Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

viernes, 19 de julio de 2013

Violencia en ascenso: ¿Y el Escudo Centro?- ¿Y “El Chapo”, Presidente?

Violencia en ascenso: ¿Y el Escudo Centro?

Por: - julio 19 de 2013 - 0:00Casa de citas - Sin comentarios
El mecanismo, cuyo principal promotor fue el titular del Gobierno del Distrito Federal (GDF), Miguel Ángel Mancera Espinosa, se basa en cinco ejes: prevención del delito, intercambio de información, homologación de programas de capacitación, intercambio de experiencias de éxito y realización de operativos conjuntos. Además, tiene dos ejes transversales relacionados con la legalidad y el respeto a los derechos humanos, y el combate a la corrupción.
De arranque este proyecto fue aplaudido pues su meta es inobjetable: dotar de más seguridad a más de 32 millones de las ocho entidades de la zona.
Pero ahora, a tres meses de iniciar su operación, el Escudo Centro, visto como arma defensiva y de prevención, ha resultado endeble e ineficaz.
Las percepción sobre la inseguridad de los ciudadanos en la región central se ha incrementado este año debido, en especial por delitos de alto impacto, encabezados por el secuestro, las extorsiones y los asesinatos dolosos.
El caso de la desaparición de 12 jóvenes en un antro de la Ciudad de México; el alza en los secuestros en Morelos, entidad que es líder en esa actividad delictiva y que en los últimos días ha registrado al menos más de una veintena de desapariciones; los feminicidios y asesinatos relacionados con cárteles de la droga en el Estado de México y los delitos de género en Puebla, por mencionar algunos de los que más denuncias ciudadanas acumulan, son una muestra clara de que las cosas no andan bien con el mecanismo de protección.
Encima, las declaraciones y las acciones de los funcionarios responsables de la buena marcha del Escudo Centro tampoco aportan a la confianza de los ciudadanos.
Como muestra la declaración del Gobernador de Morelos, Graco Ramírez Garrido Abreu del 1 de julio pasado, donde afirmó que “está canijo combatir esto [la inseguridad]”.
O las del Jefe de Gobierno del Distrito Federal quien, desde todos los foros, insiste en que en la Ciudad de México no hay crimen organizado, cuando millones de capitalinos, a diario y a plena luz del día, están a merced de redes delincuenciales que se relacionan lo mismo con narcotráfico y extorsión que con la piratería de cientos de miles de productos.
O la reiterada negativa del gobierno de Eruviel Ávila Villegas, en el Estado de México, de rechazar la alerta de violencia de género, donde Amnistía Internacional (AI) ha demandado al Sistema Nacional para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (SNPSEVCM) que exija al Ejecutivo estatal aprobar dicho mecanismo para frenar de una vez por todas los altos índices de violencia generalizados contra niñas y mujeres en esa entidad.
La alerta de violencia de género fue rechazada desde 2011 por el entonces gobernador Enrique Peña Nieto, y su sucesor, Eruviel Ávila se conduce por la misma línea, pese a que en un lapso de 15 meses han sido asesinadas al menos 563 mujeres en la entidad, denunció AI.
En síntesis, aunque las ocho entidades que conforman el Escudo Centro han informado que están conformando una base de datos paralela a la Plataforma México para combatir y disminuir los cinco principales delitos de alto impacto con “labores de inteligencia”, las noticias de las últimas semanas corroboran que ese “cerebro” aún no está funcionando.
Si bien el acuerdo es inédito en el país y merece el beneficio de la duda, la paciencia de los ciudadanos, asolados por el crimen, se ha desgastado. Los siete gobernadores y el titular del GDF deben revisar su estrategia para comenzar a dar resultados pronto, y que se den sin tintes partidistas, sin colgarse medallas y con más, mucho más voluntad política.
Fuente: sin embargo.mx
 
 

¿Y “El Chapo”, Presidente?

Por: - julio 17 de 2013 - 8:22COLUMNAS, Sortilegioz - 12 comentarios
 
En los últimos cinco años en México, de acuerdo al Procurador General de la República, más de 80 organizaciones criminales o células delictivas dedicas al secuestro, la extorsión, la ejecución y el narcotráfico, delinquen en nuestro territorio. En el mismo periodo, nueve narcotraficantes de alta peligrosidad han sido detenidos o asesinados por el gobierno federal. Todos, de cárteles, bandas o células contrarias al cártel de Sinaloa, liderado por Joaquín “El Chapo” Guzmán.
El último en ser aprehendido fue Miguel Ángel Treviño Morales, el “Z-40”, líder de la banda criminal “Los Zetas”, a partir de octubre de 2012 cuando fue muerto por las balas de las Fuerzas Armadas Heriberto Lazcano Lazcano. Creado por Osiel Cárdenas Guillén como brazo armado de su cártel criminal del Golfo, el grupo de “Los Zetas” es quizá la organización criminal más –valga la redundancia– organizada. Con una estructura de corte militar dado que sus fundadores fueron desertores del Ejército mexicano, cuentan con células delincuenciales en la mayoría de los estados de la República. Aún cuando en ocasiones enfrentan a otras estructuras de la mafia mexicana, también ha habido casos de peligrosas uniones.
De 2009 a la fecha, fueron detenidos o asesinados: Arturo Beltrán Leyva “El Barbas”, en diciembre de 2009 fue muerto por marinos quien fuera líder de la banda de los Beltrán Leyva, escindidos del cártel de “El Chapo”; en julio de 2010 Ignacio Coronel “El Nacho” correría la misma suerte cuando fue ejecutado por elementos de la Fuerza Armada Mexicano poco tiempo después que se separara del cártel de Sinaloa.
En agosto del mismo 2010, Édgar Valdez Villarreal “La Barbi” fue detenido por elementos del orden federal; era uno de los elementos más peligrosos del cártel Beltrán después de su escisión del cártel de Sinaloa. Tres meses después fue aprehendido Antonio Cárdenas Guillén, de la organización criminal de El Golfo y también enemigos de los sinaloenses. En diciembre de ese mismo año, el gobierno federal presumiría la ejecución de Nazario Moreno González, de “La Familia Michoacana”, aún sin encontrar sus restos.
En septiembre del año 2012 fue aprehendido “El Cos”, Eduardo Costilla Sánchez, también del cártel de El Golfo. Ese mismo año, pero en octubre, fue asesinado por balas de las fuerzas armadas Heriberto Lazcano Lazcano “El Lazca”, líder de “Los Zetas”, mientras que en marzo de 2013 la administración de Enrique Peña Nieto se estrenó con la captura a manos del Ejército mexicano de Melvin Gutiérrez Quiroz “El Melvin”, un antiguo y activo miembro del cártel Arellano. Finalmente, hace unos días, el 15 de julio de 2013 fue detenido por elementos de la Marina, Miguel Ángel Treviño Morales en las inmediaciones de Nuevo Laredo, Tamaulipas.
El común denominador entre estos siete criminales apresados o asesinados en lo que se suponía su detención, es que eran acusados públicamente de narcotraficantes. Lo otro: todos eran enemigos de Joaquín Guzmán Loera “El Chapo” y su organización delictiva, el cártel de Sinaloa que presuntamente codirige con Ismael Zambada García “El Mayo”.
Incluso cuando no soy ni seguidora ni promotora de las conspiraciones, el hecho que “El Chapo” se haya convertido en un narcotraficante transexenal al haber escapado de prisión al inicio del sexenio de Vicente Fox, haber levantado un imperio criminal en la administración de Felipe Calderón Hinojosa, e ir tras la consolidación de su estructura delincuencial en la Presidencia de Enrique Peña Nieto, algo no huele bien ante lo que parece ser la impunidad que lo mantienen prófugo, y la aplicación de la justicia que le va quitando enemigos criminales del camino.
Sin conocer de cierto ni de manera frontal ni de voz presidencial, la estrategia de combate al crimen organizado y el narcotráfico de la administración federal de Enrique Peña Nieto, y con los antecedentes ya descritos, el camino no parece ser otro que mantener el poderío de uno de los criminales más escurridizos del mundo y jefe de uno de los cárteles más grandes y prósperos de México, como es el caso de Joaquín Guzmán y el cártel de Sinaloa.
Ciertamente la detención de Miguel Ángel Treviño Morales da un respiro a la población del norte de México que ha sido testigo en el mejor de los casos de la barbarie provocada y ejecutada por este criminal de “Los Zetas”. Masacres de migrantes, ejecuciones de contrincantes, extorsiones, amenazas a periodistas, secuestros, tráfico de drogas son apenas algunos de los delitos por los que deberá ser juzgado el conocido en el mundo criminal como “Z-40”; el gobierno de Peña lo detuvo y lo retuvo en resguardo oficial por la flagrancia en que nos dicen lo detuvieron sin un solo disparo: la posesión de ocho armas largas –entre ellas un Barret .50, rifle de alto poder para derribar blindados y unidades–, cartuchos útiles para las armas y dos millones de dólares, a saber.
México ciertamente tiene un criminal menos en sus calles, pero también es una realidad que el cártel de Sinaloa tiene un enemigo menos en las mismas calles donde todos los días delinquen, matan, trafican y aterrorizan. Por eso la pregunta es pertinente y urgente: ¿Y “El Chapo” cuándo, señor Presidente?
Fuente: sin embargo.mx

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