Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

sábado, 30 de abril de 2011

JUICIO POLITICO A CALDE-RON...YA BASTA CRISIS EN EL NORTE

RESPUESTA A FELIPE CALDERÓN

Jueves 14 de abril de 2011

Salió la gente a la calle el miércoles pasado y usted, como ya es costumbre, señor Calderón, ignoró el hecho.  Sólo unos días más tarde y cuando la presión mediática se hizo sentir en palacio se atrevió a responder.  Antes su Secretario de Seguridad Pública federal nos había prometido 7 años más de guerra y luego, en una de sus encendidas arengas patrióticas, intentó usted enmendarnos la plana a decenas de miles y convertir el clamor ciudadano por un México justo y en paz en un coro de respaldo unánime e incondicional a las acciones de su gobierno.
Dice usted que el “ya basta” ha de dirigirse única y exclusivamente al crimen organizado.  Se equivoca.  “Ya basta” decimos también a la criminal ineficiencia de su gobierno que, en el combate al crimen organizado, sólo ha terminado por fortalecerlo.  “Ya basta” decimos a la ceguera y obstinación con la que usted pese a la evidencia acumulada sigue defendiendo una estrategia a todas luces fallida y que ha desatado una espiral de violencia incontenible.
Experto en la promoción del discurso del odio y la discordia intenta usted sembrar la sospecha contra quienes alzamos la voz y ejercemos la crítica frente la doctrina que inspira su guerra contra el narco, la forma en que conduce las operaciones y la estrategia que rige las mismas.  Su arenga es una incitación al linchamiento, un intento por desacreditarnos y convertirnos, ante la opinión pública, en defensores de capos o sicarios.
Sugiere usted al país que quienes marchamos este miércoles de la semana pasada no condenamos, con energía, las acciones criminales de capos y sicarios.  En las actuales circunstancias una insinuación de ese calibre; colocarnos casi como cómplices del crimen organizado, pronunciada además desde el poder y con todo el respaldo propagandístico del mismo, es sumamente irresponsable y peligrosa: juega usted de nuevo con fuego y pone en riesgo más vidas.
Ninguno de los que alzamos la voz contra la violencia ignoramos, negamos o peor todavía, solapamos, como usted y sus propagandistas sugieren, la responsabilidad de los capos del narcotráfico en la violencia criminal y creciente que sufrimos.  Sabemos que son ellos los de los levantones, las torturas, los asesinatos, las decapitaciones y las masacres.  Condenamos enérgicamente su barbarie.  No queremos, de ninguna manera, que nuestro país caiga en manos de estos criminales.
Y por eso, señor Calderón, es que también a usted le decimos “ya basta”.  Ha puesto usted en riesgo la integridad de la nación y ha sido hasta ahora incapaz de brindar seguridad a la ciudadanía.  Se han perdido en este país, a manos de los criminales y durante su gestión, ciudades y estados enteros.  Se ha perdido también –lo que es más grave- la noción misma de justicia y el respeto a la vida como valor supremo.
Se obstina usted en que no hay más camino que el suyo a pesar de que su estrategia es más bien un callejón sin salida y sólo ahora, una vez que con sus propias acciones han contribuido ha destruirlo, se atreve a hablar, tardía y propagandísticamente, de “reconstruir el tejido social”.  Declara, por otro lado, que hay que brindar apoyos a los jóvenes y olvida convenientemente que se ha dedicado a criminalizar, de tajo y sin mediar averiguación judicial alguna, a muchos de esos mismos jóvenes de los que habla, que han caído víctimas de la violencia.
Presenta usted al país una falsa disyuntiva: o su camino, el del combate por la vía armada al narcotráfico o la debacle.  Miente usted señor Calderón.  Hay otros caminos; soluciones integrales que usted, sistemáticamente, se niega a escuchar y no lo hace porque ni son tan rentables propagandísticamente, ni le sirven políticamente para asegurar la continuidad de su proyecto.
A usted le conviene la guerra, el estado de emergencia, la movilización masiva de tropas, la unidad acrítica que el miedo, la zozobra y la angustia producen entre la población cuando esta se sabe rodeada de muertos y de crímenes y comienza a pedir, desesperada, “mano dura” y a clamar, como sucede ya en muchos sectores por “acciones radicales”.

Es esta una vieja receta que otros regímenes autoritarios han utilizado.  No duda usted por eso en lanzar anatemas y en presentarse, continuamente, jugando a la guerra.  Quiere ser, en tiempos revueltos, el hombre de la mano firme.  Es esta, habida cuenta de los muchos y rotundos fracasos de su gestión, la única maniobra de legitimación a su alcance.
No será, sin embargo, por la fuerza únicamente que se derrote al crimen organizado; al contrario.  La violencia genera violencia, encarece el producto, desata una dialéctica incontenible donde la ambición y la muerte van de la mano.  A la barbarie de un lado responde el otro, sin más instrumentos a la mano, con más barbarie y en medio los ciudadanos quedamos irremediablemente atrapados en el fuego cruzado.
“Ya basta”, pues, decimos al crimen organizado y también a usted señor Calderón.  Por nuestros hijos y con nuestros hijos es que marchamos hace unos días y volveremos a marchar este 8 de mayo siguiendo el llamado de Javier Sicilia y nuestras propias convicciones.  Como hay que detener con la ley en la mano a los criminales; es, con la ley en la mano, sometiéndolo a un juicio político, que hay que detenerlo también a usted.

Epigmenio Ibarra
Mexicano

CRISIS EN EL NORTE.

Autor Miguel Badillo

A la violencia cotidiana en los estados fronterizos del Norte del país, en donde el miedo y la muerte rondan los hogares, hay que sumar la crisis económica, la escasez de inversión, la huída de capitales, el desempleo, el abandono de viviendas, el mínimo comercio y la baja productividad agropecuaria.

Bastó una rápida visita a la ciudad de Reynosa, Tamaulipas, para observar la poca afluencia de vehículos, comercios cerrados o vacíos, parques y plazas sin niños ni adolescentes. Como si se tratara de pueblos fantasma, pocas personas viven y transitan. En el aeropuerto de Reynosa, todos los días hay un despliegue policiaco-militar, pocas veces visto en el resto del país. Y esto es todos los días.
Para el gobierno de Felipe Calderón, éstos también son daños colaterales, como lo afirma ante los casi 40 mil muertos que lleva su “guerra” fallida en contra del crimen organizado. Pero los millones de mexicanos que no pueden abandonar el país porque no tienen los recursos para ello y sólo les queda atrincherarse en sus viviendas ven lentamente el resquebrajamiento de su nivel de vida y se suman a las víctimas de esta descomposición del tejido social.
A esa población que no tiene más opciones, el gobierno federal le promete que en 2018 –en siete años, diría el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna– empezará a ver una mejoría en su situación de vida y una leve calma de la violencia que ahora acosa. Lo que se puede observar es que la afectación económica por la violencia en el Norte apenas empieza y sus efectos devastadores aún no pueden ser cuantificados ante la huida de familias completas con todo y sus negocios.

La “guerra” fallida

En esa “guerra” de Felipe Calderón contra el narcotráfico y el crimen organizado, las estructuras económicas de las organizaciones criminales no se han visto afectadas. Los protagonistas de esta confrontación contra el Estado fallido mexicano –o debo decir gobierno fallido– siguen utilizando los circuitos financieros y los mercados negros para mover miles de millones de dólares y blanquearlos.
En Colombia, relatan quienes vivieron las primeras fases del ataque contra los cárteles de la droga, la clausura del sistema de pagos para los criminales fue tan fuerte y definitiva que poderosos capos no tuvieron otra opción que comenzar a acumular dólares en paredes y pisos de pequeñas casas. Su dinero sucio cada día era más difícil integrarlo a círculos formales de la economía y, para los más agudos analistas, allí comenzó su debacle.
En México, es evidente que Calderón y su gabinetito no tienen la mínima intención de intervenir los flujos financieros del crimen organizado, quién sabe por qué motivo; lo que confirma la derrota largamente anuncia del gobierno federal panista.
El tardío anuncio de modificaciones a diversas regulaciones financieras para frenar el lavado de dinero en el sector financiero, inmobiliario y de servicios le resta posibilidades al combate del dinero sucio en la economía, en un momento en el que aún se padece una profunda crisis de liquidez, desempleo y falta de oportunidades para los ciudadanos.
Así, mientras en el Poder Legislativo, específicamente en el Senado de la República –donde los legisladores estrenan una costosa sede pagada por los contribuyentes en tiempos de aguda crisis–, retrasan la toma de decisiones respecto de la iniciativa para aprobar la Ley de Prevención de Lavado de Dinero y Financiamiento al Terrorismo, la economía y la sociedad siguen padeciendo el problema.
La iniciativa enviada por Calderón, anunciada con bombo y platillo como si en sí misma anotara una pírrica victoria política, busca fortalecer la regulación en el sistema financiero mexicano y la normatividad para la prevención del lavado de dinero a través de disposiciones generales que emanan de diferentes leyes aplicables a instituciones financieras. También, se busca frenar el blanqueo de capitales a través de depósitos bancarios, cuyo origen resulta sospechoso: pagos en efectivo en la compra de bienes inmuebles (mansiones, haciendas, hoteles, terrenos, entre otros activos); adquisición de centros o clubes turísticos, restaurantes, bares, empresas quebradas o con problemas económicos; compra de cheques de caja y de viajero y, por supuesto, transferencias electrónicas.
Han pasado casi 14 años desde que el gobierno federal, ante la demanda de organismos multilaterales, inició la modificación de disposiciones para combatir el delito. Fue en 2004 cuando, por primera vez, se incluyó el concepto de financiamiento al terrorismo y se buscó un mayor cumplimiento de los requerimientos internacionales. Luego se creó la Unidad de Inteligencia Financiera y, a partir de entonces, expertos en el tema ubican un parteaguas –aunque no definitivo– en el que se incrementa el número de definiciones para un mejor entendimiento de las disposiciones dirigidas a identificar, por ejemplo, a beneficiarios finales pero, sobre todo, a las personas políticamente expuestas, de las que tanto hemos escrito.
En la banca, en casas de bolsa e intermediarios financieros y cambiarios con operaciones relevantes en el sistema de pagos, se incluyen y agrupan las disposiciones por apartados, donde destaca la política de identificación del cliente, los reportes regulatorios y estructuras internas, entre otras.
Una medida determinante, según un recuento presentado por expertos de la Casa de Cambio Tiber durante la mesa redonda sobre lavado de dinero, organizada por el Centro de Estudios de Derecho e Investigaciones Parlamentarias de la Camara de Diputados, fue el establecimiento de los llamados “umbrales de operación por producto”, así como la creación de expedientes para la identificación de transacciones a partir de 5 mil dólares, mecanismos de aprobación interna y los nuevos reportes regulatorios para transferencias.
La nueva regulación, de ser aprobada, llega cuando en el sector financiero no todos los intermediarios están vigilados (casas de empeño, centros cambiarios, Sociedades Financieras de Objeto Múltiple, por mencionar algunas), cuando no existe igualdad en las regulaciones y cuando se aplican leyes importadas de problemáticas diferentes a las que se viven en el sistema financiero de México.
*Periodista
Fuente: Contralínea 230 / Abril de 2011

 

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