junto con Alfonso
Herrera, exintegrante del grupo musical RBD y quien protagoniza a Fermín, uno
de los héroes de la serie.
Fermín es un “joven
inquieto y preocupado por la justicia que se rebela a su padre, un general del
ejército, reacio a que su hijo se integre” a la PF.
Otro personaje,
Magda, interpretado por Zuria Vega, es una joven de cuerpo espectacular que
también se opone a su padre, un abogado acaudalado que tiene vínculos con el
crimen organizado. Magda decide unirse a este grupo cuyo lema es “ellos saben
que el bien vence al mal”.
Un protagonista más
de El equipo, Santiago, interpretado por Alberto Estrella, es un agente
experimentado, al parecer con problemas de alcoholismo, que se enfrenta a tiros
con sicarios de Tijuana y milagrosamente sale ileso.
La serie menciona a
un Raúl Arenal Fuentes –cuyas iniciales son iguales a las de Ramón Arellano
Félix– que es enfrentado y detenido por los agentes de la PF. También se le
atribuye a la policía la detención de Benjamín Arellano Félix, cuando en la
realidad su captura fue obra de los Grupos Aeromóviles de Fuerzas Especiales
(Gafes), del Ejército.
–¿Cómo te sientes
con este proyecto? –le pregunta una voz en off a Alfonso Herrera en el
promocional de Twitcam.
–Es peculiar, es
complicado interpretar a Fermín, pero estoy muy contento con el proyecto
–responde el actor sin mucho entusiasmo.
El primer capítulo
de El equipo, transmitido el lunes 9, tuvo un rating de 17.5 puntos (alrededor
de 9 millones de televidentes), menor que los 23.9 puntos (poco más de 12
millones de televidentes) que tenía la telenovela El triunfo del amor que se
transmitía en ese mismo horario, las 10 de la noche, en el Canal 2.
Los 17.5 puntos
están por debajo del rating promedio de las telenovelas del Canal 2. El share,
índice de aparatos que sintonizan ese programa, también fue muy bajo para las
expectativas y el horario: 32.5 frente a los 41 puntos que tenía la telenovela
anterior, según datos publicados por La Jornada el 11 de mayo, basándose en el
registro del IBOPE (Instituto Brasileño de Opinión Pública y Estadística).
El slogan de El
equipo no deja lugar a dudas de que se trata de una producción para documentar
la versión heroica que Felipe Calderón y Genaro García Luna quisieran que
prevaleciera en la guerra contra el crimen organizado: “Ellos saben que el bien
vence al mal”.
La teleserie se
estrenó dos meses después de que Televisa promovió el Acuerdo para la Cobertura
Informativa contra la Violencia y poco después de la polémica generada por la
transmisión de la serie La Reina del Pacífico, basada en la novela del español
Arturo Pérez Reverte, transmitida en Canal 9 y producida por Telemundo.
La Reina del
Pacífico, protagonizada por Kate del Castillo, también ha sido objeto de debate.
El subsecretario de Normatividad de Medios de la Secretaría de Gobernación,
Héctor Villarreal, consideró que era “incongruente” la transmisión de esa serie
porque hace apología a la forma de vida de los narcotraficantes.
Otras versiones que
han circulado en las redes sociales aseguran que se han censurado partes de la
serie e, incluso, el final, para darle una connotación distinta. Se cortaron
escenas de corte lésbico entre las dos protagonistas de la adaptación
dramatizada: Kate del Castillo, que interpreta a Teresa Mendoza, La Reina del
Pacífico, y Cristina Urgel, actriz española que interpreta a Patricia
O’Farrell.
En su cuenta de
Twitter, Kate del Castillo admitió que hubo partes cortadas: “Gracias a todos
por su apoyo, me parece importantísimo que nos expresemos! No me gusta que vean
nuestro trabajo a medias”.
Infomerciales y
“advertainment”
Pedro Torres, famoso
desde 2001 por adaptar para México el reality Big brother de la empresa Endemol
en sociedad con Televisa, se ha transformado en los últimos años en el
principal artífice de los spots e infomerciales que promueve la empresa de
Emilio Azcárraga Jean, especialmente entre los gobiernos de los estados y las
dependencias federales.
Pedro Torres
Castilla, accionista principal y administrador único de empresas como
Videomates, The Mates, Filmmates e incluso una inmobiliaria denominada Bezares,
ha trabajado con Alejandro Quintero, socio de TV Promo y vicepresidente de
Comercialización de Televisa, especialmente desde que en 2005 se asociaron para
promover la figura de Enrique Peña Nieto.
Entre ambos han
promovido la comercialización de los espacios de entretenimiento y de
información de Televisa para promover figuras políticas, desde el presidente de
la República hasta los gobernadores de todos los partidos, con estrategias de
publicidad integrada, “desplazamiento de productos” y advertainment.
El advertainment
(neologismo inglés que significa entretenimiento con publicidad) es el género
híbrido de la televisión comercial que mezcla propaganda no explícita con los
géneros del entretenimiento: concursos, telenovelas, programas de variedades,
etcétera. Los infomerciales son otros subproductos creados para difundir como
nota informativa o entrevista lo que en realidad es publicidad pagada.
Torres fue el productor
de los spots Estrellas del Bicentenario, transmitidas por Televisa durante
2010, con cargo a los gobiernos de Chihuahua, Tamaulipas, Veracruz, Oaxaca,
Sinaloa y Yucatán, entre otros, para promover las “bellezas naturales” de cada
entidad.
Con Peña Nieto ha
trabajado lo mismo para “producir” sus últimos informes de gobierno,
desplazando a la propia infraestructura de Televisión Mexiquense, que para
promover su romance con la actriz Angélica Rivera, La Gaviota, incluyendo su
visita al Vaticano.
En julio de 2009, el
entonces gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, actual presidente nacional
del PRI, le entregó la presea Saltillo 2009 a Pedro Torres por ser un
“saltillense imprescindible” y ordenó que una calle llevara el nombre del
productor de Televisa.
Su vínculo con la
empresa de Azcárraga Jean se fortaleció cuando en noviembre de 2001 fue
designado apoderado de la sociedad Endemol México para producir “programas de
televisión a nivel nacional e internacional, a través de licencias incluyendo
sin limitación la distribución de programación para la televisión restringida y
la prestación de toda clase de servicios relacionados con internet”, tal como
consta en el folio 281570 del Registro Público de la Propiedad.
Los consejeros
propietarios de Endemol México son Goes Ronald, Alex Oostvogel, así como José
Bastón Patiño y Alfonso de Angoitia, vicepresidentes de Programación y
Ejecutivo de Televisa, respectivamente.
Las distintas
empresas propiedad de Pedro Torres tienen como objetivo la “producción, exportación,
importación de películas y videotapes, comerciales, producción de videoclips,
musicales, internet, posproducción, medios audiovisuales del futuro y
documentales en general”.
Desde mayo de 2001,
Torres también es accionista y administrador único de Inmobiliaria Bezares,
dedicada a “la realización de todo tipo de obras y supervisión de las mismas,
sean públicas o privadas, relacionadas con la construcción, conservación,
reparación o demolición de inmuebles, los trabajos de planeación, diseño,
exploración, localización y perforación conducentes”, según el folio 275918 del
Registro Público de la Propiedad.
LA FRONTERA COMO ZONA DE BATALLA.
Autor: Jorge Luis Sierra
La política antinarcóticos del gobierno actual ha
convertido a la frontera México- Estados Unidos en una zona de guerra. Las
batallas son cruentas, las armas son de carácter militar, las bajas se cuentan
por decenas de miles y las víctimas inocentes, no combatientes, se han
multiplicado.
La cantidad de mexicanos involucrados en el
conflicto armado es enorme. Casi 1 millón de personas están participando de las
hostilidades armadas. Unas 550 mil forman parte de las Fuerzas Armadas y de las
corporaciones federales, estatales y municipales de policía, y el resto lo
integran personas que trabajan para los narcotraficantes.
A pesar de la fuerza empleada para reducir o
terminar con las bandas de narcotraficantes, la guerra no parece tener ni fin
ni victoria. Es cierto que han sido arrestados o asesinados líderes del
narcotráfico, sicarios importantes, pero también lo es que esas bajas han sido
reemplazadas y que el comercio ilegal de drogas sigue casi igual, sin grandes
alteraciones en la oferta y la demanda.
¿Qué sentido tiene entonces librar una guerra que
multiplica las bajas de ambos lados, afecta a grandes sectores de la población
y que, además, carece de un sentido claro de victoria? Esta pregunta no parece
tener eco en las filas gubernamentales, cuyos líderes han decidido librar la
guerra enfrentando a las Fuerzas Armadas con los grupos de la delincuencia
organizada, en una violencia que afecta al menos a 11 de las 14 ciudades
hermanas ubicadas en esta línea fronteriza de aproximadamente 3 mil kilómetros
de longitud.
La mayor parte de las más de 34 mil víctimas
mortales de ese conflicto armado se ubica en esa zona, alterando la vida de una
población que, paradójicamente, crece con rapidez y podría llegar en unos años
a 24 millones de habitantes en ambos lados de la frontera.
La dimensión de la violencia ha puesto en estado de
alerta tanto al gobierno federal como a las autoridades estatales de
California, Arizona, Nuevo México y Texas que temen la dispersión de la
violencia en su territorio y la corrupción de sus propias agencias policiales.
Estados Unidos ha desplegado a más tropas de la Guardia Nacional y a pequeñas
unidades de fuerzas especiales que han llegado en forma discreta a las
poblaciones fronterizas más afectadas por la violencia.
En el lado mexicano, las policías de Baja
California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas están
gravemente infectadas por el narcotráfico, lo que impide la rápida
desmilitarización del conflicto. A la presencia tradicional del Ejército en la
zona fronteriza, ahora se suman los grandes contingentes de soldados y de
marinos movilizados intermitentemente a los puntos donde brotan los incidentes
de violencia.
La dimensión de las hostilidades armadas también es
proporcional al carácter estratégico de la infraestructura económica y
comercial comprometida. Unos 350 millones de personas cruzan esa frontera cada
año desde México y, según las autoridades estadunidenses, el número de camiones
de carga que cruza anualmente desde México a Estados Unidos supera 4.5
millones.
El punto más importante es el cruce Nuevo
Laredo-Laredo. Tan sólo para dar un ejemplo de la cantidad de tráfico
comercial, legal o ilegal, que ocurre en ese punto específico de la frontera,
cada día 4 mil 800 camiones de carga cruzan el puente internacional de estas
ciudades hermanas localizadas en la parte Sur de la frontera entre Texas y
Tamaulipas. Este cruce concentra el 60 por ciento del total de tráfico de carga
entre México y Estados Unidos.
Para la delincuencia organizada, la importancia de
ese punto geográfico y económico es muy alta, pues a pesar de la modernización
tecnológica de las aduanas en ambos sentidos, aparentemente no hay capacidad,
ni humana ni material, para revisar toda la carga que cruza día con día.
Por esa razón, Laredo-Nuevo Laredo es un sitio
estratégico para los negocios de la delincuencia organizada y es un espacio
donde se confrontan los grandes cárteles que están alterando la vida de esta
región fronteriza: los cárteles del Golfo, de Sinaloa, la Familia y Los Zetas.
Una situación parecida ocurre con los otros dos puntos fundamentales del
funcionamiento de la frontera: Tijuana-San Diego y Ciudad Juárez-El Paso.
El resto de la frontera es desértico y,
prácticamente, tierra de nadie. Ahí está ubicado el macrodesierto de Sonora,
que abarca 360 mil kilómetros cuadrados de Sonora, California y Arizona. El
clima inhóspito en la región ha sido letal para más de 5 mil inmigrantes que
han perecido de deshidratación al tratar de cruzar la frontera. Para librar la
batalla en mejores condiciones, Estados Unidos decidió cerrar con muros el
cruce por las zonas urbanas de la frontera y desviar la inmigración
indocumentada hacia las zonas desérticas de Arizona y las áridas montañas de
Nuevo México. El narcotráfico, por supuesto, no se vio disminuido, pero las
condiciones de riesgo para los indocumentados alcanzaron su nivel más extremo.
El abandono gubernamental en ambos lados de la
frontera ha facilitado que ésta sea una región propicia para el reclutamiento
de sicarios y empleados del narcotráfico. La población fronteriza es
fundamentalmente pobre. Su nivel de ingreso es semejante a las regiones más
precarias de América Latina y algunas zonas del mapa económico de la frontera
muestran ingresos per cápita menores a 7 mil 800 dólares anuales.
Aunque la frontera común sea una prioridad en
materia de seguridad nacional para ambos países, el gasto en infraestructura
social no corresponde con ese nivel de importancia. La población fronteriza del
lado de Estados Unidos recibe la menor ayuda financiera federal y es la región
con más incidencia de tuberculosis y muerte por hepatitis.
La población más desfavorecida del lado
estadunidense vive en unas 1 mil 200 colonias de Texas, Nuevo México y Arizona,
que son subdivisiones no incorporadas a gobiernos municipales construidas en
zonas rurales con alto riesgo de inundación y sin sistemas de drenaje ni agua
potable. Ahí viven unas 300 mil personas expuestas a la presión de pandillas y
narcotraficantes que han establecido ahí casas de seguridad, almacenes de
drogas y resguardo de indocumentados.
¿Cuál ha sido el impacto social y económico de este
conflicto armado? Aún no existe una evaluación creíble y efectiva. Algunos
indicios apuntan un impacto perjudicial creciente. En Ciudad Juárez, las
autoridades han informado del cierre de 10 mil negocios en los últimos meses y
de la pérdida de 100 mil empleos y 450 millones de pesos de inversión no
obtenida. Los grupos internacionales de protección de desplazados afirman que
unos 250 mil mexicanos han sido desplazados. La mitad de ellos se ha refugiado
en Estados Unidos y la otra se ha dispersado por otras partes del territorio
mexicano.
¿Cuál será el límite en bajas humanas y daños
económicos, sociales y materiales? Tampoco lo sabemos. El gobierno actual
insiste en que la estrategia seguida es la adecuada y en que la acción militar
y policial contra los narcotraficantes no es la causante de la violencia
observada. Esa posición nos dice que México vivirá todavía más años de
conflicto armado. Porque esto, pese al discurso gubernamental, es una guerra en
todas sus dimensiones.
*Especialista en Fuerzas Armadas y seguridad
nacional; egresado del Centro Hemisférico de Estudios de la Defensa, de la
Universidad de la Defensa Nacional en Washington
En Juárez concluimos que no
existe diferencia entre crimen organizado y fuerzas federales
Activista
ve paralelismo entre la guerra contra
el
terrorismo de EU y la de Los Pinos
David Carrizales
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 15 de mayo de 2011, p. 8
Domingo 15 de mayo de 2011, p. 8
Monterrey, NL, 14 de mayo. La guerra contra el
narcotráfico ha logrado que la sociedad proteste porque su vida está en
peligro, en lugar de hacerlo por los más de 50 millones de pobres, los despidos
masivos de trabajadores, la contrarreforma laboral y la destrucción de
sindicatos, puntualizó Julián Contreras Álvarez, representante del Frente
Plural Ciudadano de Ciudad Juárez, durante el foro Militarización y violencia
en México.
Contreras Álvarez consideró que para entender la
situación de extrema violencia que vive el país es necesario echar una mirada
al contexto global, ya que Estados Unidos, después de los atentados del 11 de
septiembre de 2001, inició una estrategia de guerras preventivas contra el
terrorismo.
Con el argumento de evitar nuevos ataques contra su
seguridad nacional, el vecino país emprendió reformas que culminaron con la Ley
Patriótica, que implicó la anulación de los derechos civiles de los
estadunidenses, y que ahora en México, con el pretexto de enfrentar al
narcotráfico, el gobierno de Felipe Calderón impulsa una reforma similar bajo
el nombre de Ley de Seguridad Nacional, expresó el activista.
El Plan Mérida y la guerra contra el narcotráfico
emprendida por Calderón Hinojosa forman parte de la política de seguridad
nacional de Estados Unidos, pero el pretexto de la iniciativa es ayudar a
México a enfrentar al crimen organizado, cuando son los estadunidenses los
principales consumidores.
La estrategia se da en el contexto de la peor crisis
económica internacional desde la gran depresión, pues ante la inestabilidad y
el descontento social en distintos puntos del planeta, es prioridad para la
seguridad de Estados Unidos tener el control mediante una política de terror
contra la población para evitar que la gente proteste por cuestiones que en
otras condiciones lo haría.
La lógica de la guerra, señaló Contreras, alimenta la
violencia y una estrategia de metralletas en las calles beneficia a la
industria militar, a la industria de la seguridad y a quien tal parece que le
sale más barato matar pobres que acabar con la pobreza.
Contreras Álvarez compartió sus experiencias y refirió
que el Frente Plural Ciudadano de Ciudad Juárez surgió hace tres años y medio
para oponerse a la militarización que se inició entonces, porque en la historia
de la humanidad no hay ningún caso en que a la sociedad le haya ido bien cuando
los ejércitos son sacados de los cuarteles para hacer funciones policiacas.
En el caso de Ciudad Juárez –prosiguió– con la
militarización empezamos a ver que la gente moría ejecutada sin
defenderse; esto echa por tierra cualquier lógica de guerra, donde ambos bandos
se disparan. “Empezamos a documentar la presencia de escuadrones de
paramilitares que actuaban con total impunidad, protegidos por fuerzas
militares y federales para cometer masacres como la de Salvárcar.
Participación federal
También fuimos demostrando la participación de fuerzas
policiacas federales y militares en extorsiones, secuestros, robos y cateos
ilegales, amedrentamiento de la población, desplazamientos, desapariciones
forzadas y otras prácticas.
En Ciudad Juárez “hemos llegado a la conclusión de que
la diferencia entre el crimen organizado y las fuerzas federales no existe,
sino que forma parte de una misma política de terror contra la población.
No podemos negar que exista la posibilidad de que
estemos viviendo eso que decían los propagandistas nazis: repetir una mentira
muchas veces hasta que crean que es verdad. No vaya a ser que también aquí la
gente crea que se está en una guerra contra el narcotráfico y no hay tal.
El activista concluyó: Valdría el ejemplo del circo
romano para ilustrar esta guerra. Los que mueren en la arena, mueren realmente,
se desangran en combate, pero eso no significa que para los que estén en las
gradas deje de ser un espectáculo macabro, sangriento.
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