Granier y el cash: su modus operandi
“El Chelo”, quien asegura no es multimillonario pero eso sí “vivo bien”, ha demostrado que no es afecto al sistema financiero… o al menos no al de México. Por eso, lo de él es el cash.
El ex Gobernador de Tabasco, señalado como responsable de heredar una deuda superior a los 20 mil millones de pesos en la entidad, aún no aclarada, le gustan los viajes y el shopping, de preferencia en el Sacks de la Quinta Avenida en Nueva York o en Rodeo Drive, en Los Ángeles.
Al priista tabasqueño, con complejo de Imelda Marcos, le gusta pagar en efectivo, por aquello de que los estados de cuenta de las tarjetas dejan muchos rastros. Ni qué decir de las cuentas bancarias, como la de su hija Mariana Granier Calles, a la que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) le congeló una con la cantidad de 3 mil millones de pesos, cuya procedencia todavía no se explica.
Su hijo, Fabián Granier Calles, quien fungió como “Vicegobernador” tabasqueño en el tiempo en que “El Chelo” fue mandatario estatal, también es afecto a la compradera. Muchas de esas adquisiciones no han dejado huella, por lo que los legisladores tabasqueños presumen que las hizo con dinero en efectivo.
De acuerdo con esos datos filtrados a la prensa local, el muchacho gastó 50 millones de dólares en la adquisición del hotel “El Pueblito”, en la zona hotelera de Quintana Roo. “Fabiancito”, como le dicen sus cercanos, también compró en poco tiempo terrenos en la Riviera Maya, una clínica en Mérida, departamentos de lujo en Miami, una decena lujosos departamentos en Cancún y hasta un yate.
Granier Melo, alquimista de profesión, dejó claro que le gusta tener los fajos de billetes a la mano desde que, a finales de 2010, los reflectores y las sospechas le apuntaron, luego del robo de varios millones de pesos que le hicieran en una de sus casas en el Distrito Federal.
El entonces Gobernador tabasqueño guardaba una fortuna en cash en varias cajas fuertes, en su casa del Distrito Federal –se dice que una de tantas–, ubicada en Cerro de la Miel número 11, en Pedregal de San Francisco.
En ese caso intervino la Policía Federal y una “agencia de inteligencia extranjera”, y aunque en ese hecho se involucró también a varios funcionarios de la administración de Andrés Granier, no tuvo mayor repercusión ni a nivel legal ni en la prensa nacional.
El 22 de mayo pasado, la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) de Tabasco localizó en una casa de Villahermosa cajas de cartón repletas de fajos de billetes por la cantidad de 88 millones 560 mil 134 pesos. La propiedad pertenece a José Manuel Sainz Pineda, ex titular de la Secretaría de Finanzas en la administración de “El Chelo”, uno de sus hombre de mayor confianza y quien actualmente está desaparecido.
Es decir, el modus operandi del círculo Granier Melo volvió a quedar en evidencia. Ahora, la PGJE afirma que llamará al ex Gobernador a declarar por todas las irregularidades de que se le acusa. Sin embargo, está por verse si a esa investigación también se unirá la Procuraduría General de la República (PGR) y si ahora habrá voluntad política para obligarlo a declarar. Y no, no será fácil. El químico, con los bolsillos llenos de billetes, puede aplicar una de sus fórmulas secretas y simplemente volverse ojo de hormiga.
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