Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

sábado, 20 de julio de 2013

La irresponsabilidad de Fausto Vallejo

La irresponsabilidad de Fausto Vallejo

Por: - julio 20 de 2013 - 0:00Casa de citas - Sin comentarios
Michoacán no tiene Gobernador. Por ahí anda un hombre, lamentablemente enfermo, llamado Fausto Vallejo Figueroa, que va de licencia en licencia. En realidad, no ha gobernado. Su despacho lo ocupa un individuo por el que los michoacanos no votaron, Jesús Reyna García; que podrá ser habilidoso –eso está en duda– o efectista –también está muy en duda–, pero no es la persona que prometió la paz y el progreso para la entidad y que, por lo tanto, no podrá recibir ninguna queja al respecto.
Fausto Vallejo ofreció devolver la tranquilidad a los michoacanos y retomar el rumbo del crecimiento para ese atribulado estado. Dio de manotazos a la anterior administración, la de Leonel Godoy Rangel, como ya se ha hecho una costumbre: si el Gobernador saliente no es del mismo partido, tabla. Si cometió cualquier error, tabla. Tabla para exhibir, y tabla pensando en las próximas elecciones.
Pero de las promesas nada.
Mientras, el estado se desangra. Los grupos armados extorsionan, secuestran y asesinan, mientras algunos ciudadanos se repliegan y otros se arman para tratar de sobrevivir a uno de los periodos más difíciles desde el fin de la Revolución de 1910.
Ayer, otra vez a un medio extranjero, el Presidente Enrique Peña Nieto presumió una baja en la violencia. Qué falta de responsabilidad, la de este político también emanado del PRI: que le diga eso a las familias de los 10 que fueron asesinados sólo en Buenavista Tomatlán, Tierra Caliente, en 24 horas. Que aterrice esas mismas palabras que presume gustoso en otros muchísimas partes del país que siguen librando una gran guerra en los mismos términos en las que la condujeron con Felipe Calderón Hinojosa. Para muchos, el cambio de Presidente fue un mero trámite. La sangre y las lágrimas siguen corriendo.
Michoacán es el caso extremo de la indolencia oficial. En Tierra Caliente, ciudadanos y empresarios locales se defienden con las uñas del asedio cotidiano de los criminales, y no hay una acción de Estado para ayudarlos. Cientos de familias abandonaron la región en días pasados y se fueron a meter, como si fueran –dicho con muchísimo respeto para estos pueblos– palestinos, afganos o sirios, a una iglesia.
Triste país, el que tenemos.
Vallejo debería tener compasión por los ciudadanos así como tiene compasión con su propia enfermedad: debería permitir que un nuevo Gobernador asuma la responsabilidad y dé respuesta a esos que, en teoría, son hijos de su estado; a los que pagan con sangre la indolencia de la política, a los que no piensan en PRI, PAN o PRD a la hora de morir.
Vallejo podrá estar enfermo, pero eso no le quita que, a estas alturas, es ya un irresponsable.

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