Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

jueves, 20 de junio de 2013

Escondite de pedófilos- El jícuri: la otra cara de Wirikuta

Escondite de pedófilos

Por: - junio 20 de 2013 - 8:33Cacho en Sinembargo, COLUMNAS - 12 comentarios
 
Sólo durante este mes, siete pederastas norteamericanos fueron arrestados en Puerto Vallarta. Todos tenían órdenes de aprehensión en los Estados Unidos por explotación sexual infantil, dos de ellos están vinculados con redes internacionales. Hoy, las autoridades norteamericanas buscan a uno de los más notorios productores de pornografía infantil que escapó de Arizona y, según evidencia y testimonios, vive entre Puerto Vallarta, Chapala, Ajijic y Guadalajara.
 
Su nombre es David Benjamin Creamer, (también conocido como Ben Creamer o Dave Creamer). Nació en Tucson, Arizona, en 1946 y hace 15 años fue arrestado en su país por posesión y producción de más de 100 mil videos de pornografía infantil y de violencia sexual con bestialidad. Solamente entre 1994 y 1995, Creamer obtuvo ganancias por 2.3 millones de dólares de la venta de estos videos en que aparecían niñas y niños de entre cuatro y 16 años. Con la jugosa venta de ese material, aseguran las autoridades, este hombre logró tejer una red internacional de compra-venta de material audiovisual que muestra violaciones de niños, niñas y adolescentes. Entre los países donde tenía más contactos se encuentra México.
US Department of Justice Most Wanted.
US Department of Justice Most Wanted.
En septiembre del 95, escondida en  dos hangares aeroportuarios, se descubrió la evidencia que logró su arresto. Ahora se sabe que en una avioneta Cessna de su propiedad viajaba sin ser detectado. En el hangar se encontraron 70 armas de fuego con 80 mil cartuchos. Registrados a su nombre tenía autos, un yate y un rancho. Las autoridades federales lo apresaron en 1997 bajo 23 cargos, entre los cuales están pornografía infantil, lavado de dinero, evasión fiscal y posesión ilegal de armas. Un jurado federal lo dejó en libertad condicional para seguir el juicio fuera de prisión; desde entonces escapó. Durante algún tiempo vivió en Las Vegas; recientemente el Instituto Nacional de Migración reveló que ingresó a México, vía Guadalajara hace años y no hay registro de su salida.
 
Tradicionalmente, los pederastas que, además de ser consumidores de material sexual explícito son productores, viajaban a Camboya, Tailandia y Filipinas donde las redes de explotación sexual comercial se vinculan directamente al turismo pedófilo. Sin embargo, a partir del año 2000, en que las autoridades migratorias norteamericanas implementaron en aeropuertos un programa de búsqueda y seguimiento de pedófilos que viajaban a sureste asiático, estos buscaron nuevos mercados y encontraron en Cancún, Puerto Vallarta y Acapulco tres centros donde podrían vivir en comunidades de retirados, ocultos entre gente de bien que puede tener una mejor calidad de vida en México con los dólares de su retiro.
 
Fue justamente en Arizona, en el poblado de Chandler, donde el hoy sentenciado Jean Succar Kuri, huyó para ocultarse en casa de un socio que distribuía la pornografía y le encontraba niñas norteamericanas para ser explotadas en Cancún.
 
El caso más famoso de Puerto Vallarta es sin duda el de Thomas Frank White, un multimillonario de 70 años que creó una fundación con su nombre en San Francisco, desde donde se donó a si mismo 3.5 millones de dólares para sostener un albergue para niños de la calle, donde según el testimonio de 79 niños y adolescentes White abusaba de ellos y les filmaba. White se retiró a Puerto Vallarta cobijado por la comunidad norteamericana, compró el Hotel Iguana y la mansión Casa Blanca, se vinculó con la sociedad local. Ya desde la década de 1990 fue denunciado por pederastia en su país de origen y fue entonces que viajó a México. Gracias al trabajo de la asociación civil comandada por María García Reynoso, se giró una orden de arresto y White se dio a la fuga, sólo para ser arrestado en 2003 en Tailandia. En 2005, fue extraditado a México donde luego de un par de años un juez determinó que el delito de corrupción de menores había prescrito hacia cuatro meses. Sin embargo, sigue en prisión por acusaciones de orden federal, ahora en espera de ser extraditado a los Estados Unidos para ser juzgado allá por los delitos de pornografía infantil y trata de menores. White asegura ser inocente y dice que su relación con pederastas de Tailandia no significa nada.
 
Lo cierto es que la notoriedad de ese caso inspiró la creación de organizaciones de protección a la infancia. Al mismo tiempo, dos organismos empresariales femeninos impulsaron acciones directas en el sector turístico, cuya función es prevenir la explotación sexual comercial infantil (ESCI). También han creado una cultura solidaria para pedir ayuda a la comunidad de personas expatriadas norteamericanas que viven en Jalisco, quienes pueden ser de gran ayuda para detectar a los pedófilos en fuga. Este es un caso importante. Si usted sabe algo de David Benjamin Creamer puede dar aviso a @nomorechildporn.
 
Recientemente Nelly Montealegre, fiscal especial de la PGR para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas, declaró que México ocupa el primer lugar mundial en producción y circulación de pornografía infantil. De enero a junio de 2013, en México han sido detectadas, al menos, 12 mil 300 cuentas personales de Internet con pornografía de menores de 18 años. La fiscal asegura que trabajan para identificar las características en las víctimas, así como las de los victimarios. También aseguró que las entidades en que más circula este producto ilegal son el Estado de México, Nuevo León y el Distrito Federal. Será importante diferenciar entre el sexting (videos hechos entre parejas adolescentes) y la ESCI.
 
La persecución de estos delitos cibernéticos puede enfrentarnos al renacimiento del antiguo mercado de venta de cds o Blu-ray con películas como las que producían Succar, Creamer y otros tantos negociantes que viven de la explotación sexual infantil. La idea es cerrarles el paso, vayan por donde vayan, ¿no crees?
@lydiacachosi
FUENTE: sin embargo.mx
 

El jícuri: la otra cara de Wirikuta

Junto con el maíz y el venado, está relacionado con los mitos de origen de este pueblo. El jícuri hace su aparición dentro de la cosmogonía wixarica o huichola, cuando les salva del hambre y los cura de sus enfermedades. Cada botón de peyote es la huella del Hermano Mayor –el Venado Azul (Kauyumari)– que habita la tierra sagrada de Wirikuta.
Esta planta sagrada contiene más de 400 sustancias químicas entre las que destaca la mescalina, cuyos efectos por su consumo se manifiestan en náuseas,  introspección,  psicodelia y  activamiento del libido, entre otros.
Para los huicholes, el jícuri es el espíritu de un abuelo, el que con sabiduría y paciencia enseña, no sin algún merecido regaño. Anualmente realizan una peregrinación de casi 550 km desde el norte de Jalisco y sur de Nayarit donde habitan, hasta Wirikuta, para “cazar al venado”, es decir, recoger jícuri para su consumo durante sus festividades y ceremonias. Anteriormente recorrían esta distancia a pie con una duración de tres meses. Aún cuando en la actualidad se hace en automotores, es obligado el paso a cada sitio sagrado donde habitan sus dioses, a los que les llevan ofrendas. Este intercambio simbólico asegura el orden del cosmos de los wixaritari.
En la actualidad, este pueblo se enfrenta a problemas vinculados al desarrollo minero en la zona, lo cual ha acaparado la atención nacional e internacional. Sin embargo, poco se ha dicho de la tragedia del peyote.
La llamada “búsqueda de camino” o el “despertar de la conciencia” a través del uso de esta planta sagrada, está amenazando sus poblaciones. El resurgimiento del chamanismo y los movimientos new age, están contribuyendo a su disminución. No es raro encontrar cerca de Real de Catorce o Wadley a jóvenes acompañados de un “maestro” en busca de esta planta. En muchos casos, su consumo en el desierto se ha tornado una especie de “rito de paso” dentro de esos círculos, lo cual en sí no implica una práctica inapropiada. El problema es que también es común su uso con fines únicamente alucinógenos, lo que para los huicholes representa mancillar una esencia sagrada y profunda de su cosmovisión. El jícuri no provoca alucinaciones, más bien presenta otra cara de la realidad. Para consumirse se necesita ser hombre fuerte de corazón como dicta la “costumbre” huichola. Ello evita que se vean cegados por el poder y la ambición.
En algunos lugares de Wirikuta se ha regulado el acceso y consumo de jícuri siempre y cuando no se lleve ningún ejemplar fuera de la zona. Desgraciadamente, es difícil controlar su extracción, por lo que de diferentes partes de México y del extranjero se saquean anualmente cientos de peyotes frescos o en polvo. Cuando es en esta última presentación, los transportan sin mayor dificultad haciéndolo pasar por algún producto naturista. Reportes señalan la existencia en Wirikuta de casas en cuyo patio trasero existían alrededor de 10 mil cabezas de jícuri. Éstas eran “procesadas” por un grupo de jóvenes nacionales y extranjeros, quienes emulando una producción en serie, los limpiaban, los partían en gajos, los disponían bajo el sol para su secado y los molían.
Existen algunos “círculos espirituales chamánicos” en México con sucursales en Sudamérica y Europa, que han aprovechado la poca vigilancia existente sobre esta cactácea para su distribución. En España se vende por Internet la planta en fresco, en polvo y la semilla para su cultivo, sin la menor restricción.
Por otra parte se está expandiendo el cultivo de jitomate en Wirikuta cuya actividad conlleva arrancar el peyote existente en el área de siembra. La ganadería extensiva también significa una merma para la población natural, dado que los animales lo ingieren. Sería interesante conocer los efectos sobre la población de peyote en las áreas donde los jales de las mineras han impactado el entorno natural.
Finalmente, es importante mencionar que existen algunos círculos que buscan la legalización del uso del peyote con fines chamánicos, para lo cual están utilizando las figuras jurídicas de “iglesia” y “religión”. Independientemente de su confusión entre lo que implica espiritualidad y tradición, por un lado, y religión e iglesia por el otro, antes de pensar en ello sería importante, por ejemplo, tener un estudio de ecología de poblaciones de este cactus que permita conocer a detalle sus rasgos demográficos y su distribución. Además, se hace necesario tomar medidas de control de tráfico de peyote más efectivas, dado que su precio en el mercado negro en México está alrededor de los 250-300 pesos por pieza. Legalizar su uso para aquellos que no son huicholes, implicaría una verdadera depredación hacia este cactus. Tiene que ser así, de otra manera esto podrá conducir a lo que algunos grupos han provocado como es el saqueo de zonas arqueológicas, la mala conducción de ceremonias chamánicas y el mal uso del jícuri por falsos “maestros” que tergiversan la esencia de la cultura huichola y de los nativos americanos.
FUENTE: sin embargo.mx

No hay comentarios:

Publicar un comentario