Bajo la lupa
Francia busca la multipolaridad en Pekín
Alfredo Jalife-Rahme
La prensa occidental –con la obvia excepción de Francia– no registró la relevante visita del presidente galo, François Hollande, a China, donde le tocó enterarse del exitoso lanzamiento del satélite Gaofen-1.
promoción de un mundo multipolar (¡supersic!) más equilibrado, lo cual habrá caído como bomba en Washington. Retumbó la declaración de Hollande sobre el equilibrio del poder global multipolar:
Rechazamos un mundo de poderes y de superpotencias, agregando que
cuando China y Francia se ponen de acuerdo en algo, pueden dirigir al mundo. ¡Oh la la!
Su homólogo, el recién uncido mandarín Xi Jingping, replicó con el acuerdo bilateral para la
democratización (¡supersic!) de las relaciones internacionales( Global Times, 26/4/13).
Hollande, acompañado por 260 personas (incluyendo 53 ejecutivos), arrancó la venta de 60 Airbus por 8 mil millones de dólares, lo cual redundará en mayor número de empleos cuando hay más de un millón de parados en Francia, que exhibe un déficit de 34 mil millones de dólares con China, la cual diversifica su mercado para no depender de un solo proveedor.
Global Times deduce que
los políticos europeos colocan los intereses económicos en primer lugar, lo cual, según se entiende, no es lineal ni unidireccional cuando la Unión Europea ha usado el penoso asunto de Tiananmen como coartada para la prohibición de exportaciones de alta tecnología a China, que exige la
transferenciaen sus acuerdos. El premier chino, Li Keqiang, describió que las economías de China y Francia eran
altamente complementarias, por lo que la
innovaciónes clave para
impulsar su benéfica cooperación mutua( China Daily, 27/4/13).
Existen muchas coincidencias entre China y Francia para reformar el disfuncional sistema financiero internacional, con mayor voto para los países en vías de desarrollo, en particular China, en el seno del FMI y el BM cuando Pekín ha optado por el gradualismo moderado a grado de haber diferido el esperado lanzamiento del banco BRICS. Otro punto de convergencia se centra en su cooperación bilateral en África, mientras exhiben conspicuas divergencias en Medio Oriente –en particular Siria e Irán–, lo cual no obsta para la consecución de objetivos más pragmáticos y menos ideológicos.
Existen factores que a veces no se contabilizan en este tipo de acercamientos creativos, como el
poder cultural–invisible a corto plazo, pero muy sólido a largo plazo– cuando se encuentran dos civilizaciones, tomando en consideración que Francia, pese a su notable declive, mantiene la flama votiva de lo que queda de la óptima conciencia occidental.
Tal
poder culturalse refleja en su intercambio lingüístico: 35 mil chinos estudian en Francia, mientras 30 mil jóvenes franceses aprenden mandarín.
Francia fue el primer país occidental que estableció relaciones diplomáticas con China en 1964 (más de una década antes que Estados Unidos) con la visita del general Charles De Gaulle, uno de los máximos estadistas del siglo XX.
China Daily expone crudamente las necesidaes vitales de Hollande, cuya visita se gesta cuando
Francia experimenta su más severa contracción económica desde 2009 y con su presidente con el problema de la más baja tasa de aprobación.
Durante el Foro Boao, Xi prometió que China importaría materias primas por 10 millones de millones (trillones en anglosajón) de dólares en los próximos cinco años, mientras sus inversiones directas en el exterior alcanzarían 500 mil millones de dólares ( China Daily, 27/4/13), por lo que bien vale cortejar a la inminente primera superpotencia geoeconómica global.
El presidente de Francia, François Hollande, emitió el viernes pasado un discurso en la Universidad Jiaotong de Shanghai
Foto Reuters
Le Monde (26/4/13) considera que la cosecha de
grandes contratosfue
modesta, en particular en los
dos sectores gruesos: nuclear y aeronáutica que quedaron en
cartas de intención. Estos dos rubros estratégicos no se le escapan a People’s Daily (26/4/13): para Francia es vital
expandir la cooperación y fortalecer los lazos amigables (sic) con China facilitando sus productos y servicios nucleares (¡supersic!) y aeroespaciales (¡supersic!) para expandirse en el mercado chino, dándole la prevalencia en su competencia con Alemania, Estados Unidos y Japón. Otro punto nodal para la
diplomacia francesa es defender su estatuto como un líder del poder global.
Hollande formuló el quid pro quo:
aperturadel mercado chino (desarrollo urbano, salud y sector agroalimentario), en contraparte a levantar los obstáculos a las
inversiones chinas en Francia.
La investigadora Alice Ekman sopesa el
valorde Francia a los ojos de Pekín, donde juzga que su importancia es muy
lejanade Estados Unidos y también de Alemania ( Le Monde, 25/4/13). La evaluación de los países por Pekín se basa en
su peso económico, influencia, situación geográfica, su historia y la estimación de su importancia. Léase: no solamente geoeconómica.
Toda Europa está a la baja debido a la crisis de la zona euro y del
requilibrio estratégico de Estados Unidos en la región Asia-Pacífico: hoy Alemania, primer inversionista europeo en el mercado chino, es de lejos (¡supersic!) el país europeo más importante a los ojos de China”.
Francia todavía conserva un interés político mayor para China por su membresía permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, (privilegio del que no goza Alemania) y
París podría convertirse en una plaza financiera privilegiada para las transacciones en yuan (divisa china).
Para China el abordaje multipolar de las relaciones internacionales de Francia, susceptible de contrabalancear a Estados Unidos, significa una carta mayúscula de París.
Global Times se cobra facturas pendientes con los
políticos europeos, cuando varios de ellos se han reunido con el Dalai Lama, lo cual ha sido considerado como ultrajante. El rotativo chino critica la genuflexión de los
políticos europeosa los mandatos de Washington, a lo que
quizá haya contribuido el declive de Europacuando
el mundo está cambiando y Asia está subiendocomo
el nuevo motor de la economía global, lo que afectará definitivamente la política global, a cuya realidad Europa se ha rezagado en forma pasiva.
Muy crítico, el rotativo chino da a entender que la pusilanimidad de los
políticos europeosdifícilmente sacará a ese continente de sus
predicamentosy sus prejuicios contra China, y juzga que el presidente galo tiene la gran oportunidad de liberarse de los
patrones convencionalesde sinofobia. Reconoce que
el futuro de Europa no depende de China solamente, pero llevarse bien con China es importante para el desarrollo futuro de Europa en el siglo XXI.
Traducido del mandarín al francés: no sólo de geoeconomía vive China, sino también de geopolítica cuando los europeos tendrán que sopesar que sus afrentas teledirigidas por Washington tendrán un alto costo en las relaciones bilaterales.
Para mejorar sus relaciones con China, Europa deberá entender que no se encuentra en las humillantes dos
guerras del opiodel siglo XIX ni que está tratando con un vasallo colonizado, sino con la nueva superpotencia geoeconómica emergente del siglo XXI.
Twitter: @AlfredoJalife
Brasil, futbol y corrupción
Eric Nepomuceno
Brasil será el escenario del Mundial del año que viene. Y no hay una sola semana en que no aparezcan denuncias de sobreprecios en las obras de los estadios, o del incumplimiento de plazos en construcción de estructuras como aeropuertos y carreteras, para no mencionar la cuestión de las telecomunicaciones.
Dios es brasileño, dicen todos– sigue creyendo en milagros, y a la falta de alguno confía ciegamente en su capacidad de seducción. Es decir, las cosas quizá no salgan como deberían, pero como somos simpáticos, alegres y cálidos, al final todo se arregla.
El futbol es, en Brasil, pasión nacional. Y quizá por eso pasen cosas raras y todos hagamos como si no tuviesen la menor importancia.
Basta con ver el caso de la Confederación Brasileña de Futbol, la CBF, una entidad privada sobre la cual el Estado no tiene injerencia, pese a que aporta buenos millones de dólares al año. Su actual presidente se llama José Maria Marin. En esa condición preside el comité local de organización del Mundial del año que viene. Es un viejo conspirador del mundo del deporte. Pero antes ha sido otras cosas.
Fue, por ejemplo, diputado estatal en São Paulo, en tiempos de la fase más negra de la dictadura militar que duró de 1964 a 1985. Era afiliado a la Arena (Alianza Renovadora Nacional), el partido del gobierno. A fines de 1975, siendo parlamentario, denunció la infiltración del comunismo en la televisión Cultura, la emisora pública estatal, y pidió medidas urgentes. Las obtuvo: detuvieron a Vladimir Herzog, director de periodismo de la emisora, muerto en la tortura. A Marin le pareció un mal inevitable. Todo –las prisiones ilegales, las torturas– lo eran.
Ese es el jefe máximo del futbol en Brasil. No por casualidad, Dilma Rousseff, la presidenta, quien también fue presa y torturada por la dictadura, se niega a recibirlo. También Romario, quien fue una estrella máxima del futbol y ahora es diputado federal, encabeza una campaña pública para destituirlo.
Y más: hay pruebas concretas de sobreprecio no sólo en obras contratadas por la CBF para el Mundial del año que viene. La misma sede de la entidad ha sido comprada por 35 millones de dólares, el doble del valor de mercado.
Marin asumió la presidencia de la CBF hace un año. Su antecesor es otra flor del lodo. Se llama Ricardo Teixeira. Fue presidente por 23 años y llegó a la vicepresidencia de la Federación Internacional de Futbol, la FIFA, que entre otras atribuciones organiza los mundiales y controla el deporte en todo el planeta.
Una auditoría de la FIFA comprobó que Teixeira se hizo con por lo menos 45 millones de dólares en coimas (mordidas), para favorecer licencias de partidos a empresas fantasmas. Esa cantidad es la que se logró demostrar. A juzgar por el tipo de vida que lleva Teixeira en Florida, donde reside desde su renuncia a la CBF, en marzo del año pasado, ha sido mucho más.
Luego de haber renunciado fue contratado por la CBF como consultor, con un salario de 80 mil dólares al mes. Como consultor señaló a la empresa que promueve los partidos amistosos de la selección brasileña, y sobre cada juego gana un porcentaje que nadie sabe exactamente de cuánto es.
Teixeira vive con su mujer, Ana Carolina, de 36 años, y una hija adolescente, en Boca Raton, a 65 kilómetros de Miami. La casa, para los precios locales, es relativamente modesta: vale unos 2 millones de dólares. Pero los fines de semana son pasados en Sunset Island, en Biscayne, Miami, donde es vecino de personas como Shakira, Lenny Kravitz y Ricky Martin.
Su casa, que antes perteneció a la tenista rusa Anna Kournikova, tiene 615 metros cuadrados y fue comprada por 7 millones y medio de dólares. En el garaje descansan un Porsche y dos Mercedes Benz.
Anna Kournikova, bastante más sexy que Ricardo Teixeira, un gordinflón petiso (chaparro), era una moradora pública. Teixeira es discreto, pese al barco Azimut, de 67 pies de largo y que vale unos 2 millones de dólares, anclado delante de un jardín de mil 800 metros cuadrados.
Poco sale de casa. Poco se le ve. Tendrá, por supuesto, sus razones para una vida tan discreta. Mientras, sigue operando y teniendo una influencia muy fuerte en el mundillo del futbol de Brasil. La misma FIFA que lo sancionó sigue oyéndolo, y pagando fuerte por oírlo.
Desde marzo de 2012 Teixeira no vuelve a Brasil. No quiere correr el riesgo de tener el pasaporte retenido y rendir cuentas a la justicia. Tampoco volvió a Suiza, donde los tribunales lo denuncian por haber cobrado otros 13 millones de dólares de propina de unos proveedores de la misma FIFA en la que era vicepresidente.
Sí, sí, es cierto: hay corrupción en el futbol en todo el mundo. Pero alguna vez se harán los cálculos de lo que robó y roba en el Mundial del año que viene. Que no haya ninguna duda: seremos campeones también en esa modalidad.
FUENTE LA JORNADA
FUENTE LA JORNADA
Venezuela: prioridades en la carrera contra el tiempo
Guillermo Almeyra
La mayoría electoral chavista debe ser ganada o reconquistada cada día, sobre todo cuando los efectos de la inflación y de la devaluación reducen los salarios reales, la delincuencia crea insatisfacción e inseguridad y la corrupción e ineficiencia del aparato estatal no han sido corregidas y, particularmente, cuando todo –economía y sociedad– depende del precio, siempre inestable, del petróleo. Por eso se está librando una carrera contra el tiempo entre, por una parte, la acción del gobierno chavista para reforzar su base social y, por la otra, el desgaste provocado por los problemas sociales y políticos (y por la acción contrarrevolucionaria) que reduce progresivamente la base electoral del chavismo.
Ya adoptó justas medidas de emergencia, como la intervención por 90 días en toda la red eléctrica para tratar de evitar los sabotajes, ya que los cortes de luz desorganizan la producción y dañan e irritan a la población más pobre, a la que el chavismo se dirige.
Pero tiene ante sí otras prioridades, como la represión a la delincuencia, la cual se alimenta con la influencia de los narcos colombianos y con las maniobras de Estados Unidos pero tiene su base en el carácter rentista de la economía venezolana. No serán las fuerzas armadas o la policía las que limpien este establo de Augías: sólo la fuerza popular organizada puede barrer la delincuencia. Si en las comunidades mexicanas se eligen en asambleas policías comunitarias sostenidas por la población, que puede revocar a sus comandantes, es posible formar también en Venezuela en cada distrito milicias voluntarias, armadas por el Estado, respaldadas, garantizadas y controladas por los vecinos, que detecten a los delincuentes, los disuadan o repriman y los desarmen. La garantía de la independencia de tales policías comunitarias la dará la autonomía en cada lugar y el control asambleario sobre sus integrantes que, a la vez, les otorgará fuerza moral y política. Los comités de Defensa de la Revolución cubana se convirtieron en organismos de control del Estado y de su partido único, cosa que las policías comunitarias deben evitar a toda costa gracias al control democrático de sus comunidades y al pluralismo político en su composición (pues hay decenas de miles de venezolanos que no están de acuerdo con tal o cual política del gobierno chavista pero no son por eso agentes imperialistas ni contrarrevolucionarios).
También es tarea del gobierno la lucha contra la ineficiencia en las empresas y contra la posible corrupción de sus dirigentes pero el mejor instrumento para evitar los robos y despilfarros es el control sobre los gastos y el rendimiento de sus fuentes de trabajo por los trabajadores y técnicos organizados en comités ad hoc elegidos sobre base rotativa, independientemente de cual sea la opinión política o sindical de los integrantes de los mismos.
Por otra parte, ya Hugo Chávez encaró un ambicioso plan de construcción de viviendas populares, que se está cumpliendo en cantidad y calidad pero que aún no basta para resolver la grave carencia que existe en este campo. Pero, a diferencia de Cuba, donde se intentó remediar el problema mediante la autoconstrucción, pero con escasos resultados dada la carencia de materiales, Venezuela puede reforzar la participación popular en esta campaña, uniendo un esfuerzo económico y un fuerte apoyo técnico a la utilización de la mano de obra de los futuros beneficiarios.
En cuanto al cambio de las bases de la economía venezolana, requiere planes a mediano y largo plazo, pues la dependencia de la exportación de petróleo a Estados Unidos es una espada de Damocles que pende sobre el proceso revolucionario. Venezuela debe crear una base al menos para su seguridad alimentaria y producir en el país los alimentos y bienes básicos mediante un plan de sustitución de importaciones y de estímulo a la creatividad en el campo de la innovación tecnológica y de la reducción de gastos inútiles, acompañado por medidas selectivas en el otorgamiento de los permisos de importación. La boliburguesía protestará si no tiene wiski, champaña y autos caros pero la gente común protestará menos cuando encuentre todos los días la leche, los pañales, el jabón y los bienes de primera necesidad que escasean cruelmente.
Por último, una gran prioridad que sólo requiere voluntad política como insumo para enfrentarla, es la confianza en la capacidad de comprensión y organización de los trabajadores chavistas, desarrollando su autoorganización, dando el mayor margen posible a la democracia y el más amplio margen de independencia de sus organizaciones con respecto al aparato estatal (sea éste el gobierno o las fuerzas armadas) con el cual sin duda deben coordinarse pero sin subordinarse jamás al mismo.
Ese, por otra parte, es el verdadero significado de la idea de que hay que tratar de llenar el vacío dejado por la personalidad de Chávez por una dirección colegiada, pues ese concepto no puede conducir a un directorio de notables sino a la asunción de sus responsabilidades y de la decisión política por el pueblo chavista organizado en los múltiples instrumentos de poder popular. Éstos, así, serán instrumentos de este Estado actual en una fase difícil de transición y, sobre todo, gérmenes de otro Estado no capitalista para el futuro próximo.
Gramsci escribió que para que un obrero metalúrgico fuera socialista debía dejar de ser metalúrgico, o sea, debía dejar de diferenciarse como miembro de una corporación y de una clase. Para que del chavismo puedan nacer elementos socialistas debe reforzarse previamente la autoorganización socialista a costa de la actual dependencia vertical chavista del Estado.
FUENTE LA JORNADA
FUENTE LA JORNADA
Las dos Españas
Marcos Roitman Rosenmann
Antonio Machado, poeta andaluz, republicano, antifascista, muerto en el exilio, acuñó el concepto. El siglo XX español nacía en medio de una crisis de identidad. Se trataba de luchar contra la oligarquía, el caciquismo y las formas rancias del nacional-catolicismo defendidas por Ramiro de Maeztu y Marcelino Menéndez Pelayo.
Ya hay un español que quiere vivir y a vivir empieza, entre una España que muere y otra que bosteza. Españolito que vienes al mundo, te guarde Dios. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón.
Con el advenimiento de la II República, las dos Españas se definieron políticamente. Una levantó un proyecto laico, moderno, antifeudal y progresista. La otra decidió abrazar la España rancia, los intereses de la oligarquía terrateniente apoyándose en el nacional-catolicismo y el ideario fascista. La derrota de la II República hizo trizas el proyecto democrático. Los derechos sindicales, las libertades políticas, la reforma agraria, la enseñanza pública, la participación de la mujer, fueron eliminados de un plumazo y sus defensores perseguidos hasta la muerte. Así se inauguraba la larga noche del franquismo, que duró casi 40 años (1939-1975). Durante este tiempo primaron el odio, la represión y el fanatismo religioso. Una supuesta conspiración comunista, judeo-masónica para destruir España, fue la excusa para llevar al paredón a miles de republicanos. Francisco Franco utilizó el anticomunismo como mecanismo para cohesionar el régimen y ganar adeptos. Y lo consiguió. Entre la modernización del Opus Dei, la incorporación a Naciones Unidas y la visita del presidente estadunidense Dwight Eisenhower en 1959, una de las dos Españas, la falangista, católica, apostólica y romana, alimentó la unidad del régimen. El ritual franquista se inauguraba con el saludo fascista, la veneración al caudillo y declamando: España: ¡Una!, España: ¡Grande!, España: ¡Libre!, España: ¡Una, grande y libre!
Tras la muerte de Franco, las dos Españas, hasta ese momento irreconciliables, se acercaron hasta fundirse. Fue el tiempo de la
reconciliación. Republicanos, franquistas, monárquicos, socialistas, comunistas, democristianos y liberales se unieron para iniciar la transición, principio del fin de las dos Españas. Se legalizarían los partidos políticos de la izquierda histórica, PSOE y PCE, los sindicatos de clase y dio voz a los partidos burgueses nacionalistas. El miedo a una nueva guerra civil se desvanecía. Junto a ello, los crímenes de lesa humanidad del franquismo se invisibilizan. La restauración borbónica nació libre de polvo y paja. Una ley de amnistía, el abandono de la justicia reparadora y el pacto de silenció evitó que los cadáveres de los miles de republicanos fusilados durante el franquismo fueran reconocidos y recuperados por sus familiares para darles una sepultura digna.
Los partidos políticos perseguidos durante la dictadura, a cambio del silencio, recibieron, bajo el principio de compensar el patrimonio expropiado durante el franquismo, millones de pesetas y propiedades. Quid pro quo. Quienes se opusieron a la corona y los pactos de la Moncloa fueron etiquetados como escoria que resucitaba la idea de las dos Españas. En ella, se dijo, habitaban los nostálgicos del franquismo y los republicanos. En el medio, los salvadores de la patria, defensores de la unidad de España bajo la corona borbónica. La nueva España nacía hipotecada. Sus padres putativos le dieron la bienvenida. Siguieron mandando los de siempre, esta vez con el aval de los advenedizos legitimados por Estados Unidos, la socialdemocracia y la comunidad europea.
Hoy, en medio de la crisis, se constata la existencia, nuevamente, de dos Españas. Pero sin las connotaciones del siglo pasado. Me refiero a una, oficial, representada por la clase política, monárquica, cortesana e institucional. La otra, a la que pertenecen millones de españoles y sufre las decisiones de la primera. La España oficial, minoritaria, sin vocación democrática, vive ajena a las preocupaciones y problemas de sus conciudadanos. Alega tener la legitimidad de las urnas y ser depositaria de la voluntad general. Anida en las instituciones políticas. Se arropan entre ellos y están protegidos por un halo de impunidad que recubre sus actos. Hacen y deshacen en nombre del pueblo, rompiendo promesas electorales, violando programas y principios ideológicos. Adoptan una actitud de desprecio cuando se les pide explicaciones o increpa por corruptos, altaneros y mentirosos. En ese instante, la España oficial se pone el traje de víctima. Despotrica y solicita protección policial contra los alborotadores. Aducen acoso, violación de intimidad y sentirse indefensos. Declaman ser buena gente, no hacer daño a nadie, sacar a pasear sus mascotas, querer sus hijos, pagar las cuentas en el bar, dar propina, ser fieles a sus amantes y comer tortilla de patatas. Por ello, se preguntan, ¿por qué tanta inquina, si no han hecho nada malo? Ellos sólo cumplen con su deber, firman leyes que recortan los salarios, rescatan bancos, facilitan el despido libre, privatizan la sanidad, la educación y, de paso, promueven el desempleo. Nada del otro mundo. Cumplen con lo mandado por el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y Bruselas. Unos cuantos desahucios, más de 700 mil, 26 por ciento de desempleo, el aumento de los suicidios acompañado de consumo exponencial de ansiolíticos que afecta a 8 por ciento de la población. Viven de espalda a la realidad. Según nos relatan, están atados de pies y manos. Piden comprensión, la marca
Españaestá en peligro. La corrupción, el tráfico de influencias, la evasión de capitales, el hambre y la exclusión social, alega el gobierno del Partido Popular, ellos no la provocaron, es la herencia del PSOE. Unos atacan, otros se defienden. El presidente del gobierno, Mariano Rajoy, habla de un complot hacia la
clase política, el rey, los jueces y las instituciones democráticas. Una
nueva leyenda negrase cierne sobre España. Así perciben el mundo. La ministra de Sanidad, Ana Mato, y su ex marido, Jesús Sepúlveda, acusados de corrupción, disfrutar viajes, fiestas y aceptar coches de lujo, pagados por la trama corrupta del Partido Popular, se acoge al machismo ramplón. Ella, mujer de la casa, dice, no preguntó la procedencia de dichas regalías. Hoy, para capear el temporal, su ex marido no tiene nombre. Cuando se le pregunta, la ministra Mato responde:
...pregúntele a esa persona. Los ejemplos sobran.
La otra España, a la que pertenece la mayoría de la población, se siente engañada, desamparada, indefensa. Asiste incrédula al derrumbe de sus ilusiones. La conforman todas las clases sociales y han votado a todos los partidos, sin excepción. Otros se identifican con los movimientos sociales, como el 15-M; piden democracia real ya; la plataforma de los desahuciados que lucha por la dación en pago, el alquiler social, no perder su vivienda y el acoso de los bancos; los maestros de escuela que salen a la calle en defensa de una educación pública, digna y de calidad; los médicos, enfermeras y el personal auxiliar opuestos a la privatización de la sanidad, el cierre de centros de urgencia, aquellos que no entienden la salud como un negocio, sino patrimonio social; los jubilados, a los cuales se les congelan las pensiones; los pequeños y medianos ahorradores estafados por las preferentes bancarias; los estudiantes que ven aumentar la matrícula universitaria en 200 por ciento. Las amas de casa que soportan la estructura cotidiana del hogar con hijos en paro y sin salidas profesionales; los cientos de familias que han pasado a vivir en albergues, coches o colchones improvisados bajo puentes, alimentándose en comedores sociales; los profesionales, investigadores, científicos y becarios de centros de excelencia que han visto cerrar sus puertas por los recortes; los trabajadores y obreros cuyos convenios colectivos se negocian a la baja intimidados con la amenaza de despido. Esta España, la de todos, no renuncia a las instituciones, a ser tenida en consideración política. Pero la otra España hace oídos sordos y levanta un muro para no ver el sufrimiento que padecen sus conciudadanos. No está a la altura de un pueblo que mantiene, por encima de todo, la dignidad, y les guste o no les llama mentirosos, corruptos y asesinos, que lo son.FUENTE LA JORNADA
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