Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

miércoles, 21 de agosto de 2013

Astillero- La energía y las simplezas- Transparencia simulada- Petróleo mexicano: en las garras del TLCAN

Astillero
Cocina fusión
Mesa puesta
Fogón magisterial
Reina sonríe en casa
Julio Hernández López
El especialista en cocina fusión, Luis Videgaray, considera que las propuestas de platillos de reformismo energético han quedado en su punto con la incorporación del ingrediente de gastronomía molecular popularmente conocido por las engullibles siglas PRD-CCS.
 
Así que, complacido luego de probar la primera entrega de la mercancía perredista a la que encuentra acomodables coincidencias con la alacena priísta, el hacendoso chef ha declarado la mesa puesta para degustar el rico postre denominado debate, mientras el horno de las cámaras trabaja a máxima graduación y la propaganda para el gran festín circula por doquier, tratando de convencer a la clientela rejega de que el menú seguirá siendo suyo (el contenido, y no solamente el documento en donde se consignan los detalles de éste) a pesar de que por motivos de expansión trasnacional las principales rebanadas y el servicio estrella serán ahora compartidos con voraces comensales extranjeros siempre dispuestos a quedarse con las recetas, los alimentos, los trastos, el mobiliario y los inmuebles.

En Mazatlán, Sinaloa, donde se realizó una reunión de la Conferencia Nacional de Gerentes Regionales, el máximo responsable nacional de las áreas de relaciones públicas y ventas al exterior también hizo saber su beneplácito porque en la primera revisión de inventario todo va en orden luego de la aportación culinaria (es decir, relacionada con la cocina) proveniente de la chucha tribu encargada de la comercialización del sol azteca y de la nueva estrella mediática incorporada, el chef tarasco que promete dar a conocer su mejor creación en 2015. Provecho, o como se dice cariñosamente por acá: provechito.

Por lo pronto, en este primer hervor el lic. Peña se declara convencido de que la carta ha quedado redonda con los moldes pasteleros presentados por el PAN, el propio PRI-Los Pinos y el PRD-CCS (utilizable éste para tratar de impedir que el terminado final vaya a tener algunos contratiempos morenitos). Dijo el comensal de lujo que en esos tres platillos a combinar encuentra plena coincidencia de emprender cambios estructurales en esta materia, y también advirtió, liberador y en relación con las movilizaciones de los profesores no oficialistas, que es inaceptable que los niños sean rehenes de intereses particulares.

En la planicie ajena a las delicias de la gran cocina se multiplica la agrura social. Profesores provenientes de los grandes fogones regionales ofrecen a los capitalinos una variedad protestante que indigesta la vialidad y genera malos humores. A la feria cíclica de guisos discordantes en la ciudad de México se ha añadido ahora una belicosidad que en el templo de la solemnidad encorbatada y la falsa representación popular, el de San Lázaro, incluyó picores muy irritantes para quienes prefieren ver el árbol de las protestas desbordadas, e incluso las provocaciones y los excesos, y no el bosque de la incapacidad institucional para ofrecer respuestas y salidas políticas a entes gremiales y sociales en lucha.

Desde luego, los enfrentamientos físicos con policías y el fuego sobre un vehículo automotor dieron inmediata oportunidad para la cargada mediática que privilegia el enfoque desde las mesas ricamente servidas y decoradas y no desde el plano de quienes, afuera, a la intemperie, mal comidos y en riesgo de que les quiten los bocados precarios que les quedan, observan a través de los vitrales los festines del poder y sus reformas mal cocinadas.
Foto
Sandra Ávila Beltrán, La reina del Pacífico, a su llegada al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Posteriormente fue trasladada al Centro Federal de Readaptación Social de Tepic, NayaritFoto Procuraduría General de la República
 
 
Un ejemplo de esas indignaciones predispuestas a ver solamente una parte de lo servido en el plato ha sido el indefendible ex funcionario calderonista Juan Molinar Horcasitas, cuya mención estará siempre asociada a la tragedia de la guardería sonorense ABC. En Twitter, el ex director del IMSS escribió: Salvajismo de maestros de la CNTE. Causan destrozos e intentan impedir que la Cámara de Diputados sesione. ¿Y el gobierno qué hace? Un tuitero astillado, entre otros, reparó en la poca memoria del panista: “¿Le preocupa más a @JFMolinar que haya un auto quemado que decenas de niños? ¿Qué hizo el gob de FC con caso ABC? ¿Cuál fue más salvajismo?”
 
El dolor de estómago de algunos de los usuarios permanentes del menú opíparo pretende ignorar el tiradero en que se encuentra el establecimiento institucional, los escandalosos fraudes hechos por los jefes designados, el desperdicio y la ostentación frente al hambre y la miseria, la descomposición galopante e incluso la violencia salvaje e impune a cuenta del crimen organizado (el oficial y el extraoficial). Para esos visores de las alturas, lo grave es que profesores en larga lucha contra la imposición de una reforma laboral en el terreno educativo se manifiesten incluso con excesos ante la cerrazón del aparato legislativo, poblado de personajes con historiales que deberían llamar a escándalo y repulsa generales.
 
Astillas
Ha regresado a casa Sandra Ávila Beltrán, conocida como La reina del Pacífico. Algún prurito de ocasión ha hecho que no se le permita pasear libre por las calles, como en un primer borrador se había establecido, a causa de que las autoridades federales no encontraban expediente nacional en su contra. Ahora se le retendrá en un penal de Nayarit (aunque se había informado que la cárcel sería una de Jalisco), pues la súbitamente memoriosa PGR reactivó un proceso por el presunto delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita… Margarita Zavala confirmó en el programa radiofónico de Joaquín López Dóriga que no buscará la presidencia nacional del PAN, pero sí reanudar su carrera política abierta en 2015 por la vía de San Lázaro. Tan temprano apartado de una candidatura de representación proporcional (especialidad de las familias Calderón y Zavala) y el retiro que favorece a Gustavo Madero provienen de las reformas estatutarias (en proceso de impugnación judicial) que estarían sustrayendo la designación del liderazgo nacional a los consejos de élite para realizarlo mediante votación abierta de militantes (el pactista Madero hasta podría contar con apoyos varios de sus aliados priistas, expertos en esos menesteres)... ¡Hasta mañana!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
FUENTE: LA JORNADA OPINION
La energía y las simplezas

Luis Linares Zapata
La discusión sobre el futuro de la nación y su vehículo energético se entroniza en el espacio público con feroz paso. El ruido y los zangoloteos desatados desde Los Pinos con su campaña de propaganda son mayúsculos, tal como era de esperar en este rejuego de grandes intereses. Cuando se asiente la polvareda, pocos de los demás asuntos nacionales, que por ahora aquejan al país, quedarán intocados. En la disputa están enfrentadas, una vez más, las mismas tendencias que han venido conformando y deformando el desarrollo. Una es aquella que concibe lo externo como el agente redentor de todos los entuertos. Las masivas inversiones, tan esperadas, tan deseadas y salvadoras (pero ciertamente tan elusivas) vendrán en tropel acompañadas de excelsa tecnología (promete E. Lozoya). Aquí, y sólo bajo ciertas condiciones propicias, se podrán asociar con los agentes privados locales. Ambos factores llevan inscritas, según esta entreguista versión, honestas intenciones constructivas. La otra vertiente del ánimo nacional apunta su brújula hacia las propias capacidades para edificar la parte sustantiva del desarrollo nacional. Esta corriente, por ahora al menos, se aparece como minúscula y desorganizada pero lleva con orgullo un hálito justiciero y solidario. Es una fuerza que hoy luce atrincherada en unos cuantos reductos populares, por cierto poco apreciados en los círculos de élite. Entre estos dos polos, en conflicto permanente, se encuentra el resto de una sociedad harto distraída, poco consciente de lo que le aguarda un tanto más allá de las propuestas reformas energéticas en curso legislativo.
 
Pero, ¿qué hay detrás de todo el alboroto desatado? En un primer acercamiento se nota de inmediato escasa racionalidad y el ligero peso argumental que, en sus alegatos radiotelevisivos y preámbulos partidistas, presentan los reformadores, a sí mismos calificados como modernizadores. Los diagnósticos de la industria energética caen en insondables vacíos estratégicos (exportar crudo o gas) y endebles soliloquios históricos (Cárdenas). Algunas veces se habla de la tragedia petrolera y para sostenerla desgranan cifras caóticas y razones inconexas, fruto de la lógica perversa impuesta desde los tiempos del priísmo neoliberal (P. J. Coldwell) No contextualizan ni reparan en hechos contundentes del pasado cuando la empresa (Pemex), hoy calificada de intoxicada, a pesar de corruptelas, expoliaciones fiscales y malas decisiones, ha sido el cimiento de la hacienda pública. Tampoco se narra su actuación como basamento de eso que fue llamado el milagro mexicano. Sin Pemex y sus capacidades productivas poco sería lo rescatable del resto de ese milagro industrializador ya olvidado. Pemex desempeñó tal papel cuando era varias veces más chica que el monstruo actual que bombeó, innecesariamente, más de 3 millones de barriles diarios de crudo. El daño estructural a Cantarell se debe a esas prisas y locuras. Esa Pemex que, en tiempos idos y después de múltiples avatares, llegó a formar un enorme complejo petrolífero y petroquímico de primer orden mundial. Y todo eso con medios propios, con el talento y las capacidades de acá mesmo.
 
Sin mediar sustancias y pesos en las ideas, con cinismo rampante, con miedos y dudas de la legitimidad de su propuesta, el oficialismo recurre a toda suerte de artilugios. Unas veces aparecen priístas encumbrados para sonar las maracas de su dudoso arrojo callejero disponible. En otras ocasiones retacan las pantallas televisoras con espots para lanzar, con destemplados alaridos, al México del sí se puede a una inerte aventura, de visual y auditiva torpeza. Tal parece que la seria disputa por la nación se reduce a dimes y diretes cuando, en realidad, casi todo, incluyendo el futuro, está en riesgo. El poder quiere reducir el mismo proyecto nacional a una cuestión de votos legislativos, ya asegurados de antemano. Incluso inducen encuestas falsas para mostrar la aquiescencia popular a la privatización. El hecho social, contundente, va, precisamente, en sentido contrario: más de dos tercios de los mexicanos no quieren la cesión de la renta petrolera al capital privado, menos aún al extranjero. Y esa es, ciertamente, la verdad que se quiere disfrazar con una retórica medrosa, abusiva y mentirosa.
 
El Ejecutivo federal será, según la propuesta oficial, el depositario del poder decisorio en cuanto a las negociaciones y contratos. Frente a él aparecen, con fiera transparencia, las grandes petroleras trasnacionales. Esos poderes capaces de doblegar al que se le oponga a sus designios. Serán esas potestades las que entrarán por la puerta de los declarados contratos de utilidades compartidas, una simple aldaba para, después, compartir producción y otorgar concesiones. La andanada de apoyos a la reforma oficial que se ha desatado en los medios afines a los centros de poder central manifiesta, con claridad meridiana, sus pretensiones de dominio y control. Sólo hace falta una hojeada a las páginas del Wall Street Journal para darse cuenta de ello. Después de esa votación camaral, ya bien manoseada, nada será igual en este país.
FUENTE: LA JORNADA OPINION

 
Del más allá-Hernández

Transparencia simulada


En la madrugada de ayer se aprobó en comisiones del Senado una minuta de la reforma constitucional en materia de transparencia que desvirtúa por completo el sentido de un órgano del Estado responsable de indagar y demandar información oficial y ponerla a disposición de la sociedad. De acuerdo con la versión aprobada, los integrantes del Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (Ifai) serían nombrados directamente por el Ejecutivo federal, dejando al Legislativo una débil facultad de objeción. El organismo así conformado tendría facultades ampliadas para revisar la información del Congreso de la Unión, el Poder Judicial, otras entidades autónomas y los institutos estatales de transparencia; por añadidura, sus veredictos dejarían de ser inapelables por la autoridad, la cual podría recurrir –en forma excepcional, se dice– a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para negarse a proporcionar datos que, a su juicio, pudieran generar daño directo a la seguridad nacional.
 
La propuesta que propugna el oficialismo ofrece autonomía al Ifai. Esa autonomía sería meramente administrativa, pero no política; es decir, sería una mera simulación, toda vez que los comisionados deberían sus cargos a la Presidencia y, en consecuencia, su margen de independencia se vería notablemente afectado. Por añadidura, una entidad dirigida por servidores públicos escogidos en Los Pinos tendría facultades para inhibir las pesquisas de otras dependencias de acceso a la información, lo que podría derivar en un asfixiante control de la información que se maneja en todo el sector público; en golpeteos políticos –con la coartada de transparentar datos– contra el Legislativo, el Judicial y los gobiernos de los estados y, a fin de cuentas, en un Estado mucho más opaco que el existente según las normativas constitucionales y legales aún vigentes.
 
En suma, la iniciativa de reforma, en la minuta aprobada en comisiones en el Senado, resulta contraria al espíritu de transparencia, promotora de un retorno al presidencialismo omnímodo y lesiva para la democracia, la separación de poderes y el federalismo. De aprobarse en sus términos actuales, el documento ampliaría el margen a una opacidad del poder que –como han demostrado en México y en el mundo las revelaciones de Wikileaks y de Edward Snowden– no le sirve de nada a la seguridad nacional de ningún país y, en cambio, abona el terreno para toda suerte de desviaciones, ilegalidades y actos de corrupción en las entrañas del poder.
 
En el caso de México, ninguna de las revelaciones generadas hasta ahora por el Ifai, y ninguna de las filtraciones contenidas por los cables del Departamento de Estado que Wikileaks proporcionó a este diario, han afectado la seguridad del país, debilitado el estado de derecho o fortalecido a la delincuencia: han puesto en evidencia, sí, aspectos indefendibles e incluso ilegales del quehacer gubernamental y han contribuido, en esa medida, a generar mayor conciencia ciudadana.
 
En el entorno contemporáneo la pretensión misma de crear mecanismos de ocultamiento como los contenidos en la minuta mencionada genera sospechas de intenciones inconfesables de los gobernantes. Es preciso, pues, dar un paso adelante en materia de transparencia y establecer los fundamentos constitucionales y legales para que el Ifai y otras instancias de acceso a la información sean realmente autónomos, que sus altos funcionarios sean elegidos por el Legislativo, que sus resoluciones resulten realmente inapelables y se convierta, así, en un verdadero mecanismo para impulsar un fenómeno hasta ahora ausente en la cultura política del país: la rendición de cuentas.
FUENTE: LA JORNADA OPINION
Contraste-Fisgón
Petróleo mexicano: en las garras del TLCAN

Alejandro Nadal
El petróleo mexicano dejó de ser un elemento clave en la estrategia de desarrollo del país a mediados de los años 70. Desde entonces, el recurso fue utilizado primero para apalancar un endeudamiento excesivo y después para pagar las cargas financieras que se fueron acumulando. Pero la promesa de que algún día las cosas podrían cambiar seguía con vida mientras los recursos energéticos siguieran protegidos por la Constitución. Eso es lo que está a punto de cambiar para siempre.
 
La iniciativa del gobierno para permitir los contratos en materia petrolera no dice ni media palabra sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Puede ser por ignorancia y descuido. A nadie le extrañaría eso. Pero también puede ser porque no se quiere alertar al pueblo de México sobre los peligros que acechan si se impone la iniciativa privatizadora y el espacio energético cae en las garras de las empresas trasnacionales protegidas por el TLCAN.

En su capítulo sexto sobre energía y petroquímica básica, el TLCAN buscó eliminar las restricciones al comercio sobre energéticos y petroquímica básica. Pero el anexo 602.3 reservó para el Estado mexicano una serie de actividades estratégicas: exploración y explotación de crudo y gas natural, refinación y procesamiento de gas, así como la petroquímica básica. La reserva incluyó todo lo relacionado con comercio exterior y distribución de esos productos, además de la generación y distribución de energía eléctrica.

En la medida en que la iniciativa del gobierno abre las puertas a la participación de empresas extranjeras en las actividades mencionadas en este anexo, las reservas mexicanas dejarán de tener sentido y se convertirán en una reliquia legal. Veamos por qué.

El TLCAN estableció un régimen muy favorable a la inversión extranjera. El capítulo decimoprimero consagra los derechos de las empresas extranjeras que invierten en cualquiera de las partes y restringe radicalmente el ámbito de aplicación de política industrial y tecnológica. En el artículo 1106 se impide el establecimiento de requisitos de desempeño sobre la inversión extranjera directa: por ejemplo, no se le puede exigir mantener un determinado porcentaje de contenido nacional en sus operaciones, relacionar sus exportaciones con sus importaciones o transferir tecnología.

El artículo 1109 permite todas las transferencias relacionadas con la inversión foránea, incluidas ganancias, dividendos, ganancias del capital, pagos por regalías, gastos por administración y otros montos derivados de la inversion. Finalmente, el artículo 1110 estipula un régimen de solución de controversias que escapa a la jurisdicción nacional. Con razón se puede decir que el TLCAN confiere mayores derechos a los inversionistas que a los estados signatarios. Todo esto recuerda el caso de Metalclad Corporation hace 10 años.
 
¿Qué tiene que ver esto con la iniciativa privatizadora del gobierno? El propio capítulo decimoprimero define a la inversión extranjera (artículo 1139) en términos que incluyen la participación de empresas con contratos que involucran la presencia de la propiedad de un inversionista en territorio de otra parte, incluidos (...) los contratos de construcción y de llave en mano y los contratos donde la remuneración depende sustancialmente de la producción, ingresos o ganancias de una empresa. Por inversión de una parte también se entiende la “inversión propiedad o bajo control directo o indirecto de un inversionista de dicha parte”.
 
Es decir, los contratos en materia de energéticos que solapa la iniciativa privatizadora del gobierno serán para fines jurídicos inversión extranjera directa. Por lo tanto, podrán acogerse a la protección que brinda el capítulo decimoprimero del TLCAN. Y ese es un hecho de enormes implicaciones que el gobierno parece no querer tomar en cuenta.
 
Para empezar, a ninguna de las empresas titulares de contratos se le podrá imponer requisitos de desempeño. Así, los eslabonamientos industriales quedarán intactos y la generación de empleo directo e indirecto será muy pobre pues la industria petrolera y petroquímica es muy intensiva en capital. Así, una de las justificaciones de la iniciativa oficial (la creación de empleos) resulta ser totalmente falsa. Y sin eslabonamientos, la industria petrolera no genera tampoco crecimiento (como lo ha demostrado la industria maquiladora). Otra gran justificación de la iniciativa que se revela falsa.
 
Es cierto que al gobierno no le interesa la política industrial. Pero lo grave es que ningún gobierno en el futuro podrá utilizar el potencial de la industria petrolera para construir eslabonamientos más estrechos y avanzar en la industrialización. El petróleo se irá agotando sin haber avanzado en la industrialización.
 
El dominio que van a imponer las grandes empresas petroleras sobre los recursos de hidrocarburos será un candado que pasa por el TLCAN y el pueblo de México no podrá quitárselo fácilmente. El gobierno miente cuando afirma que el petróleo seguirá siendo de los mexicanos. El control económico sobre este recurso estará en manos de empresas extranjeras y las implicaciones para México serán funestas.
FUENTE: LA JORNADA OPINION

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