Popocatépetl o Gregorio, alias don Goyo: volcán que humea
Autor: Álvaro Cepeda Neri * |
Sección: Conjeturas
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Según la información que ha publicado el investigador y periodista sonorense Humberto Musacchio López (autor de los diccionarios Milenios de México), Popocatépetl es el nombre náhuatl con el que fue bautizado este volcán, el segundo más alto del país, pues el Citlaltépetl o Pico de Orizaba lo rebasa. Los indígenas le apodaron Gregorio-Goyo, para que el intérprete-mago designado para hablar con el volcán, lo hiciera por medio de su nombre. Y a pesar de que al cercano Iztaccíhuatl se le conocía como doña Manuela, a los gachupines-colonizadores les pareció mejor lo de la Mujer Dormida, por la fantasía visual. Ambos volcanes formaban una pareja, por ese afán de encontrar la relación mujer-hombre hasta en las cosas más inapropiadas. Y cuando no había esmog ni tantos edificios, se podían mirar a simple vista desde la ciudad de México, Puebla, Morelos y el Estado de México.
Éste ha sido un volcán activo, que deja escapar humo, cenizas y, como en estos días, grandes fumarolas con vistosas y amenazantes llamaradas durante la noche alarmando a más de 100 mil mexicanos que viven en sus alrededores pero que se niegan a evacuar sus casas, arraigados a “su volcán”. Lleva semanas provocando temblores y su actividad se aceleró –dicen los investigadores– a raíz del sismo de 7.4 grados que cimbró a la mitad del país el pasado 14 de marzo, con sus respectivas réplicas. Esos choques han removido el magma debajo del Popo y éste, más que humo y cenizas, está dispuesto a dejar escapar una erupción de consecuencias imprevisibles.
Se han establecido, con muchas fallas, salidas de emergencia para escapar y que poco se sabe si serán seguras ante la expulsión de todo lo que hay dentro del volcán y sus profundidades que llegan al centro del planeta y cuyo fuego mantiene cierta temperatura en la superficie de la Tierra que se complementa con las radiaciones del Sol. El caso es que a los males humanos que hemos creados los mexicanos y los malos gobiernos, los funcionarios pillos, los narcotraficantes matones, la pobreza terrible y el angustioso desempleo, don Goyo le quiere sumar una erupción, como nos ha estado advirtiendo.
Desde marzo pasado, el Popocatépetl expulsa vapor, fumarolas (volcán de humo, al fin), ceniza e incandescentes luces que son reflejo del magma ya en su cráter. La Mujer Dormida, afortunadamente, no ha despertado de sus nevados sueños (escasos, por cierto, por el cambio climático). Empero, Don Goyo está despierto, furioso y se impone con sus rugidos y temblores que han puesto en alerta al centro geográfico del país. Se instalan albergues en la confluencia del Estado de México, Puebla y Morelos. Y precauciones allá por la delegación Milpa Alta… Sin embargo la vida debe continuar, como asevera la ópera trágica de Ruggiero Leoncavallo Los payasos, donde se encuentra la letra de “ríe, payaso, ríe…”.
El Popocatépetl nos tiene entre la posible tragedia y la continuidad de los quehaceres de la vida que van entre la risa y el llanto. Entonces, “ríe, payaso, ríe”…
*Periodista
¿Cuál debate…? De los cuatro se hizo uno: ¿ganó AMLO?
Hubo espectáculo. Pero nunca debate. Ignoraron los cuatro (ni siquiera fantásticos), que “la democracia es discusión”. No expusieron sus ofertas. No se despeinaron. Peña, sobrado de triunfalismo y creído conservó su engomado copete. López Obrador con su desparpajada cabellera gris, se nota cansado. Josefina, con su rostro deslavado, anémico y su voz desgastada, sin pilas. Y Quadri, el títere de Elba Esther con sus estudiados movimientos de cabeza, paseó sus caireles, su bigote casi hitleriano y su cantaleta de odiar la política (ni idea tiene de ésta como historia de las teorías políticas y como ciencia; ni de las experiencias políticas, ni siquiera de la mexicana)… ¿entonces, qué hace metido en la política electoral? Era mejor ver el futbol.
Perdieron la oportunidad de debatir sus propuestas, el presente nacional y sus desgracias por el mal gobierno calderonista. Repitieron lo dicho hasta la saciedad en su propaganda en medios de comunicación, donde la maldad de los concesionarios amontona esos mensajes que aburren y confunden. Quienes escuchamos o vimos el espectáculo dominical, concluimos que nada nuevo hay bajo el sol electoral mexicano. Fue mucho el escándalo de que el dueño de Tv Azteca se negara a transmitir el acto, en un desafío para que uno de los cuatro mencionara si las concesiones son propiedad privada, pues la pobreza del encuentro fue sólo para cubrir el expediente del Instituto Federal Electoral (IFE). Luego se fueron a “festejar” su pésimo desempeño. Y que nadie se queje de que no asistan ni la mitad de los casi 80 millones de electores, y el abstencionismo, con los que anulen su voto, arrase con nuestra elemental democracia.
López Obrador sobresalió y puede decirse que llevó el espectáculo, al grado que debe haber subido en las encuestas, para colocarse en segundo lugar y en posición de empatar con Peña, para que realmente la competencia se dé entre ellos dos. Y si el IFE, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y los mecanismos para el fraude no funcionan, en una de esas el perredista se encarama, si en el segundo debate mantiene su línea ya sólo contra el mexiquense, pues Quadri y Josefina están descartados. Si de los cuatro se hizo uno, no hay duda que fue López Obrador, a quien se le vio auténtico, seguro, patriota y no como Peña que anduvo por las ramas y falso al decir que él no quiere privatizar Pemex, sino… ¡modernizarlo!, que es lo mismo, pero encubierto con una palabra del vocabulario salinista: modernizar para privatizar.
Me parece que no hubo un debate. Se presentaron a una ceremonia, donde Peña sí exhibió a la panista, quien se vio opaca. Quadri cabalgó sobre su ecologismo, no sobre la ecología, para hacerse el “científico”. Como ecólogo iba más o menos bien, hasta que aceptó someterse a la tenebrosa, antiecologista y traidora Elba Esther Gordillo.
En riguroso examen, como ciudadano-juez, López Obrador triunfó. En segundo lugar quedó Peña. Y fuera de la pista Chepina y Quadri. Todo está entre el PRD y el PRI. Ya veremos el segundo debate, donde López Obrador tiene todo para volver a ganar y Peña puede perderlo todo. Ojalá sea un verdadero debate. Una discusión.
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