Sábado de marchas en el DF; Morena y Cuauhtémoc Cárdenas se movilizan en defensa del petróleo
Por: Redacción / Sinembargo - agosto 31 de 2013 - 10:52Destacadas, México, TIEMPO REAL, Último minuto - Sin comentarios
Ciudad de México, 31 de agosto (SinEmbargo).- Este fin de semana, además de las marchas anunciadas por los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), habrá una serie de manifestaciones no sólo contra la Ley General de Servicio Profesional Docente, sino también en respuesta a la propuesta de Reforma Energética del gobierno federal.
La Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF) exhortó a los capitalinos a tomar previsiones.
A las 10:00 está convocada la marcha del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en defensa del petróleo, del Monumento a la Revolución al Zócalo capitalino.
La dependencia local, a través de su cuenta de Twitter: @POLICIADF informó que la movilización iniciará a las 12:00 horas, la cual se realizará en defensa del petróleo y por el rescate de la nación. Estará encabezada por el líder moral de la izquierda, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y partirá del Ángel de la Independencia.
Se prevé que la manifestación afecte vialidades como Paseo de la Reforma, Juárez y 5 de Mayo, por lo que se realizarán cortes a la circulación en la zona.
En cuanto al domingo, se esperan contingentes de varios estados del país para la marcha donde la CNTE estima 70 mil maestros, mientras que el Gobierno del Distrito Federal (GDF) calcula 10 mil manifestantes.
Héctor Serrano, secretario de Gobierno del Distrito Federal , dijo: “Hemos tenido sin duda problemas por las manifestaciones y plantones en la ciudad, pues la forma en que la CNTE se ha movilizado en la ciudad es inédita, nunca se había registrado en la historia de la ciudad una movilidad como la que están implementando… hoy que estuvieron en Periférico, de 400 subió a 2 mil, estuvieron en avenida Chapultepec, llegaron a tener 2 mil 500 maestros, y seguían estando en el Zócalo 5 mil 500 maestros”.
Por su parte, la Coordinadora anunció que se reforzará el plantón que mantiene en el Zócalo desde hace 13 días; además, informó que se reforzará el plantón que mantiene en la Plaza de la Constitución con el arribo de por lo menos mil maestros de Chiapas.
Se fueron ya ocho meses de la administración de Enrique Peña Nieto y con ellos también, como bien planteó el periodista Jorge Zepeda en su columna de esta semana en SinEmbargo, se esfumó el “momento de México”, el entusiasmo del inicio del sexenio fincado en una “Presidencia reformista” y la expectativa por ver gobernar al “nuevo PRI”, tras 12 años fuera de Los Pinos.
El mexiquense comenzó su sexenio el 1 de diciembre de 2012 con protestas violentas que, luego, dieron pie a una lluvia de denuncias legales por violaciones contra los derechos humanos y a un escándalo para las autoridades federales y de la Ciudad de México, que evidenciaron su incapacidad en el manejo de crisis.
Pero ocho meses después, el Presidente entrega su Primer Informe de Gobierno con más y más protestas…
El aumento de la pobreza y el desempleo, tras el fracaso de su equipo económico en la búsqueda de crecimiento y bienestar para las familias mexicanas –que son un detonador central de las denuncias–, se une al reclamo de un Estado que no ha podido frenar la inseguridad y la violencia, la demanda principal que los mexicanos hicieron a Peña Nieto en su campaña electoral rumbo a Los Pinos.
Las calles y avenidas de la Ciudad de México se han convertido semana en el espejo donde se observa la condición de emergencia que vive hoy el país.
En un fin de semana inédito en la capital del país, maestros, activistas que reclaman todo tipo de abusos e injusticias, estudiantes, partidos de izquierda que acusan a EPN por su supuesto intento de privatizar Pemex, sindicatos, han marchado por sus principales avenidas y han realizado concentraciones, todas en contra del Presidente y sus supuestas preferencias a los poderes fácticos.
El descontento social es evidente y no puede borrarse ni con promocionales en los medios sobre los éxitos del gobierno ni con un mensaje a la Nación, el que EPN realizará este lunes desde Los Pinos, que trate de arengar a los mexicanos a trabajar por un México de justicia y prosperidad.
De aquí en adelante, las cosas no serán lo mismo: ya no hay bono de esperanza, ya no hay más velos sobre qué PRI regresaría a la Presidencia, ya no hay secretos. El momento mexicano simplemente se terminó.
Vienen para Enrique Peña Nieto los cinco años y cuatro meses más complicados de su gobierno y, si la tendencia en los resultados no da un viraje dramático, también lo serán para los mexicanos en cada rincón del país.
Nadie desea que esto pase, por supuesto. Pero a la luz de la falta de oficio político que muestra el gabinete presidencial, la escasa voluntad de diálogo con los disidentes –sean partidos u organizaciones sindicales y de la sociedad civil– y la nula sensibilidad de las políticas públicas para priorizar una estrategia interna que impulse la productividad del país, las esperanzas de un renacimiento son escasas.
Ahora sí, viene lo más complicado.
EPN: Ahora sí, viene lo más complicado
Se fueron ya ocho meses de la administración de Enrique Peña Nieto y con ellos también, como bien planteó el periodista Jorge Zepeda en su columna de esta semana en SinEmbargo, se esfumó el “momento de México”, el entusiasmo del inicio del sexenio fincado en una “Presidencia reformista” y la expectativa por ver gobernar al “nuevo PRI”, tras 12 años fuera de Los Pinos.
El mexiquense comenzó su sexenio el 1 de diciembre de 2012 con protestas violentas que, luego, dieron pie a una lluvia de denuncias legales por violaciones contra los derechos humanos y a un escándalo para las autoridades federales y de la Ciudad de México, que evidenciaron su incapacidad en el manejo de crisis.
Pero ocho meses después, el Presidente entrega su Primer Informe de Gobierno con más y más protestas…
El aumento de la pobreza y el desempleo, tras el fracaso de su equipo económico en la búsqueda de crecimiento y bienestar para las familias mexicanas –que son un detonador central de las denuncias–, se une al reclamo de un Estado que no ha podido frenar la inseguridad y la violencia, la demanda principal que los mexicanos hicieron a Peña Nieto en su campaña electoral rumbo a Los Pinos.
Las calles y avenidas de la Ciudad de México se han convertido semana en el espejo donde se observa la condición de emergencia que vive hoy el país.
En un fin de semana inédito en la capital del país, maestros, activistas que reclaman todo tipo de abusos e injusticias, estudiantes, partidos de izquierda que acusan a EPN por su supuesto intento de privatizar Pemex, sindicatos, han marchado por sus principales avenidas y han realizado concentraciones, todas en contra del Presidente y sus supuestas preferencias a los poderes fácticos.
El descontento social es evidente y no puede borrarse ni con promocionales en los medios sobre los éxitos del gobierno ni con un mensaje a la Nación, el que EPN realizará este lunes desde Los Pinos, que trate de arengar a los mexicanos a trabajar por un México de justicia y prosperidad.
De aquí en adelante, las cosas no serán lo mismo: ya no hay bono de esperanza, ya no hay más velos sobre qué PRI regresaría a la Presidencia, ya no hay secretos. El momento mexicano simplemente se terminó.
Vienen para Enrique Peña Nieto los cinco años y cuatro meses más complicados de su gobierno y, si la tendencia en los resultados no da un viraje dramático, también lo serán para los mexicanos en cada rincón del país.
Nadie desea que esto pase, por supuesto. Pero a la luz de la falta de oficio político que muestra el gabinete presidencial, la escasa voluntad de diálogo con los disidentes –sean partidos u organizaciones sindicales y de la sociedad civil– y la nula sensibilidad de las políticas públicas para priorizar una estrategia interna que impulse la productividad del país, las esperanzas de un renacimiento son escasas.
Ahora sí, viene lo más complicado.
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