Astillero
Fichas en juego
Presionan al casino
Profes en ebullición
Rebanadas en el IFE
Julio Hernández López
CEREMONIA DOMINICAL. Durante la misa celebrada en la Catedral Metropolitana, el cardenal Norberto Rivera Carrera oró porque el conflicto entre Corea del Norte y Corea del Sur
se resuelva por el camino del diálogo
Foto María Luisa Severiano
Los apostadores del casino Pacto por México presionan a la casa para que otorgue más bonos y prestaciones a quienes han decidido entrarle a tan peculiar negocio de riesgo. Cumplida la primera fase del arreglo, los concurrentes al juego político hacen ver cuán difícil puede ser la consecución del segundo tramo, que incluye temas sólo aparentemente menores en comparación con los grandes rubros puestos en la ruleta más vistosa (educación y telecomunicaciones y, por venir, energéticos, hacendarios y financieros).
Resulta que el priísmo va degradando sus aires de reformismo en los bueyes del compadre a la hora de entrar a zonas que ya no afectarán nada más a poderes fácticos, a los que el neocesarismo desea realinear políticamente mediante un nuevo reparto de rebanadas del pastel, sino que impactarían a ese autoritarismo restaurado: transparencia, tema en el cual el binomio EPN-PRI tiene clara vocación regresiva, bien dispuesto a obstruir los mecanismos de acceso público a datos del ejercicio gubernamental; el endeudamiento de los estados, tema delicado por cuanto varios de los gobernadores priístas hicieron malabares presupuestales para tener más recursos, mediante la contratación desbocada de préstamos luego volátiles, y así ayudar a la campaña de quien ahora lo menos que les debe es reciprocidad protectora, y las propuestas
anticorrupciónque obviamente irían, de ser eficaces y estrictas, contra el ADN político del partido en el poder.
Por lo pronto, el panista Juan Molinar Horcasitas (convertido ahora en presunto prócer reformador, a pesar de su imborrable corresponsabilidad en el caso de la guardería ABC) ha hecho saber que el multicitado Pacto pasa por una
etapa críticay que es necesario reformular mecanismos y objetivos. El PAN vive una guerra interna entre los calderonistas, desplazados de los arreglos con Peña Nieto por Gustavo Madero, y los opositores al inquieto becario bélico. Ernesto Cordero, como presidente de la mesa directiva de la cámara de senadores, advirtió ayer que los próximos 30 días (los últimos del actual periodo ordinario de sesiones del poder legislativo federal) serán
complejos, con mucho debate para alcanzar
consensos.
Por lo pronto, el actual ocupante de la presidencia rotatoria del consejo rector del Pacto por México, Jesús Zambrano, ha convocado hoy a conferencia de prensa. Estarán con él los dirigentes del PAN, Gustavo Madero, y del PRI, César Camacho. En el sol azteca, uno de sus segmentos impugna la participación en el mencionado Pacto, pero hasta ahora pareciera más un jaloneo en busca de compartir bonos, para que no sea solamente la corriente de Los Chuchos la que se lleve las mayores ganancias.
Los gobernadores de Oaxaca y Guerrero no han podido trasladar el optimismo federal en materia de reformas educativas a la realidad específica de sus entidades. Condicionados por la fuerza de las secciones sindicales que largamente se han confrontado con los mandos estatales y con las directrices de orden nacional (tanto las del gobierno federal en sí como las provenientes del cacicazgo gordillista ahora derrocado), Gabino Cué y Ángel Aguirre parecieran incapaces de sostener la línea peñista, que ha creído posible imponer la reforma Televisa en asuntos educativos sin resistencia, añorando la tersura conseguida en los arreglos de élite del Pacto por México.
Las batallas hasta ahora libradas en Oaxaca y Guerrero (faltan las de Michoacán y el Distrito Federal) muestran la terca realidad que el
modernismopactista pretende modificar desde el centro y sin atender lo específico de cada lugar. Más allá de la corrupción institucionalizada del SNTE tradicional se han desarrollado en varias regiones movimientos
independientesque han llegado a constituirse en factores fundamentales de la gobernabilidad local, con una enorme y cíclica capacidad de manifestación pública. Cué y Aguirre tienen enfrente múltiples problemas no resueltos y un constante desasosiego social que pareciera estar en espera de chispa que prenda la pradera, y por ello les resulta más difícil intentar actos de mano dura contra el reto de los mentores.
En ese contexto, no les será fácil a esos mandatarios aplicar a rajatabla la nueva doctrina magisterial enriquista sin generar más turbulencias en sus ámbitos de por sí bastante movidos. Ayer, en asamblea, los profesores de Oaxaca rechazaron la propuesta de reforma que Cué les había presentado, así que éste deberá decidir si la presenta al congreso local por sí mismo y sin acuerdo con los profesores, y en Chilpancingo los directivos de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (Ceteg) se reunirán hoy con el gobernador Aguirre Rivero, merced a una intercesión del subsecretario de confianza de EPN en Gobernación, Luis Miranda. La agenda incluye la concentración de miembros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) el próximo jueves, en el DF, para estar atentos al resultado de las negociaciones que se realizarán con Gobernación y la SEP y con la advertencia de que convocarán a un paro nacional si el desenlace les parece adverso.
El escenario tahuresco se completa con el inicio, también hoy, del proceso de entrevistas a aspirantes a la plaza de consejero del IFE que dejó Sergio García Ramírez, luego del burdo pero contundente servicio que prestó a Peña Nieto y su campaña presidencial a la hora de votar para desechar el expediente Mónex. A pesar de que previamente se había excusado de participar en esas votaciones, pues reconocía tener relación de amistad con involucrados en el tema, García Ramírez intervino en el momento definitorio para aprobar con su sufragio, confesamente marcado por un conflicto de intereses, la exoneración del partido de tres colores. Los apostadores partidistas buscarán arreglarse en esta primera plaza disponible, la dejada por García Ramírez, para completar el reparto en octubre, con cuatro consejerías más que quedarán disponibles. Y, mientras EPN promulga hoy la nueva ley de amparo, ¡hasta mañana, ya con el DF de vuelta a su abarrotada realidad!
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Blofeando en Pascua-Rocha
Nosotros ya no somos los mismos
Equívocos en American Express
Responden Santander y el Buró de Crédito
Ortiz Tejeda
Inmueble que alberga el Centro de Excelencia de American Express, ubicado sobre el Eje 5 Norte del Distrito Federal
Foto Cristina Rodríguez
Cuando en el colmo de la desesperación pregunté a la cuarta o quinta empleada de American Express con quién, esa semana, había tenido que tratar, si ella conocía a algún ser humano que fuera titular de más de dos nalgas, se congeló en automático. Cuando se repuso dio media vuelta y corrió en busca de un supervisor (yo tenía días solicitando, inútilmente, entrevistarme con uno). El tipo, injertado en pantera, me enfrentó y gritoneó:
¿Es usted el majadero que está ofendiendo a la señorita con pretensiones y palabras vulgares y ofensivas?
Con toda calma, contesté:
Señor mío (expresión de cortesía verdaderamente mentirosa y en desuso: ¿cómo iba a ser de mi propiedad un sujeto tan ridículo?), pienso que hay un equívoco. Lo que a la señorita solicité fue sólo información sobre el número de nalgas de que dispone una persona, no le pedí nada más.
Si insiste en sus vulgaridades ordenaré a la policía que lo eche de aquí.
No contesté. Me dirigí a una joven y le dije:
¿Podría leer este papelito? ¡Claro que sí!, me respondió y comenzó a leer: “Diccionario de uso del español, de María Moliner. Editorial Gredos, 2007. Página 2030, párrafo final de la segunda columna: Nalga (del lat. vulg. natica) 1 f Cada una de las dos porciones carnosas situadas debajo de la espalda del hombre” (¡Vaya que los académicos tienen problemas con esas cuestiones del sexo y el género! ¿Del hombre? ¿No será del ser humano, de la persona o de los terrícolas todos? ¿Dónde dejamos a Jennifer López o a Ninel Conde?) La definición continúa:
En plural (nalgas), es el nombre para esta parte del cuerpo. También, se agrega, es conocida como
asentaderas, cola, culamen, fundillo, petaca, pompa, salva sea la parte, donde la espalda pierde su casto nombrey mil etcéteras más. Nótese que, aunque en ocasiones uno singulariza el sustantivo y en lenguaje figurado dice
qué buena nalguita, en realidad son siempre dos. Pero sigamos: la señorita y el supervisor se recluyeron en las oficinas y el tarjetahabiente (todavía lo era en ese momento) salió a tomar su jaibol y celebrar que por ese día había alejado la amenaza de un infarto cerebral.
Todo lo anterior resulta incomprensible sin los siguientes antecedentes: eran finales de 1994. Ocurrió entonces el errorcito de diciembre, que por su insignificante repercusión en la vida de los mexicanos a la fecha ni siquiera tenemos la posibilidad de direccionar con precisión nuestros reclamos y conducentes recordatorios familiares: ¿será melón Salinas o sandía Zedillo? De lo que sí no hay duda es que al alimón nos la partieron, un vez más, a todos.
En esas fechas uno de mis dos primos ricos (Virgilio) me invitó con la familia a pasar el fin de año en San Francisco, California. Aunque la invitación no se objetivaba en nada concreto (por eso precisamente ya aclaré que es rico), podía aprovecharme de los servicios comunes, y acepté.
En las oficinas de American Express reservé boletos para tres personas. La situación de incertidumbre prevaleciente impedía establecer una cantidad exacta por los servicios solicitados. ¿Estaba yo conforme con fijar un máximo al costo del dólar? No había de otra. Establecí un techo, firmé el pagaré en blanco... y recé.
Días después se me informó que el costo era ligeramente menor a la cantidad autorizada. Acepté que se llenara el pagaré y pedí entregar mis papeles al señor Óscar Fierro, viejo gerente de producción, quien a la sazón trabajaba conmigo. Fierro llegó en el momento de cierre de las oficinas de American Express, pero tanto alegó que le abrieron la puerta unos segundos y sin dejarlo pasar le entregaron los tres boletos. Los recibí y comprobé que los costos se ajustaban a lo convenido.
Viajé, regresé y comenzaron a llegar los estados de cuenta. Los errores eran increíbles: en un solo reporte se repetían cobros del mismo acreedor, la misma fecha e igual cantidad. Y, lo más extraño, entre las facturas a mi cargo se incluían las cuentas del hotel de mi primo el rico y su familia. Inexplicable, porque no tenemos en común ni apellido, ni lugar de origen, ni línea aérea utilizada (menos patrimonio) que pudiera provocar confusión.
A mi requerimiento, mi primo me faxeó copia de sus adeudos, ya para la fecha saldados. Con ellos me presenté en las oficinas de American Express y, para usar términos de temporada, se inició el viacrucis.
Dejo constancia de que después de cientos de horas-hombre (pompas y alegatos), las confusiones se arreglaron. Pero en ese momento se ensombreció el cielo y crujió la tierra: American Express me envió el cobro duplicado de los boletos de avión: mismos nombres, pasaportes, visas, línea aérea, número de vuelo, fecha, origen y destino, pero seis lugares diferentes para tres pasajeros idénticos.
A partir de que fueron publicadas mis dolientes quejumbres sobre el banco Santander, el Buró de Crédito y el tráiler de mi bronca con American Express, han tenido la atención de procurarme, con el fin de conversar sobre mis columnetas, los señores Julio E. Guillén de la Serna, defensor del cliente Santander, quien me dice que el banco le comunicó:
La cuenta (la mía) ha quedado eliminada, como nos lo solicitó, por lo que no recibirá ninguna llamada en adelante. Imprescindible aclaración: jamás solicité la eliminación de esa cuenta, por cuanto considero que es imposible eliminar lo inexistente. Solicité ser llevado a juicio ante autoridades competentes. Si éstas fallaban en mi contra, pagaría lo que no debía, pero que en ese momento cobraba realidad por decisión de autoridad y no por coacción de unas pandillas de delincuentes.
Acuso recibo a Wolfang Erhardt Varela, del Buró de Crédito, quien me expresa su disposición a ilustrarme, hasta donde mis entendereras lo permitan, sobre todo lo que a ese organismo compete. Deme por inscrito en ese singular seminario.
Me escribió nada menos que el account director de Ogilvy Public Relations Worldwide, Carlos Valadez Leal (Sé que en Saltillo van a decir:
qué echador sigue siendo Ortiz, ¿ya viste quién dice que le escribió?). Me informa que Jorge Guevara, director de Asuntos Corporativos y Comunicación de American Express, habrá de contactarme para conocer de viva voz la dimensión de mis dolencias.
La verdad soy facilito: les acepto cita a los tres (obviamente, por separado). Pero aclaro: no voy a despachos, los invito al mío (en el que casi todo lo bebible es bien habido), o al San Ángel Inn, donde cada quien paga lo que consume.
Sigue el suspenso: ¿Qué tiene que ver el número de pompas de cada tarjetahabiente de American Express con el cobro de los servicios que presta?
El experto-Hernández
El narco como fuente de empleo
De acuerdo con un dato contenido en la iniciativa de reforma a la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada que promueven los diputados Ricardo Monreal Ávila y Ricardo Mejía Berdeja, el tráfico de drogas se ha convertido en la quinta fuente de empleo del país, con unas 468 mil personas dedicadas a alguna de las facetas de esa actividad delictiva.
En todo caso, los datos mencionados no necesariamente incluyen los trabajos indirectos creados por el narcotráfico en actividades que van desde el abastecimiento de materias primas para refinación de drogas hasta el lavado de dinero en entidades bancarias y financieras o en otros sectores económicos, o bien en asignaciones de telecomunicaciones, construcción y esparcimiento, por citar unas cuantas no necesariamente ilegales, por lo que el peso del narcotráfico en el conjunto del empleo es sin duda mayor que lo sugerido por las cifras referidas.
Independientemente de cantidades precisas, es innegable que el trasiego de sustancias ilícitas y las actividades accesorias a éste han terminado por convertirse en el único horizonte de vida posible, si no es que deseable, para una cifra mucho mayor de personas. Entre agosto y noviembre del año pasado la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) realizó un estudio en ocho entidades del país (Baja California, Chihuahua, Colima, Durango, estado de México, Guerrero, Tabasco y Tamaulipas) en el que se encuestó a mil 400 alumnos de secundaria de entre 13 y 15 años de edad sobre sus expectativas de vida y ocupación. El primer lugar de las preferencias lo ocuparon el narcotráfico y el sicariato (26.3 por ciento), seguido del sector empresarial (17), el magisterio (12.4), el Ejército o la policía (10.7), el servicio público (4.4) y la emigración (1.4).
En cuanto a las divisas que el tráfico de drogas coloca en la economía nacional, se sitúan en la magnitud de las decenas de miles de millones de dólares (de 10 a 60, según diversas fuentes), es decir, en un nivel comparable al de las remesas enviadas por trabajadores mexicanos en Estados Unidos (unos 20 mil millones de dólares) y al de las exportaciones de petróleo (entre 14 y 24 mil millones).
Es decir, por cantidad de empleos generados, por volumen de recursos y por presencia en el panorama social, el narcotráfico se ha convertido en un sector de la economía nacional.
La primera implicación de este hecho es que la erradicación del trasiego de drogas ilegales por vías meramente coercitivas (como dijo que pretendía hacerlo la administración anterior) es una tarea irrealizable, en el mejor de los casos, y de implicaciones genocidas en el peor, si se considera que el discurso oficial del calderonismo llegó a considerar deseable la eliminación física de “los narcos” en general, es decir, la muerte de medio millón de personas.
Por lo demás, es claro que no habrá una victoria posible del estado de derecho sobre esa que es la principal forma de delincuencia organizada en el país si no se emprende una política de crecimiento económico –centrado en las actividades legales, se entiende– y un programa de generación de empleos dignos y bien remunerados. Ciertamente, la persecución de los delitos –y el trasiego de estupefacientes ilícitos es uno de ellos en la actual configuración de las leyes– es una tarea irrenunciable de las autoridades. Pero se requiere, además, la aplicación de medidas económicas y sociales capaces de disuadir a millones de personas –particularmente, a personas jóvenes– de ingresar en los círculos de la criminalidad y, para ello, el país debe ofrecerles perspectivas de desarrollo personal y laboral.
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