Contra el desgobernador sonorense no sirve la vía pacífica
Los habitantes de Hermosillo son víctimas de impuestos excesivos; y los de Cajeme, del robo de agua por abuso del poder que detenta un triunvirato: Padrés, su hermano y su cuñado, quienes hacen y deshacen en la entidad endeudada por más de 20 mil millones de pesos. Desde hace casi 3 años, esos sonorenses han recurrido a los juzgados federales y obtenido, porque los asiste la razón, resoluciones que determinaron parar la obra con la que, ya terminada, Padrés y sus compinches se roban el agua, demostrando que en la entidad no hay estado de derecho y Padrés desgobierna por sus pistolas. Es un ratero que está dejando sin agua al Sur.
Los sonorenses no tienen más opción que manifestarse según el Artículo 9 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, es decir, salir a las calles, ir a la presa El Novillo y parar las bombas. Y es que los nueve ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación no han querido resolver el fondo de los amparos ni ordenar el cumplimiento de otros. Lo que los sonorenses han llevado racional, judicial y pacíficamente, para nada ha servido. El fugitivo de la ley, del estado de derecho, en funciones de gobernador, hace su regalada gana. Y por fin cumplió su amenaza de robarse el agua con la complicidad de la Comisión Nacional del Agua.
En un desplegado de prensa (Reforma, 15 de abril de 2013), los sonorenses se dirigen por última vez a Peña y le recuerdan su promesa de hacer respetar la legalidad, lo que no ha hecho. Le avisan que “la sociedad cajemense y la Tribu Yaqui” están a punto de desbordarse, pues ante el desprecio de funcionarios judiciales federales y de la Presidencia de la República por la vía pacífica, no hay más que recurrir a la vía violenta para exigir justicia. Está claro que así como Calderón apoyó a Padrés, ahora Peña tampoco atenderá la petición y apoyará al desgobernador de marras. Los sonorenses, víctimas de ese troglodita, que han perdido la esperanza, después de casi 3 años de paciencia, no les queda más que desbordar la crisis con una decisión colectiva: reunirse por última vez para presentar una protesta contra Padrés, Peña y la Suprema Corte, y si ni así obtienen justicia, buscarla por propia mano.
*Periodista
Fuente: Contralínea 331 / abril 2013
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