A ti Felipe Calderón
Elizabeth Flores
@Majhadera
2011-05-05
2011-05-05
En respuesta a tu mensaje difundido el 4 de mayo de 2011, la noche previa a la salida del contingente encabezado por Javier Sicilia de Cuernavaca, Morelos.
Liga aquí http://youtu.be/iK0fAG72Jl8
Que sin conocer al grueso de la población, has decidido hablarnos de tu y en reciprocidad, porque has insinuado que no soy una mexicana de bien, haré lo mismo y sin respeto alguno.
Que por si no te has dado cuenta, el país no solo ha sido testigo en las últimas semanas de una serie de “indignantes actos criminales”, tu gobierno ilegitimo inició esta tendencia y nuestras enérgicas condenas han estado presentes desde entonces, sin embrago no han sido escuchadas, y lo sabes. Prueba de esto es que haces gala en horario estelar de un ejercicio usurpado.
Te recuerdo que el cobarde asesinato, como le llamas, de decenas de personas en San Fernando, Tamaulipas, no es el único que tiene de luto al país. Lo que tiene de luto al país son los 40 mil daños colaterales -como también les llamaste alguna vez- víctimas de la guerra, que después dijiste que no era tal, contra el narcotráfico. Eso es (in)decisión de Estado.
Entiende, no estamos lastimados ni entristecidos, estamos hasta la madre. Sabes muy bien, aunque sea como rumor, que muchos han decidido salir del país en busca de mejores opciones, encontrando en su camino a la frontera con Estados Unidos un trágico final. Y seguro también has escuchado por ahí que madres como Marisela Escobedo han perdido la vida exigiendo justicia por sus hijos desaparecidos; familias enteras como la Reyes Salazar han sido amedrentadas y exterminadas, aun cuando han solicitado dialogar contigo; o que activistas sociales como Susana Chávez y Quetzalcóatl Leija Herrera son asesinados por exigir respeto a derechos humanos e impartición de justicia. Pero seguro, lo que no sabes, porque no lo mencionaste en tu mensaje en cadena nacional, es que tenemos personas trabajando en condiciones infrahumanas en “pocitos” y minas sin supervisión, y que desde la tragedia en Pasta de Conchos, 47 mineros han perecido; ¿Te suena a algo Pasta de Conchos? unos mineros a lo que nadie quiso salvar y que desde el minuto uno los medios convirtieron una mina en cementerio ¿ya recordaste? Sí, estamos hasta la madre pero de que no exista voluntad política de reconocer errores y eliminar los negocios personales que existen en el gobierno federal.
A ti Felipe Calderón,
Que te apropias del “artero asesinato” de siete jóvenes en Temixco, Morelos, cuando has negado a 7.5 millones de ninis (jóvenes que ni estudian ni trabajan) en todo el país. Cifra que has manipulado y reducido a 285 mil, dejando entrever no solo la conducta misógina de tu gobierno, sino también la desigualdad de género que promueves con ayuda del duopolio mediático, Televisa y TVAzteca. 7.5 millones de sueños y vidas estancadas en la desesperación y violencia que emanan de la pobreza ¿Cuánto tiempo crees que tomará resarcir esas vidas? Seguro ni te interesa, tu solo crees estar de paso, como muchos. Esto es lo que espero, sacuda la conciencia de la sociedad.
Dices que “hay que redoblar el esfuerzo” porque “ellos” van a secuestrar, extorsionar y matar por todo el país, te pregunto ¿acaso “ellos” son una fuerza incontrolable, omnipresente y omnipotente? ¿De qué ha servido generar tanto miedo si aún no puedes ponerles ni nombre? Te recuerdo que debido a lo que hemos visto, podemos identificar a dos tipos de “gavillas de criminales”: “ellos” y los uniformados.
Hoy pides mi comprensión y apoyo, pero después de que le pegaron a mi padre con una piedra en la cabeza para quitarle su vehículo y medio de trabajo, te digo que no, te digo que ya basta de la deshumanización que promueves, donde a las personas que has dejado sin trabajo no les dejas opciones, y la más fácil es lastimar a otros, y de la manera más salvaje. Que si bien he sentido solidaridad y empatía con las víctimas y las causas que buscan la justicia y la paz en mi país, te digo que el atentado en contra de un hombre que ha trabajado toda su vida de manera honesta, ha sido la gota que derramó mi vaso.
Tu determinación en “actuar y seguirlo haciendo” es enfermiza, dilapidando las reputaciones del ejército y la marina nacional, añadiéndole tu comando especial, tus soldados de juguete, llamados policía federal, donde la lealtad, la disciplina y la fuerza que ensalzas han quedado en tela de juicio por las cifras e historias de deserción; cinco mil, número constante aún con la rotación habitual de los agrupamientos, son los agentes que se han ido por el desaliento ante los actos de traición por parte de sus jefes y que por miedo han dejado sus pertenencias, sus uniformes y sus cosas por temor a una ofensiva por parte de altos mandos y/o sicarios. E insistes con el mando único policial, para uniformar al país de sangre. Entiende, queremos un cambio de estrategia.
Te sostengo que crímenes cobardes, solo los intentos por desinformar y confundir a la población ¿acaso creíste que siete minutos con diecisiete segundos nos haría olvidar a todos nuestros hombres y mujeres que ya no están con nosotros? O insinuar que la Marcha Nacional convocada para el domingo 8 de mayo, día en el que llega el contingente encabezado por Javier Sicilia desde Cuernavaca a la ciudad de México y a la que se han sumado voces libres de todos los estados del país, era ¿una salida falsa? Tu miedo hacia nosotros, la sociedad en constante comunicación por medios alternativos, con organización independiente y con valor y esperanza hacia el futuro, es más grande de lo que has querido hacernos creer, y también lo sabes.
A ti Felipe Calderón,
Te aviso y refuto: soy una mexicana de bien, no estoy con el narco, ni con los gobiernos que lo protegen, ni con quienes no escuchan a las víctimas de la violencia. Y tampoco soy tu amiga.
El veneno de Calderón, los venezolanos y Manuel Espino
Gustavo Sánchez
@gust_sanchez
2011-05-05
2011-05-05
Hace unos días llegó a mis manos un ejemplar de la revista PROCESO, que se publicó unos cuantos días después de la elección del 2 de julio del 2006. La portada fue titulada “Elección envenenada”; partida a la mitad, arriba los “panistas” celebrando el triunfo, abajo, los obradoristas exigiendo “No al pinche fraude”.
No veo nada “mezquino” en ese tipo de periodismo, como muchos lo tachan, en este caso por apoyar a sobremanera a Andrés Manuel López Obrador.
Pero mi mirada no es importante. Son los ojos de la conciencia los que ven con razón.
En pleno 2011, no es ningún secreto que PROCESO, LA JORNADA, SDPnoticias.com, así como una de las grandes periodistas de este país, Carmen Aristegui, ejercen un periodismo militante. Y hoy por hoy, todos están atentos de los pasos del mayor líder que tiene la izquierda mexicana, después del ¿triunfo? –“haiga sido como haiga sido”- de Felipe Calderón, un gris personaje que basó su campaña en el ataque y ahora es Presidente de México. De todo México.
Tampoco es ningún secreto que el político tabasqueño será candidato a la Presidencia en el 2012. Volverá a intentarlo. Y con él, miles. No sé cuántos.
Ahora que vienen elecciones –qué lugar tan común en México- caigo en cuenta que el “envenenamiento” está presente.
Es precisamente ese veneno, el que muchos confunden.
Un veneno que en demasiados escurre. O algunos lo tienen y ni en cuenta.
Sostengo: no, el veneno no está en la izquierda.
Mientras unos ven una izquierda rabiosa, radical, yo veo una izquierda harta, hasta la madre –como Javier Sicilia-, cansada, vejada, pobre –económicamente hablando…
Y mientras unos ven seriedad y fama en periodistas como Adela Micha, Joaquín López Dóriga, Pedro Ferriz de Con, yo veo a un Estado detrás, utilizando a sus lavadoras de imagen –“lavadoras de dos patas”, dixit Vicente Fox. Y el que paga manda, y al que se le paga, habla. Con razón o sin ella. Qué chingados importa.
Pero en la izquierda ya están cansados de tantas calumnias. Sin embargo, del otro lado, no se han cansado de inyectar veneno.
En lo personal, me enoja, y mucho, una mentira. Personalmente, es lo que más me hiere al haberla permitido y, luego, descubierto. Más eso no quiere decir que no las diga. Pero hay niveles. Y en mis mentiras, no hay veneno.
Una clase de veneno surtió efecto en las elecciones del 2006. Empero, hoy, los envenenados están curados. Incluso, los veo más dispuestos que nunca a sufrir calamidades, no por masoquismo, sino para luchar contra ellas, sobre todo porque ya conocen a los guerreros y a los caníbales de los juegos por el poder.
Del veneno esparcido por la televisión en 2006, queda apenas el olor rancio de esa sustancia, en una izquierda que predica con su conciencia.
Saben perfectamente quién es, dónde vive y el discurso del hombre que, en la realidad, se convirtió en un “peligro para México”.
Saben perfectamente que no pueden quitarles sus espacios a los periodistas, nada más porque en Los Pinos no gustan sus comentarios.
Saben que pueden dudar sobre la salud de cualquiera.
Saben perfectamente que pueden salir a las calles -o ya mínimo enviar un tweet a quien corresponda-, para reclamar lo que no les gusta: con motivos que van desde la extinción de una empresa, hasta el hartazgo por una guerra que desconozco quién pidió.
Ahora, ninguna persona que simpatice o que esté identificada con Andrés Manuel López Obrador está para soportar más veneno. Y estoy seguro que les van a escupir en la cara las veces que intenten inyectarlo.
Ya sea con sus segundos pisos, sus billetes de a veinte devaluados, sus Chávez amigos, sus venezolanos enviados a las protestas en los campamentos de Paseo de la Reforma, y mierda y media.
Por ello, don Federico Arreola se paró y se fue de un seudo debate con Manuel Espino – a quien ya desconozco-, organizado en la Fes Acatlán, con una seudo moderadora, que no moderó ni su propia boca.
No fue tanto un berrinche de un polémico periodista. Está cansado de tanto veneno. Él y muchos otros.
Yo lo entiendo.
Algunos lo entendemos.
Un abrazo.
Por la tangente.-
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