Astillero
Código Gestapo
Represión patriótica
Limpieza social
The Royal(e) Tour
El guía Feliz(pe)
Julio Hernández López
CEREMONIA EN LA UNAM. El rector de la UNAM, José Narro Robles, entrega el doctorado honoris causa a Pablo González CasanovaFoto Marco Peláez
La propuesta calderonista de nuevo código de procedimientos penales forma parte del rediseño autoritario que el asediado ocupante de Los Pinos quiere instalar en el país justamente en el tramo delicado en que la opción electoral de relevo del poder y la continuidad institucional están bajo fuego (literalmente) y cuando avanzan planes cupulares retorcidos que requieren de la disponibilidad discrecional de mayor fuerza represiva legalizada para enfrentar oposiciones previstas.
Los años de terror y sangre han sido un cruento ejercicio preparatorio para abrir paso a la conformación de un estado policiaco-militar que por necesidad de supervivencia no puede depender de vaivenes electorales o veleidades partidistas. Durante el priísmo se desarrolló la tesis del fraude patriótico que
justificabala delincuencia electoral en razón de cerrar el paso a la derecha reaccionaria y antipopular; ahora está en curso la tesis de la represión patriótica, que
justificala funeraria limpia social de presuntos delincuentes, la imposición de virtuales estados de sitio, el control de la colectividad mediante el mecanismo fabricable a conveniencia de las
denuncias anónimasy la sujeción ostentosa del ciudadano a las nuevas reglas jurídicas que consistirían simplemente en la conversión del ánimo policiaco y militar en motivo de allanamientos, detenciones y encarcelamientos a gusto de la autoridad ejecutora.
El código Gestapo que Calderón impulsa constituye la máxima confesión pública de intencional atropellamiento de la letra constitucional y de imposición de criterios y procedimientos dictatoriales. En una sociedad que no estuviera anestesiada, como la mexicana, esas revelaciones crudas del ánimo verdadero que mueve al personaje encaramado en el máximo poder generarían protestas y movilizaciones. Abiertamente, sin tapujos, Felipe Calderón confirma su condición de comandante deseoso de redadas, castigos y mano durísima. El disparate procesal penal no es una excepción, sino que forma parte del conjunto de normas con que a fin de sexenio se pretende blindar el comandante feliz y, de serle posible, forzar la instalación de un paniaguado sucesor aborregado, haiga de ser como haiga de ser, e instalar, de esa u otra forma peor, un control transexenal fundado en el poder de las armas y su utilización politizada.
Con las reformas a la Ley de Seguridad Nacional, el comandante feliz busca formalizar los movimientos de tropas que actualmente realiza, y trata de contar con autorización plena para decretar personalmente estados de excepción. Con la propuesta de relección inmediata de legisladores y gobernadores sustitutos e interinos, se concentraría aún más el ejercicio político en el puñado que actualmente lo disfruta y se cerraría el paso a opciones indeseadas por esas cúpulas. Y con el código Gestapo se tendría la libertad absoluta de activar los mecanismos policiacos y judiciales contra cualquiera y por cualquier razón. Ni siquiera estamos frente a ingeniosas novedades, sino frente a simples trámites legislativos en busca de consolidar lo que ya existe. Los militares y Calderón ya hacen lo que ahora buscan reglamentar con la LSN. La clase política se mantiene de cargo en cargo indefinidamente. Y la policía y los soldados ya actúan como el nuevo código les permitiría. Simplemente hay que darle formalidad a lo que ya es la diaria realidad. (A propósito: la noche del martes hubo una reunión de líderes de bancadas partidistas de PRI, PAN y PRD en la que acordaron impulsar la relección inmediata de legisladores cuando menos en los estados. A este tecleador solamente le dieron iniciales: PRI: MF. PRD: CN y GAN. PAN: JGM y JC. Ellos también pretenden generar votación a favor de la minuta senatorial que llaman Ley Manlio. Se habló de la posibilidad de que se elimine el artículo transitorio que impide a los actuales legisladores federales ser beneficiarios de la relección inmediata. El pajarito de las indiscreciones ya no dijo más.)
Mientras tanto, en Veracruz el franquista gobernador Javier Duarte insistía en deslizar la idea de que los delincuentes merecen morir y la sociedad no debe preocuparse por ello. Las palabras de ese personaje han multiplicado la sospecha de que en diversas partes del país se está practicando la llamada limpieza social, no solamente mediante la utilización de bandas parapoliciacas o paramilitares que exterminan a los
malos, sino incluso con la participación de efectivos gubernamentales. Recuérdese el cinismo del general Bibiano Villa que en Torreón hablaba de matar sin mayor miramiento a quienes consideraba zetas. Por lo pronto, las camionetas de descarga de masacrados continuaban trabajando en Veracruz a pesar de que en su zona conurbada se realizaba ayer una reunión de presidentes de tribunales y procuradores de justicia que contó con una extraordinaria vigilancia oficial.
Pero nada empañaría la felicidad de los mexicanos al ver a su muy feliz guía de turistas, Felizpe Calderón, buceando para ubicar al peso y escalando pirámides para encontrar al dólar, haciendo la V de la victoria en el agua, mostrando con orgullo la maravilla de ciudades que en la antigüedad había aunque las actuales sean tan peligrosas, presumiendo que sabe contar escalones aunque no votos, paseando en canoa con remadores nativos, montando a caballo entre santuarios michoacanos sin Familia ni Templarios a la vista, bajando a sótanos como los de la política actual, admirando a los Voladores de Papantla como lo hacían algunos mientras a unos metros arrojaban cadáveres en un paso a desnivel en Boca del Río. Rápido el guía de turistas y furiosos los mexicanos, sería una mala adaptación del chiste que el mismo Calderón hizo en Los Ángeles frente a migrantes. Del casino Royale a The Royal Tour, por cortesía de tres patrocinadores de los cuales uno es la Fundación José Cuervo, que tiene como misión, según su página de Internet,
contribuir a elevar la calidad de vida de las comunidades cercanas a las empresas de José Cuervo. ¡Salud, y buen fin de semana!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
Candidato de unidad: única esperanza para la izquierda
Gabriela Rodríguez
¿Q
ué tan capaces somos en la izquierda mexicana como para unir fuerzas y empujar un proyecto y un candidato de unidad?
Soy de las ingenuas que piensan –o que necesitan pensar, como necesidad de sobrevivencia– que es posible que la izquierda gane en 2012, o vuelva a ganar la Presidencia de la República como lo hizo en 1988 y en 2006, y que esta vez no nos arrebatarán el triunfo. Soy de las desilusionadas de los partidos políticos, de esa institución que ha sido cooptada por líderes corruptos y clientelares que lo único que buscan es el beneficio personal y que han perdido la ética de gobernar para el beneficio de la gente. Soy de las que piensan que hoy los poderes fácticos, dígase empresarios o narcos, son quienes dominan la jugada e imponen leyes, acuerdos y candidatos por medio de la compra de votos, funcionarios, jueces, legisladores y del control de los medios electrónicos de comunicación. Soy de las que piensan que un candidato independiente tampoco soluciona el deterioro porque su campaña también puede ser comprada o derrotada por los mismos señores del dinero. Soy de las que piensan que el proyecto de nación y los principios de la izquierda son más importantes que los candidatos, siempre y cuando éstos sean honestos y se comprometan con ese proyecto. Soy de las que piensan que el mejor proyecto de izquierda de mi país es el de la ciudad de México, porque los chilangos hemos experimentado sus beneficios durante 14 años y, pese a sus debilidades, se trata de la ciudad mejor gobernada en este país. Así que soy de las que piensan que hay que volver a apostar por la democracia partidista, o lo que queda de ella, mientras no inventemos una mejor forma de empujar un proyecto alternativo de nación y una mejor manera de elegir a nuestros representantes.Por eso califico el quinto informe de Marcelo Ebrard como una pieza ejemplar que muestra lo que se ha logrado en este territorio. Celebro que haya arrancado su informe diciendo que los resultados del gobierno de izquierda en los últimos 14 años en el Distrito Federal ofrecen una realidad con otro rumbo para México. Coincido con la afirmación del actual jefe de Gobierno en cuanto a que
está demostrado que se puede gobernar con equidad, crecimiento económico, libertades y derechos sociales para construir una comunidad. Soy de las que piensan que en esos rubros ha habido evolución y continuidad más que diferencias en las formas de gobernar de Cuauhtémoc Cárdenas, Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard. Y que el insumo distintivo del último ha sido impulsar la equidad de género y el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos, dos aspectos sustanciales de un gobierno de izquierda, si entendemos que en la lucha por la igualdad de condiciones está el núcleo de esa coordenada política.
Celebro que Marcelo haya sido contundente al afirmar que
no va a haber regreso sino un camino al futuro, y un camino desde la izquierda. También celebro que haya afirmado que va a participar en la encuesta que se llevará a cabo para contender por la Presidencia: “vamos a participar en el proceso y vamos a ir con la autoridad moral que tiene la izquierda…” Porque con estas palabras nos levanta la esperanza y se sostiene por una candidatura de unidad para el mejor posicionado.
Celebro que Andrés Manuel haya reconocido recientemente al actual jefe de Gobierno del Distrito Federal como un
extraordinario gobernante, y que confirme también su interés por someterse a una encuesta que señale al mejor posicionado. Porque el apego a los principios democráticos y la ética política es lo único que puede salvarnos de esta situación tan sombría en que se sume el país: estoy convencida de que la corrupción es un factor determinante del grado de violencia y desigualdad social en que vivimos.
Nuestra esperanza en Marcelo y en Andrés Manuel depende de que se sostengan con un proyecto de izquierda y con un candidato de unidad, de que se atengan a los resultados de una encuesta realizada por un organismo académico confiable y externo a los partidos, y que no dejen la menor duda de su honestidad en el manejo de los recursos.
Aun así el reto es enorme. Revisando los twitters me encontré con la falta de interés hacia los partidos, los candidatos y hacia la izquierda, por parte de los jóvenes. Este grupo, que es hoy mayoritario, no tiene una agenda contraria sino nueva: se centra en la libertad de expresión, en los derechos de la era digital, en la democratización de la información, en la privacidad de los usuarios de la red. Los jóvenes desconfían de las encuestas y del uso de las redes, ya descubrieron que Peña Nieto tiene un ejército de “fembots” que son seguidores pagados, la mayoría mujeres. Sin duda, se trata de una nueva generación más realista y menos ingenua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario