Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

martes, 17 de enero de 2012

Convoca AMLO a elaborar catálogo de valores personales, cívicos y sociales- Los verdaderos narcogobiernos



La meta es lograr una convivencia futura, sustentada en el amor y en la felicidad
Convoca AMLO a elaborar catálogo de valores personales, cívicos y sociales
Destacados académicos e intelectuales organizan un congreso nacional para crear el código del bien
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El Teatro de la Paz, ubicado en el centro de Puebla, fue el sitio elegido por Andrés Manuel López Obrador para exhortar a elaborar una constitución moralFoto Rafael García Otero
Alma E. Muñoz
Enviada
Periódico La Jornada
Martes 17 de enero de 2012, p. 13
Puebla, Pue., 16 de enero. Acompañado de académicos, intelectuales e indígenas, Andrés Manuel López Obrador convocó a un congreso nacional para elaborar los preceptos básicos de la república amorosa, que serán la base para una convivencia futura, sustentada en el amor y en hacer el bien para alcanzar la verdadera felicidad.
Desde el Teatro de la Paz, ubicado en el centro de la capital poblana, informó que ese encuentro tendrá lugar el 21 de marzo, a partir de las 9 de la mañana, en el Teatro de la Ciudad, en el Distrito Federal, y dio a conocer la integración del comité organizador:
Alfredo López Austin, Laura Esquivel, Hugo Gutiérrez Vega, Gabriel Vargas, Raquel Serur, Enrique Dussel, Manuel Pérez Rocha, Emma Laura Manjarrez, Julio Glockner, Ernesto Lammoglia, Pedro Mendoza, Pío Bautista Ruiz, Honorio Alcántara, Luisa Cortés y José Luis Marín.
Claudia Sheinbaum apuntó que la convocatoria al respecto será publicada próximamente y se realizarán distintos foros.
López Obrador dijo que se busca elaborar una cartilla moral o código del bien o constitución moral o guía para la conducta ciudadana o carta de virtudes cívicas o como finalmente se le llame, sin dejar de lado lo sustantivo, que es hacer el catálogo de los valores personales, cívicos y sociales que deben reafirmarse y promoverse en los distintos espacios de la vida pública.
El precandidato presidencial de la coalición Movimiento Progresista encabezó el foro temático Fundamentos de la república amorosa –acompañado de su esposa Beatriz Gutiérrez–, antecedida su participación por seis oradores, frente a más de 2 mil personas, entre ellas Manuel Bartlett, sentado a un costado de José Agustín Ortiz Pinchetti, y también estuvo Porfirio Muñoz Ledo.
Cada uno de quienes intervinieron propuso bases para la república amorosa. El historiador López Austin definió el Estado laico, en medio de pancartas y personas que a gritos pedían su defensa. Aseguró que hoy se lucha por la reconstrucción del carácter del ciudadano por medio del impulso a la ética laica, apoyada en la ciencia y la filosofía.
Criticó que hoy se pretenda olvidar la historia y el sacrificio de los antepasados, mientras el gobierno desconoce la vocación laica del Estado. Así, el gobierno se ha convertido en el brazo ejecutor de una confesión, en la que la jerarquía ya es consciente de su incapacidad de convencimiento sobre sus propios fieles y recurre a los tres poderes gubernamentales para suplir su débil control por medio de la fe. Un grito emergió entonces desde el público: ¡Lo que es de Dios a Dios y lo que es del César al César!
Enseguida, el filósofo Gabriel Vargas Lozano convocó a dar lugar a un movimiento ético desde un nuevo gobierno, mientras la también académica Gabriela Delgado planteó una visión de género para la república amorosa.
Entre los más ovacionados estuvo el indígena zapoteco Joel Aquino, quien planteó que para ser gobernante se necesita formación política, como prevalece en gobiernos comunitarios, mas no en México, en general, donde cualquiera puede ser gobernante.
Indicó que están con López Obrador porque si nos comprometemos a construir una nueva república significa un orden constitucional que sirva a los pobres, a obreros, a indígenas, campesinos, zapotecos, a los que se fueron a Estados Unidos.
También hablaron Julio Glockner y la escritora Laura Esquivel, quien manifestó que el Movimiento de Regeneración Nacional va más allá de intereses con metas electorales, pues su objetivo final es generar un nuevo modo de ser, amarnos a nosotros mismos, para poder amar sin límites a todo lo que nos rodea. Presentó la nueva canción de Liliana Felipe: Viva el amor.
López Obrador asentó que con la república amorosa se trata de poner en la agenda nacional los conceptos de amor, justicia, honestidad, austeridad, verdad, dignidad, no violencia, diversidad, no discriminación, respeto, igualdad, fraternidad, tolerancia, transparencia, pluralidad, congruencia, libertad, felicidad y verdadera legalidad.
Este miércoles, el precandidato presidencial estará en Saltillo, Coahuila, para el foro temático Empresarios.
Los verdaderos narcogobiernos
Pedro Miguel
El negocio de la cocaína emigra hacia Perú, Venezuela, Ecuador y Bolivia, donde los líderes populistas son ambivalentes o abiertamente hostiles a la cooperación con Estados Unidos, dijo en su edición de ayer The Wall Street Journal (WSJ). El rotativo, que representa los intereses de las corporaciones financieras que lavan la mayor parte del dinero proveniente de las drogas ilícitas, mencionó cifras según las cuales tanto el cultivo de hoja de coca como la producción de cocaína se incrementó en tales naciones y disminuyó en Colombia; aseveró que tales tendencias son resultado del éxito de iniciativas del Plan Colombia y que la estrategia del gobierno mexicano contra los cárteles los ha llevado a mudarse a Centroamérica.
El WSJ se refirió también a la expulsión de la DEA en Bolivia por el gobierno de Evo Morales y a su significativa reducción en Venezuela por el gobierno de Hugo Chávez. Como resultado, afirma el periódico, ambos países se han ido transformando en puntos de conexión para el negocio de las drogas ilícitas, conforme los narcotraficantes buscan entornos menos hostiles en medio de los cambios políticos de América Latina.
Se trata, por lo que puede verse, de una nueva construcción ideológica que justifique una escalada económica, diplomática y, en última instancia, bélica contra cuatro países soberanos de la región que, cada cual a su manera, se han comprometido en procesos de transformación social y económica, soberanos y que, por eso, han atraído la animadversión de Washington. Si en la presidencia de George Bush padre (1989-1992) se inventó el concepto de narcoguerrilla para dotar a la superpotencia de nuevos enemigos –el imperio del mal se disolvía por entonces–, ahora parece buscarse un vínculo entre soberanía y drogas para echar a andar una nueva categoría, la de los narcogobiernos, para meter en un mismo saco a los que presiden Evo Morales, Hugo Chávez, Ollanta Humala y Rafael Correa. Poco importa que la caracterización guarde escasa o nula relación con la realidad.
Es cierto que La Paz suprimió la presencia de la DEA en su territorio y que Caracas la redujo en forma significativa. Dicho sea de paso, se trata, en ambos casos, de medidas correctas para combatir el negocio del narcotráfico, toda vez que nunca es claro en qué medida ésa y otras dependencias estadunidenses, como la ATF y la CIA, luchan por erradicarlo y en qué medida lo promueven. Lo más común es que hagan ambas cosas, como ocurre en México: mientras la ATF suministra armas a los cárteles, la DEA les facilita el lavado de dinero.
Fuera de ese dato real, lo publicado por el WSJ es un amasijo de cifras inciertas, medias verdades y mentiras descaradas. No hay forma de medir con precisión lo que el diario neoyorquino llama el potencial de producir cocaína de un país –a Perú le atribuye 325 toneladas, y 270 a Colombia– ni hay una relación mecánica entre la cantidad de hoja de coca que se cultiva y la de cocaína que se produce, por lo que, en el caso de Bolivia, el incremento de la primera es irrelevante para calcular la segunda.
Es cierto que la guerra declarada por Felipe Calderón para, supuestamente, combatir la delincuencia organizada ha dado por resultado –además de 50 mil muertos y otros saldos catastróficos no mencionados por el WSJ– la presencia de cárteles mexicanos en Centroamérica, pero, a juzgar por los datos disponibles, no se trata de una mudanza forzada, sino de una expansión empresarial derivada del fortalecimiento bélico, financiero y político experimentado por esos grupos en el curso del calderonato. Un dato ilustrativo a este respecto es que, a decir de Eduardo Buscaglia, los cárteles han tomado las instituciones locales hasta el punto de que 71 por ciento de los municipios del país se encuentran ya bajo el control del narco.
Tampoco cuenta el WSJ los vínculos entre el principal ejecutor del Plan Colombia, el ex presidente Álvaro Uribe, con narcotraficantes –Pablo Escobar, en primer lugar– y paramilitares, nexos que han sido decisivos en una pacificación nacional que tiene mucho de entrega del poder político a la delincuencia organizada.
Así pues, los regímenes mejor calificados para aspirar a la clasificación de narcogobiernos son los de México y Colombia, que constituyen los dos más estrechos aliados continentales de Washington en una guerra contra las drogas que, de manera cada vez más clara, se perfila como guerra en favor del narcotráfico.

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