La violenta realidad contra la “ola de optimismo” oficial
Dresser, Rodríguez y Aristegui durante la presentación del libro La agenda pendiente.
Foto: Germán Canseco
Foto: Germán Canseco
MÉXICO, D.F. (apro).- Palabras contra el engaño. Textos que descubren las apariencias fraguadas para ocultar la realidad. Moda política que impone criterios detonadores de una ola de optimismo que, cada vez con mayor fuerza, se estrella contra el muro de la violencia, la ignorancia, la barbarie y la descomposición.
A partir de la observación del director de Proceso, Rafael Rodríguez Castañeda, sobre la “ola de optimismo” en que se embarcó el país con el asenso de Enrique Peña Nieto a la Presidencia de la República, colaboradores y reporteros de Proceso atendieron su convocatoria para reflexionar sobre lo que el país tenía por delante a través de textos que se integraron al libro La agenda pendiente, editado por Planeta.
Hoy, durante la presentación de la obra, Rodríguez Castañeda, Denise Dresser, Carmen Aristegui y Javier Sicilia abordaron los ensayos del libro, a partir de los cuales explicaron su visión sobre los agitados últimos cinco meses: la violencia magisterial en Guerrero y la toma de rectoría en la UNAM; la crisis del Pacto por México, detonada por el escándalo de uso electoral de programas sociales en Veracruz; la imparable violencia que se vive en el país; la descomposición de las instituciones…
“La idea era reflexionar sobre el regreso al poder del PRI. Podemos decir que en estos primeros meses de gobierno, algunas de las hipótesis del libro quedaron confirmadas, lo que sin duda lleva a observar que el gobierno del nuevo PRI, que en realidad es un viejo PRI disfrazado, ha demostrado rapidez en varios sentidos: se propuso y sacó un par de reformas importantes y, también, ha logrado incendiar la mitad del país en pocos meses”, explicó Rodríguez Castañeda.
En el auditorio del Centro Cultural Elena Garro, en el barrio de La Conchita en Coyoacán, con un auditorio repleto, el director de Proceso aclaró que si bien La agenda pendiente no aborda estos temas de coyuntura, sí permite acceder a las claves y a un contexto útil para el análisis.
Con su peculiar articulación de sentencias, Denise Dresser abarcó los diferentes aspectos de la simulación en el gobierno de Peña Nieto, las apariencias que intentan cubrir la realidad, como en el caso de la declaración patrimonial del presidente, que deja ver algunas propiedades y la existencia de bienes y cuentas bancarias, pero sin esclarecer su valor ni origen.
La investigadora y colaboradora de Proceso subrayó que mientras las apariencias intentan encubrir la realidad, nadie sabe cómo se piensa reducir la pobreza o la violencia.
Luego de hacer un recuento de las acciones destacadas de estos meses, Dresser formuló una conclusión:
“Es como el ogro filantrópico, al estilo veracruzano, pero ogro al fin”.
Dresser y Aristegui no figuran como coautoras del libro y, en sus respectivas intervenciones, durante la presentación de esta noche, aludieron a cada uno de los ensayos de John M. Ackerman, Bernardo Barranco, Sabina Berman, Jesús Cantú, Jorge Carrasco Araizaga, Axel Didriksson, Marta Lamas, Olga Pellicer, Javier Sicilia, Jenaro Villamil y Ernesto Villanueva.
Si bien Aristegui abundó en los diferentes aspectos del libro, hizo un largo preámbulo para referirse a las agresiones contra Proceso, revista a la que calificó, como ha hecho en otras ocasiones, como la más importante en el país.
Aristegui abordó las amenazas contra el reportero Jorge Carrasco, denunciadas por esta casa editorial la semana pasada, y surgidas en el contexto del seguimiento del reportero a la investigación por el homicidio de Regina Martínez, la corresponsal en Veracruz que el próximo domingo cumple un año de haber sido asesinada y cuyo caso se mantiene impune.
También consideró necesario poner sobre la mesa la problemática que enfrenta el periodismo: el caso de Darío Ramírez, director de Artículo 19, que recibió amenazas en días pasados, así como el despido de Bernardo Barranco de Radio Centro, por lo que se perfila como una acción de censura.
Y, naturalmente, el caso del fotorreportero de Vanguardia, en Saltillo, Daniel Martínez Bazaldúa, quien fue asesinado, desmembrado y tachado ayer como “criminal” por las propias autoridades de Coahuila.
Al respecto, Rodríguez Castañeda explicó las condiciones del caso de Jorge Carrasco, así como las muestras de solidaridad, entre otras, de la Asociación Mundial de Periódicos y el Instituto Internacional de Prensa (WAN-Infra), que esta semana enviaron una misiva al presidente Peña Nieto para exigirle una investigación exhaustiva en el caso de las amenazas contra el reportero de esta casa editorial.
Rodríguez Castañeda además consideró que el caso presenta una excelente oportunidad a Peña Nieto para mostrar su compromiso con la libertad de expresión.
No obstante, el director de Proceso se mostró poco optimista respecto a que eso ocurra.
A su vez, Javier Sicilia, uno de los autores del libro, abundó sobre “la violencia que engendra violencia”.
Sicilia, también colaborador de Proceso, expresó que en México el Estado claudicó en su apuesta por la cultura, y sostuvo que ello se expresa en la barbarie y en las instituciones podridas del Estado mexicano.
El poeta añadió que a la violencia que existe desde hace años se agrega hoy la de los maestros, quienes a su vez son víctimas de la violencia política de una reforma que no los tomó en cuenta. Frente a todo, advirtió, existe hoy el riesgo latente de la represión.
Javier Sicilia consideró que existe una crisis del Estado y del modelo económico, por lo que los pronósticos pueden ser todo menos optimistas.
A partir de la observación del director de Proceso, Rafael Rodríguez Castañeda, sobre la “ola de optimismo” en que se embarcó el país con el asenso de Enrique Peña Nieto a la Presidencia de la República, colaboradores y reporteros de Proceso atendieron su convocatoria para reflexionar sobre lo que el país tenía por delante a través de textos que se integraron al libro La agenda pendiente, editado por Planeta.
Hoy, durante la presentación de la obra, Rodríguez Castañeda, Denise Dresser, Carmen Aristegui y Javier Sicilia abordaron los ensayos del libro, a partir de los cuales explicaron su visión sobre los agitados últimos cinco meses: la violencia magisterial en Guerrero y la toma de rectoría en la UNAM; la crisis del Pacto por México, detonada por el escándalo de uso electoral de programas sociales en Veracruz; la imparable violencia que se vive en el país; la descomposición de las instituciones…
“La idea era reflexionar sobre el regreso al poder del PRI. Podemos decir que en estos primeros meses de gobierno, algunas de las hipótesis del libro quedaron confirmadas, lo que sin duda lleva a observar que el gobierno del nuevo PRI, que en realidad es un viejo PRI disfrazado, ha demostrado rapidez en varios sentidos: se propuso y sacó un par de reformas importantes y, también, ha logrado incendiar la mitad del país en pocos meses”, explicó Rodríguez Castañeda.
En el auditorio del Centro Cultural Elena Garro, en el barrio de La Conchita en Coyoacán, con un auditorio repleto, el director de Proceso aclaró que si bien La agenda pendiente no aborda estos temas de coyuntura, sí permite acceder a las claves y a un contexto útil para el análisis.
Con su peculiar articulación de sentencias, Denise Dresser abarcó los diferentes aspectos de la simulación en el gobierno de Peña Nieto, las apariencias que intentan cubrir la realidad, como en el caso de la declaración patrimonial del presidente, que deja ver algunas propiedades y la existencia de bienes y cuentas bancarias, pero sin esclarecer su valor ni origen.
La investigadora y colaboradora de Proceso subrayó que mientras las apariencias intentan encubrir la realidad, nadie sabe cómo se piensa reducir la pobreza o la violencia.
Luego de hacer un recuento de las acciones destacadas de estos meses, Dresser formuló una conclusión:
“Es como el ogro filantrópico, al estilo veracruzano, pero ogro al fin”.
Dresser y Aristegui no figuran como coautoras del libro y, en sus respectivas intervenciones, durante la presentación de esta noche, aludieron a cada uno de los ensayos de John M. Ackerman, Bernardo Barranco, Sabina Berman, Jesús Cantú, Jorge Carrasco Araizaga, Axel Didriksson, Marta Lamas, Olga Pellicer, Javier Sicilia, Jenaro Villamil y Ernesto Villanueva.
Si bien Aristegui abundó en los diferentes aspectos del libro, hizo un largo preámbulo para referirse a las agresiones contra Proceso, revista a la que calificó, como ha hecho en otras ocasiones, como la más importante en el país.
Aristegui abordó las amenazas contra el reportero Jorge Carrasco, denunciadas por esta casa editorial la semana pasada, y surgidas en el contexto del seguimiento del reportero a la investigación por el homicidio de Regina Martínez, la corresponsal en Veracruz que el próximo domingo cumple un año de haber sido asesinada y cuyo caso se mantiene impune.
También consideró necesario poner sobre la mesa la problemática que enfrenta el periodismo: el caso de Darío Ramírez, director de Artículo 19, que recibió amenazas en días pasados, así como el despido de Bernardo Barranco de Radio Centro, por lo que se perfila como una acción de censura.
Y, naturalmente, el caso del fotorreportero de Vanguardia, en Saltillo, Daniel Martínez Bazaldúa, quien fue asesinado, desmembrado y tachado ayer como “criminal” por las propias autoridades de Coahuila.
Al respecto, Rodríguez Castañeda explicó las condiciones del caso de Jorge Carrasco, así como las muestras de solidaridad, entre otras, de la Asociación Mundial de Periódicos y el Instituto Internacional de Prensa (WAN-Infra), que esta semana enviaron una misiva al presidente Peña Nieto para exigirle una investigación exhaustiva en el caso de las amenazas contra el reportero de esta casa editorial.
Rodríguez Castañeda además consideró que el caso presenta una excelente oportunidad a Peña Nieto para mostrar su compromiso con la libertad de expresión.
No obstante, el director de Proceso se mostró poco optimista respecto a que eso ocurra.
A su vez, Javier Sicilia, uno de los autores del libro, abundó sobre “la violencia que engendra violencia”.
Sicilia, también colaborador de Proceso, expresó que en México el Estado claudicó en su apuesta por la cultura, y sostuvo que ello se expresa en la barbarie y en las instituciones podridas del Estado mexicano.
El poeta añadió que a la violencia que existe desde hace años se agrega hoy la de los maestros, quienes a su vez son víctimas de la violencia política de una reforma que no los tomó en cuenta. Frente a todo, advirtió, existe hoy el riesgo latente de la represión.
Javier Sicilia consideró que existe una crisis del Estado y del modelo económico, por lo que los pronósticos pueden ser todo menos optimistas.
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