Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

lunes, 2 de enero de 2012

Irán y EU: tensiones preocupantes- American Curios- Visionarios del siglo XXI


Irán y EU: tensiones preocupantes
Autoridades iraníes del ámbito militar dieron cuenta ayer, por medio de un comunicado, del lanzamiento de un misil tierra-aire diseñado y fabricado en ese país, y capaz de evadir los sistemas inteligentes que tratan de interrumpir la trayectoria de los proyectiles. Pocas horas después, el gobierno de Teherán informó que sus científicos habían producido, por primera vez, una barra de combustible nuclear, que será destinada a la producción de uranio enriquecido con fines médicos.
Ambos anuncios se producen en el contexto de un recrudecimiento en las tensiones entre Irán y Estados Unidos, país, este último, que ha elevado el tono de su discurso y ha endurecido las sanciones económicas en contra de Teherán. En las últimas horas de 2011, el presidente estadunidense Barack Obama firmó una ley de defensa que, entre otras medidas, incluye sanciones contra toda persona o empresa que realice negocios con el Banco Central Iraní. En días previos, la probable entrada en vigor de estas sanciones provocó que Teherán amagara con cerrar el estratégico estrecho de Ormuz, por donde pasa cerca de 40 por ciento del petróleo que se comercia a escala mundial y en donde las fuerzas navales iraníes realizan maniobras desde el pasado 24 de diciembre, incluyendo el lanzamiento del misil referido.
Sin dejar de señalar que las amenazas y los ensayos bélicos iraníes constituyen un factor indeseable de inestabilidad en el terreno económico y en la política internacional, no resulta menos reprobable la actitud hostil con que Washington se ha conducido hacia esa nación medioriental.
Hasta ahora, con todo y el avance mostrado en meses recientes por Irán, ese país no ha dado indicios de poseer capacidad suficiente para el desarrollo de armas de destrucción masiva, actividad que requiere de uranio enriquecido al 90 por ciento. Por añadidura, el sábado pasado Teherán manifestó su voluntad de regresar a las conversaciones sobre su programa nuclear con los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania, diálogo que permanecía en punto muerto desde la pasada reunión en Estambul, el año pasado. Así pues, aun si fuera verdad que la política nuclear de la república islámica representa una amenaza para la seguridad mundial, Estados Unidos y sus aliados tendrían a su disposición tiempo suficiente para conjurarla, y para ello podrían echar mano de cauces de negociación mucho más eficaces y menos contraproducentes que sanciones económicas como las referidas.
Cabe insistir en que el unilateralismo, la arbitrariedad y el carácter depredador de la política exterior de Washington –un gobierno que se ha concedido la autorización para invadir naciones soberanas sin que exista una agresión previa– representan, en la hora presente, el mayor incentivo para que Irán se sume, si es que no lo ha hecho, a la carrera armamentista en la que se han involucrado diversas potencias medias y regionales.
Washington, por su parte, carece de autoridad moral para condenar el programa nuclear iraní, toda vez que ese mismo gobierno decidió ver hacia otro lado cuando India y Pakistán construyeron sus respectivos arsenales atómicos, y ha permitido que Israel –su aliado fundamental en Oriente Medio– se mantenga al margen del Tratado de no Proliferación Nuclear y de las inspecciones de la Agencia Internacional de Energía Atómica, pese a que los datos disponibles informan que ese país posee desde hace décadas el único arsenal atómico de la región.
Semejantes consideraciones obligan a poner en duda que el interés de Washington respecto de Irán sea, en efecto, evitar la perspectiva de un nuevo arsenal de bombas atómicas. Todo parece indicar, en cambio, que las recientes sanciones y la renovada hostilidad de la Casa Blanca contra Teherán están orientadas a alterar, en perjuicio de este gobierno y en beneficio del de Tel Aviv, el viejo equilibrio de fuerzas en esa parte del mundo.
Tal actitud ha generado en horas recientes un clima de tensión preocupante en la región. Dada la inocultable responsabilidad que tiene Washington en la configuración de este escenario, lo menos que puede esperarse es que actúe con prudencia y sensatez diplomática, pues de lo contrario podría involucrar al mundo en un nuevo escenario de pesadilla.

American Curios
Sorpresas
David Brooks
Foto
Dos simpatizantes de Ocupa Wall Street fueron detenidos el pasado fin de semana en Iowa cuando se manifestaban afuera de la oficina de Michele Bachmann, aspirante a la candidatura presidencial de EU por el Partido RepublicanoFoto Reuters
El 2011 fue año de sorpresas en y para Estados Unidos. Expertos, analistas, encargados de inteligencia, políticos, think tanks, los grandes medios, nadie pronosticó casi nada de lo que ocurrió en país ni en el resto del mundo.
La gran sorpresa de 2011 fue la rebelión, desde la primavera árabe hasta el otoño estadunidense, pasando por los movimientos de los indignados en Europa. Por ello la revista Time nombró persona del año al manifestante.
Aparentemente nadie de las cúpulas o de los expertos se imaginó la primavera árabe, ni mucho menos la caída de lo que afirmaban era uno de los regímenes más estables (y con mayor financiamiento estadunidense) en la región: Egipto. De hecho, aún están descubriendo la disidencia dentro del sistema que tanto apoyaban. Aunque descubrieron, con el alzamiento de Plaza Tahrir, a los jóvenes, apenas van enterándose de otros actores, como los trabajadores.
En un extraordinario reportaje del Washington Post, se revela que una mujer obrera fue tal vez el origen de la rebelión en Egipto. Hace cinco años se desató una huelga en demanda de mejores salarios en una fábrica textilera en Mahalla el-Kubra. Todo empezó con Wedad Demerdash, de 44 años de edad, madre de cuatro hijos y trabajadora en la fábrica de hilados de algodón Misr Spinning & Weaving Co en el centro industrial de Egipto, al lado del Nilo.
Ella ayudó a organizar la huelga en diciembre de 2006, acción que nutrió otras acciones laborales que culminaron con el llamado a un paro nacional el 6 de abril de 2008. Esa es la fecha que inspiró al grupo de Facebook 6 de abril, el cual después fue utilizado para convocar a las manifestaciones en la plaza Tahrir en enero de 2011. El Post cuenta que al principio los hombres de la fábrica titubearon en sumarse a esa huelga en 2006, y que fue Demerdash quien asumió el liderazgo de las mujeres en una marcha a la planta coreando ¿dónde están los hombres?, aquí están las mujeres, hasta avergonzar tanto a sus compañeros que finalmente se unieron a ellas. Tres días después, los trabajadores triunfaron.
El Post señala que se suele olvidar el papel de los trabajadores en el alzamiento en Egipto, pero que desde el inicio ellos se sumaron a las manifestaciones en Tahrir y continuaron realizando huelgas por todo el país a lo largo de 2011 hasta hoy día.
En Estados Unidos, la aparición de Ocupa Wall sorprendió a cúpulas, a expertos y a gran parte de la izquierda. Pero también había antecedentes y pugnas que ya avisaban de algo.
En febrero y marzo se realizó algo casi inusitado con la ocupación del Capitolio del estado de Wisconsin por trabajadores del sector público –sobre todo burócratas, trabajadores de servicios sociales y de salud, y maestros– durante semanas, apoyados por estudiantes, sindicalistas de todo el país, granjeros y hasta inmigrantes. Eso fue detonado por el intento del gobernador republicano y sus aliados de partido en el Congreso estatal de anular los principales derechos laborales –sobre todo la negociación del contrato colectivo– con trabajadores del sector público. Esa iniciativa, además, era sólo una de varias que se intentaron aprobar en varios estados más. La movilización y su apoyo a nivel nacional asustaron a las cúpulas, y es posible que se impulse un referendo para expulsar al gobernador de su puesto (ya se logró hacerlo con dos legisladores republicanos que promovieron la iniciativa).
Las pancartas indicaban protesta como un egipcio y si Egipto logró la democracia, por qué Wisconsin no. De hecho, un líder sindical egipcio, Kamal Abbas, actor clave en la rebelión de su país, envió un mensaje a los trabajadores de Wisconsin: estamos con ustedes como ustedes estuvieron con nosotros.
Meses después, en los campamentos y acciones de Ocupa Wall Street, uno se topa con participantes de ésta y otras luchas más. Vale recordar que las movilizaciones sociales más grandes de Estados Unidos en años fueron las encabezadas por millones de inmigrantes a mediados de la década pasada (que sorprendieron a todos, incluidos los grandes medios), como el movimiento contra las guerras, y antes de eso, la gran sorpresa de Seattle con la cual nació aquí el movimiento altermundista. De repente, y lo que provoca la mayor preocupación entre el 1 por ciento y las autoridades, es que los participantes de este mosaico de luchas anteriores se está encontrando en las calles de cientos de ciudades y pueblos a lo largo del país. No hay nada más peligroso que estas expresiones de democracia para las cúpulas, recuerda una y otra vez Noam Chomsky.
Aquí aún no hay una plaza Tahrir, pero el hecho de que el movimiento no sólo se comunica y dialoga entre diversas luchas locales, sino también con los egipcios y otros rebeldes en los países árabes como los de Europa y –en gran medida a través de inmigrantes– con los de América Latina preocupa a las cúpulas. La solidaridad entre el 99 por ciento también es peligrosa para el 1 por ciento.
El gran historiador rebelde Howard Zinn contó en entrevista con La Jornada que la historia está repleta de sorpresas, que casi nunca se han pronosticado los grandes cambios ni el inicio de los movimientos más importantes. De hecho, dijo que su labor de historiador era rescatar las incontables pequeñas acciones de gente desconocida que lleva a esos grandes momentos.
En su autobiografía Zinn escribió que el cambio revolucionario no llega como un momento cataclísmico (¡cuidado con tales momentos!), sino como una sucesión interminable de sorpresas, caminando de manera zigzagueante hacia una sociedad más decente. Agregó que no creer en la posibilidad del cambio dramático es olvidar que las cosas han cambiado, no lo suficiente por supuesto, pero lo suficiente para demostrar lo que es posible. Nos hemos sorprendido antes en la historia. Podemos ser sorprendidos de nuevo. De hecho, podemos hacer la sorpresa.
Todo promete que 2012 será otro año de sorpresas (ojalá que sean las que hacemos y no las que se nos hacen).
Visionarios del siglo XXI
Víctor Flores Olea/ II
En el año de 1987, después de un arranque extraordinariamente promisorio con la compañía Apple, que Steve Jobs había organizado en el origen en el garaje de la casa de sus padres adoptivos en Palo Alto, California, pasó por uno de los momentos más críticos de su vida al ser expulsado de todos los puestos de dirigencia de la compañía por sus actuales gerentes, casi siempre gente a la que el propio Jobs había llevado a la compañía.
Varias hipótesis surgieron en el tiempo, desde la traición pura y simple por motivos de envidia hasta aquella que dice que la razón se desprende más bien del destilo exageradamente autoritario de manejar la empresa, y de la personalidad diríamos mercurial de Jobs, que en un momento tomaba una decisión que parecía definitiva y en otro una en sentido opuesto, culpando con frecuencia a los operadores o jefes de sección de estos cambios imprevisibles. Tales variaciones bruscas en la dirección de la compañía en muchas ocasiones habrían retrasado las entregas comprometidas de Apple y, en conjunto, significaron muchas veces pérdidas importantes de dinero. El hecho es que el creador de la compañía Apple a mediados de los años 80 se vio expulsado de su obra, en términos administrativos y legales.
Naturalmente, tales vacaciones forzadas de Steve Jobs, en un espíritu inquieto y extraordinariamente creativo como el suyo, de inmediato se canalizó a la creación, entre otras cosas, de una nueva generación de computadoras: ahora sí, aquellas que tuvieran el poder de las Main Frame, pero como computadoras personales, que según las exploraciones de mercado de Jobs tendrían enorme demanda en las universidades y centros educativos, en que se realizaban investigaciones educativas o de laboratorio, y en que sería necesario un poder amplio de las computadoras para obtener los resultados deseados.
La computadora construida por Jobs para estos fines llevó el nombre de NeXT, y resultaba una máquina perfectamente cuadrada, como un dado, en cuyos ocho lados estaba inscrito su nombre diseñado por uno de los más reconocidos en Estados Unidos, al costo de 100 mil dólares. La máquina, sin duda, resultaba de una gran belleza. Todo indicaba que la nueva computadora sería un éxito en el mercado, salvo que el mundo académico se mostró más austero de lo calculado en la compra de una computadora llena de ventajas, pero de alto costo: 27 mil dólares cada una. Jobs había previsto una venta de 10 mil aparatos anuales, pero todo indicó desde un principio que no rebasaría 600 al año.
En términos comerciales NeXT resultó un fracaso, pero para Jobs fue una experiencia más de un aparato de alta calidad que le sirvió de antecedente necesario para la segunda revolución tecnológica que emprendería a partir de mediados de los 90. A principios de esa década tanto los dirigentes de Apple como el propio Jobs se dieron cuenta de que la empresa estaba paralizada en términos de innovación tecnológica y de ideas claras sobre sus propósitos en el mercado de computadoras y de la revolución sobre sus aplicaciones.
Es justo decir que en el lapso sin trabajo corriente dentro de Apple Jobs excursionó también con relativo éxito en el cine animado, dentro de la compañía Walt Disney, pensando que podría y debería revolucionarse ese aspecto del entretenimiento, con base en las computadoras, logrando una apreciable calidad artística. No le fue posible, sin embargo, ampliar su actividad en este terreno.
Decíamos antes que el fracaso de Apple sin Steve Jobs llevó a sus actules dirigentes, prácticamente en todos los terrenos, a presionar decididamente por la vuelta de Jobs a la cabeza de la compañía. Así ocurrió en 1995, y en 1997 se notaba ya su presencia y espíritu innovador en un buen número de espacios de trabajo.
Jobs percibió que los jóvenes estaban dispuestos a comprar grandes cantidades de música (antes la copiaban de los cedés), y entonces pensó en organizar la compra de piezas de música por Internet, las cuales se venden hoy por millones, y de vender como parte del software regular de las Macintosh el Itunes, precisamente para organizar en álbumes y en distintas categorías la música comprada en los enormes depósitos digitales de la compañía, a nombre de iTunes. Al mismo tiempo, la compañía comenzó a vender reproductores de música (bajada de Internet), los iPod, que han tenido un norme éxito de mercado.
Al mismo tiempo, los nuevos teléfonos de Macintosh, los iPhone, con una variedad de novedades incorporadas, inclusive también el almacenamiento y reproducción de música, la fotografía de muy buena calidad, han representado un mayor atractivo comercial y un éxito fabuloso de mercado para las Mac, siendo también este aspecto una fuente de ingresos enormes para la compañía. Todavía el dinámico espíritu de creación e innovación de Steve Jobs dio lugar al lanzamiento al mercado de las tabletas-computadoras, con el nombre de iPad, que han tenido igualmente un enorme éxito tecnológico y de mercado. En todos estos productos, como lo quería Jobs, se unen dramáticamente la belleza de la presentación con la eficacia de la tecnología aplicada.
En el momento de la muerte de Steve Jobs (noviembre de 1995), Macintosh no sólo representaba ya una de las compañías mundiales más reconocidas desde el punto de vista de su adelanto tecnológico, sino también por la variedad de sus aplicaciones que siempre estuvieron en la vanguardia del ramo. Se ha ido Steve Jobs, pero esperamos que su nervio creativo no se pierda y siga siendo la estrella de las Mac como su distintivo fundamental.

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