Bajo la Lupa
Parto de los montes: migajas foráneas por el petróleo mexicano (10 mil millones de dólares al año)
Alfredo Jalife-Rahme
Manuel Bartlett, Víctor Flores Olea y estudiantes de las Redes Universitarias, ayer en el foro Reforma Energética, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM
Foto Yazmín Ortega Cortés
No serán los grotescamente alocados 585 mil millones de dólares (¡así con 12 dígitos!) que
necesitaríaPemex de
urgenteinversión –según las cifras alegres del mendaz Imco que preside Valentín Díaz Morodo, quien evadió al fisco el pago de 7 mil 500 millones de dólares vía la venta en bolsa de la Cervecería Modelo.
Tampoco serán requeridos los exagerados 50 mil millones de dólares al año que en un foro de Bloomberg en Nueva York fue a inventar Héctor Moreira Rodríguez, otro polémico
consejero profesional(sic) filopanista colocado por Calderón en Pemex –al que busca demoler por dentro–, al unísono de otro
consejero profesionalcolocado por el PRD, Fluvio Ruiz, quien rubricó el infame documento entreguista de WWC/ITAM/Imco (ver Bajo la Lupa, 21/7/13) bajo la batuta del estadunidense Duncan Wood, el cual resultó la quintaesencia de la entreguista y antiambientalista
reforma Peña/Videgaray/Aspe.
Ni mucho menos llegarán los abultados 30 mil millones de dólares al año que
necesitaPemex, según Gustavo Madero, presidente del desfalleciente PAN que no sabe ni contabilizar los extraños autopréstamos internos de sus congresistas.
Que conste la poca seriedad de las cifras manejadas por los actores propagandistas en su amplio espectro catastrofista que favorecen el desmantelamiento de Pemex en beneficio unilateral de las trasnacionales anglosajonas.
Pues resultó ahora que la entreguista y antiambientalista
reforma Peña/Videgaray/Aspeen forma decepcionante atraerá solamente 10 mil millones de dólares al año hasta 2025 (sic), de acuerdo con la entrevista de Emilio Lozoya Austin, director de Pemex, al Financial Times (16/8/13), portavoz del neoliberalismo global y, por lo visto, órgano oficioso de la política energética del gobierno de Peña. ¡Una decepcionante bicoca: el parto de los montes!
La bicoca es hasta humillante, por los alcances de la entrega (fabulosas ganancias a cambio de una inversión foránea prácticamente simbólica), si se compara con los descomunales ingresos de Pemex por 125 mil 200 millones de dólares el año pasado y más de 550 mil millones de dólares en los pasados cinco años: ¡respectivamente 8 por ciento de un año y 1.82 por ciento de cinco años!
Jean Paul Rathbone ( Financial Times, 16/8/13) cita a Emilio Lozoya Austin, quien anuncia que llegarán 10 mil millones de dólares al año de parte de las premiadas trasnacionales anglosajonas pese a que no podrán bursatilizar contablemente sus reservas ( booking).
¿Y quién garantiza que llegarán tales 10 mil millones de dólares al año cuando las trasnacionales anglosajonas desean bursatilizar mediante la banca de inversiones, en que forman parte de sus consejos de administración?
Para las trasnacionales anglosajonas y sus socios de la banca de inversiones, en la etapa financierista de la desregulada globalización, el negocio de los hidrocarburos es financiero, no extractivo.
Se trata de crear una burbuja financierista tanto con el petróleo en las aguas profundas como con el polémico shale gas (gas esquisto/lutitas) de México para sostener a Wall Street y la City: ese es el nombre del juego, no la vulgar extracción mercantilista pregonada.
Jean Paul Rathbone abulta los pasivos de Pemex y expone la demagogia de Emilio Lozoya Austin, quien promete crear medio millón de empleos en 2018 (sic) y cinco veces más (2.5 millones) en 2025 (sic). ¿Qué fenómeno extranatural ocurrirá en
2018, no se diga en
2025, para que los empleos se quintupliquen exponencialmente?
Emilio Lozoya Austin promete la reducción de las facturas carísimas de electricidad. ¿No fue ya fallida la promesa del pasado neoliberal reciente para el despido masivo de los trabajadores de Luz y Fuerza del Centro?
Lozoya Austin comenta que será suficiente el
reparto de utilidades( profit-share) cuando ExxonMobil y Shell (que cita específicamente Jean Paul Rathbone) van por la yugular del
reparto de la producción( production-sharing) para
poder reportar en sus estados contables las reservas como activos con sus esperados flujos de cajapor ser
motivo de transacciones bancarias( bankable); en llano español: son bursatilizables ( the name of the game).
Entre el
fiscalismoradical de Videgaray y el
contadurismoembriagante de Lozoya Austin, las estratégicas reservas de hidrocarburos de México se encuentran a la deriva sin rumbo geopolítico ni resguardos ambientales al poner en riesgo la seguridad energética nacional.
El mismo Jean Paul Rathbone se extravía con la
semántica (¡supersic!) contableque sería la única
diferenciatangible entre Lozoya Austin y las trasnacionales anglosajonas, lo cual da pie a un
margen de maniobra. ¡Ajá!
Emilio Lozoya Austin
declina comentarhaber recurrido a la comisión reguladora del mercado de valores de Estados Unidos (Securities and Exchange Commission: SEC, por sus siglas en inglés), para solicitar que sean aceptadas las reservas del
reparto de utilidades( profit-share) como bankable (
bursatilizables) que se hubiese obtenido ipso facto por la vía del
reparto de producción( production-share). ¡Pero por supuesto que Emilio Lozoya Austin ya recurrió a la SEC, como han reportado otras fuentes!
Con estupefacción se vislumbra que sea la parte
mexicanaquien implore inusitadamente a la SEC su anuencia para facilitar la financiarización de las reservas. ¡Increíble! ¿Por qué tanta celeridad de Lozoya Austin en implorar la entrega de las reservas vía el “ booking” bursátil ajeno?
Sin especificar cuándo ni cómo ni en beneficio de quiénes, Rathbone cita a Emilio Lozoya Austin de que con el alza de la producción de 2.5 millones de barriles diarios (MBD) –nota: me quedé en que eran 2.9 MDB, ¿cuál es la necesidad de alterar cifras– a 3.5 MBD se obtendrán
40 mil millones de dólares adicionales de ingresos a 100 dólares el barril.
¿Y si baja el precio como los mismos multimedia anglosajones alegan? ¡Pamplinas: pura vulgar desinformación!
Emilio Lozoya Austin define las zonas de demarcación: las trasnacionales anglosajonas estarán a cargo
solasde las aguas profundas y del shale gas, y el restante –en tierra firme/aguas someras: es decir, los detritos– de lo que quede de Pemex debido a la creación de un
cuerpo reguladorllamado CNH (nota: se ha de tratar del anuncio del Wall Street Journal: la Comisión Nacional de Hidrocarburos, basada en el
modelo noruegoque, por cierto, se está quedando sin hidrocarburos en el Mar del Norte).
Jean Paul Rathbone finca sus esperanzas bursátiles en las
leyes secundarias–por aprobarse en
lo oscuritocon
letras chiquitas.
Cabe señalar que Emilio Lozoya Austin fue anterior mandamás de una empresa financiera ( private equity) JFH Lozoya Investments y conferencista estelar del Centro Woodrow Wilson con vínculos conspicuos con Condy Rice, anterior directora de Chevron, ex asesora de Seguridad Nacional y ex secretaria de Estado con Baby Bush.
¿No existe conflicto de intereses en ambas vías privadas y públicas en forma circular?
La circularidad es pasmosa: desde JFH Lozoya Investments pasando por la bisagra WWC hasta Chevron del nepotismo bushiano.
¿Vale la pena cambiar los artículos de la Constitución y arriesgar la armonía social por tan poca inversión, que busca ante todo bursatilizar las reservas?
Con vulgares 10 mil millones de dólares de inversión, dado el gigantismo presente de Pemex, no se diga su proyección colosal sin ataduras fiscales ni trucos contables, ¿vale la pena literalmente rematar las reservas de hidrocarburos en las aguas profundas del Golfo de México, además del polémico shale gas (gas esquisto/lutitas)?
Twitter: @AlfredoJalife
Facebook: AlfredoJalife
FUENTE: LA JORNADA OPINIONHay clases-Helguera
Víctimas de un glorioso estado de emergencia
Robert Fisk
El Cairo.
Los cocinaron. Esta fue la primera expresión que me vino a la mente de manera demasiado gráfica cuando vi los restos de nueve de los 34 prisioneros que murieron a manos de la policía egipcia el domingo por la noche en un camino desértico cercano a la prisión de Abu Zaabal. Esos hombres, detenidos en la plaza Ramsés el sábado luego de que la policía cairota y el ejército irrumpieron dentro de la mezquita de Al Fatah; los mismos hombres quienes supuestamente intentaron volcar la camioneta penitenciaria que los llevaba a la cárcel. La policía de seguridad del Estado arrojó una granada de gas lacrimógeno dentro del vehículo y todos murieron.
Llega un momento en que la pura descripción no es capaz de equilibrar el horror de los muertos, pero ante el riesgo de que la historia los olvide o los trate con menos compasión de la que merecen debemos, me temo, confrontar la realidad. Los cuerpos estaban espantosamente hinchados y quemados de pies a cabeza. Uno de ellos presentaba una laceración en la garganta, causada probablemente por un cuchillo o una bala. Un colega dio testimonio de otros cinco cuerpos en un estado similar, con orificios de bala en el cuello. Afuera de la funeraria los matones contratados por el Ministerio del Interior egipcio tratan de ahuyentar a los periodistas.
Un hombre de mediana edad, cuyo amigo perdió a su hijo en la agresión policial del miércoles pasado, emergió de entre los vociferantes familiares. Algunos de ellos vomitaban sobre el concreto. El individuo me llevó con un imán sunita, inmaculado, vestido de túnica roja y turbante blanco, quien me guió gentilmente a través de dos portones de hierro hacia la habitación de la muerte. Uno de los trabajadores de la funeraria, Mohamed Doma, miraba los cadáveres con incredulidad. Al igual que el imán, al igual que yo. Después de caminar junto con nueve de estas penosas criaturas de Egipto pude ver aún más cuerpos en otro corredor. Todos ellos, según las fuentes médicas, llegaron de la prisión de Abu Zaabal.
No que hayan llegado a dicho penal, mismo que visité este martes y que está ubicado a 45 kilómetros de El Cairo, junto a un canal del Nilo lleno de grutas y rodeado por viejas fábricas de concreto. La prisión está rodeada de muros altos y sus rejas tienen pilares neofaraónicos.
Según la policía, 34 prisioneros, aunque de acuerdo con otros reportes eran 36, hicieron bambolearse desde adentro la camioneta que los transportaba, que viajaba en convoy con otros vehículos hacia la cárcel. Cuando el conductor de dicha camioneta se vio obligado a detenerse, uno de los prisioneros logró agarrarlo. En un intento exitoso por liberar a su compañero, uno de los uniformados lanzó una granada lacrimógena dentro de la camioneta, atestada de prisioneros. Recuerden que esta es la versión de la policía. Ésta, se cree, ha matado a más de mil de sus compatriotas en días recientes.
Tantas historias de las fuerzas de seguridad, como de la Hermandad Musulmana, han resultado falsas las últimas semanas. Otra versión, publicada por la ahora obediente prensa egipcia, reporta que
terroristasdetuvieron el convoy y trataron de liberar a los prisioneros, pero dado que éstos murieron quizá no sepamos nunca cómo o por qué fueron asesinados.
Huelga decir que los fallecidos se han convertido en
terroristas. De lo contrario, ¿por qué habrían tratado de liberarlos de la cárcel otros
terroristas? Hasta que los egipcios hayan absorbido las noticias sobre una igualmente terrible matanza de elementos de las fuerzas de seguridad en el Sinaí, por lo pronto ésta se ha convertido en la masacre de Abu Zaabal, que se recordará junto con las de Rabaa, Nahda, plaza Ramsés y todas las demás que seguramente vendrán.
Después de estas horrendas escenas, el Centro Egipcio para la Investigación Económica y Social hizo una lectura solemne. Según la institución, mil 295 egipcios fueron ultimados entre la mañana del miércoles y el viernes pasados. Mil 63 sólo el miércoles, incluidos 983 civiles y 52 elementos de seguridad, mientras 28 cuerpos fueron encontrados bajo la plataforma de la mezquita de Rabaa. Trece policías y tres civiles fallecieron en un ataque contra la estación policial de Kerdasa, y 24 civiles fueron ejecutados en Alexandría, seis en Sharqeya, seis en Damietta, 13 en Suez, 45 en Fayoum, 21 en Beni Suef y 68 en Minya. Esto es más una tragedia nacional que una tragedia cairota. Pero supongo que esos cadáveres en la morgue representan a todos los caídos.
© The Independent
Traducción: Gabriela Fonseca
FUENTE: LA JORNADA OPINION
Todos los argentinos son peronistas
José Steinsleger
El Negro era el mejor boleador del barrio y llevaba años en la esquina del edificio donde vivía Merengue, ubicado en la ciudad industriosa y comercial de Avellaneda, corazón del proletariado peronista pegado al Gran Buenos Aires.
El día en que un golpe cívico militar derrocó a Perón (16 de septiembre de 1955), Merengue tenía cerca de ocho años, y pasó un día feliz… a medias. Mientras en la azotea del edificio los vecinos celebraban con vino, chorizos y empanadas (
¡cayó el tirano!), a la vuelta de su casa, en el conventillo de su amigo Enzo, el aire se cortaba con cuchillo.
Dos o tres años después, un 1º de mayo, Merengue observó desde el balcón la feroz represión de la policía montada contra una columna de trabajadores que marchaban dando vivas a Perón. Gritó: “¡Papá, están golpeando al Negro!” Y el padre, hombre fornido, bajó a la calle y de un puñetazo derribó del caballo al gendarme que sableaba al Negro.
En la comisaría, el jefe de policía, que en el Círculo Universitario jugaba a las cartas con el papá de Merengue, enarcó las cejas:
De un día para otro, Merengue fue un niño popular. En el barrio, los trabajadores saludaban con efusión al papá (
¿por qué todos se volvieron tan amables conmigo?), y en el conventillo de Enzo le servían doble porción de espagueti.
La rueda del tiempo siguió girando. El día que Sartre rechazó el Nobel de Literatura, Merengue se calzó los guantes del
compromiso intelectual. Aunque sin saber cómo. Sólo le gustaban el jazz y los motores, la filatelia, los deportes y, por sobre todo, vagabundear o matar el tiempo en cafés donde llenaba papelitos con ideas.
Cuando Merengue se acercó a los comunistas, el comentario de su padre lo desconcertó: “Muy bien. Este es un hogar de ‘librepensadores’. Yo no soy comunista, pero conozco a muchos judíos que lo son. Lo prefiero a que sigas alternando con esos fascistas y antisemitas que apoyan a Perón”.
Merengue replicó:
¿Y vos qué? ¿Acaso el otro día no invitaste a comer al jefe del sindicato de la fábrica, uno de los principales líderes del peronismo?
En las tertulias de estudiantes, un compañero ducho en marxismo solía criticarle sus
desviaciones ideológicas. Sin idea de Lacan, Merengue devolvía:
¿no será que en el fondo querés cogerte a mi novia?Y a continuación, explicaba la lucha de clases a través del segundo principio de la termodinámica.
Como aún dependía de sus mayores, Merengue creyó que las ideas de Bakunin lo emanciparían del hogar. Por otro lado, intuía que Lenin y Stalin habían luchado en favor del bien contra el mal, sin medir las consecuencias. Y en el antiguo evangelio anarcotrotskista descubrió la doctrina
siperista: “Tiene razón, compañero. Peeero…”
En tanto, los sociólogos y politólogos trataban de convertir a la juventud en
categoría. No obstante (y hasta hoy), quedaron descolocados con la potente irrupción de una generación de chicos que, como Merengue, optaron por luchar contra las verdaderas fuerzas del mal. Y no, precisamente, con el
espíritu del 68.
Dos años más tarde, las nuevas generaciones empezaron a sentir que el presente debía ser algo más que el mero escamoteo del pasado. Así rescataron uno de los poemas favoritos de Merengue,
Muchacho de septiembre, de Armando Tejada Gómez, que termina así:
En días pasados, vísperas de elecciones primarias, un amigo de Merengue llegó de visita al país. En el trayecto del aeropuerto de Ezeiza a la ciudad, la propaganda en las calles mostraba a peronistas, no peronistas y antiperonistas.
El amigo comentó al taxista:
Parece que acá todo gira en torno al peronismo.
El taxista dijo:
Yo también. A veces soy peronista.
FUENTE: LA JORNADA OPINION
El general mutiapreciado-Magú
El general mutiapreciado-Magú
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