Mentiras como solución a la sequía del Centro-Norte del país
Autor: Álvaro Cepeda Neri * |
Sección: Conjeturas
|
Van más de dos años que una severa sequía afecta casi a todos los estados desde el Centro al Norte de nuestro país. Esto a consecuencia del violento cambio climático y la falta de previsión desde hace una década o más al ofrecimiento de desaladoras por empresas israelitas. También a la indiferencia de sus gobernadores y la negligencia de la Comisión Nacional del Agua, con el chantajista en el manejo del líquido, José Luis Luege Tamargo. Sin faltar omisiones de la administración federal, con Calderón a la cabeza de sus secretarios del despacho en la Semarnap, Agricultura, Economía y Gobernación. Todos han contribuido a que la sequía, por falta de lluvias y uso abusivo del agua por empresarios nacionales y extranjeros, esté causando que millones de mexicanos mueran de sed y hambre.
El señor Calderón, en un arranque para llevar votos a su partido ya en caída libre, alardeó de que invertiría 34 mil millones de pesos para dotar de agua a esas entidades y buscar de inmediato soluciones que, ni por asomo tocaron lo de las desaladoras. Una batería de éstas en las costas del Pacífico, el Mar de Cortés y el Golfo de México, construyendo acueductos a las presas, sería la respuesta a corto plazo. Pero no acueductos como el del desgobernador de Sonora, Guillermo Padrés, quien está empeñado en su construcción para surtir las demandas de Hermosillo, robándose el agua escasa del Valle del Yaqui. Sin ser una respuesta de fondo, a la fecha han llegado algunas pipas, ayuda mínima en alimentos, pero faltan servicios médicos y medicinas.
Los reporteros Raúl Muñoz y Roberto Garduño (Reforma y La Jornadarespectivamente: 8/IV/12), informan que ni el cinco por ciento de esos 34 mil millones de pesos, de que se ufanó Calderón, han llegado a su destino. Y quienes no tienen agua ni siquiera para beber, siguiendo por agricultores y ganaderos han declarado que la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, ha dicho que no tienen esos recursos extras para brindarles ayuda. Es una mentira más del calderonismo y el engaño, para quienes sobreviven a la sequía (con nevadas que han causado más estragos), demuestra negligencia, omisiones y decisiones falsas, que exigen deslindar responsabilidades.
Las consecuencias del desastre son de vida o muerte. Millones de mexicanos sufren el mal gobierno de sus desgobernadores y del presidencialismo panista: Se muere el ganado de los pequeños y medianos ganaderos; agoniza la avicultura; las presas están vacías, y sus sedimentos lodosos ya no dan para más. Se avecina una disputa a muerte por ese líquido. En Sonora, por ejemplo, estallará la violencia ante el robo del agua que quiere llevar a cabo el desgobernador. El Centro-Norte de nuestra geografía física y política es un desierto. Emigran poblaciones enteras que antes, cuando menos, vivían de sus cosechas para consumo familiar y de la crianza de ganado y aves. Ante el drama, Calderón ofreció paliar los problemas con 34 mil millones de pesos… ¡pero no llega ni un peso! No hay agua. La Nación debe protestar por esa negligencia gubernamental.
No hay comentarios:
Publicar un comentario