La señora Robles impone inquisición contra la prensa
Con un rostro cada más cadavérico, la misma señora Rosario Robles de cuando las corrupciones en la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México a través de romántica relación con su Romeo argentino; la misma que andaba metida con el desgobernador de Veracruz en maniobras para llevar a cabo trampas electorales, es la mismísima todavía titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol). Dicha dependencia, a pesar de los miles de millones de pesos para aliviar –con paliativos– el hambre y la pobreza de 90 millones de mexicanos, por el momento –ella y Peña, dicen– se ocuparán de 7 millones. Esa señora Robles, enemiga de las libertades de prensa para informar, acaba de imponer una inquisición administrativa contra el derecho a la información, pisoteando el Artículo 6 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Resulta que la señora Robles, que viste y calza elegantemente con cargo al erario (millonario sueldo como una pieza más del peñismo), y que se la vive haciendo declaraciones con el dicho de “…por instrucciones del señor presidente…”, organizando reuniones y que es puro bla, bla y bla y nada en los hechos, recién tuvo su enésima actividad de pura saliva e invitó al rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para inaugurar el foro Retos y perspectivas frente a la medición multidimensional de la pobreza (¡vaya nombrecito para andarse por las ramas!) La Robles, que presume de su cercanía con Peña Nieto –lo cual no le asegura su permanencia dentro del presupuesto federal y deberá irse tras el primer informe presidencial–, se permitió encerrarse a piedra y lodo para llevar a cabo esas reuniones prohibiendo, con sus guaruras, la entrada de los reporteros para cubrir el evento. Con la mirada hundida en las cuencas debido a sus esfuerzos por adelgazar (ella que tiende a la obesidad) dijo a los periodistas que el evento era privado… ¿Privado en la UNAM, con dinero público y tratando un asunto público?
Los ayudantes de la señora Robles, con su autoritarismo de siempre (Peña la contrató para que le sopeara cuanto sabía del Partido de la Revolución Democrática y de López Obrador), desalojaron a los reporteros que estaban en la inauguración; al resto, amenazante les advirtió que no tendrían acceso porque esas reuniones eran privadas. Y que sólo los habían invitado para cubrir su aparición al lado de José Narro, posando para la fotografía… Eso fue una inquisición administrativa, prohibida por la Constitución, pero la señora Robles ni por los forros conoce el documento ni sabe del derecho a la información.
La personalidad autoritaria de la Robles (que ha mostrado desde que, por 1994, hacía actividades dizque sociales y hoy, a sus 57 años cree que ya la hizo para aspirar a la Presidencia de la República) odia las libertades de información y está a punto de ser relevada e irse a una Embajada o Consulado, porque no ha podido con la tarea. No le queda más que unirse al partido de Los Chuchos y rumiar su derrota política. Es el destino de los que no tienen vocación para la política, para el servicio social y que, arriba de un ladrillo, creen que ya están a un paso de la sucesión Presidencial… La Robles está a un paso, pero del despeñadero peñista.
*Periodista
Fuente: www.contralinea.com.mx Periodismo de investigación http://contralinea.info/archivo-revista/index.php/2013/08/25/la-senora-robles-impone-inquisicion-contra-la-prensa/
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