Banco del Vaticano aplicará tolerancia cero contra el lavado de dinero
El Vaticano después de la elección del Papa Francisco.
Foto: AP / Emilio Morenatti
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MÉXICO D.F., 31 de mayo (apro).— El presidente del Banco del Vaticano, Ernst von Freyberg, aseguró hoy que uno de sus principales objetivos es aplicar la tolerancia cero con los clientes y trabajadores que resulten involucrados en el lavado de dinero dentro de esa institución.
“Personalmente, me encuentro en la mesa cada semana todos los casos sospechosos. Y también tengo reuniones semanales con el responsable de combatir el lavado de dinero”, dijo Von Freyberg, en una entrevista difundida por Radio Vaticana.
Y agregó que la Santa Sede se ha comprometido a adecuar sus operaciones financieras a las normas internacionales y a los estándares exigidos a todos los demás bancos.
“La transparencia es clave. Somos completamente limpios, como es necesario ser si se quiere ser aceptado en el sistema financiero internacional”, recalcó.
Asimismo, dijo que antes de tomar posesión de su puesto supuso que iba a poner en orden muchas cuentas irregulares y a realizar una amplia operación de limpieza, pero que hasta hoy no ha detectado irregularidades.
Informó que el Banco del Vaticano, cuyo nombre formal es Instituto para las Obras de Religión (IOR), administra actualmente 7 mil millones de euros (alrededor de 9 mil millones de dólares), que proceden de 19 mil clientes, que son instituciones católicas y empleados del Vaticano, en su mayoría monjas y religiosos.
Y aclaró:
“No somos un banco. No prestamos dinero. No hacemos inversiones directas. No operamos de contraparte financiera. No especulamos en divisas o bienes”.
Especificó las labores propias de la institución que preside:
“Recibimos dinero y lo invertimos en bonos del Estado, en obligaciones y en el mercado interbancario, en el que depositamos a una tasa de interés ligeramente superior a lo que recibimos, con el fin de poder devolver el dinero a nuestros clientes en cualquier momento”.
Designado presidente del Banco del Vaticano apenas en febrero pasado, por el Papa Benedicto XVI, Von Freyberg señaló que su pretensión de hacer limpias y transparentes las operaciones del banco también se debe a que trata de dejar atrás la mala reputación del banco, que en algunas ocasiones se vio envuelto en escándalos de opacidad y corrupción.
“Personalmente, me encuentro en la mesa cada semana todos los casos sospechosos. Y también tengo reuniones semanales con el responsable de combatir el lavado de dinero”, dijo Von Freyberg, en una entrevista difundida por Radio Vaticana.
Y agregó que la Santa Sede se ha comprometido a adecuar sus operaciones financieras a las normas internacionales y a los estándares exigidos a todos los demás bancos.
“La transparencia es clave. Somos completamente limpios, como es necesario ser si se quiere ser aceptado en el sistema financiero internacional”, recalcó.
Asimismo, dijo que antes de tomar posesión de su puesto supuso que iba a poner en orden muchas cuentas irregulares y a realizar una amplia operación de limpieza, pero que hasta hoy no ha detectado irregularidades.
Informó que el Banco del Vaticano, cuyo nombre formal es Instituto para las Obras de Religión (IOR), administra actualmente 7 mil millones de euros (alrededor de 9 mil millones de dólares), que proceden de 19 mil clientes, que son instituciones católicas y empleados del Vaticano, en su mayoría monjas y religiosos.
Y aclaró:
“No somos un banco. No prestamos dinero. No hacemos inversiones directas. No operamos de contraparte financiera. No especulamos en divisas o bienes”.
Especificó las labores propias de la institución que preside:
“Recibimos dinero y lo invertimos en bonos del Estado, en obligaciones y en el mercado interbancario, en el que depositamos a una tasa de interés ligeramente superior a lo que recibimos, con el fin de poder devolver el dinero a nuestros clientes en cualquier momento”.
Designado presidente del Banco del Vaticano apenas en febrero pasado, por el Papa Benedicto XVI, Von Freyberg señaló que su pretensión de hacer limpias y transparentes las operaciones del banco también se debe a que trata de dejar atrás la mala reputación del banco, que en algunas ocasiones se vio envuelto en escándalos de opacidad y corrupción.
Investigan posible lavado de dinero en el Vaticano
El Vaticano después de Benedicto XVI.
Foto: AP / Gregorio Borgia
Foto: AP / Gregorio Borgia
MÉXICO, D.F. (apro).- Durante 2012, en el Vaticano se registraron seis operaciones internas sospechosas de lavado de dinero, según el reporte anual de la Autoridad de Información Financiera (AIF), organismo de control de ese Estado.
Durante la presentación de dicho documento, René Brülhart, director de la AIF, señaló que estas sospechosas operaciones internas fueron movimientos “fuera de la norma”.
De las seis operaciones, dos de ellas fueron turnadas a la justicia vaticana para que las investigue y establezca si realmente corresponden a lavado de dinero, mientras que las restantes cuatro fueron archivadas.
En 2011 sólo se registró un movimiento sospechoso de lavado de dinero.
Brülhart dijo al respecto: “El hecho de que las indicaciones (sobre movimientos sospechosos) hayan aumentado, demuestra que el sistema de controles del Vaticano ha comenzado a funcionar”.
Este sistema de control y de combate al lavado de dinero fue instaurado a raíz de una ley en la materia que emitió el Papa Benedicto XVI, en diciembre de 2010, y gracias a la cual se creó la AIF.
Con esta legislación, Benedicto XVI emprendió el camino para lograr una certificación internacional en materia de transparencia financiera, con la cual el Vaticano intenta dejar atrás los escándalos por corrupción y malos manejos financieros, protagonizados sobre todo por el Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido coloquialmente como el “Banco Vaticano”.
Brülhart aclaró: “El IOR no es un banco comercial. Y el Vaticano no es un paraíso fiscal. La Santa Sede es un aliado creíble en la lucha internacional contra el reciclado (de capitales)”.
Y para demostrar este compromiso, en el reporte anual de Brülhart se detallan incluso las declaraciones de dinero en efectivo superiores a los 10 mil euros que atravesaron las fronteras del Estado pontificio: fueron 598 en ingreso, y mil 782 en salida.
Esto significa que, el año pasado, 2 mil 380 personas ingresaron y salieron del Vaticano declarando traer consigo más de 10 mil euros en efectivo.
Durante la presentación de dicho documento, René Brülhart, director de la AIF, señaló que estas sospechosas operaciones internas fueron movimientos “fuera de la norma”.
De las seis operaciones, dos de ellas fueron turnadas a la justicia vaticana para que las investigue y establezca si realmente corresponden a lavado de dinero, mientras que las restantes cuatro fueron archivadas.
En 2011 sólo se registró un movimiento sospechoso de lavado de dinero.
Brülhart dijo al respecto: “El hecho de que las indicaciones (sobre movimientos sospechosos) hayan aumentado, demuestra que el sistema de controles del Vaticano ha comenzado a funcionar”.
Este sistema de control y de combate al lavado de dinero fue instaurado a raíz de una ley en la materia que emitió el Papa Benedicto XVI, en diciembre de 2010, y gracias a la cual se creó la AIF.
Con esta legislación, Benedicto XVI emprendió el camino para lograr una certificación internacional en materia de transparencia financiera, con la cual el Vaticano intenta dejar atrás los escándalos por corrupción y malos manejos financieros, protagonizados sobre todo por el Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido coloquialmente como el “Banco Vaticano”.
Brülhart aclaró: “El IOR no es un banco comercial. Y el Vaticano no es un paraíso fiscal. La Santa Sede es un aliado creíble en la lucha internacional contra el reciclado (de capitales)”.
Y para demostrar este compromiso, en el reporte anual de Brülhart se detallan incluso las declaraciones de dinero en efectivo superiores a los 10 mil euros que atravesaron las fronteras del Estado pontificio: fueron 598 en ingreso, y mil 782 en salida.
Esto significa que, el año pasado, 2 mil 380 personas ingresaron y salieron del Vaticano declarando traer consigo más de 10 mil euros en efectivo.
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