Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

miércoles, 10 de julio de 2013

#BastaDeGóngoras- Atractivos del pentecostalismo- Involución emocional del ser humano

#BastaDeGóngoras
Claudio Lomnitz
Hace ya cerca de un siglo, el antropólogo francés Marcel Mauss acuñó el concepto de hecho social total para referirse a prácticas sociales que tienen la propiedad de reunir en sí mismas a las instituciones principales de una sociedad. Así, un hecho social total sería a la vez un fenómeno jurídico, económico, religioso, estético, etcétera. El ejemplo clásico de hecho social total, desarrollado por el propio Mauss, es el del don, es decir, la práctica social de dar y recibir obsequios, costumbre que está en la base misma de la sociabilidad humana. Los hechos sociales totales serían, entonces, prácticas que condensan todo un entramado de poder, de afectos y de costumbres.
 
Lo interesante del concepto es que sirve también para identificar prácticas que están cargadas de negatividad, es decir, existen hechos sociales totales que son rechazados en el plano normativo. La brujería sería un ejemplo. La corrupción sería otro. En ambos casos se trata de prácticas que reúnen las instituciones sociales al modo descrito por Mauss (reúnen lo económico, lo jurídico, lo estético, la moral religiosa, etcétera), pero que se nutren de esas instituciones para generar un valor negativo, algo que consume a la sociedad, en lugar de nutrirla. Así, la corrupción (cuya etimología significa romper juntos) se alimenta de las instituciones sociales para extraer provecho particular de normas que supuestamente están hechas por y para el bien público.

El escándalo reciente del ministro de la Suprema Corte Genaro Góngora ha puesto en la mira pública un hecho social total que está cargado justamente de esta clase de negatividad. ¿Por qué? Se trata, en primer lugar, de la utilización de una ideología de complementariedad en la relación de pareja hombre/mujer para construir un poder absoluto del hombre por encima de la mujer (al grado de privar a la mujer de su libertad, en el caso de Góngora). Se trata, también, de la utilización de las instituciones de la dependencia económica de hijos en los padres para ganar un poder arbitrario, ya sea sobre los hijos o sobre la mujer, o sobre ambos.

Lo interesante de los hechos sociales totales negativos, como la corrupción o el abuso de la ideología patriarcal es que a veces llegan a hacer escándalo y a encontrar repudio generalizado, mientras en otros momentos son aceptados como hechos naturales e inevitables. Por ejemplo, la corrupción en México durante décadas se aceptaba como un hecho más o menos natural; todos los políticos, se decía, robaban, y debían ser juzgados no tanto porque robaran (todos lo hacían, supuestamente), sino por lo que dejaran de positivo. Y sin embargo, esa actitud se terminó, y entramos en una era histórica de profundo rechazo a la corrupción. Algo parecido sucede hoy en torno del abuso del patriarcado y, quizá (ojalá), en torno del patriarcado en general.
 
El caso de Góngora Pimentel sirvió como detonador a esa indignación colectiva porque, como buen símbolo, es un caso que condensa elementos de todos los demás: el abuso a los hijos y a la esposa pasa, en el caso de Góngora, directamente por el Poder Judicial (y a su nivel más alto), y la desigualdad económica entre el macho y la hembra de la especie quedan al perfecto descubierto gracias a las leyes de transparencia de ingresos de empeados públicos. Así, los aspectos legales y económicos del abuso a la mujer y a los hijos se destapan como en prototipo, cosa que ha abierto el grifo de una queja que se vuelve estruendo. Es el rugido producido por el sinnúmero de abusos que se basan en el poder económico y político del marido con su mujer o amante, y en la capacidad de usar, ya no el don (el obsequio), sino la retención de la manutención como arma para conseguir lo que el macho quiera (aunque lo que quiera sea, simplemente, su libertad frente a las obligaciones marcadas por las normas de la paternidad).
 
El hecho es que la sociedad mexicana de hoy está como agua para chocolate para recibir esta clase de práctica abusiva. Así, en reportaje de la semana pasada El País hace la crónica de la ex mujer (francesa) del ex gobernador del estado de México Arturo Montiel, a quien se le ha negado acceso a sus hijos, que habían venido a México a visitar a su padre. Incluso ha entrado a discusión pública la actitud del propio Presidente de la República frente a su hijo. Mientras tanto, en la página de Facebook #bastadegongoras, se ha multiplicado la socialización de casos provenientes de todas las clases sociales: padres que no apoyan a sus hijos, padres que de desentienden de sus mujeres ante crisis de salud o discapacidades permanentes, padres que secuestran a sus hijos, etcétera.
 
En todos estos casos se vislumbran elementos del hecho social total: el uso del poder económico para someter o para conseguir favores sexuales; el uso del acceso al poder político o jurídico para someter a esposas o hijos; el uso del prestigio moral (de deriva religioso) de la paternidad para conseguir una soberanía absoluta (a veces mal llamada libertad), y un largo etcétera.
 
Lo interesante del escándalo del ex presidente de la Suprema Corte es que ha develado toda una institución, y ha conseguido, quizá por eso, despertar el repudio público. Importa, ahora, que la cosa no quede en condenas a una u otra figura pública, sino que se socialice y se extienda la crítica a todo lo que da: que haya datos confiables –estadísticas, documentación periodística– del abuso doméstico, que se abran o amplíen canales de apoyo a mujeres e hijos que sufren de esta forma de abuso, que se extienda la condena colectiva a una forma de abuso que la sociedad de hoy rechaza.
FUENTE: LA JORNADA OPINION
Ganar perdiendo-Rocha
Atractivos del pentecostalismo
Carlos Martínez García
 
De las distintas expresiones del cristianismo el pentecostalismo es la que más crece. En las últimas décadas los pentecostales se han multiplicado por todo el mundo, hasta llegar a ser la mayoría dentro del abanico protestante/evangélico. En el espacio del catolicismo romano los carismáticos son su parte más dinámica, y tienen cierto paralelismo con los pentecostales.
 
Siempre hubo manifestaciones pentecostales en la historia de las iglesias cristianas. Estas expresiones extáticas acompañadas de hablar en lenguas desconocidas por el emisor(a), pero reconocidas por algunos de los oyentes como su idioma (caso narrado en el Nuevo Testamento, en Hechos, capítulo 2) tuvieron sus altibajos en el seno del cristianismo, pero nunca fueron extirpadas del todo, como lo intentaron distintos liderazgos eclesiásticos.

A lo largo del siglo XIX, sobre todo en Estados Unidos aunque no exclusivamente, las manifestaciones pentecostales (un creciente y desatado emocionalismo) tienen lugar en diversos lugares donde se reunían promotores y congregantes de los llamados avivamientos. No fueron pocas las ocasiones en las cuales los dirigentes eclesiásticos protestantes, y la gran mayoría de los teólogos del mainstream evangélico descalificaron ese emocionalismo y lo consideraron contrario a la sana doctrina y el decoro que debía guardarse en los templos.

La remergencia del pentecostalismo y su inicial globalización acontecen en los márgenes de la sociedad estadunidense. En 1906, en Los Ángeles, California, bajo el liderazgo de un pastor afroestadunidense (William J. Seymour), un grupo multirracial, en el que participaron mexicanos, llama la atención de la prensa por el desbordado entusiasmo de sus reuniones y hace del conocimiento de los lectores lo que estaba sucediendo en un desvencijado local de la calle Azusa número 312. Además el propio grupo difunde en su órgano informativo ( The Apostolic Faith) de manera muy eficaz sus creencias y visión misionera.

Actualmente, sostienen Allan Anderson y Michael Bergunder, de los mayores expertos mundiales en el pentecostalismo, hay unos 500 millones de pentecostales en el orbe. En el libro compilado por Anderson y Bergunder junto con otros dos autores ( Studying global pentecostalism: theories and methods, University of California Press, 2010), los investigadores sostienen que el pentecostalismo ha reconfigurado el rostro del cristianismo, también ha desarrollado un rico y variado repertorio de doctrinas, rituales, estrategias y organizaciones que hace difícil la generalización del fenómeno.

El pentecostalismo es complejo y muy variado. No obstante, resalto tres notas del mismo que me parece lo hacen atractivo a millones de personas. En primer lugar ofrece una permanente experiencia emocional, que lo mismo se expresa en grandes reuniones, a las que asisten millares de personas, que dentro de reuniones en pequeños templos y hogares de los congregantes. En el pentecostalismo se canta y danza intensamente, así llena en sus integrantes un déficit de éxtasis. Dicho déficit es resultado de una vida de penurias emocionales. Mientras la existencia cotidiana deja un cúmulo de tristezas insoportables, en las comunidades pentecostales se transmite inmensa alegría. No elogio ni desapruebo que así suceda, solamente describo algo de lo observado en mis propias investigaciones.
 
El pentecostalismo también provee un sentido de bienvenida y comunidad a quienes han sido rechazados y/o marginados por los poderes político, económico, racial y cultural de la sociedad. El ser reconocido y valorado tiene fuerte impacto en los desheredados de la tierra. El reconocimiento implica una redignificación de quienes mayormente han encontrado ninguneo por todas partes. El peruano Darío López, científico social y pastor pentecostal, lo ha expresado bien al escribir que en iglesias como la suya (situada en un barrio popular de Lima) los feligreses dejan de ser cualquierita y pasan a ser personas con nombre y cualidades reconocidas por la comunidad ( Pentecostalismo y transformación social, Kairós Ediciones, 2000).
 
El pentecostalismo ha sido una puerta de salida para infinidad de personas con adicciones a las drogas y/o las bebidas embriagantes. En las narraciones de conversiones resulta común encontrar relatos de quienes se libraron de las drogas o el alcohol mediante su incorporación a una iglesia de corte pentecostal. Esa liberación no es siempre lineal y ascendente. En ocasiones implica tropiezos y recaídas muy dolorosas. Entre los recuperados y recuperadas de adicciones como las mencionadas han salido líderes, hombres y mujeres, que son pastores y encabezan grupos orientados a comunicar su experiencia entre la población con problemas de drogodependencia.
 
Las tres notas distintivas que hemos descrito por supuesto que no son las únicas que hacen atractivo al pentecostalismo para los miles que diariamente se suman a sus filas globalmente. Hay otras características no referidas aquí porque requerirían mayor espacio del que disponemos, por ejemplo su adaptabilidad a muy distintos contextos culturales (hecho al que Allan Anderson y otros han dedicado documentadas investigaciones).
 
Nos guste o no, el pentecostalismo sigue cautivando a hombres y mujeres que hallan respuestas a sus necesidades en ese movimiento. Más que descalificar los elementos que le hacen atractivo por considerarlo peligroso para el statu quo religioso predominante, como desde distintas ópticas se afirma, me parece que es más necesario tratar de entender el fenómeno y las formas en que responden al mismo un creciente número de personas.
FUENTE: LA JORNADA OPINION
 
¿Qué pasó don Goyo?-Ahumada
Involución emocional del ser humano
Verónica gutiérrez Portillo*
 
Increíble y difícil de comprender que en la segunda década del siglo XXI y en contraste con los inmensos avances en ciencia y tecnología, el ser humano dé pasos gigantes hacia atrás en su naturaleza.
 
Mientras la ciencia y la tecnología evolucionan y avanzan de manera continua, los seres humanos caminamos en paralelo involucionando emocionalmente.

La violencia sectaria, el machismo y la misoginia cobran cada vez más fuerza en nuestros días. En pleno siglo XXI ser mujer es todavía un desafío. Aún existen lugares donde es una moneda de cambio, se comercia con su vida, se le mutila, se le viola, se le casa siendo una niña; incluso, se le asesina por deudas de honor ante los ojos impasibles del mundo entero.

Existen amplios sectores en el mundo occidental, que experimentan un franco retroceso en su concepción de cómo debería ser la vida. Sectores que son incapaces de aceptar diferencias razonables respecto de preferencias e ideologías. Mientras en muchos países se está aprobando el matrimonio homosexual, en contraste, parte de su población sale a la calle a manifestarse en contra de algo tan elemental, cuando debiera haber una mente más abierta para aceptar las diferencias y el derecho de cualquier ser humano a ser igual y tener los mismos derechos ante la ley.

Realmente nuestra supuesta evolución espiritual se encuentra en etapas muy primitivas a juzgar por los hechos. La violencia, en todas sus manifestaciones, se encuentra a la orden del día y se va perdiendo el ingenio y la creatividad en los jóvenes de nuestro tiempo.

Ideas obsoletas de mentes obtusas cobran fuerza cada día, resurge no sólo la homofobia, sino en la misma escalada el racismo, el odio, el machismo, la misoginia, la pornografía infantil, la pedofilia y el abuso.

En abril pasado se publicó un artículo en la revista científica Tendencias genéticas, en el que se asevera que el hombre está perdiendo capacidad intelectual y emocional a causa de rápidas mutaciones genéticas que la forma de vida de la sociedad moderna es incapaz de corregir. El científico que lo escribió, el profesor Gerald Crabtree, director del Laboratorio de Genética de la Universidad de Stanford en California, afirma que si un ciudadano promedio de Atenas del año 1000 aC apareciera en nuestra sociedad repentinamente sería considerado un intelectual brillante, con una excelente memoria, una amplia gama de ideas y una visión lúcida sobre cosas importantes que se le plantearan. Además, asegura que sería una persona muy estable emocionalmente. Y opina lo mismo respecto de los habitantes de Asia, África, India o América de hace dos, o quizá, seis mil años.
 
La base de su argumento proviene de los nuevos avances en genética, antropología y neurobiología, que hacen una predicción clara de que nuestras capacidades intelectuales y emocionales son, desde el punto de vista genético, sorprendentemente frágiles.
 
Una comparación de los genomas de padres y niños ha revelado que hay entre 25 y 65 nuevas mutaciones produciéndose en el ADN de cada generación. Esto es debido al relajamiento de la selección natural, derivado de la mejora gradual en las condiciones de vida de la especie humana, misma que va unida a una sucesión de pequeñas mutaciones en los genes, lo que mermará nuestras facultades intelectuales hasta tal punto, que dentro de unos tres mil años nuestros descendientes experimentarán serias dificultades para resolver una suma.
 
Crabtree ha presentado la idea de que la inteligencia humana alcanzó su pico hace varios miles de años y desde entonces se ha venido produciendo un descenso lento en nuestras capacidades intelectuales y emocionales. Asimismo, agrega: Aunque estemos rodeados de ventajas tecnológicas y beneficios médicos de una revolución científica, estos han ocultado una subyacente disminución en el poder cerebral que va a continuar en el futuro conduciendo al último embrutecimiento de la especie humana.
 
El argumento de Crabtree se basa en el hecho de que en más de 99 por ciento de la historia de la evolución humana hemos vivido como comunidades de cazadores-recolectores, sobreviviendo con base en nuestro ingenio. Sin embargo, desde la aparición de la agricultura y las ciudades, la selección natural en nuestro intelecto se ha detenido y se han acumulado mutaciones en los críticos genes de la inteligencia.
 
En todo caso, es posible que esta polémica teoría explicara nuestro comportamiento irracional y nos plantea si la especie humana está condenada a la decadencia intelectual y heredará a sus descendientes la incapacidad de utilizar la tecnología que le hereden sus antepasados.
 
Interesante planteamiento. La polémica queda sobre la mesa.
* Médico familiar de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco
FUENTE: LA JORNADA OPINION
Una por otra-Magú

No hay comentarios:

Publicar un comentario