Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

viernes, 23 de agosto de 2013

Mubarak, libre en un Egipto a su medida- Nuestra civilización, «un gigantesco fracaso»- Economía Moral

Mubarak, libre en un Egipto a su medida
Robert Fisk
¿Mubarak quedará libre? Por absurda que parezca, su libertad estaría en consonancia con la demencial tragedia que vive Egipto. Lo que parecía imposible en los días siguientes a la revolución de 2011 –cientos de masacrados por la seguridad del Estado, cadetes de policía asesinados por hombre armados del desierto, Mubarak fuera de prisión– ha adquirido una especie de normalidad.
 
En las calles de El Cairo han aparecido ahora miles de grandes fotografías a color de Barack Obama con la barba de Osama Bin Laden pegada al mentón y un signo de oración musulmana en la frente. Y a la derecha de Obama está ese guapo general, Abdel Fatah Sisi, ministro de Defensa, viceprimer ministro y jefe del ejército egipcio.

No hay duda, pues, de quiénes son los chicos buenos y quiénes los malos. Los tres canales de televisión del gobierno muestran las 24 horas una leyenda en la parte superior izquierda: Egipto combate al terrorismo. Y al parecer los televidentes se inclinan a creerlo.

El cobarde asesinato de los 25 policías en el Sinaí y sus dignos funerales militares, esta semana, casi sacaron de las primeras planas la matanza de 36 prisioneros contra quienes no se había presentado cargo alguno y que eran transportados por agentes de seguridad del Estado en un camión de la policía en el delta del Nilo. Al Ahram mostró media plana de fotografías de esos jóvenes y una imagen a color de sus cuerpos, colocados en fila, después que sus asesinos los dejaron. Se le podría tomar por una imagen de policías iraquíes muertos o de víctimas de la guerra civil siria.

En un informe publicado este jueves, Human Rights Watch dice que puede confirmar que 37 iglesias cristianas han sido dañadas en todo Egipto. En Minya, por ejemplo, simpatizantes de la Hermandad Musulmana dejaron sus plantones luego que les llegaron noticias de las matanzas de hace una semana en la mezquita de Rabaa Adawiya, en El Cairo, y de inmediato atacaron estaciones de policía e instituciones cristianas. Entre éstas figura una casa flotante del Nilo en la que dos hombres, uno de ellos musulmán, fueron quemados vivos. En total, organizaciones no gubernamentales extranjeras creen que 121 hombres perecieron a tiros el viernes en la plaza Ramsés y que la policía abrió fuego de ametralladora contra la multitud, guiándose por cámaras de televisión adosadas a sus vehículos.
 
En el mundo patas arriba en el que todos en este país parecen condenados a vivir, algunos coptos del alto Egipto no culpan de la destrucción de su templo a los musulmanes, sino al presidente Obama. Un rumor común es que Obama tiene un hermano musulmán y que por esa razón Estados Unidos supuestamente apoyaba a la Hermandad.
 
Periodistas egipcios que encuentro en las calles de El Cairo se quejan de que ya no pueden escribir con libertad, aunque –para equilibrar el libro de acusaciones– se debe recordar que más escritores fueron perseguidos en el gobierno de Mohamed Mursi que en los anteriores 185 años de historia egipcia.
 
Entre las pocas voces de sensatez periodística ha estado Emad Eddin Hussein, del diario Al-Shorouk. Al escribir sobre los 36 prisioneros asesinados en el camión de la policía la semana pasada, señala: Tal vez la Hermandad Musulmana cometió muchos crímenes y lavó el cerebro a muchos civiles, pero eso no justifica matar a sus militantes. El gobierno egipcio tiene que garantizar la eficiencia de sus oficiales de policía, algunos de los cuales actuaron con agresividad hacia los partidarios de la Hermandad en los días pasados.
 
Eso es expresarlo con moderación. Los chicos de la seguridad del estado han vuelto a toda su crueldad de tiempos de Mubarak, ayudados –como en 2011– por los esbirros a sueldo y ex presidiarios que solían atacar a los manifestantes con barras de hierro. Así pues, Mubarak sale de los lóbregos confines de la prisión de Tora –donde también están encerrados sus enemigos de la Hermandad– hacia un Egipto que le parecerá levemente familiar.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya
 
Nuestra civilización, un gigantesco fracaso
Gabriela Rodríguez
El ejercicio de los derechos humanos y la equidad de género, más que el crecimiento poblacional, fue colocado en el centro de la agenda mundial de población desde 1994 en que se realizó la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo en El Cairo. Hoy que se realiza la evaluación de los logros a 20 años, el subcontinente de América Latina y el Caribe logró un avance inédito en términos de los derechos sexuales y reproductivos de adolescentes, de jóvenes y de las mujeres.
 
Representantes oficiales de 38 países miembros, de 24 organismos internacionales y de 260 organizaciones no gubernamentales (redes feministas, de jóvenes, de mujeres afrodescendientes e indígenas) se reunieron en la primera Conferencia Regional sobre Población y Desarrollo del 12 al 15 agosto en Uruguay, y elaboraron un documento denominado Consenso de Montevideo sobre población y desarrollo. El presidente de la conferencia y subsecretario de Salud Pública de Uruguay, Leonel Briozzo, sostuvo la importancia de que el consenso precise que la educación y la laicidad son ejes fundamentales para profundizar los derechos humanos. Alicia Bárcena, mexicana secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, reconoció que para alcanzar la equidad de género la región tiene que romper con el modelo de desarrollo, tal como algunos países latinoamericanos han dado avances en el concepto de Estado social, y hoy nos señala el camino el gobierno de Uruguay, donde se han jugado políticas de Estado en marcos más progresistas y más solidarios en un contexto de derechos universales: han logrado desjudicializar los derechos sexuales y reproductivos, además de extender los derechos sociales.
Cuando por primera vez hay un Papa latinoamericano, la ratificación del carácter laico de los estados parece un impulso secular para fortalecer la democracia y la autonomía ciudadana, el consenso precisa el compromiso de “invertir en la juventud, a través de políticas públicas específicas y condiciones diferenciales de acceso, especialmente en la educación pública, universal, laica, intercultural, libre de discriminación, gratuita y de calidad…” Inédito es también el compromiso por avanzar en el acceso al aborto: “Eliminar las causas prevenibles de morbilidad y mortalidad materna, incorporando en el conjunto de prestaciones integrales de los servicios de salud sexual y salud reproductiva medidas para prevenir y evitar el aborto inseguro, que incluyan la educación en salud sexual y salud reproductiva (…) asegurar, en los casos en que el aborto es legal o está despenalizado en la legislación nacional, la existencia de servicios de aborto seguros y de calidad para las mujeres que cursan embarazos no deseados y no aceptados e instar a los Estados a considerar la posibilidad de modificar las leyes, normativas, estrategias y políticas públicas sobre la interrupción voluntaria del embarazo…”
 
El actual presidente de la República Oriental de Uruguay, José Mujica Cordano, quien fue líder del Movimiento de Participación Popular, sector mayoritario de la fuerza política de izquierda Frente Amplio, en su mensaje sobre la inversión en los jóvenes afirmó: “Hay mucho dinero pero está concentrado, y hay mucho más egoísmo que dinero… Nadie le va a regalar a los jóvenes, nunca les regalaron nada; los jóvenes en la historia humana se abrieron paso a los codazos, los jóvenes no son imberbes o niños, son adultos fuertes y pueden y deben (…) Yo creo que no tenemos crisis con los jóvenes, tenemos crisis civilizatoria que es distinto, que incluye a jóvenes viejos y al destino de la vida humana arriba de la Tierra... y mucho mas grave, nos queremos consolar creyendo que esto se arregla gastando un poco más en los jóvenes y educándolos, calificándolos, y no les preguntamos ¿por qué estamos vivos?.... Para luchar por ser felices y libres, el concepto de felicidad no se cuantifica: este es el problema si queremos que trabajen ocho, diez o doce horas, paguen impuestos y las cuotas de jubilación… eso queremos, un mundo arregladito, como se nos ocurre a nosotros, como hemos tenido que soportar nosotros. ¿Será ese el destino del hombre? O en las rebeldías y en las inconformidades juveniles aletea algo que no podemos definir, tal vez un destino de libertad y civilización distinta… No lo tengo claro, permítanme: ese mundo cuadradito y organizado no hace feliz a la gente. Son interrogantes que no son sencillas de contestar (...) No se puede mejorar el mundo a costa de perder la libertad, de ser un tipo esclavizado con una rutina que empieza hoy y termina en el cajón; creo que nuestra civilización cristiana y occidental es un gigantesco fracaso, porque ha transformado a la vida en una operación para gastar, consumir y acumular y lo que se está despilfarrando son horas de vida arriba del planeta. Y creo que los jóvenes lo sienten porque necesitan tiempo, tiempo libre, tiempo que no se cuantifica, tiempo para amar, tiempo para cualquier cosa…”
Economía Moral
¿Cómo se debe tomar en cuenta la inflación al medir la pobreza?
Las críticas de Thomas Pogge al Banco Mundial y la medición en México
Julio Boltvinik
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Esta semana ha estado de visita en México Thomas Pogge, el destacado filósofo, alumno de John Rawls (el creador de la más famosa teoría de la justicia). Pogge es un destacado luchador social y parte de su visita a México ha tenido ese contenido pues vino a promover una Red de Académicos en Lucha contra la Pobreza. *1
 
En su conferencia en El Colegio de México sobre las mediciones del hambre de la FAO y las de pobreza del Banco Mundial (BM), entre otros problemas de las del BM Pogge se refirió a una dificultad que enfrentan las comparaciones internacionales de pobreza cuando quieren usar, como hace el BM, una Línea Internacional de Pobreza para todos los países expresada en dólares de paridades de poder adquisitivo. Comparar el poder adquisitivo de dos monedas diferentes es un problema conceptualmente similar al de comparar el poder adquisitivo de una moneda nacional en dos momentos del tiempo. Pogge señaló que las Paridades de Poder Adquisitivo (PPAs) que se usan para comparar poder adquisitivo de monedas diferentes, no reflejan el costo de satisfacción de necesidades básicas (que es lo que se necesitaría para medir pobreza) sino el poder adquisitivo general de las monedas. Y añadió que las PPAs para alimentos, que son mucho más estrechas y más pertinentes para medir la pobreza son considerablemente más altas –en todos los 88 países pobres incluidos– que las PPAs usadas en la conversión de monedas por el BM; en promedio, 51.6 por ciento más altas. Por tanto, con la LIP convertida del BM, una persona pobre típica puede comprar tanta comida como podía comprarse con 0.83 dólares en 2005 en EU y no con 1.25 dólares como pretende el BM.*2 Pero, además, una vez convertida la LIP a cada moneda local para el año de referencia, es necesario actualizarla con índices de inflación locales para adecuarlas al año de la medición. Este mismo tema surgió en México al conocerse los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) de 2012 y las mediciones de pobreza del Coneval para ese año.
 
Como se refleja en las citas anteriores de Pogge, cuando medimos pobreza de ingresos tenemos que tener líneas de pobreza (LPs) que reflejen el costo de satisfacción de las necesidades básicas. Al actualizarlas de un año a otro la inflación que tendríamos que tomar en cuenta es la inflación en el costo de la canasta normativa, que debe ser (aunque no siempre lo es) igual a la LP. Si no hubiera diferencias en las tasas de inflación de diferentes bienes y servicios, si el precio de todo subiera al mismo ritmo, la inflación general sería un buen indicador del movimiento en el costo de la canasta básica. Pero no es así como lo muestra de manera dramática la Gráfica 1 en la que calculé la inflación de 2000 a 2006 y de 2006 a 2012 por objeto del gasto. En el primer periodo la inflación es más alta en rubros (vivienda, educación y esparcimiento y otros servicios) que suelen no contar en muchos métodos de medición, por lo cual fue un periodo en el cual (con esos métodos, como el oficialmente aplicado en el gobierno de Fox) los movimientos diferenciales de la inflación favorecieron la baja de la pobreza tal como se mide. En agudo contraste, en el periodo 2006-2012 el rubro con mayor inflación es, con mucho, el de alimentos que es el único que toman en cuenta el método de medición del Comité Técnico y el método de Cepal. El periodo de la crisis alimentaria (con precios al alza de manera brusca) llevó a que tanto el Coneval como la Cepal cambiaran la manera en la que actualizan la LP pero sin aplicar retrospectivamente la nueva forma de actualización, lo cual hubiese mostrado claramente que ambos métodos sobreestimaron la baja de la pobreza en épocas de relativa estabilidad en los precios de los alimentos.
 
1* En inglés el nombre de la organización es ASAP (Academics Stand Against Poverty). Una disculpa al lector. En la entrega anterior (16/08/13) me refiero extensamente a una gráfica sobre la evolución de la pobreza en el MMIP y sus dimensiones (NBI: necesidades básicas insatisfechas; ingresos y la combinación de ingresos con tiempo ING-T), que no se incluyó por problemas técnicos. Hoy la incluyo como Gráfica 2.
 
2* En la serie de 20 entregas La medición de la pobreza en el mundo abordé, a partir de la entrega XI del 15 de marzo de este año, las mediciones globales. La crítica de Pogge (en coautoría con Sanjay Reddy) y la polémica con el BM la analicé en las entregas XIV a XX (del 5 de abril al 17 de mayo). Las dificultades de las PPAs las discutí en varias de éstas y en la XII (del 22 de marzo).

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