¿La hora de Romero?
Jorge Fernández Menéndez
28/05/2013 01:57
El presidente Peña Nieto necesita tiempo y espacio. Tiempo para sacar adelante la economía que sigue sin crecer y con números muy grises en su desempeño durante este 2013, y espacio para poder operar en un terreno donde, pese a sus crisis o quizás precisamente por ellas, sus opositores terminan resultando al mismo tiempo necesarios y prescindibles, previsibles y volátiles.
La situación interna en el PAN, agravada por la incomprensible designación de Jorge Luis Preciado en la coordinación de los senadores por Gustavo Madero, camina ya rumbo a la sucesión. Los espacios de Madero han disminuido tanto que no sólo está en peligro su posición como presidente nacional del PAN, sino también la presencia de éste en el Pacto. Si se creía que los tiempos del Pacto por México se podrían estirar hasta diciembre, ahora todo parece indicar que el fin de año podría resultar inalcanzable para ese acuerdo y ello pone en riesgo sobre todo la reforma energética, donde se esperaba poder incluir cambios constitucionales que requieren de un apoyo de dos terceras partes de los votos en el congreso.
El tiempo se acaba y por eso mismo parece haberse activado distintas medidas que buscarían sacar adelante la reforma energética antes de lo pensado, en un periodo extraordinario a realizarse en el mes de junio, dicen algunos, o inmediatamente después de las elecciones del siete de julio, sostienen otros. En esta lógica, la primera opción parece más probable: el coordinador de los diputados priistas, Manlio Fabio Beltrones, ya adelantó la posibilidad de solicitar un periodo extraordinario, que involucraría, entre otros, el tema energético. Si bien la propuesta saldría del seno del Pacto, como las anteriores iniciativas, no deja de ser significativo que exista ya una base teórica de acuerdo sobre la necesidad de la misma en amplios sectores, incluyendo los grupos panistas (hoy en día casi todos) opuestos a Madero, pero también en importantes ámbitos de la izquierda. ¿Para qué esperar entonces hasta septiembre?
Se ha dicho que en el contexto de esa negociación podría adelantarse la salida de Carlos Romero Deschamps del liderazgo en el sindicato petrolero. Es una versión insistente en los últimos días, y que ha ido de la mano con la que sostiene que no habría toma de nota de la Secretaría del Trabajo para la renovación del mandato de Romero Deschamps (por una de esas casualidades, coincidieron en el mismo día la renovación del mandato del dirigente petrolero con el de Elba Esther Gordillo, que fue detenida semanas después), lo que implicaría reponer ese proceso. Pero también con una muy importante, muchos dicen que clave, negociación entre Pemex y el sindicato para reformar el sistema de pensiones, que hoy tiene un pasivo de 1.3 billones de pesos. Hoy un trabajador de Pemex se puede retirar a los 55 años, dependiendo de su antigüedad, con una pensión del 100% de su salario, entre otras concesiones imposibles de manejar en la actualidad por empresa alguna. Sin éxito en esa negociación, donde la posición del sindicato es clave, cualquier reforma ulterior de Pemex estaría condenada al fracaso.
Si Romero Deschamps deja el sindicato de Pemex no sería en una situación similar a la de Elba Esther Gordillo. Dicen que precisamente una de las razones para apurar la propuesta de la reforma energética, es que esa sería, de la mano con el tema de las pensiones, el último servicio de Romero al frente del sindicato, de forma tal que pudiera adelantarse su salida (una salida “ordenada”) una vez concluida la reforma.
Si es así, y como dio a entender Beltrones, la iniciativa energética estaría mucho más cerca de lo que algunos consideran, pero la salida de Romero Deschamps tampoco sería tan inminente…salvo que ese punto se torne una condición no negociable en la operación de la reforma con las oposiciones. Una negociación que hoy, el gobierno federal, deberá encarar, por supuesto con los integrantes del Pacto, pero también con los grupos de legisladores que, sobre todo en el Senado, piden su propia interlocución.
Arnoldo y Pérez Gay
Arnoldo Martínez Verdugoy José María Pérez Gay tenían poco que ver entre sí: eran dos hombres distantes en su forma de ser, en la biografía personal, en la forma de ver la política e incluso en sus adscripciones dentro de la izquierda y en sus intereses intelectuales. Pero los dos eran hombres honestos, comprometidos, serios y que desde diferentes trincheras, se estuviera o no de acuerdo con ellos, siempre tuvieron una visión de nación que superaba las estrecheces partidarias e ideológicas. Deben ser recordados con afecto y respeto.
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