Astillero
Altos vuelos
#LadySenadora
Historias tropicales
VivaAerobús: abusos
Julio Hernández López
REUNIÓN. El presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Gerardo Gutiérrez Candiani (tercero de la derecha), y miembros de este organismo se reunieron con dirigentes partidistas y funcionarios federales, a quienes presentaron un decálogo sobre desarrollo, en el contexto del Pacto por México
Foto José Antonio López
Aferrada a un tragicómico alegato pleno de prepotencia, ignorancia, clasismo, marrullería y mendacidad, una nueva rica de la política mexicana (llegada al banquete gracias al Partido de la Revolución Democrática, bajo promoción del bando de los Chuchos) irrumpió en el poblado muestrario de
ladiesy
gentlemenque a partir de presuntas cartas de autoridad e influyentismo pretenden obtener privilegios y agreden a quienes consideran inferiores.
Luz María Beristáin Navarrete, ahora conocida como #LadySenadora, es un atinado botón de muestra de la manera en que, merced a arreglos facciosos, los cargos de representación popular son entregados en todo el país, en una institucionalizada irresponsabilidad practicada por todos los partidos, a personajes sin preparación ni capacidad para cumplir con tareas como las legislativas. En el episodio relacionado con la indefendible línea aérea VivaAerobús, la senadora se asumió como
autoridad, siendo teóricamente una
representante populary en entrevista al día siguiente, es de suponerse que ya más sosegada, llegó al extremo aberrante de quejarse por la satanización contra los políticos e invocar la creación de una fiscalía especializada para la defensa de ellos.
En realidad, la carrera política de la ahora senadora ha estado llena de satisfacciones personales y familiares. Se hizo de la candidatura correspondiente luego de impugnar jurídicamente a Joaquín González Castro, el aspirante que parecía tener mejores condiciones para enfrentar al PRI y al Verde (cuyos abanderados, luego triunfadores, eran el ex gobernador dominante, Félix González Canto, y el nuevo avecindado expansivo, Jorge Emilio González, apodado El niño verde). González Castro es un notario público de larga carrera en el PRI, un tiempo muy cercano a Pedro Joaquín Coldwell (fue senador, presidente del tribunal de justicia y presidente del municipio de Benito Juárez, donde está Cancún), que en el 2000 pasó a Convergencia y era abiertamente apoyado por el candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, para suplir al aspirante original a esa candidatura, el polémico Gregorio Sánchez, Greg.
Beristáin Navarrete entró como senadora de primera minoría, es decir, merced a las listas de partido que junto con las plurinominales sirven de jugoso consuelo a los participantes derrotados y atiborran costosamente la nómina privilegiada de esa cámara. Allí, Luz María ha sido la cuarta legisladora con más faltas de asistencia y ha tenido una productividad baja, con unas cuantas iniciativas de ley presentadas, a pesar de que tiene diez colaboradores a sueldo, entre ellos el hijo del propio coordinador de la bancada senatorial perredista, Miguel Barbosa (http://bit.ly/1482A5Q ). Y, ahora, su hermana Laura es candidata a síndico del municipio de Solidaridad y su hermano Juan Carlos a diputado local (siendo regidor, este hermano fue acusado por un asesor, al que había llevado del DF a Quintana Roo, de quedarse con la mayor parte del dinero que oficialmente le era pagado, como una contribución forzosa para
campañas y actos políticos).
La contraparte de la farsa tiene también una larga historia oscura, aunque evidentemente los culpables no son los empleados a los que una visión básica de izquierda buscaría entender como partícipes obligados de las
políticasabusivas y tramposas que las empresas les obligan a cumplir bajo amenaza de despido. VivaAerobús es la descarada demostración diaria de que leyes, reglamentos y autoridades de nada sirven ante el peso económico de firmas que, además, tienen aceitados contactos con la élite política en turno. La oferta de tarifas de bajo costo en esa línea mexicana es permanentemente acompañada de incumplimiento de horarios, desatención en las áreas interiores de espera y una constante búsqueda de provocar que el cliente acabe pagando más de lo calculado originalmente.
VivaAerobús forma parte de Inversionistas en Autotransportes Mexicanos (IAMSA), consorcio que agrupa líneas de autobuses de servicio público federal, como ETN, Primera Plus, Noreste, Ómnibus de México, Parhikuni, Amealcenses y TAP, entre otros, con presencia en áreas de centrales camioneras denominadas Caminante y en la línea aérea que opera en alianza con Ryan Air, el servicio de bajo costo más grande de Europa, donde a pesar de las sabidas restricciones correspondientes a una tarifa reducida no se permiten las barbaridades que en México.
El presidente de VivaAerobús es Roberto Alcántara Rojas, heredero de una familia de camioneros originaria de Acambay, tierra de la familia de Enrique Peña Nieto y miembros distinguidos de los entendimientos que han dado cuerpo al nunca confeso Grupo Atlacomulco. El propio Roberto fue señalado en su momento de hacer gestiones para allegar fondos a la candidatura de Roberto Madrazo Pintado a la presidencia de la República, y esta vez ha sido otro familiar, Jesús Alcántara, relacionado accionariamente con ETN y Herradura de Plata, quien se encargó de realizar alguna de las recolecciones conocidas en la picaresca política como
pase de charolaen favor de la campaña del ex gobernador mexiquense.
La vocación priísta de estos negocios terrestres y aéreos no está reñida con el pragmatismo que lleva a ofrecer servicios gratuitos a campañas y candidatos de diversos partidos, de tal manera que el panismo no tuvo a mal sostener una relación redituable. En ese contexto de entendimientos en las alturas, la empresa ha podido desarrollar políticas de poca atención al público que en pos de ahorros está dispuesto a pasar penalidades.
En ese contexto se ha dado la irónica protesta de una senadora altisonante que ha llevado su enojo a extremos delatores de la falta de oficio y cultura políticas, frente a una empleada que no tiene culpa por sí pero que forma parte de una empresa que hace enojar a tales extremos a sus usuarios que un día antes de la escena senatorial debida a que la línea cerró a tiempo su vuelo, otro empleado había recibido una bofetada femenina y algunos golpes masculinos a causa de un vuelo retrasado a Monterrey. ¡Hasta mañana!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
FUENTE: LA JORNADA OPINION
Habló Videgaray-Fisgón
Mexicanos satisfechos, una incógnita
Octavio Rodríguez Araujo
¿Cómo interpretar que los mexicanos, según la OCDE, sean más felices que los habitantes de otros treinta y tantos países? La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos realizó un estudio para obtener el índice Better Life con 11 indicadores. El peor de éstos en México: seguridad, dio cero. El mejor: satisfacción con la vida.
Aun así, 85 por ciento de los mexicanos dicen que están satisfechos con su vida, por encima del promedio de los países de la OCDE.
¿El carácter? ¿La religión? ¿La ignorancia? ¿El conformismo? No lo sé, pero me parece contradictorio, pues no pienso que el masoquismo se pueda dar masivamente, en millones de mexicanos.
Varios de los trabajadores que conozco ganan apenas lo suficiente para vivir, pero que no tengan que bautizar un hijo, o que éste haga su primera comunión (católica), o que sea la fiesta del santo en el pueblo, porque gastan lo que no tienen, se endeudan, dejan de trabajar uno o dos días, según lo que dure la fiesta, y después de eso quedan radiantes de alegría y satisfacción. Cualquier pretexto es bueno para hacer fiesta y la religión católica, mucho más que otras, fomenta esto porque le deja dinero, el dinero de los pobres, pues no conozco ningún rico que haga fiesta porque su hijito hizo la primera comunión; si acaso van la abuelita y los tíos más cercanos y brindan por el
santificadoniño. ¿La fiesta es una manera de escaparse de los grandes y cotidianos problemas que viven los mexicanos más pobres? ¿Una especie de catarsis? Es probable.
En Chiapas conocí comunidades donde especialmente las mujeres votaron por convertirse al protestantismo pues los hombres, con tantas fiestas de santos (los protestantes no tienen santos) se bebían lo ganado y, además, compraban veladoras, cohetes y, desde luego, alcohol. En algunas religiones protestantes, como también en la musulmana, no se bebe alcohol, o muy poco. Este simple hecho no es sólo un ahorro considerable para el pobre ingreso de muchas familias, sino que los hombres no pierden el trabajo por borrachos. Los zapatistas, dicho sea de paso, lo primero que prohibieron, tanto para su ejército y bases de apoyo como para sus comunidades, fue el alcohol y las drogas. Saben, como lo puede saber cualquiera que vaya a San Juan Chamula, por ejemplo, que el alcohol hunde a mucha gente (no soy moralista, aclaro).
Pero es el caso que en los países más desarrollados se bebe tanto o más alcohol per cápita que en México, y sin embargo tienen mucho mejores ingresos promedio, y en algunos de ellos la mayoría de la población es protestante (Estados Unidos, por ejemplo). ¿La alimentación? También puede ser. Es sabido que las bebidas alcohólicas afectan menos en una panza llena que en una vacía. Algo he leído al respecto, pero no sé si sea una apreciación científica.
¿Sentido trágico de la vida y la muerte? Dice una canción que la vida no vale nada, y yo pensé que eso sólo era en Guanajuato, para descubrir después que es un sentimiento muy generalizado en el mundo rural y en las zonas marginadas de las ciudades. Por cualquier cosa mucha gente arriesga su vida y, al parecer, no le importa. En las clases media y alta suele pensarse que la vida es valiosa y la gente la defiende, al igual que sus propiedades, pero por lo general en esta defensa no suele exponerse la vida, no tanto como en las zonas pobres donde el temido infierno para los cristianos se vive cotidianamente. Quizá ésta sea una razón más para que muchos mexicanos se sientan felices, porque viven cerca de la muerte pero están vivos. Puede ser que los que son religiosos le agradezcan a su dios y a algunos santos estar vivos y eventualmente sanos.
No parece una paradoja que entre algunos delincuentes, sobre todo los involucrados en el trasiego de drogas, se venere a la
Santa Muerte. No lo dicen, pero es probable que esta veneración venga de los tiempos prehispánicos, mucho antes de que los cristianísimos conquistadores trajeran el día de todos los fieles difuntos o de todos los santos. Sincretismos como pocos. Pero en otras culturas, incluso más antiguas, también hubo y hay cierta veneración por la muerte, quizá por miedo y para exorcizarla, y no necesariamente le ganan a los mexicanos en su sensación de felicidad.
¿Conformismo?, preguntaba también. Tampoco estaría muy seguro. Es un pueblo que se ha lanzado con valor a la amenaza de la muerte en revoluciones y rebeldías de diversos tipos. O tal vez por eso: murieron, sobre todo los de a pie, y obtuvieron muy poco los sobrevivientes. Los pobres, en su mayoría, siguen siendo pobres y su destino parece ser el mismo. ¿Mejor conformarse? ¿Resignación o paciencia hasta que exploten? Porque cuando explotan retan a la muerte y la supuesta civilización de las clases acomodadas (enigmáticamente llamadas
gente decente) se les olvida o simplemente pasa a ocupar un segundo plano o el último.
Puede haber muchas explicaciones, pero no logro entender que los mexicanos, en promedio, estén satisfechos con la vida, pues ésta no sólo significa no estar muertos. ¿No estará mal hecho el estudio?, porque yo hice una pequeña encuesta y nadie me dijo que estaba satisfecho con la vida.
FUENTE: LA JORNADA OPINION
El genio neoliberal-Helguera
El miedo de los cobardes
Napoleón Gómez Urrutia
El jueves 2 de mayo afirmé, en un desplegado público:
En materia de justicia México es un país de claroscuros. Hay grandes y valientes jueces, como lo son Jesús Terríquez y Manuel Bárcena, y hay otros como Núñez Sandoval que deshonran la función judicial e incurren en resoluciones llenas de encono, ilegalidad y que escalan en sus cargos con base en compadrazgos y favores, pero también pasando por encima de sus subalternos en sus derechos. Este señor, Luis Núñez Sandoval, pone en vergüenza la justicia que debería representar y administrar, escudándose, se dice, en un apoyo que, afirma, tiene de un alto ex funcionario judicial.
Lo que dijo el negativo Núñez Sandoval es verdaderamente patético, pues equivale a que el presidente de la República dejara sin efectos, de un plumazo, los decretos del presidente anterior, aduciendo que él no piensa como su antecesor. La institución es una, con uno o con otro, no importa quién la encabece.
En realidad, a Núñez Sandoval lo promovió ante el Consejo de la Judicatura uno de los despachos de los mayores traficantes de influencias del país, al servicio del Grupo México, integrado por Fernando Gómez Mont, Julio Esponda y Alberto Zínser, además de abogados de mucha menor monta pero siempre mercenarios sin ética, como Agustín Acosta Azcón, que utiliza membretes ficticios como Veta de Plata, los cuales también llevan los genes de la maldad, la perversidad y la corrupción que heredaron de sus progenitores.
El asunto lo traigo a relación porque conforme a mis perseguidores se les reduce la posibilidad de actuar en mi contra desde los tribunales judiciales –merced a la atinada defensa jurídica que me ha llevado el caso– arrecian sus falsas acusaciones, para lo cual inventan órdenes de aprehensión renovadas, que se contradicen con las resoluciones que en 11 ocasiones los tribunales ya dieron con su veredicto exculpatorio de mi persona como líder sindical, que he actuado dentro de la ley con honestidad y transparencia al frente de nuestra organización. Con ello se frustran los deseos malsanos de los enemigos del sindicato minero y acercan la fecha de mi regreso a México. Esto último es lo que moviliza su miedo y su cobardía. Saben que de retornar a México, con las debidas garantías de seguridad física y jurídica, toda su persecución política de más de siete años habrá quedado en la nada, habrá sido un esfuerzo estéril, y que podré actuar en favor de la democracia y la libertad sindical de mis compañeros mineros y de la clase trabajadora mexicana.
Así es como Germán Feliciano Larrea y otros empresarios mineros utilizan desesperada y febrilmente a sus testaferros o prestanombres, como los despachos antes mencionados, para sembrar la impresión de que aún tengo temas pendientes con la justicia por el asunto del fideicomiso minero. Vuelven una y otra vez, obsesivamente, a la falsa y gastada canción de que en el sindicato minero presuntamente se desviaron recursos hasta por 55 millones de dólares de dicho fideicomiso, cuando desde un principio, en 1990, un juez de lo concursal definió –y Germán Larrea lo aceptó– que esos recursos son propiedad del sindicato nacional de mineros, el cual podría hacer uso de los mismos según sus propias decisiones. Auditorías paralelas determinaron que no se había desviado un solo centavo de esos montos, una proporción de los cuales están congelados en bancos por decisión ilegal e injusta del gobierno panista, pero ahí están, y el resto ya fueron entregados a los mineros que de acuerdo con el sindicato, y nadie más, tenían derecho a recibir parte de dichos recursos.
Estos últimos días están plagados de habladurías en torno a mi situación jurídica, donde es totalmente evidente que entre los empresarios arrogantes e inmorales que me han perseguido política y judicialmente, con la complicidad de los dos gobiernos panistas anteriores –malas experiencias que no tiene por qué repetir el actual gobierno de Enrique Peña Nieto– hay pavor, o más bien pánico, ante mi retorno a México. Sobre todo hay una cobardía total ante el hecho de que están siendo derrotados en sus designios de acabar con mi liderazgo y con el sindicato nacional de mineros, que se muestra cada vez más fuerte y unido que nunca, a pesar de estos siete duros años de conflicto.
En ello han jugado un positivo papel muchos abogados, jueces, magistrados y hasta ministros de la Corte. Para impedir que se consumaran los abusos de poder y de corrupción, así como la blasfemia jurídica de que se nos encontrara culpables a los líderes del sindicato minero.
Por ello señalé en el desplegado mencionado al comenzar este artículo:
El Consejo de la Judicatura Federal y la Suprema Corte de Justicia han hecho grandes esfuerzos por conseguir una administración de justicia de excelencia. Hay mucho por hacer. Un punto de partida es realmente revisar casos como el de Núñez Sandoval, que tanto daño le hacen a la imagen del Poder Judicial, para cambiar, corregir e ir al fondo. De esa manera se honraría a todos aquellos jueces nobles, que son muchos, que diariamente realizan su función con verdadera vocación, imparcialidad, respeto al derecho y honestidad. Que así sea.
FUENTE: LA JORNADA OPINION
No hay comentarios:
Publicar un comentario