El PAN en BC: adiós Calderón
Si el ex Presidente entiende esto, el PAN podría buscar de manera más armónica su nuevo rumbo, y el michoacano tendría acaso una mejor oportunidad de que su desempeño –su administración pero también su trayectoria– sean evaluados de manera menos encendida. Si se pone más allá del fragor cotidiano se ganará el derecho a pedir que su labor sea vista con la debida perspectiva. Y la defensa que haga de su tiempo –porque seguramente enfrentará graves cuestionamientos en materia de derechos humanos– podría tener mayor solvencia si no se le ve mezclada con asuntos del día a día.
El PAN no tiene que seguir atado ni un solo día más bajo a los humores de quien ha sido una de sus principales influencias desde principios de los años noventa. Con el resultado de las elecciones del domingo en Baja California, Gustavo Madero demostró que también puede ganar elecciones. El chihuahuense tendrá más legitimidad si desea buscar la reelección, y hoy el panorama para el grupo de Ernesto Cordero se torna más complicado. Es mejor idea negociar que seguir en rebeldía. Madero ha logrado dar la vuelta a la página de la derrota del 2012.
Gustavo Madero y Santiago Creel trazaron la estrategia de una elección en Baja California que les permite dejar de ser considerados por los calderonistas de segundo nivel en la nomenclatura blanquiazul. El año pasado ellos perdieron junto con los hombres, las mujeres y los arranques de Calderón. Hoy, ganaron sin las principales figuras del ex Presidente y sin su influencia.
Conviene detenerse a hacer una revisión del caso de Margarita Zavala. Cierto es que estuvo en la campaña en BC para apoyar a Francisco “Kiko” Vega, como también es verdad que durante el sexenio pasado Zavala supo guardar un institucional y discreto segundo plano. Es una persona apreciada por la ciudadanía, que la ha dejado fuera de los reclamos por la actuación de su esposo como Presidente. Lo correcto es mantener en mente que la ex Diputada es dueña de su propio perfil en la política. Quizá algo del triunfo de “Kiko” Vega se debe a Margarita, mas no a Calderón.
Y si Calderón no entendiera que su tiempo ha quedado atrás, con el buen resultado bajacaliforniano en la bolsa Gustavo Madero tiene la oportunidad de quitarse de encima la figura del ex mandatario. Los dos chihuahuenses –Creel por ascendencia– tienen la oportunidad dorada de hacer entender a Felipe que ya no cabe en su partido. Y que no necesariamente ello es una mala noticia.
Si no supieron hacerlo en la derrota, el aliento del triunfo debería animar a la actual dirigencia a proponer una nueva ruta. Y Calderón debería optar por un sereno desdibujamiento en su partido. ¿Tendrá la templanza para ello?
Calderón tendría que reflexionar en lo inteligente que fue su padre político, Carlos Castillo Peraza, al saber decir adiós al PAN, instituto al que como pocos ayudó a convertirse en opción de gobierno.
A punto de cumplir 51 años, el michoacano pudiera dedicarse a construir mejores argumentos de las decisiones que tomó durante su presidencia, porque va a necesitarlos. Y su partido ya envió el mensaje de que puede estar sin él. ¿Lo habrá leído?
IFE: la urgencia del juego limpio
Como sucede desde las elecciones federales de 2006, la del domingo pasado mostró que las autoridades electorales han permitido, bajo el amparo de las reglas actuales, que se premie la simulación e incluso la habilidad de los partidos políticos para quebrantar las reglas.
Las condiciones de inequidad, entonces, alimentan la desconfianza y las dudas que, como ahora sucede en Baja California, obligan a desestimar un mecanismo sistematizado y, supuestamente, aprobado por las autoridades y todos los contendientes, como es el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) en cada entidad.
Tal vez, como propuso ayer la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), llegó la hora de, una vez por todas, aprovechar el momento de una Reforma Política para rediseñar el Instituto Federal Electoral (IFE).
Hay urgencia por dotar a ese organismo de una reglamentación que sancione de manera efectiva el uso ilegal de recursos públicos –los partidos tienen sus presupuestos, pero quieren más y más– e incluso los que provienen del crimen organizado.
Además, homologar asuntos como los criterios de competencia, los costos de los comicios y las fechas dispares de las competencias electorales en el país, que lo único que provocan son gastos extraordinarios e incluso la paralización de la actividad económica por el tema de la veda.
Los recursos destinados a los procesos electorales en México han ido aumentado cada vez que hay comicios, pero ni los partidos ni sus candidatos parecen tener lo suficiente. A falta de propuestas serias y responsables a los ciudadanos, los políticos gastan fortunas para venderse como detergentes.
Las prerrogativas que los partidos reciben deben limitarse y fortalecerse la revisión de sus gastos, pues los resultados que entregan a la hora de gobernar son insatisfactorios por donde se les vea. Además, la opacidad con que se manejan dañan la transparencia y la credibilidad.
La iniciativa privada –en este caso la Coparmex– ha dado un primer paso para que sus propuestas sean incluidas en la discusión del Pacto por México, a la luz del conflicto electoral generado en Baja California y no solicita un asunto menor: Demanda que en la Reforma Política que se discutirá en esta Legislatura se fortalezca la revisión del gasto de prerrogativas de manera eficiente, pues el sistema vigente que privilegia el formalismo no funciona.
“Además de una reglamentación que sancione de manera efectiva el rebase de los topes de campaña, requerimos la disposición de nuestra clase política para cumplir la ley y dejar atrás la cultura de la simulación. Para que México se convierta en un país desarrollado, además de las Reformas Estructurales, requerimos modificar nuestra cultura política y jugar bajo las premisas del juego limpio, retomando la libertad de expresión de los ciudadanos en los procesos electorales”, expone este organismo que agrupa una red de 65 centros empresariales, 10 federaciones, tres representaciones y 14 delegaciones en todos los estados de la República.
Para los empresarios mexicanos, que recogen en este caso demandas ya presentadas por diversas organizaciones ciudadanas, el Poder Legislativo debe construir un diseño institucional que fortalezca la autonomía del IFE, que privilegie la selección de personal calificado por encima de las cuotas partidarias y que permita ampliar los beneficios de la transparencia a los estados y municipios.
Los diputados y senadores deben legislar en aras del fortalecimiento institucional no sólo de los organismos autónomos, sino del sistema de procuración e impartición de justicia.
De lo contrario, los partidos seguirán aplicando, con el aval del IFE y los institutos electorales locales, sus estrategias de beneficios o limosnas para captar electores. Mantendrán su operación clientelista, con cargo al presupuesto público, para garantizarse espacios de poder en forma arbitraria y sin asumir responsabilidad alguna… mucho menos reportar cuentas claras.
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