Desfiladero
Si estamos en la calle, ¿por qué no estamos en la calle?
Jaime Avilés
Humberto Moreira dejó en Coahuila una deuda pública de 32 mil
millones de pesos, al parecer obtenida en parte con documentación falsa y en
contubernio con sus colaboradores. Si esto se comprueba, el líder nacional del
PRI debería estar preso, acusado de fraude,
coalición de funcionariosy delincuencia organizada, delitos graves que impiden la libertad bajo fianza.
Fidel Herrera Beltrán endeudó a Veracruz por 30 mil millones de pesos:
mantuvo una campaña permanente de culto a sí mismo (vistió a millones de
veracruzanos con una camisa roja que ostentaba la palabra
fidelidad) y engrasó con abundancia los ejes de la corrupción (para que no rechinaran y no se oyeran).
El adeudo que Enrique Peña Nieto legó al estado de México también asciende a
30 mil millones de pesos –que pagarán las cuatro próximas administraciones–, con
los cuales financió a empresas españolas que hicieron obra pública sin invertir
un solo euro, pero tendrán derecho a explotarlas, cobrando peaje a quien las
use, por 30 años; además, compró toneladas de espots en radio, tv y líneas de
autobuses que proyectan películas durante el viaje, para mostrarnos su copete, y
como Moreira y Herrera, cebó día y noche a la marrana de mil ubres, que amamanta
a todos los giros negros.
Los resultados están a la vista. Gracias a Moreira, Coahuila es el tercer
estado del país en materia de agresiones a periodistas y Los Zetas
administran la inseguridad pública. Gracias a Fidel Herrera, Veracruz es el
segundo estado más violento del Golfo, después de Tamaulipas (el tercero es
Tabasco, por la ineptitud del no menos priísta Andrés Granier).
Gracias a Peña Nieto, el Edomex quitó a Chihuahua el título de campeón en
feminicidios (incluido el de Paulette), La Familia Michoacana
extendió sus dominios hasta Valle de Bravo, y en los municipios conurbados con
el DF –Tlalnepantla, Ecatepec, Tultitlán, Neza– siguen empeorando las
inundaciones.
No cabe duda: los priístas sí saben. En el informe que Bernardo Barranco
presentó, como titular de la comisión ciudadana que observó los recientes
comicios en el estado de México, destaca un hecho clave. Las brigadas del PRI no
iban a las visitas domiciliarias a preguntar a la gente qué necesitaba, o
prometerle nada a cambio de su voto. Llegaban, tocaban y cuando les abrían,
informaban como genios recién salidos de la lámpara de Aladino: a usted le hace
falta un tinaco rotoplas de 200 litros, aquí lo tiene. A usted, el cacomixtle le
comió sus gallinas ponedoras, aquí le traemos 25. A usted...
Si de acuerdo con los datos disponibles, Moreira, Herrera y Peña Nieto
acumularon un adeudo conjunto de 92 mil millones de pesos (poco menos de 9 mil
millones de dólares), debemos felicitarlos. Ellos solitos harán que las
generaciones venideras paguen el equivalente a casi la sexta parte de los 65 mil
millones de dólares que Ernesto Zedillo, y Calderón, convirtieron en deuda
pública mediante el Fobaproa.
En 1998, para cubrir los intereses de la deuda externa de México –que era de
88 mil 516 millones de dólares– y del Fobaproa, Hacienda pagó 45 mil millones de
dólares: la mitad del presupuesto de egresos de 1999. Pero Zedillo manipuló las
elecciones de 2000, para entregarle el poder a los panistas. Alabado sea porque
hoy, de acuerdo con Enrique Galván Ochoa, la deuda del sector público federal es
de 3 millones de millones de pesos,
cifra similar al monto del presupuesto de egresos de 2011, que fue de 3 billones de pesos y fracción.
En Nuevo León (ya es vox populi), el gobierno de Nati
González Parás vendió Monterrey a dos cárteles: la mitad al de Sinaloa,
la mitad al del Golfo. La línea divisoria era la avenida Gonzalitos. Todo se
pudrió cuando los del Golfo rompieron con Los Zetas: éstos los mandaron
a Tamaulipas y tomaron el control de bares, salones de baile,
tables-dance y casinos. Testigos presenciales han dicho a Desfiladero,
que para echarles a perder esos negocios, los del Golfo provocaron matanzas como
la del Sabino Gordo, cerca de la estación de autobuses, donde abundan las salas
de masaje, los músicos de fara-fara y los antros con ficheras, o la de La
Iguana, último punto de reunión de la gente fresa del Tec, en el Barrio
Antiguo, ahora reducido a minipueblo fantasma.
Protegido por Emilio Chuayffet –que a pesar de haber sido responsable de la
matanza de Acteal, preside otra vez la Cámara de Diputados–, Nati
heredó Nuevo León a su secretario de Gobierno. Pero éste huyó a McAllen, y desde
ahí despacha por teléfono. Para apresurar su caída antes de octubre (a efecto de
evitar que lo remplace un interino y, por lo tanto, adelantar nuevas elecciones,
que coincidirían con las presidenciales y que, dadas las circunstancias, ganaría
el PAN en ambos casos) los panistas pisaban el acelerador a fondo,
desestabilizando a Rodrigo Medina hasta que...
Sí, hasta que sobrevino la matanza del casino Royale, aparente respuesta del
PRI, o sea, de Moreira y Peña Nieto, para frenarlos en seco. Después de
prometer, como disco rayado, que investigará
hasta las últimas consecuencias, Calderón tuvo que tragarse sus palabras cuando El Norte dio a conocer los videos en que Jonás Larrazabal, hermano de Larry (así le dicen al alcalde panista de Monterrey, Fernando Larrazabal), recogía abultados tambaches de dinero –¿por vender quesos oaxaqueños?– en diversos casinos de la ciudad.
En esta ocasión las televisoras no difundieron esos videos 25 horas al día.
El señor de los quesos no es El señor de las ligas, sino
hermano del máximo promotor de la candidatura presidencial de Ernesto Cordero en
Nuevo León. Aunque sean sospechosos de vender protección a lugares que pueden
ser achicharrados si sus dueños no pagan–, Jonás y Fernando Larrazabal acaban de
entrar al club de los impunes.
Ahí podrán codearse con Germán Larrea, culpable del asesinato industrial de
65 mineros en Pasta de Conchos, o con la prima de Margarita Zavala, cuya
corresponsabilidad permitió que 49 bebés murieran quemados en la guardería de
Hermosillo, o con Enrique Coppel, que encerró a seis de sus empleadas en una
tienda de Culiacán y nada hizo por salvarlas cuando estalló un incendio.
Pero de la guerra del PRI contra el PAN y de todos contra el pueblo, Marcelo
Ebrard y Manuel Camacho no están al margen. Ambos llevaron a la gubernatura de
Guerrero a Ángel Aguirre con los votos del PRD; no bien tomó el poder, Aguirre
aseguró que se construirá, duélale a quien le duela, la presa de La Parota,
contra la que llevan luchando años las bases del PRD. Y si después de ese
triunfo, logrado en combinación con el PAN, Ebrard repitió la fórmula en
Sinaloa, hizo gobernador a Malova y dijo que
las alianzas de la izquierda con la derecha llegaron para quedarse, ahora resulta que Malova es sospechoso del asesinato del periodista Humberto Millán, y ha empujado, por precaución, al exilio, al excelente reportero que es Luis Enrique Ramírez.
Vivimos en un país sin jueces, por tanto, sin ley. Los ministros de la
Suprema Corte dijeron que el Poder Legislativo no tiene derecho de impugnar la
entrega ilegal de tres pozos petroleros a empresas extranjeras. Pemex se negó a
construir una sola refinería en todo el sexenio, pero comprará en 21 mil
millones de dólares parte de Repsol. Aunque no se ha aprobado la ley de
seguridad nacional, Calderón militarizó Monterrey. Dos reporteras capitalinas
fueron asesinadas antenoche en Iztapalapa y todavía no renuncia en pleno el
gabinete de seguridad nacional. Ahí viene la la reforma laboral, que indignó a
los jóvenes españoles, y arrebatará el futuro a los jóvenes mexicanos. ¿Qué
pasa? Si estamos en la calle, ¿por qué no estamos en la calle?
¿Unidad, en torno a qué?
Gustavo Gordillo
No está de más subrayar: lo del casino Royale es un abominable
crimen que debe ser severamente castigado. Decir que se
les pasó la manoes cínico y más probablemente falso, puesto que todo indica que se trata de un acto premeditado y deliberado. Por ello mismo es indispensable tener extremo cuidado con el lenguaje. No me parece apropiado llamarlo un
acto de terrorismoaunque efectivamente conduce a generar terror entre la población, porque en el lenguaje del derecho internacional tiene varias implicaciones entre ellas sentar las condiciones para intervenciones externas. Y para quienes consideran esta discusión
académicahabría que recordarles que en Veracruz y Tabasco han dejado de ser simples divertimentos ociosos. En el primer caso con la acusación de
causar alarma a la poblacióny bajo los cargos de sabotaje y terrorismo han arrestado a dos twitteros María de Jesús Bravo Pagola
Maruchi Bravoy Gilberto Martínez Vera. En Tabasco el congreso local aprobó modificaciones que penalizan
rumoresvía telefónica o redes sociales en términos que podrían afectar también los derechos fundamentales de los ciudadanos.
Con la información que ya se cuenta sobre los actos criminales en torno al
casino Royale es posible concluir que en la base del crimen organizado y de la
crisis institucional del país se encuentra un binomio: corrupción e
impunidad.
Justamente en el documento intitulado Elementos para la construcción de una
política de Estado para la seguridad y justicia en democracia patrocinado por el
rector Narro de la UNAM, se lee una afirmación contundente:
El impacto de la corrupción en las instituciones y la participación de la sociedad en ella nos obliga a reconocer lo siguiente: esta propuesta de política de Estado será estéril si no se toman decisiones y realizan acciones contundentes, desde las más altas responsabilidades públicas y liderazgos privados, para reducir las prácticas de corrupción e impunidad.
Cada vez que ocurren hechos dramáticos surgen convocatorias por todas partes
a la unidad nacional. El término a fuerza de ser usado y desgastado ha perdido
su capacidad de catalizador de la rabia, la inconformidad y la protesta. De
suerte que me parce válida la pregunta ¿unidad en torno a qué?
En una serie de tres artículos recientes discutiendo sobre la necesidad
sentida por los tres partidos principales de construir su unidad interna, señalé
que las elecciones presidenciales el año próximo girarán en torno a la pregunta:
cómo gobernar la pluralidad.
Ahora quisiera dedicar dos entregas más a discutir cómo pueden converger en
unidad distintos grupos de la sociedad antela dramática coyuntura actual. Desde
los grupos más organizados de activistas es indispensable también preguntarse
cómo debe gobernarse la pluralidad en nuestro país.
Entiendo que muchos grupos sociales luchan alrededor de una causa específica
y no se plantean ni lejanamente el acceso a los espacios de poder. Otros
explícita o implícitamente rechazan la idea misma de ubicar los poderes en el
Estado y buscan la transformación desde la sociedad misma.
Esta diversidad de luchas que conlleva una intensidad participativa desigual
explica el problema central que afronta el activismo ciudadano no-partidista en
circunstancias de una sociedad fragmentada y un tejido social deshilvanado. La
ausencia de espacios vinculantes capaces de articular luchas y causas.
Empero el estado de ánimo de muchos de estos grupos es claro y lo ejemplifica
Jesús Robles Maloof, activista de los derechos humanos y promotor del
ContingenteMX cuando señala: Nuestra responsabilidad radica en cambiar la lógica
del olvido por la de la memoria, la de la apatía por la de la exigencia, la de
encerrarnos en casa por la de salir a las plazas públicas, permanecer
movilizados. Negar el camino de la barbarie y no dejar de sentir esos nudos cada
vez que un inocente muera.
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