Peña Nieto, como el cohetero
La destitución del que fuera titular de la Profeco, Humberto Benítez Treviño, por culpa de la prepotencia de su hija Andrea, se dio tarde y mal, al no haber actuado a tiempo los responsables del control de daños. Así, cuando finalmente se llevó a cabo el cese del ahora ex funcionario, los estragos causados en el ínter ya eran incalculables.
De esta manera, el presidente quedó mal con todo mundo, igual que el famoso cohetero: si actuaba a tiempo en el caso de la llamada Lady Profeco, malo; si se tardaba en hacerlo, malo también. Total, no hay manera de dejar contento a nadie; en especial, a los radicales de izquierda, que esperan cualquier pretexto para irse sobre la yugular del mexiquense.
Como sea, haber corrido a Benítez Treviño fue buena medida de Peña Nieto; pero debió haberse tomado de inmediato. No obstante, al gobierno este episodio podrá servirle de experiencia para futuras decisiones que se tengan que tomar, pues está visto que postergar más de la cuenta una decisión no es lo más conveniente ni lo más aconsejable.
Hay varios casos en los que el gobierno de Peña Nieto se ha tardado demasiado en tomar la decisión correcta, como lo fue el de la hijita de Benítez Treviño. Aquí enumero algunos:
***Caso Granier. Los escandalosos actos de corrupción del ex gobernador de Tabasco exigen su inmediata detención para que se le finquen responsabilidades. Permitir que permanezca impune resultaría de muy alto costo. Es tiempo de que se actúe ya en su contra. El tiempo pasa rápidamente.
***Caso Romero Deschamps. Los excesos de la descendencia del corruptazo dirigente sindical petrolero no tienen parangón. Es necesario que se actúe en contra de este sujeto que, además, resulta un lastre para los planes de modernización de PEMEX. Es falso –como claman los jilgueros de izquierda— que el petróleo sea nuestro: es del líder sindical y de algunos otros sinvergüenzas, como Nava y sus cuates empresarios.
***Caso García Luna. El siniestro ex director de la AFI en tiempos de Vicente Fox, secretario de Seguridad con Felipe Calderón, no debe permanecer un minuto más en la impunidad, luego de ser echados abajo sus montajes a los que fue tan afecto, y con los que se ensañó con una francesa a la que privó injustamente de la libertad por poco más de siete largos años.
El único caso en el que Peña Nieto actuó a tiempo es en el de la “maestra” Elba Esther Gordillo, lo que le valió el reconocimiento no sólo de la mayoría de los mexicanos –salvo los de MORENA, para los que no existe hombre bueno, mujer honrada ni corbata bonita—, sino de la prensa extranjera.
Así las cosas, el gobierno peñanietista tiene que actuar con más rapidez en lo sucesivo. Hay casos que también demandan ser atendidos, aunque a los mismos aún se les puede entretener un poco más, pero no mucho; por ejemplo, pienso en los casos Montiel, Moreira, Napito, Esparza…
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