3 de junio de 2011
El Documental de hoy…
El sicario, un documental proscrito en México
AMLO,
cálculo y riesgo
En
Privado
Joaquín
López-Dóriga
Siempre he rechazado que las elecciones en el Estado de México
sean, como inventaron los priistas en el pasado, el laboratorio de las
presidenciales.
Y esto lo he sostenido en los antecedentes: en 1999, el priista
Arturo Montiel ganó las elecciones en esa entidad y al año siguiente el PRI
perdió la Presidencia; seis años más tarde, en 2005, el priista Enrique Peña
Nieto volvió a ganar y al año siguiente, 2006, su partido volvió a perder la
Presidencia.
Sin embargo, el derrotero que ha tomado el actual proceso electoral
del Estado de México me obliga a hacerme una corrección a mí mismo: la
estrategia para las presidenciales del año que viene está delineando el proceso
de 2012.
Me explico.
Desde un principio, la idea de Andrés Manuel López Obrador fue
preparar un escenario que antes aborrecía: el bipartidismo PRI-PAN. Por eso
desde hace más de cuatro años lanzó su campaña presidencial, no para desplazar
al PRI, sino para desplazar al PAN y evitar ser desplazado por ese
binomio.
Así lo declaró al proclamar su candidatura: si no lo hago así y
ahora, luego Peña Nieto será inalcanzable.
Como parte de su estrategia impidió la alianza PRD-PAN en el Estado
de México, que lo hubiera desplazado, y se montó en una apuesta para relegar al
panismo al tercer lugar y dejar las cosas así para 2012: un PAN muy rezagado, a
nivel testimonial, calcula, y un mano a mano entre el bien, él, y el mal, Peña
Nieto; entre los buenos, él y su movimiento, y los malos, Peña Nieto y la
mafia en el poder.
Este cree que es su mejor escenario, en el que se siente más a
gusto y en el que calcula tener mayores posibilidades de
vencer.
Es una apuesta que tiene su carga en el resultado del 3 de julio,
porque si bien puede mandar a un lejano tercer lugar al PAN, puede proyectar a
un inalcanzable primer lugar al PRI.
Es cuestión de riesgo y campaña.
Pero esa es su estrategia y no está mal pensada, no sé si bien
calculada.
¿Van a
dejar morir así a Luis Felipe?
La historia en
breve
Ciro Gómez
Leyva
El pronóstico es de miedo. Como van las cosas, Luis Felipe Bravo
Mena, candidato del PAN al gobierno del Estado de México, podría perder dentro
de un mes con la misma diferencia con que perdió esa elección hace 18 años: 44
puntos.
En 1993, el joven Bravo Mena obtuvo 18 por ciento de los votos,
contra 62 del candidato del PRI, Emilio Chuayffet.
Este martes 31 de mayo, de acuerdo con la encuesta diaria del
Gabinete de Comunicación Estratégica, sólo 13.6 por ciento de los mexiquenses
votarían por él y 52.4 lo harían por el priista Eruviel Ávila. Son 39 puntos de
diferencia. Son los números de 1993.
Y como en aquel lejano entonces, Luis Felipe parece estar solo y su
alma. ¿Lo van a dejar morir así el PAN y sus compañeros del gobierno
federal?
Quedan 28 días y contando de campaña. El objetivo no puede ser una
impensable victoria sobre Eruviel Ávila, pero sí evitar una derrota
cataclísmica, como la que se avecina.
Los siete puntos de desventaja con Alejandro Encinas, del PRD,
serían alcanzables aún. Y, quizá, con mucho trabajo político, talento y dinero,
Luis Felipe podría acercarse al 24.7 por ciento que tuvo Rubén Mendoza hace seis
años. El 35.5 de José Luis Durán de hace 12 luce imposible.
Sería hora, pues, de lanzar a toda velocidad una nueva campaña.
Estrategas no le faltan al PAN. El problema es que no se les ve con muchas ganas
de pelear en el Estado de México. Parecen accionistas que ya asumieron las
pérdidas de una mala operación financiera en tierras lejanas.
Luis Felipe no merece el abandono. Ni, con su biografía, tiene por
qué pasársela de aquí al domingo 3 de julio repitiendo que no declinará en favor
del lopezobradorista Encinas.
Las rebanadas
del pastel
Carlos
Fernández-Vega
Por cierto, del reparto del PIB entre los mexicanos , favor de
descontar el 12.5 por ciento, porque ya está apartado y acaparado: 7 puntos
porcentuales para Slim solito, y el resto para los otros nueve empresarios
Forbes (incluido Joaquín El Chapo Guzmán), a quienes no les tocan 8 mil
960 dólares (los de Cordero), sino 125 mil millones de billetes verdes que con
el sudor de su frente modestamente han reunidos en los últimos años (del
neoliberalismo) en este país de ingreso mediano alto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario