Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

jueves, 22 de agosto de 2013

Las exigencias de la CNTE- Tensiones- En Aquila: empresa minera que alienta el conflicto social

Las exigencias de la CNTE
Manuel Pérez Rocha
Sin duda, la CNTE es hoy un actor poderoso, por ventura imposible de ignorar en el campo educativo y político del país. En estos meses ha adquirido renovada fuerza y ha sumado a sus demandas a amplios sectores del magisterio de entidades en las cuales hace unos meses no tenía presencia. Un factor determinante de este fortalecimiento han sido los graves errores de los gobiernos en materia educativa a lo largo de los recientes 20 años, la perversa campaña de la plutocracia mexicana en contra del magisterio (comandada por Televisa/Mexicanos Primero), y las maniobras para cercenar los derechos legítimos de este gremio. La CNTE no es una invención nueva, ni producto de la ocasión; más de 30 años de lucha constituyen la perspectiva desde la cual deben juzgarse su actuar y sus demandas. Incurrirían en un grave error quienes en este momento crítico del país pretendieran ignorar el movimiento de la coordinadora, o manipularlo o someterlo.
 
La CNTE no es perfecta, pero es una realidad ajena al vicioso sistema político mexicano; no es un partido, ni una secta, ni un grupo de interés económico; es un movimiento con dos objetivos explícitos básicos: la democratización del SNTE y la reforma educativa, imposible de lograr ésta sin la primera. Como todo movimiento de masas (al oír esto la democracia se tapa la cara horrorizada), no tiene estructuras que lo delimiten con precisión, ni un padrón oficial que registre a sus miembros (o los expulse), ni líneas de mando que lo anquilosen y corrompan. No es, empero, un movimiento espontáneo, ni anárquico (ni anarquizante); lo aglutinan objetivos claros, una historia, y un estilo de trabajo que genera gran dinamismo… y también la repulsa de la academia exquisita por juzgarlo rancio, setentero.

El gobierno federal en la práctica ya no aplica a este movimiento el ni los veo ni los oigo, no puede ocultar que los ve y los oye, pero irresponsablemente pretende engañarlos, torearlos, batearlos y… ¿? La Secretaría de Gobernación simuló abrir un espacio de diálogo con la CNTE, pero la justa sensación de los maestros es que fue sólo un mecanismo distractor pues los funcionarios de esta secretaría, muy amables y corteses, nada efectivo han hecho para que las demandas y planteamientos del magisterio sean seriamente considerados. En el convenio firmado por Luis Enrique Miranda, subsecretario de Gobernación, y la CNTE, el pasado 8 de mayo, el gobierno se obligó a entregar las propuestas de la CNTE (y los resultados de los foros a los que se comprometieron a convocar conjuntamente, y a los que asistieron más de 10 mil personas) a las instancias legales correspondientes para su procesamiento. La Secretaría de Gobernación se obligó también a ser el vínculo con diversas instancias y niveles de gobierno, a efecto de seguir manteniendo y privilegiando el diálogo que hasta ahora se ha dado.
 
Sin duda, las instancias legales correspondientes serían la Secretaría de Educación Pública, la Presidencia de la República y las cámaras de Senadores y Diputados. Nada de esto ocurrió, según se exhibe en declaraciones del propio secretario del ramo. En conferencia de prensa ofrecida el pasado martes 13, la reportera de La Jornada preguntó al funcionario si en esta iniciativa se tomó en consideración parte de las propuestas de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, que habían venido también planteando algunos puntos que usted mencionaba, esta evaluación integral que se consideraba en los contextos sociales, si eso fue parte de lo que ya se integró a esta iniciativa. Chuayfett respondió: “En relación a (sic) las propuestas de la coordinadora, éstas fueron entregadas a algunas de las autoridades del pacto, y evidentemente nosotros tuvimos en cuenta algunas de esas propuestas, como es el caso o coincidimos –mejor dicho– con alguna de esas propuestas, como es el caso del proceso de evaluación diferenciado de acuerdo a (resic) los distintos contextos que existen en el país en el sistema educativo”.
 
¿Autoridades del pacto? Reveladora afirmación del funcionario. Ahora resulta que el pacto está compuesto por autoridades. ¿Autoridades nombradas por quién? ¿O elegidas cuándo? ¿Con base en qué ley? ¿Cuáles son sus atribuciones? En un lapsus, corregido de inmediato, el secretario afirmó que tuvieron en cuenta algunas de las propuestas de la CNTE. Bueno, no, no las tuvieron en cuenta, no podían, para ellos la CNTE ni siquiera existe; simplemente coincidieron con ellas, como por casualidad.
Aunque no quieran reconocerlo los gobernantes, las movilizaciones de la CNTE han logrado algunos cambios en la política e iniciativas legales que en materia educativa ha impulsado con violencia el actual gobierno prianista. Violencia, pues para avanzar, incluso han pasado por encima de las leyes vigentes y han engañado a los maestros y a la sociedad. Su bandera es la calidad de la educación, cabe preguntarse qué entienden por educación de calidad después de tantos costosísimos desatinos reconocidos por la propia SEP (por ejemplo la Alianza por la Calidad de la Educación, la Carrera Magisterial, Enciclomedia, Enlace, empobrecimiento de los libros de texto, imposición de programas por competencias), cuando reparten libros de texto con más de un centenar de faltas de ortografía y el propio secretario se expresa con tanta incorrección.
 
Peña Nieto ha dicho que la reforma educativa no se negociará. Harían bien quienes detentan el poder en leer el manifiesto y plan de acción de la CNTE. Los maestros no están negociando, están exigiendo que se dé marcha atrás a disposiciones legales que deteriorarán más la educación y atropellan sus derechos laborales legítimos.
FUENTE: LA JORNADA OPINION
Consulta pública-Ahumada
Tensiones
Octavio Rodríguez Araujo
Antes era muy sencillo: el presidente de la República controlaba el Congreso, y a partir de Lázaro Cárdenas controlaba también a las principales organizaciones obreras y campesinas, además del llamado sector popular. Los gobernadores eran leales a la Presidencia, y si no, se les mandaba a su casa, como les ocurrió a los indisciplinados (desleales) al principio del cardenismo en los años 30, y en el salinismo medio siglo después.
 
Durante los gobiernos del PAN el presidente no pudo controlar el Congreso, mucho menos a los gobernadores, y como las organizaciones obreras y campesinas se han deteriorado por sí mismas (gracias a sus corruptos líderes), tampoco a éstas, pues ni valía la pena intentarlo.

Luego llegó el nuevo PRI, que no es tan nuevo, y desde antes de ganar la Presidencia ya estaba ganando gobernadores y congresos locales. Inventó lo del Pacto por México y con éste ha tratado de controlar a los principales partidos de oposición que, como las organizaciones obreras y campesinas, también están deteriorados.

No hay mucha diferencia entre el priísmo de antes y el de ahora, ni entre el papel del jefe del Ejecutivo de antes y el de ahora. Ciertamente el PRI no tiene las aplanadoras del pasado en el Congreso de la Unión, pero sí la suficiente mayoría, por alianzas, para incluso reformar la Constitución. Los sindicatos de trabajadores, los que quedan de los estragos neoliberales que ya cumplen 30 años o un poco más, tienen poca presencia en la política del país y, además, no logran articularse siquiera para exigir mejores condiciones para sus representados. Se reúnen, pero no se organizan para presentar frentes de lucha atendibles por los poderes de la Unión. Quitaron a la nefasta pero efectiva lideresa del magisterio y, con esa sola decisión le restaron beligerancia al SNTE, pero la oposición saltó por otro lado, la CNTE que por aquí y por allá sigue presionando para preservar las conquistas de sus representados, sean éstas positivas o no. El sustituto de Elba Esther nada de muertito como muchos políticos que no saben qué hacer con el pequeño o grande poder que adquirieron en las urnas o en los arreglos cupulares.

La oposición está tan dividida y con suficientes asperezas entre quienes la componen que por momentos parece que no existiera, pese a que hay brotes todos los días: maestros, ex trabajadores de empresas estatales o paraestatales disueltas o vendidas, víctimas de represión o del crimen organizado, defensores de derechos humanos o de la ecología siempre agredida por el capital y por los gobiernos que le sirven, etcétera. Sin embargo, la falta de un líder o de un partido que articule, organice y dirija hace que dicha oposición (política y social, para quienes gustan de separar ambos conceptos) sea ineficaz o, si se prefiere, insuficiente.

Los criminales, organizados o dispersos, lograron ganar terreno (aunque se lo disputen) gracias a las medidas que tomó Calderón contra ellos; y el nuevo-viejo gobierno priísta no ha sabido enfrentarlos. Hace lo mismo que los panistas aunque quiere, según dice, hacer algo nuevo y diferente. El problema es que no logra resultados de ninguna especie. En mi percepción estamos peor que antes y añoramos los tiempos en que los gobernantes y los criminales se entendían y nosotros podíamos dormir más o menos tranquilos dejándoles a ellos las condiciones que nos daban paz y seguridad tanto en la calle como en nuestros hogares. Ahora ni éstos son seguros.
 
Todas estas tensiones producen más tensiones (como si ese fuera el plan) y, mientras las padecemos y sufrimos, los gobernantes hacen lo que quieren para cumplir sus compromisos con los llamados poderes fácticos que, como en todos lados, siempre quieren más: igual se trate de comunicaciones que de energéticos o de educación. Cómo estaremos de desorganizados y débiles que las empresas estatales de energía nos suben los precios y tenemos que seguir pagándolos si queremos circular o prender la luz. Para colmo, quienes tienen un negocio y quieren subsistir deben pagar a quién sabe quién derecho de piso, so pena de verse en la quiebra antes de que puedan protestar. ¿Protestar en dónde? Los gobiernos ni siquiera sirven para resolver este asunto que, con un mínimo de investigación, sería fácil hacerlo. No les importa, porque agarrar pandillitas de facinerosos no da la nota, y ésta también tiene mordaza porque para algunos periódicos (los más) sí hay dinero con tal de que no saquen a relucir la basura criminal de todos los días.
 
Nunca en mi ya larga vida había vivido tantas prohibiciones y a la vez tanta inseguridad; y por ésta no me refiero sólo a la relacionada con el crimen sino a la que millones de personas padecen en el empleo (si lo tienen en empresas o en el gobierno), o en su puesto de chucherías si viven de la economía informal (que en el país no es poca cosa).
 
La tensión no sólo se siente en la vida diaria, sino también en el ámbito de las expectativas: los jóvenes buscan estudiar y ganar un dinerito para ayudarse, pero no hay suficientes lugares en las escuelas ni empleos complementarios. Peor aún, no saben de qué y en dónde van a trabajar si logran terminar un ciclo de estudios, igual sea bachillerato que licenciatura o doctorado. En todos lados los hostigan, igual sea por manejar un taxi o repartir mercancías en una moto o bicicleta (que tienen que comprar), que por la ropa que visten o por el lugar en que quieren divertirse. Pareciera que la sociedad estuviera dividida en dos partes no necesariamente iguales: unos viven fastidiando a los demás y éstos defendiéndose como pueden. Una gran tensión, y luego los encargados de la salud se sorprenden de que aumenten las enfermedades que muchas veces son producto o facilitadas por el estrés.
 
Estas tensiones, que son de muchos pero individuales, son aprovechadas por los gobernantes para hacer de las suyas con un pueblo que vive a la defensiva incluso cuando protesta. Y digo esto porque incluso la protesta se ve contaminada por agentes del gobierno o de los caciques, según el lugar, que se infiltran para provocar algún tipo de represión ya que ésta, en estos tiempos de derechos humanos, también necesita justificaciones aunque tampoco sean legales.
 
Divididos estamos y, para colmo, en tensión; en tanto que los del gobierno se aprovechan y nos imponen reformas negociadas con sus supuestos opositores. ¿Cuánto tiempo aguantará la liga?
FUENTE: LA JORNADA OPINION
Reinas enjauladas-Magú
En Aquila: empresa minera que alienta el conflicto social
Napoleón Gómez Urrutia
Lo que ocurre con la empresa Ternium, de capital extranjero, en el conflicto con los comuneros propietarios de las tierras ferríferas que esa compañía y sus antecesoras han explotado por más de 20 años en el municipio de Aquila, Michoacán, sin cumplir las justas demandas de los campesinos, es un síntoma de lo que sucede con muchas de las mineras del país, tanto de capital mexicano como extranjero. Éstas siempre están protegidas por los gobiernos federal y estatales, y por sus fuerzas públicas armadas, en sus apetitos de dominio de recursos del subsuelo, mediante concesiones. Nunca hasta ahora se ha registrado que las autoridades protejan y den la razón a los propietarios o usufructuarios originales de las tierras sometidas a concesión.
 
El caso de ninguna manera puede generalizarse a todas las firmas mineras, pero es emblemático en lo negativo de lo que muchas hacen y podrían realizar, sin importarles que en su explotación intensa de tierras y trabajadores le apuesten al conflicto social y se olviden del progreso de las comunidades. En nuestro asunto, una empresa decide explotar yacimientos de hierro dentro del municipio de San Miguel de Aquila, Michoacán, en el predio llamado originariamente El Tenamaztle y después, sucesivamente, Hylsa Las Encinas y Ternium Las Encinas, según los dueños que ha tenido.

La empresa, cuyo grupo dirigente nunca ha dado la cara, sino que ha llevado las negociaciones por conducto de empleados, firma compromisos con los comuneros para pagarles regalías por la extracción del hierro, pero nunca les cumple. Los pobladores engañados, inician entonces movimientos de protesta como bloqueos de la mina, que nuevamente son desoídos por la compañía, que dispone de sicarios y de autoridades locales cómplices para el cohecho, el asesinato o la aprehensión de los líderes comunitarios.

El presidente del comisariado comunal de la localidad, Octavio Villanueva, detalló en este mes de agosto, que a principios de la década de los 90 el gobierno federal otorgó a la empresa Hylsa (Hojalata y Lámina SA), con sede inicial en Monterrey, una concesión de 300 hectáreas con un área de explotación de 73 de ellas. A la fecha Ternium ha invadido 200 hectáreas más. Esta compañía se ha dedicado a cohechar a autoridades comunales y cuando hace 20 años surgió un grupo de comuneros que exigía mayores regalías por parte de la mina, encabezados por José Ramírez Verduzco, éste fue asesinado y la lucha se desintegró.

No obstante, en 2004 se formó otro grupo que buscaba justicia en el pago de regalías a 467 comuneros, pero también mediante el cohecho a 40 de ellos, la empresa desinfló este movimiento. Esa compañía no cejó y dio trato preferencial a esas 40 personas, mismas que la asamblea expulsó de sus filas y les canceló sus derechos por 40 años.

Finalmente, en diciembre de 2011 la organización comunal decidió hacer un paro total en la mina Las Encinas, que duró tres meses. En febrero de 2012 les enviaron policías federales y estatales para desalojar el plantón, pero no lo lograron. El 18 de marzo de ese año se firmó un acuerdo en el que Ternium se comprometió a pagar 3.8 dólares por tonelada de hierro extraída, pero nunca se nos pagó lo acordado, denunció el líder comunitario Octavio Villanueva a Ernesto Martínez Elorriaga, corresponsal de La Jornada.
 
Lo más grave del asunto es que en abril de 2012, Ternium divulgó en la radio y en periódicos locales que pagaba más de 18 mil pesos mensuales de regalías a cada comunero, lo cual los puso en la mira del crimen organizado, el cual se avalanzó sobre ellos para extorsionarlos y obtener pagos de 2 mil pesos o más al mes por cada uno de los 401 comuneros.
 
Contra todo eso y por el hartazgo de la situación, surgió la policía comunitaria como respuesta a los abusos de la delincuencia organizada y la inactividad cómplice de las autoridades locales, que tuvo una expresión desesperada, aunque errónea, en la detención de 60 miembros del Ejército, que ya fueron liberados, gracias a la actitud no provocadora de los guardias comunitarios.
 
A la empresa, pese a haber cometido la delación que ayudó a los delincuentes, no le agradó la existencia de una policía de autodefensa y en eso fue apoyada por funcionarios del ayuntamiento priísta de la localidad. Ambos demandaron desarmar a la policía comunitaria, pero sobre todo aprehender a su líder, Agustín Villanueva Ramírez, a quien fuerzas militares encarcelaron junto con otros 45 integrantes de este cuerpo el 14 de julio pasado; además de 47 de Buenavista, otra población vecina involucrada en la autodefensa.
 
Los procesos de los detenidos destacan por la opacidad judicial, que ni siquiera los visitadores de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos logran borrar. A unos se les envió a un penal de Veracruz y a otros a uno de Michoacán. Sobre la base de que los policías comunitarios han cometido diversos ilícitos, se ha montado una cacería de brujas que beneficia a la empresa y atenta contra los comuneros y sus familiares, desde antes perjudicados y engañados por esta compañía.
 
Todo esto es algo que el gobierno de Enrique Peña Nieto debe revisar a fondo y corregir. No es posible que distraídos en planes y proyectos sexenales de cambio no se den cuenta de que en el caso de Aquila y otros más, esté avanzando con peligrosos pasos hacia la irritación social profunda, y no corrijan el rumbo.
 
¿Qué quieren, que surja el levantamiento social y la represión brutal del mismo, para que se percaten de que muchas empresas mineras no son agentes de progreso, sino de retroceso?
 
El gobierno debe definir a quién deben servir las empresas mineras, si al progreso social o al conflicto entre pobladores y autoridades.
FUENTE: LA JORNADA OPINION

No hay comentarios:

Publicar un comentario