Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

jueves, 12 de abril de 2012

Aplausos a AMLO y abucheos a Bartlett marcan mitin en Cholula- Astillero-¿Peligro para México?

Elecciones 2012
El recuerdo de la caída del sistema en 1988 opacó la participación del ex senador
Aplausos a AMLO y abucheos a Bartlett marcan mitin en Cholula
Foto
Andrés Manuel López Obrador y Manuel Bartlett Díaz, ayer durante el acto políticoFoto Carlos Ramos Mamahua
Claudia Herrera Beltrán
Enviada
Periódico La Jornada
Jueves 12 de abril de 2012, p. 5
Cholula, Pue., 11 de abril. El candidato del PRD al Senado Manuel Bartlett Díaz recibió rechiflas y gritos de desaprobación en un mitin en el que Andrés Manuel López Obrador dio la bienvenida a priístas y panistas que se suman a su movimiento.
A su llegada a la plaza central de Cholula el aún priísta recibió con un mensaje al candidato presidencial de la coalición Movimiento Progresista (PRD-PT-Movimiento Ciudadano), tras lo cual ambos se saludaron tocándose los brazos, aunque sin mostrar mucha calidez.
Antes, una pifia cometida por el maestro de ceremonias que presentó a Bartlett como el próximo presidente de México, avivó la molestia de algunos de los más de 10 mil asistentes.
Buuuuu, buuuuu, ¡Fuera Bartlett!, gritaban algunos, mientras el ex senador del tricolor trataba de imponer su voz.
Aquí está una prueba de lo que Puebla tiene. Este movimiento está designado para salvar a la República y lo recibe (a López Obrador) con gran afecto y decidido apoyo.
En ese momento se escucharon varias voces que demandaban en coro que el candidato presidencial tomara el micrófono. ¡Obrador, Obrador!
El secretario de Gobernación en el gobierno de Miguel de la Madrid, y a quien la izquierda ha responsabilizado de la caída del sistema y del fraude electoral en 1988, siguió: Estamos convencidos de que llevaremos al triunfo a este gran candidato honesto y limpio, remató y le cedió la palabra al abanderado presidencial.
¡Braaaavo!, exclamaron algunos, cuando escucharon los elogios al tabasqueño.
López Obrador afirmó que se están incorporando a su movimiento no sólo los que estuvieron en 2006, sino mucha gente del PRI y del PAN, y son bienvenidos. Aunque también culpó a los que impusieron a Felipe Calderón de ser los responsables de la tragedia nacional.
Volvieron a escucharse los fuera Bartlett, que intentaron ser contrarrestados con gritos de se vale arrepentirse, que provenían de un grupo de señoras que comentaban entre sí que, como senador, el político luchó por no privatizar el petróleo.
En otra parte de su discurso el tabasqueño se comprometió a acabar con la corrupción, aunque reconoció que no es fácil.
Cada vez se escucha más esa máxima inmoral de que el que no transa no avanza, comentó, y alguien dijo: Ahí está Bartlett. Cuando prometió limpiar el gobierno de corrupción de arriba hacia abajo, como se limpian las escaleras, otros señalaron: ¡Saca a Bartlett!, mientras éste se mantenía inexpresivo.
Al final del acto, algunas personas pusieron en alto una pancarta con una fotografía en blanco y negro en la que el priísta saluda al ex presidente Carlos Salinas, en cuyo gobierno fue secretario de Educación Pública.
Antes, López Obrador estuvo en Apizaco, Tlaxcala, donde llegó en medio de una fuerte lluvia. El, su esposa Beatriz Gutiérrez y su coordinador de campaña, Ricardo Monreal, se empaparon, lo mismo que los candidatos locales y unas 4 mil personas que primero se guarecieron de una fugaz granizada, pero que al ver al candidato presidencial se arremolinaron en torno al templete.
El tabasqueño les agradeció que aguantaran la lluvia y dijo que no ocurriría lo mismo en un mitin del PRI o del PAN. Insistió en que sus tres contendientes son iguales, incluido el candidato de no sé como se llama ese partido... la nueva transa, señaló en alusión a Nueva Alianza.
Eso provocó risas de los asistentes, que añadían diversos comentarios al discurso del aspirante presidencial, como cuando mencionó el nombre del priísta Enrique Peña Nieto y alguien exclamó: ¡No sabe leer!
Espot-Hernández

Astillero
Totalmente incómodos
Protestar al estilo Palacio
Hipocresía empresarial
¿Violan derechos de niños?
Julio Hernández López
    Corresponsables y beneficiarios de un sistema injusto y de sus recurrentes crisis, ciertos miembros de la elite económica y política pretenden ahora disfrazarse infantilmente de ciudadanos críticos que promueven un movimiento social a partir de un video que con simplismo a conveniencia hace como que confronta el andamiaje político nacional, las protestas públicas, la inseguridad, la corrupción (evocando el episodio de Bejarano y Ahumada) y a los candidatos presidenciales, y que a través de un sistema mercadológico de premios (arbolitos para reforestar el cerro del Cubilete, aparatos auditivos, becas, estudios contra el cáncer) y el definitorio apoyo de Televisa, pretende conseguir visiones que permitan escribir un libro sobre el futuro nacional y mostrar al próximo presidente de la República una base social organizada al estilo Palacio.
El video se titula Niños incómodos exigen a candidatos, y puede verse en http: //bit.ly/9tr2bO, que es la página de Nuestro México del Futuro, que allí mismo se define como un movimiento social sin precedente a escala nacional que ha convocado a todos los mexicanos a expresar su visión sobre el México en el que les gustaría vivir. Al final de la página se establece: Derechos reservados 2011 Grupo Nacional Provincial, pues esta empresa aseguradora es la principal promotora, aunque otros impulsores son Cementos Mexicanos, de Lorenzo Zambrano; la Comisión Nacional de los Pueblos Indígenas, la Comisión Federal de Electricidad, la Universidad Anáhuac, el ITAM, Cinépolis, la Cruz Roja Mexicana, el Consejo de la Comunicación, el Metrobús, el Museo Universitario del Chopo, Femsa, un diario identificado con el salinismo, el Palacio de Hierro y varias agrupaciones de filantropía empresarial y otras de colaboración con el gobierno federal, como la Asociación Alto al Secuestro y México Unido contra la Delincuencia.
El insólito activismo de cuello blanco tiene como eje al Grupo Bal, dirigido por Alberto Bailleres (uno de cuyos gustos es el superyate Mayan Queen IV, que en youtu.be/YLqltzTD3bU puede ser admirado, por fuera). Entre sus principales negocios están la explotación minera a través de Peñoles, la compañía de seguros GNP, las tiendas El Palacio de Hierro y participa en Femsa. Solamente con el caso de la contaminación causada en sitios como Torreón, Coahuila, las preocupaciones justicieras de Bailleres podrían haber alcanzado un cauce dramático extraordinario, pues allí durante décadas se han generado problemas graves de salud social que incluyen el nacimiento de niños con malformación a causa de la toxicidad impunemente distribuida con gran sentido popular por Peñoles.
Sin embargo, lo redituable para esos distinguidos empresarios es la oportuna exacerbación de un sentimentalismo político de oferta. Sin ir a las causas profundas de la desigualdad económica y social, que ha llevado a nuestro país a la situación de violencia, protesta pública y descompostura institucional, los crónicos acompañantes del poder que ha causado esos hervores en riesgo de estallar prefieren producir un video en el que se acaban colocando como críticos, demandantes, movilizadores sociales, casi sustitutos del sistema político agónico.
Foto
APALEADO DURANTE MARCHA DEL SME. Asistentes a la movilización agredieron a un desconocido. También el reportero gráfico de La Jornada fue golpeado por captar imágenes del ataque.
Foto Luis Humberto González


 
Hipocresía empresarial ramplona que se refugia en la buena producción audiovisual y en el discurso superficial.
Todos tienen la culpa, menos los bondadosos hombres de la elite nacional de los negocios que incluso destinan parte de sus ganancias (habrá de verse si el sacrificio no es tanto sino una forma de deducir pago de impuestos) y se arriesgan cívicamente mostrándose rebeldes ante la insostenible situación nacional. ¿Tienen el valor los políticos, y en especial los candidatos presidenciales, o les vale? Es decir, la misma cantaleta de travestismo ético y político que han puesto de moda los grandes empresarios para tratar de colocarse a salvo de cualquier quiebra nacional.
Basta con revisar el historial adosado al poder político de muchos de esos nuevos paladines del cambio para preguntarse si les mueve un genuino sentido de lucha por transformaciones populares o solamente han fraguado una nueva forma de presión y negociación. Según lo que reporta el citado movimiento, millones de mexicanos han participado en una tarea de consulta y organización que lleva largos meses, con cabinas de grabación de mensajes sociales y participación de multitud de estudiantes y jóvenes.
El resultado de esa movilización se plasmará en “El decreto de nuestro México del futuro, el único libro escrito por millones de mexicanos que buscan cambiar el rumbo del país y que (fanfarrias por cortesía de la banda de pueblo del Astillero)... será entregado a los candidatos a la Presidencia 2012”. De la Iniciativa México al México del Futuro, de la manipulación cinematográfica de Presunto culpable al simplismo documental De panzazo (en el que Televisa no aparece como gran corresponsable del atraso educativo, intelectual y cultural de México), de la filantropía y las preocupaciones sociales de los niños incómodos al nuevo partido de los empresarios inocentes o cuando menos a la utilización de los enojos colectivos superficiales, sin viabilidad organizativa, satanizando la lucha y la protesta sociales, para pactar nuevos términos de la vieja impunidad de los mismos empresarios que no pagan de impuestos más que migajas y que largamente se han beneficiado de la corrupción, los portafolios/concesiones con dólares, los contratos ventajosos y los negocios alternos que han causado el desastre del que hoy hacen como que se asustan.
Por cierto, María de la Cruz Pacheco escribe desde Nogales, Sonora, para denunciar que el video en mención es violatorio de los derechos del niño, aprobados por Naciones Unidas, y de los Compromisos de París y otros principios y directrices sobre niños vinculados a fuerzas y grupos armados.
Y, mientras Vicente Fox hace guerra sucia contra EPN, al decir que su parte pensante y racional le lleva a creer que el mexiquense ganará la Presidencia, ¡hasta mañana, temblando!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
¿Peligro para México?
Soledad Loaeza
  
   Aparentemente el nuevo equipo de campaña de Josefina Vázquez ha decidido recurrir al lema-advertencia Un peligro para México –que en 2006 utilizó Felipe Calderón en la competencia contra Andrés Manuel López Obrador– para denunciar los presuntos riesgos que representa el candidato del PRI, Enrique Peña Nieto. Es sorprendente que los panistas hayan optado por retomar una de las estrategias de campaña que hoy no es tan nueva, y que fue de las más polémicas de la elección pasada, sobre todo si tomamos en cuenta la reforma electoral de 2007, que tenía como objetivo imponer límites a los excesos en que pueden caer los candidatos cuando hablan de sus adversarios, y prevenir la calumnia o la difamación de los competidores. Tengo la impresión de que la campaña panista está violando el espíritu de la legislación electoral.
Es indiscutible que el objetivo fundamental de la frase Un peligro para México es infundir miedo, asustar a los votantes, en este caso, con el fantasma de una tremenda crisis económica que derivaría del gasto público deficitario que identifican con gobiernos del PRI. Ciertamente la perspectiva de una crisis económica de la magnitud de las que sufrimos en 1976, en 1982 y en 1995 es aterradora. Pero igualmente terrorífica es la perspectiva de otros 20 años de crecimiento mediocre, eso sí magníficos equilibrios macroeconómicos, pese al deterioro de las escuelas públicas, de los servicios de salud o, simplemente, de las banquetas. Asusta, en efecto, el agravamiento de la pobreza y de la desigualdad, o el empeoramiento de la seguridad pública. Para mí es un peligro que se mantenga una política de gasto restrictiva, que ha tenido costos muy elevados para el desarrollo social del país, incluso para el papel que desempeña en los foros internacionales, donde nos hemos visto desplazados por Brasil, por ejemplo. Es muy poco lo que México tiene que mostrar al mundo en cuanto a logros; en cambio, son muchas las dificultades que ve el mundo en México.
Hoy, la advertencia Un peligro para México la verdad es que lo pone a uno a pensar: ¿qué político no es un peligro para México? Dada nuestra experiencia de los últimos 24 años, yo diría que no es ese un criterio que me ayude a discriminar entre nuestros políticos, porque, da pena decirlo, pero he llegado a la conclusión de que todos son un peligro para México y para el estado de ánimo de los mexicanos, y por diferentes razones. Unos por emprendedores, otros por ambiciosos, muchos por ignorantes, y todavía más por irresponsables, y todos por la inveterada costumbre que tienen de violar la ley. Para ser justos tendríamos que reconocer que los políticos, todos y en todo el mundo, son un peligro cuando no actúan dentro del marco de las instituciones.
Nuestros políticos en conjunto nos han hecho daño, por lo que han hecho o por lo que dejaron de hacer. Vamos a preguntarle a Vicente Fox cómo ve –con la perspectiva del tiempo– su propia pasividad frente a la actividad del crimen organizado. Un peligro para México es un gobernador que concentra sus preocupaciones de gobierno en el largo de la falda de las funcionarias de las oficinas públicas, el que intenta modificar la política de planificación familiar –una de las más exitosas de los últimos casi 40 años–. También es un peligro el presidente municipal que se gasta los dineros públicos en la construcción de un estadio que lleva su nombre o de una iglesia que lleva el nombre de su santo patrón, porque en un contexto de recursos escasos está subordinando el gasto, digamos en educación, a las exigencias de su propia popularidad, o a las del clero local. Y así nos podemos seguir y armar una lista interminable de las decisiones y conductas que han tomado políticos de todos los niveles y de todos los partidos, que han puesto en juego los equilibrios presupuestales, la seguridad pública, la educación de las futuras generaciones y muchos otros objetivos que podemos englobar bajo los temas generales de prosperidad y bienestar social.
De las campañas electorales uno esperaría información acerca de los candidatos y de sus programas de gobierno; y no únicamente la que cada uno de ellos –y no sólo los presidenciales– puede dar de sí mismo, sino que también tendríamos que saber de las críticas que se le han hecho, de las observaciones y de los señalamientos que ha merecido a lo largo de su carrera política o administrativa. Por esa razón, el capítulo de la reforma de 2007 que se refiere a la información negativa no me gusta. Me parece que nos está restringiendo información que nos ayudaría a tomar nuestra decisión respecto a por quién votar. Mientras más información real tengamos de nuestros políticos, mayor será nuestra capacidad para juzgar si representan o no un peligro. De todas formas, la advertencia me parece excesiva y poco convincente. Ya la utilizaron contra López Obrador, cuya estrategia daba pábulo a estas acusaciones que, de todas formas, también eran excesivas en 2006; utilizar ahora la advertencia en relación con Peña Nieto parece de plano choteo, porque nadie se parece menos al líder de Morena que el muy atildadito candidato del PRI. Al aplicarles a ambos la misma descalificación, la vacían de contenido, y también dan prueba de poca imaginación.

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