Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

domingo, 1 de abril de 2012

AMLO: El triunfo de la derecha, «moralmente imposible» en el actual entorno- El Presidente, al ataque- Balance de una visita malintencionada

Desdeña las encuestas que lo ubican en el tercer lugar; están muy copeteadas, afirma
El triunfo de la derecha, moralmente imposible en el actual entorno: AMLO
Lo reciben 17 mil seguidores en Tlajomulco de Zúñiga y más de seis mil en Irapuato
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Ante miles de seguidores, el candidato de la coalición Movimiento Progresista a la Presidencia de la República,
Andrés Manuel López Obrador, hizo un llamado a difundir su proyecto para transformar México y a defender el voto con el propósito de evitar otro fraude electoral, como el que ocurrió en 2006
Foto Carlos Ramos Mamahua
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Ante miles de seguidores, el candidato de la coalición Movimiento Progresista a la Presidencia de la República,
Andrés Manuel López Obrador, hizo un llamado a difundir su proyecto para transformar México y a defender el voto con el propósito de evitar otro fraude electoral, como el que ocurrió en 2006
Foto Carlos Ramos Mamahua
Alma E. Muñoz
Enviada
Periódico La Jornada
Domingo 1º de abril de 2012, p. 9
 
     Tlajomulco, Jal., 31 de marzo. El candidato presidencial de la coalición Movimiento Progresista, Andrés Manuel López Obrador, aseguró que él representa la única alternativa para sacar a México del atraso en que se encuentra y afirmó que en la situación actual del país el triunfo de la derecha es moralmente imposible.
Son tiempos de definiciones, señaló durante dos reuniones con miles de personas en su segundo día de campaña presidencial.
Este sábado dio cuenta de que la unidad en torno a su candidatura no se lesiona por la división de los partidos que lo abanderan –de la Revolución Democrática (PRD), Movimiento Ciudadano (MC) y del Trabajo (PT)– en elecciones a gobernadores, como ocurre en Jalisco y Guanajuato, las entidades que visitó.
Primero estuvo en Tlajomulco de Zúñiga, territorio jaliscience, en la Arena VFG, propiedad del cantante de ranchero Vicente Fernández, donde fue recibido entre gritos por 17 mil personas –cuyos boletos para ingresar fueron distribuidos por la empresa Ocesa–, que ondeaban banderines color naranja del MC que, junto con el PT, apoya a Enrique Alfaro para gobernador.
Una vez definida su candidatura, Alfaro rompió con el PRD estatal, partido que –se dice– es controlado por el ex rector de la Universidad de Guadalajara (UdeG) Raúl Padilla.
Apoyo a candidatos de Morena
Por la tarde, López Obrador estuvo en el lienzo charro Ignacio León Ornelas, atiborrado por 6 mil personas, donde brindó su apoyo a Enrique Prieto, abanderado del PT a gobernador de Guanajuato.
Aclaró que en los dos casos son candidatos del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), por haber resultado los mejores posicionados en encuestas aplicadas por la izquierda.
El PRD tiene candidatos propios: el ex panista Fernando Garza para Jalisco y Arnulfo Montes de la Vega para Guanajuato; MC postula a Enrique Eguiarte en la segunda entidad.
Esto va más allá de intereses partidistas; tiene que ver con todo el pueblo, (porque) aquí lo más importante son los ciudadanos, señaló el abanderado presidencial, quien desdeñó las encuestas que lo ubican en tercer lugar: están muy copeteadas.
Después, en entrevista, criticó que una empresa televisora quiera imponer a Enrique Peña Nieto, si no articula ni una frase.
En el centro de espectáculos VFG, López Obrador sostuvo que le da mucho gusto apoyar a Alfaro en el arranque de su campaña, porque es un líder de primer orden. Acompañado por los senadores Alberto Anaya (PT) y Dante Delgado (MC), entre otros dirigentes, recordó que cuando en Jalisco “había un estira y afloja en la nominación, dije: ‘voy a apoyar al que resulte mejor posicionado en las encuestas’, y Alfaro ganó tres”.
Hizo un llamado a todos los ciudadanos, con y sin partido, a respaldar al alcalde con licencia de Tlajomulco de Zúñiga, porque con él hay posibilidad de transformar Jalisco. Aquí lo más importante son los ciudadanos, estén donde estén (en referencia a los partidos). Debe haber unidad y me consta que en torno a esa candidatura lo están haciendo militantes de PRD, MC y PT, y también del PRI, del PAN y sin partido. Puertas abiertas a todos con un objetivo superior: la transformación de México.
Al margen de la campaña, petistas señalaron que Raúl Padilla juega en estas elecciones con el PRI. Afirmaron que hizo candidatos de ese partido a su hermano José Trinidad Padilla (a diputado local); su primo Leobardo Alcalá Padilla (a diputado federal); Patricia Retamoza, ex secretaria general del sindicato de maestros de la UdeG, y a ex presidentes de la Federación de Estudiantes Universitarios, como Carlos Corona y Enrique Villanueva.
Durante el mitin que encabezó en Irapuato, López Obrador cuestionó el uso que se da a los recursos públicos. Explicó qué significa el cambio verdadero que pretende llevar a cabo, en caso de ganar las elecciones del primero de julio, y criticó a los políticos que usan aviones y helicópteros privados para sus traslados.
Nada de aviones y sobre todo helicópteros privados para llegar a ceremonias y misas, señaló en alusión a la reciente visita del papa Benedicto XVI a Guanajuato. Yo me traslado en aviones comerciales, pero sobre todo a ras de tierra, subrayó.
Enfatizó que irá a fondo contra la corrupción y se comprometió a difundir los nombres de las empresas extranjeras que son beneficiadas por el gobierno federal con la compra de combustible. En tres meses tendré la información, manifestó.
López Obrador llamó a ser cada vez más humanos y voltear a ver al que sufre. Prometió llevar a la práctica una política de desarrollo social y hacer valer la honestidad como forma de vida y de gobierno. Tengo autoridad moral para plantearlo, porque de mí pueden decir muchas cosas, pero no que soy incongruente. Fui jefe de Gobierno del Distrito Federal, manejé 400 mil millones de pesos y no me robé un centavo. Lucho por ideales, por principios.
En Irapuato, reiteró el llamado a que lo apoyen informando a la gente sobre el movimiento que encabeza, a actuar como protagonistas del cambio verdadero y a cuidar las casillas el día de la elección para evitar el fraude electoral, como el que ocurrió en 2006.
Lema de campaña-Hernández

El Presidente, al ataque
Rolando Cordera
 
      A partir de una mala y mal averiguada interpretación de la ley, el Presidente decidió hacer su propio informe de fin de gobierno y enjundioso se encerró con periodistas y afines para responder a un más que figurado interrogatorio ciudadano. Desde el sofisma más elemental, Calderón quiso convencer al ciudadano imaginario del momento (pace Fernando Escalante) de que se había avanzado en el abatimiento de la pobreza, la reducción de la desigualdad y nada menos que en desempeño económico, para no hablar de su obsesión con la seguridad y el combate al crimen organizado.
El saldo de su autoimpuesto juicio final adelantado es poco satisfactorio, para decir lo menos, porque a nadie puede alentar el espectáculo de un gobierno que voluntaria y voluntariosamente, encabezado por su jefe, se pone contra la pared, toca a rebato y adelanta su salida sin que nadie se lo haya pedido. Con esto, el Presidente hace las veces de un Hammelin sin flauta, pero no por ello hace menos daño a un régimen político carente de agarraderas populares y acosado por las tendencias a la fuga que protagonizan los más excéntricos jugadores del poder, como los hombres de las cúpulas autodesignadas del dinero y los negocios, los partidarios de la abstención o el voto nulo, y los propios partidos políticos que, en vez de contender en público con ideas y programas de gobierno, se desgarran en luchas internas donde la ideología o la postura política brillan por su ausencia y se impone la arrebatiña por la curul, el escaño o lo que sea la voluntad de caciques y caciquillos favorecidos por las prerrogativas y el poder para otorgarlas como dones del supremo.
El Presidente convoca a comparar, para de ahí reclamar la aprobación del respetable, pero no lo ha conseguido ni lo conseguirá proponiéndose como víctima propiciatoria de una supuesta partidocracia que sólo vive en la imaginación de las huestes de la mediocracia. En la actual circunstancia nacional, no se trata de repetir el juego del vaso medio lleno o medio vacío, ni de insistir en las virtudes de la paciencia del pueblo mexicano y su mítica solidaridad con los mandatarios en turno. De eso ha habido, y mucho, como ha habido ingenio en los pobres para sobrevivir, y hasta para hacerse de los bienes durables propios del disfrute más que moderno.
Para esto han servido el contrabando y la piratería, junto con el crédito al consumo que, a la larga, hace el goce caro y más que doloroso. La carencia básica se disfraza pero la mala nutrición, por ejemplo, se traslada a la obesidad y la diabetes, lo que no impide a los ingeniosos redescubrir a las clases medias afluentes, en cuya sensatez y moderación encarnaría la eficacia del modelito económico, cuya vida útil se empeñan en alargar sólo sus principales beneficiarios.
No es la comparación simplista lo que necesitamos en esta temporada de obligados balances. De lo que se trata es de estudiar la realidad sin anteojeras de soberbia o ambición electorera, para reconocerla en sus aristas peligrosas y nocivas para los más, pero también para los satisfechos, con quienes la inseguridad y la incertidumbre no parecen dispuestas a hacer excepciones.
Los indicadores son contundentes y soslayarlos, como hizo Calderón con las estimaciones del Coneval y otras agencias estatales responsables de la numerología básica, no hace sino contribuir a la confusión que suele ser la antesala de la ofuscación. Ni el salario ha crecido como se requiere, ni el empleo mejorado en calidad y seguridad. Más de la mitad de los trabajadores sufren la informalidad y la precariedad laboral, y nuestros jóvenes hacen del subempleo o la desocupación abierta una cultura del desperdicio y la redundancia. Así se quema con las horas el otrora celebrado bono demográfico y el país se vuelve impresentable por su debilidad fiscal, la depredación de su patrimonio y el regodeo de los privilegiados con su privilegio.
México se asoma a su relevo presidencial como un país con muchos pobres y una desigualdad injustificable económica y éticamente. Una nación desprotegida en lo fundamental y hasta en lo superfluo. A nadie puede gustarle este balance, pero este es nuestro real y actual estado de las muchas pérdidas y las pocas ganancias de la aventura mexicana con el neoliberalismo y la alternancia de la ineptitud que nos trajo hasta Fox y ahora al fin de fiesta de bravatas y amenazas por el que parece querer optar contumazmente el presidente Calderón…
Ese debe ser el doloroso punto de partida de la reflexión política nacional que acompañe a una sucesión que como pocas en nuestra historia debe responder a un contexto de exigencia ciudadana racional y reflexivo. Menos gritos y ningún sombrerazo es lo que urge para (sobre)vivir este año más que peligroso.

Balance de una visita malintencionada
Guillermo Almeyra
 
      El ex miembro de la Juventud Hitlerista, ex jefe de la Inquisición, perseguidor de los católicos progresistas y hoy monarca supremo y jefe de un Estado teocrático y de la burocracia más antigua y reaccionaria del mundo, que difunde una mezcla informe de ideas tribales primitivas y de ritos medievales, visitó México y Cuba con objetivos claros y, por supuesto, muy reaccionarios.
En nuestro país buscó conseguir que las cámaras otorguen a la Iglesia católica permiso para poseer radios y emisoras televisivas y, sobre todo, que sea financiada por el Estado (es decir, por todos: creyentes en cualquier religión o no) en la imposición forzada de la enseñanza del catolicismo en las escuelas públicas (no de la enseñanza religiosa, pues ésta exigiría dar a conocer en pie de igualdad todas las religiones y divulgar también en forma científica la historia del sentimiento religioso). En una palabra, el señor Ratzinger vino a borrar todo lo que queda de la Reforma y del juarismo. El presidente de un país que oficialmente es laico, comulgó, y quien se presenta como heredero del pensamiento de Benito Juárez fue a misa, sin que ninguno de ambos gestos provocase muchas críticas, lo cual demuestra el desarme político y moral de la sociedad mexicana.
A Cuba fue, en cambio, con propósitos directamente desestabilizadores. Pese a ello, los comunistas pragmáticos y cínicos que lo recibieron sin sonrojarse al llamarlo Su Santidad o heredero de Pedro, empapelaron la isla con caros carteles de bienvenida –cuando no hay papel para libros ni para diarios– y dedicaron fondos preciosos, que podrían servir para paliar la crisis de vivienda, a engalanar los lugares que visitó el monarca absoluto del Vaticano.
Por si eso fuera poco, mandaron a los miembros del partido a la misa de masas (no católicas, en su mayoría) que le organizaron a una religión que reúne sólo a cinco por ciento de los cubanos, que lleva a sus templos sólo a uno por ciento y que es absolutamente minoritaria ante los protestantes, evangelistas, adeptos de la santería afrocubana, agnósticos y ateos. Incluso el excomulgado Fidel Castro recibió al ex inquisidor.
¿Qué logró la Iglesia católica? El privilegio –desplazando a las otras religiones presentes en la isla– de ser interlocutor principal de la oposición con el gobierno marxista que, sin problema alguno, refuerza ese poder monopólico y fomenta la utilización de la religiosidad pretendiendo confundir los sentimientos populares ante viejos símbolos, como la Virgen de la Caridad del Cobre, con una institución particularmente desprestigiada, como la Iglesia católica cubana. El gobierno habla de socialismo pero aplica la cínica idea de Enrique de Navarra, según la cual París bien vale una misa (es decir, que para tener el poder todo vale, hasta las abjuraciones). Esa iglesia, por tanto, a diferencia de las demás, que son más importantes en Cuba, tendrá una red de medios de comunicación y la tolerancia oficial para lograr papel y servicios electrónicos.
¿Por qué esos privilegios? Para desarmar a los cavernícolas de Miami y de la ultraderecha republicana y demócrata en Estados Unidos, que siguen siendo partidarios de derribar al gobierno cubano por la fuerza y mediante el bloqueo. Para buscar alianzas con los sectores en Estados Unidos que ven el bloqueo como algo nocivo para sus intereses, y con los católicos de ese país, deseosos de hacer olvidar los escándalos y la pederastia asumiendo una posición más progresista. Pero también para dar una base política a un bloque reaccionario entre el sector pragmático de la burocracia cubana abierto al mercado y los sectores conservadores nacionales y mundiales en los que el Vaticano influye.
En efecto, en Cuba el abanico político abarca una aisladísima oposición pro imperialista, controlada e infiltrada, una pequeña minoría de intelectuales y miembros del partido deseosos de renovar el sistema político en sentido socialista mediante formas de participación popular, como la autogestión y el control obrero. Además, el grueso del partido, que ha sido formado en el cinismo político y el pragmatismo del modelo soviético estalinista y que forma el sector más conservador y atrasado de la burocracia y generalmente está entrelazado con el aparato estatal, al igual que el aparato sindical, que en vez de defender a los trabajadores es el instrumento para aplicarles los planes del gobierno.
Por último, está el sector dominante de la burocracia: el militar, que pesa mayoritariamente en el aparato del Estado y en los controles de la economía, tiende a prescindir del marxismo estalinista y del partido mismo, y otorga mayor peso al pragmatismo ciego, a una ideología vagamente nacionalista más o menos martiana y al aparato estatal. Por lo visto, los Deng Hsiaoping cubanos creen, como el chino, que no es importante que un gato sea rojo sino que el mismo cace ratones, y están dispuestos a seguir el camino capitalista pequinés, porque no tienen bases teóricas propias ni ideas para el medio plazo.
Los militares que encabeza Raúl Castro creen poder combinar jirones del marxismo estalinista con el nacionalismo. Ellos defienden, sobre todo, la independencia del país. Pero el sector más conservador y pro mercado se prepara, en cambio, para seguir el camino de los burócratas gorbachovianos y yeltsinianos, los cuales pasaron de gerentes de grandes empresas estatales a propietarios mafiosos de las mismas cuando cayó el régimen. O sea, tienden un puente político e ideológico hacia un sector de la gran burguesía mundial, la cual podría ser una palanca para un cambio social abiertamente capitalista en Cuba si se levantasen el bloqueo y la prohibición de viajar a la isla. Esos contrarrevolucionarios in pectore, no demasiado ocultos, necesitan para eso al Vaticano. Hay que esperar que el pueblo cubano, que hasta ahora es sólo el convidado de piedra, le dé vuelta la tortilla.

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