Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

miércoles, 9 de mayo de 2012

AMLO: Recibirán adultos mayores una pensión de medio salario mínimo- ASTILLERO- El antifaz de las encuestas

Elecciones 2012
Lo cuestionan en la AMIS por rechazar el seguro obligatorio en el Distrito Federal
Recibirán adultos mayores una pensión de medio salario mínimo, afirma AMLO
Presenta a los aseguradores su plan de gobierno y su proyecto para financiar el desarrollo
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Andrés Manuel López Obrador, candidato presidencial de la coalición Movimiento Progresista, durante su gira proselitista en la delegación IztacalcoFoto Carlos Ramos Mamahua
Alma E. Muñoz
Periódico La Jornada
Miércoles 9 de mayo de 2012, p. 10
Durante la convención anual de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), Andrés Manuel López Obrador fue cuestionado por rechazar, durante su gestión como jefe de Gobierno del Distrito Federal, el seguro obligatorio para la protección de víctimas de accidentes, y se puso en duda que el programa de pensión para adultos mayores sea sustentable a largo plazo.
El candidato presidencial de la coalición Movimiento Progresista escuchó un ¡ya es tarde!, que alguien gritó entre los asistentes, cuando ofreció revisar el primer asunto, y provocó risas al mencionar que ya tenía hecha la cuenta para aplicar la pensión para adultos, en caso de ganar la Presidencia de la República.
Sí, sí; se va a apoyar a 5 millones de adultos mayores de 68 años en el país, y se les va a garantizar, por ley, una pensión equivalente a medio salario mínimo mensual, como en la ciudad de México, explicó.
Antes, en la conferencia de prensa matutina en su casa de campaña, subrayó que iniciará una jornada nacional de información, acompañado por las personas que integrarían su gabinete, para contrarrestar la estrategia de aquellos que no quieren que se sepa nada para imponer a Enrique Peña Nieto en la Presidencia.
Reiteró sus críticas por la poca relevancia que se dio al debate del domingo pasado entre los candidatos presidenciales. Es engañoso decir, en el medio en que nos movemos, que tuvo mucha audiencia si somos cerca de 80 millones de ciudadanos conforme al listado nominal, y sólo en 4 millones de hogares lo vieron. Multipliquen eso por dos, por tres. Ayúdenme a hacer esa investigación, pidió a los reporteros.
Afirmó que el meollo del asunto es que el debate pudo superar la audiencia del partido de futbol que transmitió Tv Azteca, “pero, ¿cuánto rating tuvo el programa de Televisa a esa hora por el Canal 2 (Pequeños gigantes)?”, se preguntó.
La conferencia duró unos 18 minutos. Después, el candidato se trasladó de la colonia Roma al Centro Banamex, en avenida del Conscripto, para participar en la reunión de los aseguradores, a donde llegó con retraso de 10 minutos.
Ahí expuso su propuesta de gobierno y su proyecto para financiar el desarrollo nacional mediante el combate a la corrupción, aplicar un programa de austeridad y mejorar el sistema de recaudación fiscal.
Pidió a los aseguradores comparar los resultados que obtuvo en seguridad como jefe de Gobierno capitalino con los del candidato del PRI en su época de gobernador del estado de México.
Ahí tienen los datos, ustedes decidan. Independientemente de su trabajo, piensen que somos ciudadanos y que está de por medio el futuro de las nuevas generaciones y de la nación.
Al final, sólo hubo tiempo para que respondiera dos preguntas.
En entrevista posterior, descartó haber sentido rechazo de los aseguradores. Por el contrario, consideró, los convenció.
López Obrador estuvo a punto de encontrarse con Peña Nieto en un pasillo del Centro Banamex. Cuando su equipo le avisó que el priísta estaba en un salón esperando turno para exponer ante la AMIS, comentó: vamos, no nos vayamos a encontrar a gente que no queremos encontrar.
Pemex administración-Fisgón
Astillero
Por un debate genuino
¿Que la tv haga conteos?
Auditoría hildebrándica
EPN, tuiteros a sueldo
Julio Hernández López
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OSTROM EN LA UNAM El rector de la UNAM, José Narro, presenta a la politóloga estadunidense Elinor Ostrom, premio Nobel de Economía 2009, quien dictó la conferencia Política del cambio climático. Asistieron al acto José Sarukhán Kermez y Pablo González Casanova, ex rectores de esa casa de estudios, entre otrosFoto Jesús Villaseca
 
       Tal vez la conclusión más importante y generalizada luego de la noche de domingo en el World Trade Center sea que con ese formato acartonado y restrictivo a nada se le puede llamar debate y que, por ello mismo, es imprescindible generar una alternativa a la altura de las expectativas creadas y las necesidades demostradas. Recaer en ese modelo de falsa polémica para el encuentro de junio constituiría una ofensa al interés cívico y al desarrollo de lo que se da en llamar democracia. Un formato fresco, con razonable cabida para la improvisación y la sorpresa, sin sobreprotección ni candados, mucho ayudaría a que la importante y decisoria franja de ciudadanos indecisos en cuanto al sentido de su voto pudiera allegarse elementos de juicio y alicientes para ir a las urnas. En esta ocasión sería fundamental que Televisa y Televisión Azteca ofrecieran sus mejores prendas (los canales de mayor audiencia) para multiplicar la oportunidad de presenciar un verdadero debate que, de serlo, les garantizaría atractivos niveles de audiencia.
Sin embargo, ni esa ni otras tareas correctivas habrán de realizarse tan sólo a partir del empuje de los candidatos presidenciales que, como es explicable, actúan conforme a sus estrategias e intereses específicos. Tampoco hay una fuerza social organizada que sea capaz de forzar a los aspirantes a aceptar la exigencia de un debate genuino (aunque todavía está por conocerse el potencial de los usuarios de los principales servicios de interacción en Internet, que son Twitter y Facebook). E incluso ha de decirse que buena parte de los ciudadanos involucrados en el proceso electoral está concentrada en el juego del inmediatismo que les hace rechazar o apoyar acríticamente a los contendientes sin tender la vista a lo lejos y advertir que si no se denuncia y combate a tiempo el funcionamiento pervertido del sistema electoral se caerá en una repetición corregida y aumentada del 2006 fraudulento, así sea ahora con alternancia de siglas partidistas.
Un signo preocupante de lo que se viene encima es el manoseo relacionado con los conteos rápidos el día de los comicios. El tribunal electoral federal descalificó la propuesta hecha por el instituto de la materia para realizar dichos conteos, aunque dejó abierta la posibilidad de hacer ajustes. Sin embargo, ese aparente rechazo a tales primeros sondeos (que permitirán instalar la importantísima percepción de un triunfador) fue de inmediato convertido en la posibilidad de que sean las televisoras nacionales las que asuman tan fundamental función. Con premura triple A, el principal sospechoso de beneficiarse con esa medida, el priísta Peña Nieto, dijo no estar en oposición a ese acuerdo del tribunal electoral, pues creo que hay mecanismos para tener un conteo bastante acelerado durante el proceso el día de la jornada, de tal suerte que confío en que habrá resultados que generen confianza (http://bit.ly/KKXIu2). Ayer mismo algunos consejeros del IFE hablaron de presentar una nueva propuesta al tribunal, con la esperanza de que sea aprobada y no se cancele el proceso oficial de conteo rápido. En tanto se pasea, exploratoria, la posibilidad de que sean las televisoras las que fijen las primeras cifras electorales y de allí deriven consecuencias que pueden ser política y socialmente irreversibles.
Otro punto delicado está en el sistema oficial de recolección y cómputo de votos que en 2006 fue impugnado con insistencia y fundamentos por científicos diversos que encontraron graves anomalías en el Programa de Resultados Preliminares (que es una fase distinta a la del conteo rápido) y que a partir de elaborados estudios concluyeron en la imposibilidad de un comportamiento natural de las cifras suministradas en los primeros días posteriores a la elección y en la inviabilidad de los resultados anunciados. Seis años atrás el fantasma del cuñado cibernático Hildebrando ensombreció todo el proceso, pero ahora, a pesar de versiones no confirmadas de que ese mismo virus familiar estaría nuevamente relacionado con la administración y supervisión de sistemas computacionales electorales, no se ha realizado una auditoría técnica profunda y confiable que deseche la posibilidad de que se repitan maniobras tecnológicas de adulteración de resultados.
No es menor el tema del manejo abusivo de las redes sociales para posicionar temas y contrarrestar tendencias que se ha exhibido en http://bit.ly/JpfTJ5 a partir de la voz de un presunto coordinador de jóvenes dedicados a tuitear en masa, por consigna y bajo sueldo. Organizados como un presunto movimiento social voluntario de seguidores de Enrique Peña Nieto y bajo la denominación de Ectivismo, esos tuiteros lanzan campañas de apoyo a su favorito y de acoso o cuando menos molestias a quienes consideran adversarios (este tecleador recibió una tarde pasada cientos de mensajes en catarata enviados por usuarios con cuentas recién creadas, mínimos seguidores y un solo tema expresado en unas cuantas variables redaccionales, apoyar a EPN y refutar a sus opositores). La tecnología ha sido aprovechada por estos maquiladores de Internet para aparentar triunfos, combatir a otros candidatos y distorsionar las tendencias de opinión.
También es evidente el despilfarro de dinero de origen desconocido, que seguramente no será reportado en los gastos oficiales de campaña, en la compra de privilegios de aparición de la marca Enrique Peña Nieto a la hora en que el usuario de redes sociales busca información relativa a otros candidatos y temas. Basta, por ejemplo, teclear AMLO, López Obrador o Vázquez Mota para que en primer lugar y en un recuadro de color diferenciado aparezca el sitio de Peña Nieto.
Y, mientras Sergio Chávez Murueta reporta que “es asombrosa la similitud entre míster R. Firefly (Groucho Marx) y Gabriel Quadri en la profética película Sopa de ganso, cuya trama principal es la nominación presidencial de Firefly, impuesto por una poderosa mujer en un país llamado Freedonia” (http://bit.ly/JWGZqN), ¡hasta mañana!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
El antifaz de las encuestas
Luis Linares Zapata
 
       Armados hasta el cerebelo con los porcentajes de su cotidiana encuesta (tracking, le llaman), los columneros estrellas de Milenio Diario y canal respectivo difunden caprichosas predicciones. El líder indiscutible, el aventajado, el poseedor del récord de simpatías encuestadas por ellos, pudo, al fin, aparecer en la televisión abierta y exponer sus alegatos. Y no sólo eso. Contratacó a los que osaron dirigirle sus cuestionamientos. Pocos, si alguien, esperaban tal milagro de simplona palabrería y atildados modales aconsejados por asesores de imagen corporal. Fue un golpe propagandístico prefabricado con toda anticipación por la nube de protectores que guían las peripecias del señor Peña Nieto en tribunas, fotos y pantallas. La enorme ventaja del mexiquense, presumida con apoyo en el taumaturgo en turno (GEA/ISA), no sólo salió indemne del encuentro con desesperados rivales, sino le permitió mostrar sus acicaladas dotes oratorias, proclaman con donaire de conductores experimentados. Un fenómeno mediático que, sin duda, predican sin disimulo y entusiasmo un tanto fingido, aumentará su ventaja en la reñida competencia por el poder.
Noche a noche predican, auscultan, enjuician e inducen, desde ese canal y diario mencionados, lo que juzgan como irredento destino de las simpatías de los electores mexicanos. No hay alternativa al marcado desde su hertziano megáfono. El señor Peña Nieto, alertan, es y será el indisputable ganador de las venideras elecciones federales. Josefina, para sus pronósticos irremediables, lucha por mantenerse a tiro de un dígito, pero fracasa en el intento. AMLO, con su vetusta y hasta contradictoria retórica amorosa ya está, desde su periscopio cotidiano, condenado al destierro, a la derrota y, más que eso, al olvido.
Hay que decir, empero, que dentro de esa misma organización editorial y mediática hay ciertos colaboradores que salvan, con honestidad, su entereza, inclinaciones personales y reputación. Con dura información a veces, con la refinada prosa y claridad de pensamiento de algunos otros, con sentido del humor e inteligencia en ciertas ocasiones, marcan prudente distancia de sus editores y compañeros de viaje. Tratan, por los medios disponibles a sus posibilidades, de mantener las necesarias e indispensables dudas y distancias del entorno que los rodea. Pero los que acaparan múltiples reflectores, conspicuos miembros de la favorecida opinocracia, recalan, con frecuencia inusitada, y con incontenible saña a veces, en señalar los defectos y cortedades de aquel (AMLO) que les empitona sus más íntimas segregaciones gástricas. Ni modo, cosa de las pasiones de callejón y las visiones obnubiladas por ellas. Las distinciones de calidad entre los rivales por el poder, desde sus altos y severos juicios, se borran. Y, con incontestable plumazo, ponen a salvo a su elegido ganador. Los predicados 20 puntos (o más) de ventaja, conservados a piedra y canto desde hace años, han ido empujando al predilecto que será, qué duda cabe y desde sus alegados compromisos con la verdad, el elegido por esas mayorías que sus sondeos descubren. Y, tras esas pulsiones, atascadas de numerología, desfilan sus confianzas de taumaturgos del periodismo moderno.
La realidad de las preferencias electorales, en cambio, se ha ido acomodando con el indetenible fluir de la campaña. Un caudal a veces sordo, en otras ocasiones apenas audible, pero cierto, va emanando desde el seno mismo de la angustiada sociedad. El sentir que ahí se empolla ha ido sorteando los escollos de la medianía que lo rodea y condiciona. Ahora, después de adquirir la fuerza necesaria para retar al poder establecido, amenaza con volverse un torrente solicitante de atención, pero también de ayudas y generoso aprecio. Tampoco lo ha detenido el barullo mediático perfilado desde las cúspides para contenerlo. La conciencia, esta vez masiva, va, con certeza y decisión, abriéndose un camino coincidente con las aspiraciones de esos muchos que forman mayoría.
Claman por el cambio sin escondrijos ni disfraces. Un cambio que sea verdadero, porque se ha engendrado desde las entrañas mismas del sufrimiento, de la pobreza, de esa precariedad que, no por sus penalidades y extensión, queda huérfana de honestidad y ánimo justiciero. Valores arraigados, conservados, hasta de manera destemplada y rijosa, por sendos grupos de la sociedad. Una fiera lucha, ciertamente de años, sin cuartel en busca de un lugar en la pequeña o gran historia del acontecer nacional se va haciendo presente. Forma ya un movimiento de arrestos transformadores, pero que trascurre, por lo que se ve y oye, ajeno a los escrutadores del oficialismo. Pero ese ronco madurar de intenciones colectivas tras el cambio empieza a ser captado por otros medios y esfuerzos demoscópicos (María de las Heras, Uno Noticias, por ejemplo). No cabe duda que los sentidos, de esos unos cuantos, se embotan con tanto deambular por rutilantes escenarios. La continua presencia en las pantallas de los opinócratas les uniforma voces, embadurna criterios y les congela gestos. Pero, a pesar de lo que difunden en sendas arengas moralinas desde sus pedestales mediáticos, los hechos, sus posturas y hasta sus sentencias, coinciden, a pie juntillas, con los soberbios dictados de aquellos que los miran desde mero arriba.

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