Ay, Pemex…
Ni cómo ayudarle, dicen los clásicos.
Petróleos Mexicanos (Pemex) no sólo tiene pérdidas en producción, en utilidades y en su patrimonio. También, por su ineficiencia operativa, que deriva del uso y abuso que ha hecho por décadas el gobierno federal de sus arcas, incluida la corrupción de funcionarios y de sus líderes sindicales, la paraestatal más importante del gobierno mexicano se ha plagado de indolencia y apatía en la mayoría de sus áreas clave.
Su equipo jurídico, por ejemplo, se deja ganar juicios con una candor que es realmente sospechoso. O sus abogados son de plano una bola de ineptos o también ahí se deposita otra olla de podredumbre.
Ayer, una corte federal con base en Nueva York desechó la demanda por mil 500 millones de dólares que interpuso Petróleos Mexicanos el 8 de mayo pasado contra las empresas extranjeras Siemens y SKEC, y contra el panista César Nava Vázquez por un presunto fraude.
Con todo el ruido mediático que esto provocó, por ser Nava Vázquez uno de los hombres más cercanos al ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa, los abogados no fueron suficiente aptos para respaldar el caso. Si ese delito se cometió, dijo el juez, sucedió en México pero no en Estados Unidos… y a otra cosa.
El departamento jurídico de la petrolera mexicana no pudo probar que Nava Vázquez, abogado de Pemex de octubre de 2001 a septiembre de 2003, dejó sin penalizar por más de 13 millones de dólares el incumplimiento de contrato con la paraestatal del consorcio Conproca, que agrupa a Siemens y SKEC.
Además, tampoco resolvieron la demanda contra el también ex secretario particular de Felipe Calderón por la contratación de despachos de abogados para defender a la empresa paraestatal de litigios contra otras empresas, a pesar de que Nava encabezaba un cuerpo de 100 abogados.
El propio César Nava perdió juicios millonarios cuando estuvo a cargo de defender a Pemex. Por ejemplo, un litigio contra el municipio de Coatzacoalcos, Veracruz, que costó 220 millones de pesos, mientras que los despachos contratados cobraron 100 mil dólares por sus servicios y no se tradujeron en juicios ganados.
Acostumbrado a perder en términos legales, Pemex tiene en su departamento jurídico un pozo financiero sin fondo.
En mayo pasado informes oficiales revelaron que al cierre del 31 de marzo de 2013, Petróleos Mexicanos registraba una provisión contra pasivos contingentes para afrontar estos juicios –cuya resolución final es indeterminada–, por 10 mil 373 millones 525 mil pesos, una cifra 13.15% superior a los 9 mil 167 millones 572 mil pesos registrados en el primer trimestre del año pasado.
Y a esa cantidad hay que sumarle los que, a diario, se le acumulan a la petrolera por diversas contingencias motivadas por juicios, de cantidades grandotas y chiquitas, civiles, fiscales, penales, agrarios, administrativos, ambientales, laborales, mercantiles y de arbitraje.
Son 10 mil 373 millones 525 mil pesos sólo en la provisión, pero el monto por las demandas acumuladas y en proceso suma varias decenas de miles de millones.
Ay, Pemex… Así ni cómo ayudarle. Así ni con todas las reformas del mundo se alcanza la eficiencia y la productividad. Ahí el problema grave es la indolencia y, además, el hedor de la corrupción.
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