American Curios
Prensa
libre
David Brooks
Katharine Graham, presidenta del Washington Post, su hijo Donald Graham, director (a la izquierda), y Ben Bradlee, director ejecutivo, en imagen de archivo, en oficinas del diario en Nueva York. Donald Graham, cuyo abuelo compró el periódico en bancarrota en 1933, anunció el pasado lunes al personal la venta del diario al fundador de Amazon, Jeff Bezos
Foto Ap
La libertad de la prensa está garantizada sólo para aquellos que son dueños de una. A.J. Liebling, reconocido periodista y ensayista, en la revista The New Yorker.
La gran noticia que sacudió como terremoto al mundo de los periódicos en este país –con réplicas alrededor del mundo–, fue la venta del Washington Post por 250 millones de dólares a Jeff Bezos, fundador de Amazon y uno de los hombres más ricos del planeta (el precio de la adquisición es aproximadamente equivalente a uno por ciento de su fortuna personal, calculada en unos 25 mil millones de dólares). Con ello se intensificó el gran debate sobre el futuro de los periódicos en este país, y por qué un hombre que no hace mucho comentó que en
20 años ya no habrá periódicos impresosen este país decidió invertir en uno.
La Internet nos está partiendo la madrees el refrán de casi todos los que estamos en este oficio. En Estados Unidos hay casi 20 mil profesionales de las redacciones que han perdido sus empleos en los últimos años (el Post tiene hoy unos 600 trabajadores en su redacción, cuando hace no tantos años tenía más de mil), y varios periódicos han cerrado secciones e incluso oficinas en el país y en el extranjero o han desaparecido por completo, y parece que sólo hay marchas fúnebres por toda la
industria.
Los periódicos ha visto desplomar su valor empresarial a una fracción de lo que era hace unos 10 o 20 años. El Post se vendió en 250 millones de dólares, cuando no hace tantos años era una empresa valuada en miles de millones. El New York Times acaba de vender el Boston Globe por 70 millones de dólares a John Henry (multimillonario que entre otras cosas es dueño de los Medias Rojas de Boston); lo había comprado en 1993 por mil cien millones de dólares.
La raíz del problema económico es que, después de un siglo muy exitoso, el modelo empresarial de los periódicos ya no es viable: los periódicos se financiaban por publicidad y en segundo lugar por la compra de sus ediciones impresas, y la Internet ha robado ambas fuentes de ingreso y por ahora no hay nada que logre sustituirlo. La gente ya no compra periódicos, resumen los analistas al proclamar la muerte de los rotativos.
El diario satírico The Onion tal vez tuvo la mejor reacción a la compra del Post en un tuit:
Nación asombrada al ver que un hombre compra un periódico.
Mucho de esta crisis del modelo económico de este sector tuvo que ver cuando los periódicos fueron convertidos en empresas en las bolsas de valores, sujetas a las exigencias no de sus lectores o de mercados, sino de Wall Street. Las ganancias se volvieron lo más importante, y con ello también la reducción de costos para complacer a inversionistas. Eso fue un veneno para el enfermo.
A la vez, aparece una paradoja. Mientras con el desarrollo de la tecnología digital y la Internet cada vez menos gente –sobre todo jóvenes– compra periódicos impresos, los diarios nunca han tenido más lectores en la historia que en esta era cibernética. No es que la misión y función de los periódicos esté en crisis, sino el modelo actual para sostenerlos.
Para algunos, la solución por ahora parece ser trasladar el control de los periódicos de nuevo –o sea, sacarlos de Wall Street– a manos de multimillonarios: Jeff Bezos la semana pasada, Warren Buffett (el segundo más rico de Estados Unidos), quien ha comprado varios periódicos locales; John Henry con el Boston Globe, y otros que han entrado a controlar medios noticiosos como Michael Bloomberg; y ahora hay una fuerte especulación de que los hermanos Koch, multimillonarios ultraconservadores, están interesados en adquirir Los Angeles Times y el Chicago Tribune, entre otros.
Todo esto obviamente tiene implicaciones políticas. El punto, como siempre, es quién controla los grandes medios, incluidos los periódicos de referencia que permanecen, como el Post, un gran poder político y con qué fines. El Post no es bueno como inversión económica, pero sí como inversión política.
Bezos compró el Post como individuo (no fue adquisición de su empresa, Amazon). Por lo tanto, vale la pena ver qué ha hecho Bezos como individuo para ofrecer algunas pistas de los intereses detrás de su periódico, lo que ya no es un empresa para generar lana, sino un poderoso instrumento político.
Bezos, entre otras cosas, es liberal en asuntos sociales (donó a campañas a favor del matrimonio gay, por ejemplo), pero en asuntos empresariales es defensor de los intereses del 1 por ciento; ha donado miles para derrotar una campaña que pretendía incrementar impuestos para los más ricos en el estado de Washington, y es promotor de las
reformas educativas, invirtiendo fondos para promover la privatización de escuelas públicas con las llamadas escuelas chárter, por ejemplo.
Vale recordar también, como hizo la periodista Amy Goodman, que Amazon clausuró el sitio de Wikileaks en 2010, expulsándolo de sus servidores después de que un senador lo solicitó. A la vez, empresas de Bezos tienen nuevos contratos tecnológicos de cientos de millones de dólares con la CIA.
Para Robert McChesney, experto en la industria de los medios, los periódicos
se están convirtiendo en juguetes para estos multimillonarios que pueden usarlos de manera agresiva para promover sus intereses políticos, comentó en Democracy Now. “Es muy sensato que estarían interesados en comprar periódicos como una inversión política, tanto porque están baratos ahora y porque pueden dominar la discusión pública… de la manera que desean. Es una inversión política muy sabia. Sólo que para gente preocupada por… la gobernabilidad democrática, es la antitesis de lo que este país necesita ahora para que funcione el sistema constitucional. Cuando los medios de noticias, el cuarto poder, un pilar de nuestro sistema constitucional, se vuelve un juguete para multimillonarios, no hay rendición de cuentas”. Afirma que para resolver el problema –algo que las democracias más avanzadas han hecho– se requiere la inversión pública en el periodismo independiente no comercial y sin fines de lucro.
FUENTE: LA JORNADA OPINION
Sociedad volátil
León Bendesky
La volatilidad de la economía se refiere usualmente a la inestabilidad o la oscilación de los precios de las mercancías, de las tasas de interés, el tipo de cambio o las cotizaciones en la bolsa de valores. Pero ese carácter de la economía asociada con las variables monetarias y financieras es sólo una de sus manifestaciones.
Es más, la volatilidad se advierte hasta en las expectativas acerca del desempeño de la economía. Así ha ocurrido de modo claro en el primer semestre de este año. Los Criterios Generales de Política Económica de la Secretaría de Hacienda estimaban casi a esta misma altura del año pasado un crecimiento del producto de 3.5 por ciento en 2013.
Esto ocurría mientras dentro y fuera se hablaba de las grandes oportunidades que representaba el país para las inversiones. Desde hace ya un mes, dichas estimaciones se han ido reduciendo de modo significativo tanto desde la perspectiva del sector privado como del banco central, hasta en un punto porcentual y en algunos casos se sitúan incluso más abajo. El gobierno mantiene previsiones imposibles ya de cumplir.
Son diversas las causas que se señalan de origen interno como externo. Entre las primeras está la contención del consumo privado y del gasto público, la falta de crédito (en especial de los bancos más grandes y de propiedad extranjera), el magro crecimiento de la productividad total de la economía y el desajuste fiscal, sólo salvado por Pemex. Entre las externas, el freno se ubica en la debilidad de la demanda de exportaciones en Estados Unidos, es decir, en la dependencia de ese mercado.
A esto debe añadirse el efecto adverso que ha tenido en los últimos meses la salida de capitales. Estos habían entrado masivamente para aprovechar el diferencial de las tasas de interés que ofrece la deuda gubernamental aquí, frente a los muy bajos rendimientos que se obtienen en el mercado estadunidense. Las condiciones financieras mudan de modo rápido ante los anuncios de un freno en las políticas actuales de expansión monetaria de la Reserva Federal, que tenderían a elevar allá las tasas de interés. La especulación es reina en los mercados de dinero y de capitales.
El Banco de México interviene en el mercado cambiario para evitar que el peso se devalúe y se provoque un alza en la inflación. Junto con Hacienda, la estabilidad la conciben primordialmente en términos del nivel general de precios, de las tasas de interés de referencia (los Cetes a 28 días) o de la paridad del peso frente al dólar.
Esta es una visión relativamente cómoda para la gestión económica pero muy limitada; sobre todo cuando no hay una relación estrecha entre esa estabilidad y la expansión del producto, del empleo y el ingreso de las familias. La falta de volatilidad no impacta de modo directo en esas variables, se necesitan medidas explícitas para producir más y emplear a la gente.
Mientras los criterios de la estabilidad financiera no se vinculen con la creciente degradación de las condiciones sociales, no habrá manera de que las políticas económicas y las mismas reformas (laboral, educativa, financiera, energética, fiscal-impositiva) que quiere promover este gobierno se expresen en algo que se parezca a un mayor bienestar social. Eso que habría que llamar con claridad como a una sociedad más decente.
Son la volatilidad y la inconstancia de las condiciones sociales, que se exhiben como una creciente degradación, las que han de estar en el centro de un proyecto político que pueda recrear algunas expectativas de naturaleza positiva. En cambio, todo eso parece alejarse sin pausa. La atención de los técnicos y de los políticos está en otra parte. El desencuentro entre esa pensamiento y la mayoría de la población se hace cada vez más grande.
Las perspectivas hoy son en general de magro y muy insuficiente incremento del empleo, sobre todo entre los jóvenes (véase la nota de ayer de Susana González). Están mal preparados por escuelas de escasa calidad, no tienen oportunidades de empleo y sus expectativas y horizontes se achican. Hasta cuando están preparados hay escollos para tener buenos empleos por su calidad y remuneración.
A la par que esto ocurre aumenta la ocupación en la informalidad que llega, según fuentes oficiales, a 60 por ciento de la población económicamente activa, o sea, en el orden de 27 millones de personas. A esto súmese la subocupación y se verá que las distorsiones del mercado laboral son enormes e incompatibles con los escenarios de crecimiento económico previstos y que consistentemente son incumplidos.
La segregación social se recrea de modo muy eficaz. Los ingresos de las familias no pueden crecer y sus necesidades no se cubren, mucho menos sus aspiraciones. ¿Cuáles son las alternativas? Algunas están a la vista y no son para nada gratas, al contrario.
Reformar un sistema político y económico requiere necesariamente puntos de contacto efectivos o de intersecciones reales con las condiciones sociales, de otro modo lo que se hace es reproducir las rígidas estructuras que existen y que son sumamente resistentes y no integran ni incluyen.
FUENTE: LA JORNADA OPINION
La isla y sus guardianes
Hermann Bellinghausen
La isla sagrada de Tatei Haramara, en las mejillas del mar Pacífico en San Blas, Nayarit, igual que el desierto de Wirikuta en San Luis Potosí y las montañas de la sierra Madre Occidental en Jalisco y Durango donde viven hace siglos, representa un frente de resistencia para los wixaritari, pueblo ejemplar y paradigmático para México y las Américas (donde pugnan otros grandes pueblos-paradigma), y necesario para el mundo. En ellos, pensamiento y acción van juntos, partes de un mismo genio de pueblos. No es metafórico decir que defienden (responsables, valientes, y pacíficos) nuestras tierras y mares, sus entrañas y laderas. ¿Qué sería del país si no existieran mexicanos como los wixaritari? Son guardianes. Como en lo suyo los zapatistas del sureste. Como los yaqui de Cajeme. No estamos solos, los tenemos a ellos.
lógicasextractivas, mercantilistas, represivas y racistas que rigen al Estado mexicano y sus infinitas correas de transmisión corruptas, su propaganda, la depredación de nuestras leyes a punta de
reformas estructuralesvergonzosas y la fabricación criminal de discordias en las comunidades.
El Consejo Regional Wixárika por la Defensa de Wirikuta lucha también por Tatei Haramara. Ya apeló a la presidencia de la República (sello de recibido: 9 de mayo de 2013) y las secretarías de Gobernación, Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), y de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano (Sedatu). En una carta clara y digna, impugnó una acción inminente del Ejecutivo: la
entregade una porción simbólica de la Isla del Rey a la Unión Wixárika de los Centros Ceremoniales de Jalisco, Durango y Nayarit AC, agrupación sin verdadera representatividad, reciclada ad hoc por la Comisión para el Desarrollo de Pueblos Indígenas (CDI) para disfrazar un despojo en beneficio de empresas turísticas, en un territorio sagrado más amplio que el
entregadocon pompa y circunstancia el 9 de agosto por el titular de Sedatu Jorge Carlos Ramírez Marín y todos los funcionarios federales y estatales que les cupieron por ahí. Su
homenaje al indiofue una burla ante lo que demagógicamente se presentó como
representantes de las etnias de todo el país. Cuando en México se habla de
etniashay que llevarse la mano a la cartera.
La carta desoída por el Ejecutivo solicitaba una consulta
sobre la desincorporación que hizo Semarnat del régimen de dominio público de la federación de terrenos ganados al mar, y autorizó la enajenación a título oneroso en favor de Desarrollos Turísticos del Rey y Desarrollo Turístico Aramara, en un trámite
a espaldas de las comunidades de los centros ceremoniales, sus jicareros, presidentes de los jicareros, autoridades civiles, tradicionales y agrarias. Mediante
irregularidadessolapadas por el Ejecutivo, se entregaron a una asociación
que nunca ha defendido de manera eficiente a las comunidades, sino que ha estado bajo el mandato de la CDI, y que
legítimamente no representa al pueblo wixárika; sin embargo, el Estado la ha legitimado y ha hecho creer engañosamente a los centros ceremoniales que es la instancia que los representa.
Dicha unión
recibióa nombre de todos los
huicholes(Sedatu dixit, irrespetuosamente) 3.5 hectáreas,
cuando desde los tiempos inmemoriales hemos resguardado toda la isla de Haramara. A pesar del significativo desacuerdo, la CDI
se encargó de acarrearlos para ser testigo del fraude, adelantaron desde el 29 de junio las autoridades agrupadas en el Consejo Regional Wixárika por la Defensa de Wirikuta.
Preocupados por los embates contra nuestro patrimonio e identidad culturaly determinados a consolidar su proceso organizativo y hacer valer sus derechos fundamentales, consideran necesario que éstos
se respeten tal como los estipulan nuestra Carta Magna y los convenios internacionales. Su pronunciamiento reitera
que más allá de las agrupaciones y asociaciones habidas y por haber, las comunidades que conformamos el pueblo wixárika mantenemos la unidad en una sola voz.
En torno a Tatei Haramara exigían una consulta
previa, libre e informada, de acuerdo con las formas en que tradicionalmente tomamos las decisiones las comunidades que conformamos el pueblo wixárika, antes de enajenarse en perjuicio de pueblo, pues se debe proteger toda la Isla del Rey
y no sólo las fracciones pequeñas que han señalado las dependencias. La elaboración y operación de cualquier proyecto o programa
tendiente a nuestra culturaha de ser autorizado por las asambleas comunitarias. Para
las problemáticas de cultura y lugares sagrados, solicitaban enfáticamente
que no intervenga la CDI, pues
la competencia es del pueblo wixárika. El gobierno de Enrique Peña Nieto no hizo ningún caso. Respondió con alharaca mediática y mentiras, otra vez.
FUENTE: LA JORNADA OPINION
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