El Despertar
Morena: entre la ética y el pragmatismo
José Agustín Ortiz Pinchetti
El conflicto entre principios y pragmatismo político da para mucho. Los principios son fijos e inmutables. Kant decía que eran como las estrellas en el cielo nocturno. Están inscritos en la conciencia humana y son universales. Los valores contradicen muchas veces a los principios, son criterios impuestos por la cultura, la moda, las ideas de la clase dominante. Se dice que los políticos practican el maquiavelismo: que el fin justifica los medios. Sin embargo, el político de altura no puede descuidar ninguno de los dos requerimientos: si traiciona los principios, puede triunfar a corto plazo pero pierde el destino y el prestigio, y si descuida la eficacia, los adversarios y la realidad lo derrotarán. El consejo evangélico apunta al equilibrio: sed puros como palomas y astutos como serpientes.
Ejemplos: Benito Juárez. Tenía como estrella polar la soberanía nacional y le fue fiel. Pero practicó la política con astucia, decisión y valentía. Así triunfó entre los liberales, algunos más brillantes que él, y derrotó a los reaccionarios, restauró la República y es considerado el mayor héroe de México.
Lázaro Cárdenas del Río fue leal al interés de la nación y llevó a la máxima realización posible el programa de la Revolución. Pero para triunfar en la nacionalización del petróleo se movió en zigzag con astucia felina, sin cometer un solo error. Fue un pragmático ético y el mejor presidente del siglo XX.
Francisco Madero es el político más limpio de nuestra historia. Creyente devoto en la democracia, resultó un hábil organizador de una rebelión política. Ya en la práctica del poder siguió fiel a los principios pero mostró debilidades y contradicciones que le costaron la vida.
El Movimiento Regeneración Nacional (Morena) intenta ser fiel a los principios democráticos y al interés popular, pero en forma simultánea debe defenderse de los enemigos de dentro y de fuera y levantar una enorme organización. Un buen indicio de que lleva buen rumbo fue el espléndido acto en que se presentó el Proyecto Alternativo de Nación el pasado domingo 20. Todos los que asistimos lo recordaremos. No sólo las propuestas sintetizan una verdadera y única alternativa a la decadencia de nuestra sociedad, sino además se mostró organización, puntualidad, entusiasmo, autogestión: eficacia política. Este acto contrastó con el desaguisado en la elección de la dirigencia del PRD, donde no hubo proyecto alguno salvo lograr posiciones, hasta llegar a una solución medio esquizofrénica. Quien traiciona los principios en aras de los intereses termina por perder los principios y los intereses.
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