Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

viernes, 25 de marzo de 2011

SOBRE EL PETROLEO ESTOS SINVERGUENZAS

“Otra vez la burra al trigo… y los cuervos al petróleo”
Javier Jiménez Espriú
Un nuevo embate contra la industria petrolera mexicana aparece tanto como estrategia para la desintegración de Pemex, que como medida de distracción –también estratégica– para quitar la atención sobre los contratos incentivados –anticonstitucionales– que la dirección de Pemex ha anunciado para licitación.
Con una extensa Exposición de motivos de 15 cuartillas, en donde no encontré ningún argumento diferente a los que plantearon hace tres años, y que fueron rechazados no sólo por el Congreso que representa al pueblo, sino por el pueblo mismo –independientemente de lo que hiciera su representación– en una gesta memorable, un grupo de senadores panistas propone un decreto que modifique el artículo 28 de la Constitución para dejar como área de exclusividad del Estado, en lo referente a la industria petrolera, sólo la exploración y la explotación de los hidrocarburos, lo que por otro lado, a través de los contratos incentivados recién anunciados piensan nulificar, sin necesidad de modificar la Constitución, sino dándole sólo una violadita.
Se trata de una nueva versión de la vieja letanía para la entrega de la refinación y los ductos de transporte de hidrocarburos y todo lo que se llama la corriente aguas abajo a la iniciativa privada. ¡Otra vez la burra al trigo… y los cuervos al petróleo!
A falta de nuevos argumentos, y para darle peso a su propuesta, de lo que carece, los señores senadores invocan al general Lázaro Cárdenas –¿sofistas o cínicos?– como la fuente inspiradora de su iniciativa para fortalecer a Pemex y darle viabilidad, lo que según ellos no tiene. Esa era la idea del general presidente, nos señalan aparentemente sin que les temblara la pluma. ¡Qué cachaza! Ahora querer enarbolar la bandera del general Cárdenas para sus propósitos antinacionalistas.
¿Será esta nueva andanada contra la industria petrolera una de las monedas de cambio del presidente Calderón para que le quitaran de enfrente al embajador Pascual? ¿Será la intención de cumplir compromisos anteriores con el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y sus dueños? ¿Se trata de confirmar que este gobierno es como el anterior, un gobierno para empresarios? o es simplemente asunto de negocios –¡Pemex is Pemex, but business is business!– que quieren cerrar antes de irse para cosechar las utilidades. Lo más probable es que todo sea un solo paquete.
Hace un par de semanas escribí, con motivo de los contratos integrales anunciados por Pemex, un artículo que publicó La Jornada, que titulé Banderazo para arriar la bandera de Pemex, que terminaba con dos párrafos que transcribo porque son válidos para el tema que ahora abordo. Dicen así:
“Ya en ocasión anterior, después de aprobada la ‘reforma energética’, expresé que se había logrado detener la entrega total de Pemex, pero que no había que bajar la guardia, porque vendrían nuevos embates. Estos han seguido y, con renovados ánimos y con renovado secretario de Energía, ahora aparecen para tratar de asestar un golpe mortal a nuestra industria petrolera.
Con la misma tenacidad de los agresores, quienes queremos a Pemex como una industria nacional apegada a lo que define nuestra ley superior, lo defenderemos sin descanso, con la ventaja de que a nosotros nos asiste la razón legal y los sentimientos de la nación.

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