Oaxaca: miseria al descubierto
Pobreza en Oaxaca.
Foto: Imagen33
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Reducidas a escombros quedaron muchas casas en el epicentro oaxaqueño del sismo del 20 de marzo. Y aunque esta vez las autoridades actuaron con cierta prontitud, los problemas de siempre viciaron la ayuda oficial: lo urgente se demora, el reparto de recursos se politiza o el auxilio no llega a quienes más lo necesitan porque ellos ya perdieron, en otros desastres antiguos, hasta la esperanza.
SANTIAGO PINOTEPA NACIONAL, OAX. (Proceso).- El miedo impregna todo. El nerviosismo por el temblor no ha pasado. A cada deslizamiento de tierra la gente palidece y se encomienda a Dios, aunque en esta ocasión los cerca de 40 mil damnificados de Oaxaca no hayan merecido ni un solo mensaje de aliento del Papa Benedicto XVI en su reciente visita a México.
Su miseria nuevamente fue expuesta por un desastre natural. Las casas de vara y lodo o de adobe y teja, su único patrimonio, fueron dañadas o derruidas el 20 de marzo por el sismo de 7.4 grados en la escala de Richter.
Al recorrer la zona se ven casas con “estructura” de bejucos y travesaños amarrados a los horcones, y otras de adobe con su techo de teja, ya caído a causa del sismo de mayor intensidad que se ha registrado después de aquel de 1985.
La ayuda oficial llega, como siempre, a cuentagotas, se infla la cifra de los daños para sacar provecho económico, se politizan los apoyos. Y así, después de 10 días del sismo todavía hay comunidades sin censar y por consiguiente sin ayuda, pese a que la Secretaría de Gobernación ya emitió la declaratoria de emergencia para 28 municipios del estado.
Cuando se pierde todo…
La señora Ninfa Vargas Laredo, de Mártires de Tacubaya, llora porque su casa está “rajada”. Entre los escombros aún conserva imágenes de la Virgen de Juquila.
En el patio de la ya inhabitable casa había un galerón improvisado. Ahí funcionaba su horno del pan, que el temblor destruyó. Al pie de su cama, doña Ninfa tiene un cuadro del Papa Juan Pablo II con la Virgen de Guadalupe.
“Gracias a Dios (esa imagen) me libró de la muerte, pero me duele que 50 años de trabajo se hayan destruido en 40 segundos”, dice aún con miedo porque ha sentido réplicas del temblor.
En el hogar de Heriberto Jiménez Baños, su mujer y sus hijos duermen bajo una lona propagandística del PRI, de cinco metros de ancho por 10 de largo.
En este municipio fue asesinado, en octubre de 2010, el alcalde electo priista, Antonio Jiménez Baños. El administrador a quien le encargaron el despacho ahora tiene acusaciones por excluir de la ayuda a un grupo de damnificados.
En la agencia San Francisco El Maguey, un grupo de mujeres interceptó al gobernador y lo invitó a recorrer la comunidad para comprobarle que hay 170 casas dañadas, de las cuales seis están totalmente destruidas, pese a lo cual el presidente municipal priista de Santiago Llano Grande no las toma en cuenta en el censo.
También ahí, Cué se enteró de que la profesora jubilada Dalila Laredo Guzmán, de 80 años, perdió todo su patrimonio por el temblor.
Antes de llegar a Santiago Llano Grande, nuevamente el convoy del gobernador fue detenido, esta vez por alumnos de la Escuela Primaria Rural Leona Vicario, quienes toman clases a la intemperie porque su plantel tiene medio siglo de antigüedad y no recibe mantenimiento, carece de agua y luz, y por supuesto de baños, denunció su directora, la profesora Hereida Iraís Morales Cruz.
El convoy volvió a ponerse en marcha, pero sólo avanzó unos metros cuando abordaron al gobernador los estudiantes del bachillerato técnico Cbetis para informarle de los daños en su plantel. Y Soledad Calvo Ayala, de 64 años, relató que cómo le cayeron encima las vigas del techo de su casa, y aunque salvó la vida de milagro, quedó golpeada en las piernas y en la espalda. Ahora siente que se le desprende la cadera al dar un paso y su columna le duele mucho. También perdió la vivienda que su marido construyó con mucho esfuerzo.
Ya en Santa María Cortijo, la joven Camila pregunta a qué se debe la visita del gobernador. La cocina de su casa está hecha de varas y láminas de cartón en mal estado. Una carretilla fue improvisada como bracero. El piso, de tierra. Los asientos son unas piedras, en un corredor hay un colchón que en otro lugar sería de desecho y el juguete de un niño de tres meses es un perrito que le lame la cara.
Otros siete chamacos, en puros calzones, observan el tumulto de quienes solicitan la ayuda oficial. Alguien le informa a Camila que están dando láminas y realizando un censo de las casas dañadas por el sismo. Se le sugiere que se acerque para que la incluyan, porque evidentemente lo necesita.
Pero ella responde: “No, porque a nosotros no nos pasó nada. A esta casa no le puede pasar nada porque no tiene nada”.
Apoyos insuficientes
El gobernador Gabino Cué Monteagudo anunció que trasladaba temporalmente su residencia a Pinotepa Nacional para recorrer los 28 municipios afectados, pero tras estos 10 días ha informado apenas de unos cuantos apoyos: la entrega de 13 mil láminas de fibrocemento para levantar galerones donde pernocten los damnificados, ya que lo hacían al aire libre por el temor que les causan las réplicas (hasta ahora 227); la entrega de 5 mil 280 colchonetas, 4 mil 370 cobertores, 52 carretillas y 104 palas para retirar los escombros, además de la creación de un programa de empleo temporal.
El gobernador se reúne con el gabinete estatal y las autoridades municipales a puerta cerrada, pero el secretario de Desarrollo Social y Humano, Gerardo Albino González, detalló que de las 7 mil 854 casas censadas, 3 mil 226 presentan daños menores, 3 mil 70 daños parciales y mil 518 presentan daño total.
Por lo pronto, en 11 municipios ya se cerró el censo y en otros 10 están por concluirlo 200 técnicos, peritos y brigadistas que recorren los municipios afectados con el mandatario. Tomando en cuenta que cada familia cuenta con cuatro integrantes o más, se calcula que existen 40 mil damnificados.
Además de las mujeres de San Francisco El Maguey, en Santa María Cortijos varios pobladores le dijeron a Gabino Cué que el presidente municipal les entregaba colchonetas y cobijas nada más a su gente, excluyendo a los opositores.
El mandatario les confirmó que los apoyos “no se cobran ni vienen de ningún partido político”, y que se formaron “comités ciudadanos” para ayudar a distribuir la ayuda gubernamental. Aclaró: “Aquí el problema es el sismo, no lo político. No es momento de pelear, es momento de ayudar”.
Insistió: “Nuestro objetivo es apoyar a la gente sin importar de qué ideología o religión sea, y si alguien les condiciona los apoyos, ustedes deben denunciarlo porque no lo vamos a permitir”.
Respecto de la temporada electoral, Cué aseguró: “No podemos parar la entrega de láminas, colchones o el inicio del arranque de las obras de reconstrucción. No hay obra que vaya a parar” por la veda publicitaria, ya que su gobierno, dijo, se mantendrá al margen de los comicios. Por eso también llamó a que los ayuntamientos se abstengan de apoyar a algún candidato o partido, así como de hacer uso indebido del erario.
“No los vamos a dejar solos, vamos a dar seguimiento y mantenernos cerca hasta que las cosas se resuelvan en cada comunidad”, prometió.
El 27 de marzo la Secretaría de Gobernación (Segob) emitió la declaratoria de emergencia para los municipios oaxaqueños Mártires de Tacubaya, Pinotepa de Don Luis, San Agustín Chayuco, San Andrés Huaxpaltepec, San Antonio Tepetlapa, San José Estancia Grande, San Juan Bautista lo de Soto, San Juan Cacahuatepec, San Juan Colorado, San Lorenzo y San Miguel Tlacamama.
Incluyó también a San Pedro Atoyac, San Pedro Jicayán, Santiago Ixtayutla, Santa Catarina Mechoacán, Santiago Tapextla, Santiago Llano Grande, Santiago Tetepec, Santa María Cortijos, Santiago Pinotepa Nacional, San Sebastián Ixcapa, Santiago Jamiltepec, Santo Domingo Armenta, Santa María Huazolotitlan, San Pedro Amuzgos, Santa María Ipalapa, Santa María Zacatepec y Putla Villa de Guerrero.
La Segob acotó que la declaratoria de emergencia es ajena a los procesos electorales y a los partidos políticos e hizo hincapié en que “queda estrictamente prohibida la utilización de los mismos (recursos) con fines distintos a la pronta y efectiva respuesta ante la situación de emergencia”.
El secretario estatal de Desarrollo Social, Albino González, explicó que las familias que hayan sufrido la pérdida total de sus viviendas pueden recibir 120 mil pesos del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) y la cantidad sería menor con programas de la dependencia a su cargo.
Lo importante, dijo, es que los comités ciudadanos y las asambleas comunitarias han orientado la entrega de apoyos casa por casa, sin la intromisión de partidos políticos. Detalló que a partir del lunes 2 comenzará a operar el programa de empleo temporal, con pagos de mil 180 pesos por vivienda, es decir, 59 pesos diarios (salario mínimo) por 20 días.
Por su parte, el director del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), Bernardo Vásquez Colmenares, informó que el censo en la región de la Costa registró 559 escuelas con daños diversos, pero sólo en 112 se suspendieron las actividades de manera provisional.
El funcionario reconoció que las réplicas del sismo aumentaron el nerviosismo de la población y esto influye para que los padres de familia no envíen a sus hijos a la escuela. De ahí la importancia de verificar el estado de los edificios escolares para que se utilicen sin riesgo alguno.
Pese a esta contingencia, maestros de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, que tienen activas varias protestas, bloquearon carreteras durante nueve horas el 28 de marzo, lo que obligó al gobernador a continuar su recorrido en helicóptero para entregar 12 ambulancias en la zona de emergencia.
La ayuda sirve, pero no remedia los males. Según el gobierno del estado, en Oaxaca hay 175 mil 91 viviendas con piso de tierra (18.74%); 281 mil 251 de ellas (o el 30.1%) carecen de agua entubada; 264 mil 922 (28.35 %) no tienen drenaje; 48 mil 857 (5.23 %) no cuentan con energía eléctrica.
Se admite que 421 mil 810 oaxaqueños (16.27%) aún son analfabetos y 865 mil 144 (33.38%) no concluyeron la primaria. Los trabajadores que ganan dos salarios mínimos o menos son 738 mil 771 (57.77 %).
Pero en los 172 municipios de Atención Prioritaria sucede lo peor: ahí 54 mil 33 viviendas (28.3%) tienen piso de tierra; 88 mil 223 (46.2%) no tienen agua entubada; 114 mil 495 (60%) no tienen drenaje y 22 mil 991 (12.1%) carecen de energía eléctrica.
SANTIAGO PINOTEPA NACIONAL, OAX. (Proceso).- El miedo impregna todo. El nerviosismo por el temblor no ha pasado. A cada deslizamiento de tierra la gente palidece y se encomienda a Dios, aunque en esta ocasión los cerca de 40 mil damnificados de Oaxaca no hayan merecido ni un solo mensaje de aliento del Papa Benedicto XVI en su reciente visita a México.
Su miseria nuevamente fue expuesta por un desastre natural. Las casas de vara y lodo o de adobe y teja, su único patrimonio, fueron dañadas o derruidas el 20 de marzo por el sismo de 7.4 grados en la escala de Richter.
Al recorrer la zona se ven casas con “estructura” de bejucos y travesaños amarrados a los horcones, y otras de adobe con su techo de teja, ya caído a causa del sismo de mayor intensidad que se ha registrado después de aquel de 1985.
La ayuda oficial llega, como siempre, a cuentagotas, se infla la cifra de los daños para sacar provecho económico, se politizan los apoyos. Y así, después de 10 días del sismo todavía hay comunidades sin censar y por consiguiente sin ayuda, pese a que la Secretaría de Gobernación ya emitió la declaratoria de emergencia para 28 municipios del estado.
Cuando se pierde todo…
La señora Ninfa Vargas Laredo, de Mártires de Tacubaya, llora porque su casa está “rajada”. Entre los escombros aún conserva imágenes de la Virgen de Juquila.
En el patio de la ya inhabitable casa había un galerón improvisado. Ahí funcionaba su horno del pan, que el temblor destruyó. Al pie de su cama, doña Ninfa tiene un cuadro del Papa Juan Pablo II con la Virgen de Guadalupe.
“Gracias a Dios (esa imagen) me libró de la muerte, pero me duele que 50 años de trabajo se hayan destruido en 40 segundos”, dice aún con miedo porque ha sentido réplicas del temblor.
En el hogar de Heriberto Jiménez Baños, su mujer y sus hijos duermen bajo una lona propagandística del PRI, de cinco metros de ancho por 10 de largo.
En este municipio fue asesinado, en octubre de 2010, el alcalde electo priista, Antonio Jiménez Baños. El administrador a quien le encargaron el despacho ahora tiene acusaciones por excluir de la ayuda a un grupo de damnificados.
En la agencia San Francisco El Maguey, un grupo de mujeres interceptó al gobernador y lo invitó a recorrer la comunidad para comprobarle que hay 170 casas dañadas, de las cuales seis están totalmente destruidas, pese a lo cual el presidente municipal priista de Santiago Llano Grande no las toma en cuenta en el censo.
También ahí, Cué se enteró de que la profesora jubilada Dalila Laredo Guzmán, de 80 años, perdió todo su patrimonio por el temblor.
Antes de llegar a Santiago Llano Grande, nuevamente el convoy del gobernador fue detenido, esta vez por alumnos de la Escuela Primaria Rural Leona Vicario, quienes toman clases a la intemperie porque su plantel tiene medio siglo de antigüedad y no recibe mantenimiento, carece de agua y luz, y por supuesto de baños, denunció su directora, la profesora Hereida Iraís Morales Cruz.
El convoy volvió a ponerse en marcha, pero sólo avanzó unos metros cuando abordaron al gobernador los estudiantes del bachillerato técnico Cbetis para informarle de los daños en su plantel. Y Soledad Calvo Ayala, de 64 años, relató que cómo le cayeron encima las vigas del techo de su casa, y aunque salvó la vida de milagro, quedó golpeada en las piernas y en la espalda. Ahora siente que se le desprende la cadera al dar un paso y su columna le duele mucho. También perdió la vivienda que su marido construyó con mucho esfuerzo.
Ya en Santa María Cortijo, la joven Camila pregunta a qué se debe la visita del gobernador. La cocina de su casa está hecha de varas y láminas de cartón en mal estado. Una carretilla fue improvisada como bracero. El piso, de tierra. Los asientos son unas piedras, en un corredor hay un colchón que en otro lugar sería de desecho y el juguete de un niño de tres meses es un perrito que le lame la cara.
Otros siete chamacos, en puros calzones, observan el tumulto de quienes solicitan la ayuda oficial. Alguien le informa a Camila que están dando láminas y realizando un censo de las casas dañadas por el sismo. Se le sugiere que se acerque para que la incluyan, porque evidentemente lo necesita.
Pero ella responde: “No, porque a nosotros no nos pasó nada. A esta casa no le puede pasar nada porque no tiene nada”.
Apoyos insuficientes
El gobernador Gabino Cué Monteagudo anunció que trasladaba temporalmente su residencia a Pinotepa Nacional para recorrer los 28 municipios afectados, pero tras estos 10 días ha informado apenas de unos cuantos apoyos: la entrega de 13 mil láminas de fibrocemento para levantar galerones donde pernocten los damnificados, ya que lo hacían al aire libre por el temor que les causan las réplicas (hasta ahora 227); la entrega de 5 mil 280 colchonetas, 4 mil 370 cobertores, 52 carretillas y 104 palas para retirar los escombros, además de la creación de un programa de empleo temporal.
El gobernador se reúne con el gabinete estatal y las autoridades municipales a puerta cerrada, pero el secretario de Desarrollo Social y Humano, Gerardo Albino González, detalló que de las 7 mil 854 casas censadas, 3 mil 226 presentan daños menores, 3 mil 70 daños parciales y mil 518 presentan daño total.
Por lo pronto, en 11 municipios ya se cerró el censo y en otros 10 están por concluirlo 200 técnicos, peritos y brigadistas que recorren los municipios afectados con el mandatario. Tomando en cuenta que cada familia cuenta con cuatro integrantes o más, se calcula que existen 40 mil damnificados.
Además de las mujeres de San Francisco El Maguey, en Santa María Cortijos varios pobladores le dijeron a Gabino Cué que el presidente municipal les entregaba colchonetas y cobijas nada más a su gente, excluyendo a los opositores.
El mandatario les confirmó que los apoyos “no se cobran ni vienen de ningún partido político”, y que se formaron “comités ciudadanos” para ayudar a distribuir la ayuda gubernamental. Aclaró: “Aquí el problema es el sismo, no lo político. No es momento de pelear, es momento de ayudar”.
Insistió: “Nuestro objetivo es apoyar a la gente sin importar de qué ideología o religión sea, y si alguien les condiciona los apoyos, ustedes deben denunciarlo porque no lo vamos a permitir”.
Respecto de la temporada electoral, Cué aseguró: “No podemos parar la entrega de láminas, colchones o el inicio del arranque de las obras de reconstrucción. No hay obra que vaya a parar” por la veda publicitaria, ya que su gobierno, dijo, se mantendrá al margen de los comicios. Por eso también llamó a que los ayuntamientos se abstengan de apoyar a algún candidato o partido, así como de hacer uso indebido del erario.
“No los vamos a dejar solos, vamos a dar seguimiento y mantenernos cerca hasta que las cosas se resuelvan en cada comunidad”, prometió.
El 27 de marzo la Secretaría de Gobernación (Segob) emitió la declaratoria de emergencia para los municipios oaxaqueños Mártires de Tacubaya, Pinotepa de Don Luis, San Agustín Chayuco, San Andrés Huaxpaltepec, San Antonio Tepetlapa, San José Estancia Grande, San Juan Bautista lo de Soto, San Juan Cacahuatepec, San Juan Colorado, San Lorenzo y San Miguel Tlacamama.
Incluyó también a San Pedro Atoyac, San Pedro Jicayán, Santiago Ixtayutla, Santa Catarina Mechoacán, Santiago Tapextla, Santiago Llano Grande, Santiago Tetepec, Santa María Cortijos, Santiago Pinotepa Nacional, San Sebastián Ixcapa, Santiago Jamiltepec, Santo Domingo Armenta, Santa María Huazolotitlan, San Pedro Amuzgos, Santa María Ipalapa, Santa María Zacatepec y Putla Villa de Guerrero.
La Segob acotó que la declaratoria de emergencia es ajena a los procesos electorales y a los partidos políticos e hizo hincapié en que “queda estrictamente prohibida la utilización de los mismos (recursos) con fines distintos a la pronta y efectiva respuesta ante la situación de emergencia”.
El secretario estatal de Desarrollo Social, Albino González, explicó que las familias que hayan sufrido la pérdida total de sus viviendas pueden recibir 120 mil pesos del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) y la cantidad sería menor con programas de la dependencia a su cargo.
Lo importante, dijo, es que los comités ciudadanos y las asambleas comunitarias han orientado la entrega de apoyos casa por casa, sin la intromisión de partidos políticos. Detalló que a partir del lunes 2 comenzará a operar el programa de empleo temporal, con pagos de mil 180 pesos por vivienda, es decir, 59 pesos diarios (salario mínimo) por 20 días.
Por su parte, el director del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), Bernardo Vásquez Colmenares, informó que el censo en la región de la Costa registró 559 escuelas con daños diversos, pero sólo en 112 se suspendieron las actividades de manera provisional.
El funcionario reconoció que las réplicas del sismo aumentaron el nerviosismo de la población y esto influye para que los padres de familia no envíen a sus hijos a la escuela. De ahí la importancia de verificar el estado de los edificios escolares para que se utilicen sin riesgo alguno.
Pese a esta contingencia, maestros de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, que tienen activas varias protestas, bloquearon carreteras durante nueve horas el 28 de marzo, lo que obligó al gobernador a continuar su recorrido en helicóptero para entregar 12 ambulancias en la zona de emergencia.
La ayuda sirve, pero no remedia los males. Según el gobierno del estado, en Oaxaca hay 175 mil 91 viviendas con piso de tierra (18.74%); 281 mil 251 de ellas (o el 30.1%) carecen de agua entubada; 264 mil 922 (28.35 %) no tienen drenaje; 48 mil 857 (5.23 %) no cuentan con energía eléctrica.
Se admite que 421 mil 810 oaxaqueños (16.27%) aún son analfabetos y 865 mil 144 (33.38%) no concluyeron la primaria. Los trabajadores que ganan dos salarios mínimos o menos son 738 mil 771 (57.77 %).
Pero en los 172 municipios de Atención Prioritaria sucede lo peor: ahí 54 mil 33 viviendas (28.3%) tienen piso de tierra; 88 mil 223 (46.2%) no tienen agua entubada; 114 mil 495 (60%) no tienen drenaje y 22 mil 991 (12.1%) carecen de energía eléctrica.
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