Pemex busca ampliar edad para la jubilación
Los cambios propuestos consisten en homologar el parámetro de retiro con el que ya aplica en el IMSS e ISSSTE
Leticia Robles de la Rosa
29/04/2013 06:42
CIUDAD DE MÉXICO, 29 de abril.- Petróleos Mexicanos (Pemex) tiene al menos 75 mil 852 pensionados cuyo peso en nómina durante 2010 fue de 25 mil 255.8 millones de pesos, y está en proceso de reformar el esquema a partir de dos pilares, para mitigar el nivel del pasivo laboral.
Por un lado, que la edad de pensión de los trabajadores de Pemex sea a partir de los 65 años y no de los 55 años como es actualmente, con lo cual la empresa y los trabajadores aprovecharán más años de productividad per cápita; y por el otro, que los trabajadores aporten entre el dos y el tres por ciento de su sueldo básico para abonarlo en su cuenta individual, mientras Pemex entrega entre seis y siete por ciento del sueldo básico.
De esta forma, los trabajadores de Pemex tendrán el mismo parámetro de jubilaciones que ya tienen el IMSS y el ISSSTE, de acuerdo con la información que Excélsior recabó con senadores.
El pasado fin de semana, mediante un comunicado de prensa, la paraestatal anunció que comenzará las negociaciones con el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), cuyo dirigente nacional, Carlos Romero Deschamps, es senador de la República, y quien ha expresado en varias ocasiones el respaldo de los empleados de base del Pemex hacia su transformación.
Pemex tiene su propio esquema de pensiones y jubilaciones, denominado Fideicomiso del Fondo Laboral de Petróleos Mexicanos (Felape), creado en 1997, con el propósito de contar con el dinero suficiente para cubrir los pasivos labores.
De acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación, en la revisión de la Cuenta Anual 2010, “los Estados Financieros no consolidados de Petróleos Mexicanos al cierre del ejercicio 2010 mostraron un pasivo laboral por 79 mil 720 millones 605.0 mil pesos. Sin embargo, el patrimonio del Felape es de tres mil 52 millones 245 mil 600 pesos, lo que denota insuficiencia de recursos financieros, por 76 mil 668 millones 359 mil 400 pesos (96.2 por ciento), para cubrir obligaciones en un futuro con sus trabajadores.
Según Hacienda, en 2010 Pemex tuvo 75 mil 852 pensionados, que implicaron pagos por 25 mil 255.8 millones de pesos.
Ahora, Pemex plantea que los trabajadores se jubilen a los 65 años, ya no a los 55 como ocurre; además, que ellos mismos contribuyan con aportaciones.
Los trabajadores jubilados actuales no sufrirán ningún problema en sus esquemas; los empleados actuales tendrán la opción de mantenerse en el esquema anterior, pero de manera paulatina se aumentará la edad de jubilación y la entrada en vigor de este esquema se prevé para un trienio después de que la reforma sea una realidad.
FUENTE: EXCELSIOR
¿Y después de la luna de miel?
A cinco meses de iniciado el sexenio del priista Enrique Peña Nieto, se observan ya lejos los primeros días de los compromisos, las promesas, los acuerdos y la agenda mediática del presidente. Poco a poco, la terca realidad se ha ido imponiendo sobre el discurso modernizante y esperanzador que el titular de Poder Ejecutivo Federal y su equipo han tratado de impulsar.
En el arranque de su gobierno, Peña Nieto trató de colocar en la mesa temas distintos al que había dominado la agenda pública durante el sexenio del panista Felipe Calderón Hinojosa. De pronto, la inseguridad pareció pasar a segundo término y la cruzada contra el hambre se convirtió en la gran bandera de la Presidencia de la República. El Pacto por México y las reformas que se conseguirían gracias él fueron elogiadas por medios y actores internacionales. Mejora educativa, lucha anticorrupción, transparencia, nueva ley laboral y crecimiento económico fueron los grandes conceptos del comienzo de la era peñanietista. Pero los hechos han terminado por dibujar un país distinto al presentado por ese intento de retórica renovadora. El México real se impone al México de las percepciones.
Así, la disminución en el número de homicidios dolosos en los primeros cuatro meses del sexenio es apenas un 8.9 por ciento menor al de los últimos cuatro meses del sexenio anterior, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Seis mil 109 homicidios en un tetramestre, es decir, un promedio de 50 diarios. El ánimo optimista de la Presidencia y el cambio de discurso no coincide aún con la realidad, mientras que todavía no se vislumbra con claridad la estrategia de seguridad a seguir por el actual gobierno. Guerrero, La Laguna, Estado de México, Tamaulipas y Veracruz siguen siendo focos rojos en este tema.
Por otra parte, las loas hacia el gobierno federal por el encarcelamiento de la expresidente del sindicato magisterial, Elba Esther Gordillo, y por la aprobación de la reforma educativa, se han visto opacadas por la radicalización de la oposición de un sector de los maestros, sobre todo en Guerrero, y por el nulo avance en materia de democracia al interior del sindicato. Pesan también la complacencia hacia otros cacicazgos sindicales como el que ejerce Carlos Romero Deschamps en Pemex, quien ya se tomó la foto con el presidente Peña Nieto.
En materia de transparencia, la aparente voluntad del Ejecutivo Federal de frenar el uso discrecional de los recursos públicos no ha alcanzado para esclarecer el escandaloso crecimiento de la deuda de las entidades federativas, entre ellas Coahuila, en donde la ciudadanía ignora el destino de los recursos de los créditos contratados.
Por último, el Pacto por México se encuentra congelado por nada menos que un asunto de carácter político electoral. La sospecha sobre la mal uso de los recursos de programas sociales en Veracruz ha despertado el encono de los partidos adheridos al pacto, quienes han puesto en entredicho el objetivo verdadero de la Cruzada contra el Hambre. La figura de Rosario Robles al frente de la Sedesol se tambalea, mientras que el presidente intenta darle el espaldarazo en medio de las críticas y la amenaza de una nueva parálisis legislativa. La primera víctima: la reforma financiera.
La luna de miel de Peña Nieto ya terminó. Ahora le toca empezar a gobernar el México real.
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