Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

miércoles, 17 de julio de 2013

Uno del PRI, otro del PAN ¿y cuándo el del PRD?

Uno del PRI, otro del PAN ¿y cuándo el del PRD?

 
Los ciudadanos ya demostraron que ante el descrédito del Instituto Federal Electoral, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la Comisión Federal de Telecomunicaciones, el Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos, los partidos políticos, etcétera, por su corrupción, resoluciones a favor de la elite del poder y que los desgobernadores son unos pillos de siete suelas, piensan que todo está podrido en el sistema presidencial con sus satélites judicial y legislativo, tanto federal como en todas las entidades del país.
 
Son una pandilla de ladrones y por eso es que hasta se matan para lograr el cargo. Ya tenemos, para dorarle la píldora a la opinión pública, dos ladrones en la mira de los tribunales: uno el tal Granier, quien es dueño de una fortuna en bienes muebles, inmuebles, depósitos en dólares y que enriqueció a sus hijos dejando a Tabasco en un infierno de pobreza, deudas multimillonarias, centros de salud desmantelados…, en suma, personaje que con sus compinches robó todo.
 
El otro es Luis Armando Reynoso Femat, de Aguascalientes, donde fue un desgobernador, un ladrón con impunidad, que también enriqueció a su hijo; y él mismo saqueó al estado, es decir, en 6 años se robó todo el dinero de los ciudadanos.
 
Andrés Granier Melo es del Partido Revolucionario Institucional, pues todavía no lo expulsan no obstante la promesa del peñista César Camacho. Reynoso Femat es del Partido Acción Nacional, donde sus senadores y cúpula partidista, con el alcohólico expresidente Felipe Calderón, se pelean por el botín mientras se hunde su barco, partido de derechas que se va extinguiendo… Hay otros desgobernadores en la impunidad: Ulises Ruiz, de Oaxaca y Gabino Cué, el sucesor con la sigla del PRD (Partido de la Revolución Democrática); está Fidel Herrera, de Veracruz, quien dejó de heredero a Javier Duarte como su guardaespaldas; está Juan Sabines Guerrero, de Chiapas; el que acaba de salir de Jalisco, Emilio González Márquez; el desgobernador de Sinaloa, Mario López Valdés; el panista exdesgobernador de Morelos; Rodrigo Medina de la Cruz, de Nuevo León; y Guillermo Padrés, en Sonora, robándose, además de lo que puede a través de su hermano y su cuñado, también el agua del Valle del Yaqui.
 
Tenemos puros rateros y delincuentes en los poderes estatales y municipales con dos o tres excepciones que son golondrinas que no hacen verano. En Michoacán han señalado a Leonel Godoy; en la Ciudad de México a Marcelo Ebrard; y en Morelos los lujos de Graco, del PRD de los Chuchos que tiran para el monte peñista. Para completar el ajuste de cuentas amañado –porque parece que la Procuraduría General de la República está cubriendo a Granier pues hay gravísimos delitos en Tabasco– se necesita a un perredista y hay de dónde escoger. Todo porque los desgobernadores saquean, abusan y roban a placer.
 
La nación está inmersa en la corrupción de quienes no son políticos sino rateros. Son una delincuencia peor que la del narcotráfico, puesto que gozan de impunidad. De tarde en tarde pescan a uno que otro para aparentar que hay sanciones. En la Dinamarca de Hamlet, de Shakespeare, “algo está podrido”, pero en nuestro sistema político todo está podrido. Y la única alternativa es que el pueblo ejerza la democracia directa, pues la democracia representativa se sigue corrompiendo. Esto hará estallar el volcán social como en Brasil y Chile.
 
*Periodista

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