Desaparecidos en México: “La vida no vale nada”
En México la vida vale muy poco para nuestras  autoridades, al menos eso es lo que le han hecho sentir a las madres, padres y  familiares de los miles de desaparecidos en los últimos años. Pero no sólo a  ellos: la mayoría de los mexicanos se siente absolutamente indefensa ante los  secuestros, asesinatos y desapariciones perpetrados por el crimen organizado,  las Fuerzas Armadas y las diferentes corporaciones policiacas. Además,  padecemos  la ineptitud, lentitud y falta de compromiso en el proceder de  nuestras  autoridades para impartir justicia. La cifra de personas no  localizadas –de  acuerdo con el presidente de la Comisión Nacional de los  Derechos Humanos  (CNDH), Raúl Plascencia Villanueva– es de 24 mil 800, y día a  día se incrementa  en un laberinto de agencias gubernamentales y personal  burocrático que no  ha dado resultados ni siquiera en la contabilización de las  víctimas, pues la  cifra cambia según la dependencia o funcionario. Baste  recordar que en febrero  de este año Amnistía Internacional calificó de  escalofriante la cifra de 27 mil  desaparecidos durante el gobierno de Felipe  Calderón, misma que fue dada a  conocer por la subsecretaria de Asuntos  Jurídicos y de Derechos Humanos de la  Secretaría de Gobernación (Segob), Lía  Limón, y que no pudo ser corroborada por  el secretario de Gobernación, Miguel  Ángel Osorio Chong (Fabiola Martínez, La  Jornada, 22 de febrero de  2013). ¿Entonces ya encontraron a más de 2 mil de  ellos? Esa y muchas otras  preguntas son las que se hacen diariamente los  familiares de los  desaparecidos.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
  
 
 
 
Fuente: www.contralinea.com.mx Periodismo de investigación http://contralinea.info/archivo-revista/index.php/2013/06/16/desaparecidos-en-mexico-la-vida-vale-nada/
Fuente: www.contralinea.com.mx Periodismo de investigación http://contralinea.info/archivo-revista/index.php/2013/06/16/desaparecidos-en-mexico-la-vida-vale-nada/
Un puñado de madres y un padre andan fatigados  de peregrinar de un lugar a otro, de entrevistarse con múltiples autoridades de  los diferentes niveles de gobierno y de los grupos defensores de los derechos  humanos, así como de diversas agencias de investigación: Subprocuraduría  Especializada en Investigación de la Delincuencia Organizada (SEIDO); Fiscalía  Especial de Investigación para Secuestros; Procuraduría General de la República  (PGR); Policía Federal (PF) y en una infinidad de ministerios públicos.  Enervados de escuchar siempre que no se tienen ni los recursos económicos ni el  personal necesario ni capacitado para realizar la búsqueda de sus hijos. Varios  de ellos, quebrados económicamente por haber destinado sus pocos recursos a  realizar una tarea que debe hacer el gobierno, batidos por sobrevivir en una  búsqueda interminable, por rogar a las autoridades que hagan su trabajo (por el  que nosotros les pagamos exorbitantes sueldos con nuestros impuestos, que a  ellos sí les permiten tener guaruras y sistemas de seguridad para sus  seres queridos). Cansados de no obtener resultados y en el marco de múltiples y  multitudinarias protestas a lo largo del país por la crisis de los miles de  desaparecidos (Fernando Camacho Servín, La Jornada, 11 de mayo de  2013).
Ellos y un activista, hartos de la corrupción  y la burocracia padecida en sus indagatorias iniciaron el pasado 9 de mayo, en  la víspera del festejo del día de las madres, una huelga de hambre en un  plantón  sobre la avenida Reforma, frente a la PGR en el Distrito Federal. Se  trató de un  acto desesperado para exigir a nuestras autoridades que encuentren  a sus hijos  desaparecidos. Su principal petición: que Enrique Peña Nieto los  recibiera y  atendiera sus demandas, creyendo que nuestro señor presidente tiene  las  facultades, el talento y la sensibilidad para ordenar y organizar la  localización de sus hijos. ¿Pero cómo creer eso si cuando fue gobernador del  Estado de México las desapariciones de personas fueron cotidianas? Una  investigación de Esteban Contreras da cuenta de ello. De acuerdo con el Centro  de Investigación y Capacitación Propuesta Cívica (CICPC), entre diciembre de  2006 y noviembre de 2012 el Estado de México reportó 2 mil 552 desaparecidos,  con 15.1 millones de habitantes. Entonces, desaparecen 17 personas por cada 100  (“Desaparecidos e invisibles”, Reporte Índigo,  www.reporteindigo.com/reporte/guadalajara/desaparecidos-e-invisibles, 12 de  abril de 2013).
Los números son nada prometedores en el   currículum del actual ocupante de Los Pinos; más aún, cuando en su  búsqueda los resultados obtenidos por su administración estatal son  vergonzosos,  como señala en su reportaje Marcela Turati (“Rabia e impotencia”,   Proceso, 2 de junio de 2013).
Aun a costa de su salud, esas madres y ese  padre se emplazaron en una protesta inhumana: Margarita López, madre de Yahaira  Guadalupe Bahena, desaparecida en Oaxaca el 13 de abril de 2011; Ana María  Maldonado, madre de Carlos Palomares, desaparecido el 22 de septiembre de 2010  en la colonia Narvarte del Distrito Federal; Dolores Rodríguez, madre de Juan  Eduardo Olivares Rodríguez, desaparecido el 1 de septiembre de 2011, en  Tampico,  Tamaulipas; Irma Alicia Trejo Trejo, madre de Francisco Albayera,  desaparecido  el 26 de marzo en la delegación Venustiano Carranza del Distrito  Federal; Nancy  Rosete Núñez, madre de Elvis Axell Torres, desaparecido el 30 de  diciembre de  2010 en un viaje rumbo a Tamaulipas; Érika Montes de Oca Marín,  tía de Sergio  Eduardo Guillén, desaparecido el 28 de noviembre de 2012 en la  Ciudad de México;  y el único padre: Atanasio Rodríguez, en búsqueda de su hijo  Alejandro Rodríguez  González, quien tras la detención que sufrió por policías  municipales de las  patrullas 1250 y 1440 de San Luis Potosí, el 19 de julio de  2010, no volvió a  ser visto. De acuerdo con los huelguistas, durante el plantón  el procurador  general de la República, Jesús Murillo Karam, les mandó decir con  el  subprocurador de Derechos Humanos de la PGR, Ricardo García Cervantes, que   “estaba muy molesto” por la instalación del campamento y que ellos no  responderían por su salud o lo que les sucediera. En México si eres víctima del  crimen también lo eres de las autoridades, pues por principio de cuentas son  éstas las que han prohijado el crecimiento de las bandas criminales desde hace  mucho tiempo y aquí no se puede hablar de una u otra administración, de uno u  otro partido, en general los encargados de gobernarnos y de “velar por nuestros  intereses” han estado más preocupados en su imagen, en ganar elecciones con  dinero del erario robado al pueblo y en mantenernos a raya, en la  ignorancia, lejos de la toma de decisiones y sumidos en la preocupación de  obtener alimentos y medicinas para sobrevivir el día a día, y así evitar actos  contestatarios y de crítica como el plantón del 10 de mayo.
¿Qué lograron los progenitores en 9 días de  huelga de hambre? Que el 17 de mayo en la PGR, en una rueda de prensa, Murillo  Karam reconociera que las pesquisas para la localización de los desaparecidos,  en muchos casos ha llegado tan lejos como lo han logrado los mismos padres, en  un comentario que intentó mostrar su apoyo y reconocimiento a los familiares  que  han realizado las más de las veces una investigación sin el apoyo de las  autoridades y salvando los múltiples obstáculos burocráticos, de corrupción y  de  indolencia de éstas. Comentario que sólo hizo más evidente la incompetencia  de  su jefe, la suya y la de sus subalternos. Además, Murillo Karam y Osorio  Chong  aseguraron que en 8 días estaría lista una nueva unidad de búsqueda  especializada en desaparecidos, por lo que los reclamantes aceptaron levantar  sus carpas y terminar la huelga de hambre, esperanzados de la próxima reunión  en  la que se anunciaría la creación formal de la mencionada unidad.
El 27 de mayo en las instalaciones de la PGR,  en una reunión con funcionarios del más alto nivel, a la cual no asistió Peña  Nieto, quien estaba ocupado en Los Pinos hablando del promisorio futuro  económico de México, en un discurso como los que otros presidentes han dado en  las últimas décadas y que no han sido más que palabrería llena de promesas que  adornan su falsa preocupación por nuestro bienestar. Mientras, en la PGR las  madres y padres de los desaparecidos fueron “atendidos” por Osorio Chong,  Murillo Karam, Plascencia Villanueva y García Cervantes, pues Lía Limón y el  comisionado nacional de Seguridad, Manuel Mondragón Ikalb, entre otros  funcionarios, sólo se subieron al estrado para tomarse la  fotografía.
Y cuando digo “atendidos” me refiero a que les  dieron un discurso también lleno de promesas: el anuncio de la creación de la  Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas (UBPD) que se dedicará en “cuerpo  y  alma” a la búsqueda de los desaparecidos, integrada por 12 agentes del  Ministerio Público federal y un equipo especial de elementos de la PF, del cual  no se mencionó la cifra –lo único nuevo después de la reunión del 17 de mayo–   para atender más de 24 mil casos. A menos que esos elementos sean   superhéroes, dudo mucho que resuelvan tal cantidad de investigaciones en  la ventanilla única que Murillo Karam les dijo a los padres sería el  único lugar a donde deberían dirigirse en adelante y en donde se les  resolverían  sus casos. Ni Murillo ni Osorio sabían el monto de los recursos  asignados ni de  donde los obtendrán y tampoco mencionaron la dirección exacta  donde se ubicará  la Unidad. Los padres salieron devastados y decepcionados,  mientras se  preguntaban: ¿dónde está la ventanilla, la Unidad? Y, como siempre,  ¿qué sigue,  a dónde dirigirse, a quién exponerle su caso? Además, en la reunión  ni siquiera  se les asignó un lugar al frente del salón, ya no digamos en el  estrado, y en la  que ninguno de los oradores se refirió a ellos por su nombre  ¿Qué tan difícil  era saberse sus nombres, los de seis madres y un padre  desahuciados por  su gobierno? En el acto sólo se le permitió la voz a  Jaime Olivares, vocero del  grupo y padre del desaparecido Juan Eduardo Olivares  Rodríguez, quien, por  solidaridad con sus compañeros, rechazó participar, pues  la idea de ellos era  hablar todos en la voz de los otros miles de padres y  familiares que aún esperan  una respuesta y resultados satisfactorios de sus  autoridades.
Esos “detalles” de falta de atención para con  las víctimas sólo muestra la indolencia de nuestras autoridades y su falso  proceder. Un día después y ante la andanada de críticas en los medios por lo  anunciado, Murillo Karam dijo que junto a los 12 agentes ministeriales ya se  encontraban trabajando 30 policías federales (Gustavo Castillo García, La  Jornada, 29 de mayo de 2013). Asimismo, García Cervantes sumó nuevas  promesas y buenos deseos a los ya hechos por su jefe, al decir que se  anunciarán  los compromisos que asumirán los procuradores de todo el país, que  no sólo serán  12 agentes y 30 policías, que los recursos ya se tienen y no  faltarán, aunque no  precisó montos y sólo señaló que se tomarán de los gastos  de investigación  (Castillo García, La Jornada, 30 de mayo de 2013). En  lo que parece más  una sucesión de ocurrencias que un plan bien detallado para  la conformación de  la UBPD, pues ahora se “atiende” a los familiares de los  desaparecidos en una  sede provisional en la calle de López, número 12, colonia  Centro, Distrito  Federal, en la Subprocuraduría de Derechos Humanos, Atención a  Víctimas y  Servicios a la Comunidad de la PGR, en donde Salomón Baltazar  Samayoa lleva los  casos de los desaparecidos, y aunque en diversos medios  Murillo Karam ha dicho  que Baltazar será el encargado de la UBPD, hasta ahora  los familiares de los  desaparecidos que han asistido al lugar no tienen certeza  de ello.
En resumidas cuentas, la reunión del 27 de  mayo sólo sirvió de reflector para que nuestros altos funcionarios se  tomaran  la fotografía y aprovecharan la ocasión para ejercer sus facultades  oratorias, al anunciar formalmente la creación de la UBPD de la manera más  informal y con un alud de promesas que esperemos no terminen en mentiras para  los padres, que a razón de la realización de ésta levantaron su plantón el 17  de  mayo. El gobierno logró su cometido: no le conviene la imagen de un grupo de  quejosos en la principal avenida del país y ante los ojos del mundo, víctimas  que simplemente piden encontrar a sus hijos. Situación que evidencia el Estado  fallido, con un gobierno incapaz de garantizar el derecho a la vida; encontrar  a  miles de desaparecidos; devolver a sus padres un hijo… No es un gobierno; es  una  pantomima. De la incompetencia de nuestras autoridades para gobernar e  impartir  justicia no nos debemos sorprender, pues ésa ha sido una de sus  constantes,  además de la corrupción; pero como sociedad sí nos debemos asombrar  de la triste  y vergonzosa situación de esas madres y padres que han perdido lo  más valioso  que les dio la vida: uno o varios hijos. Debemos involucrarnos en  su lucha,  sumarnos a ellos y abogar por su causa, pues todos somos tan  vulnerables como  ellos y estamos diariamente en riesgo de ser desaparecidos o  de que lo sean  nuestros familiares, pues vivimos en un país donde La vida no  vale nada o  vale muy poco para nuestros gobernantes: una unidad sin sede,  12 agentes  especiales y tomarse la fotografía en una reunión que  carecerá de todo  sentido si en breve no se localiza un considerable número de  los miles de  desaparecidos y en algo se restituye el dolor, el sufrimiento y el  quebranto  económico de las madres, padres y familiares de esos que nuestros  gobernantes  han reducido a números en cifras dispares y que han olvidado en el  laberinto  de la corrupción y la burocracia.
*Maestro en ciencias; arqueólogo subacuático;  diseñador gráfico; integrante del taller Madre Crónica
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 Fuente: Contralínea 339 / junio  2013
Fuente: www.contralinea.com.mx Periodismo de investigación http://contralinea.info/archivo-revista/index.php/2013/06/16/desaparecidos-en-mexico-la-vida-vale-nada/
Fuente: www.contralinea.com.mx Periodismo de investigación http://contralinea.info/archivo-revista/index.php/2013/06/16/desaparecidos-en-mexico-la-vida-vale-nada/


 
 
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