Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

jueves, 5 de abril de 2012

OEA: tinglado colonial- El aldabonazo de Correa y la Cumbre «de las Américas»- Argentina: soberanía, proteccionismo y doble moral

OEA: tinglado colonial
John Saxe-Fernández
      En medio de las transformaciones, retos y graves riesgos que enfrenta la humanidad y la población aglutinada en torno a la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (Celac), que nació el pasado diciembre, la Cumbre de las Américas, convocada por la OEA en Cartagena, Colombia, expresa tiempos idos, síntoma de un anacronismo colonial. La OEA se diseñó como un colmillo del tiburón, que coacciona y depreda a cada sardina por separado, en función del interés privado nacional de Estados Unidos y de oligarquías propensas a vender todo por una coparticipación en la apropiación del excedente.
Su misión es frenar y revertir la avalancha del cambio histórico que vive la región desde 1959 cuando, por su existencia misma, la revolución cubana notificó al continente y al mundo que sí se puede.
Estos 53 años enseñan la necesidad diaria de la defensa, palmo a palmo, de lo avanzado por gobiernos sudamericanos y del Caribe que, con amplio apoyo popular, fomentan la equidad y la soberanía en lo doméstico y en lo regional (Alba, Petrocaribe, Unasur, Celac), frente a la mandíbula del capital monopólico, la presidencia imperial (PI), propensa a lidiar con el colapso económico y hegemónico en curso, con atroces guerras y operativos diplo-militares.
Su veto a la presencia de Cuba en Cartagena, rechazado por el presidente ecuatoriano Rafael Correa, da fe de mezquina doblez, que se persigna con una democracia donde impera el dólar sobre el voto, una charada plutocrática que se devela aún más ante la propensión crónica de la PI a usurpar funciones legislativas y judiciales, haciendo trizas la Constitución y la Carta de Derechos.
Obama profundizó la militarización, el estado de excepción policial/militar instaurado bajo el 11/S y criminalizó la protesta social, pero no frenó ni la codicia bancaria ni la corrupción: según el Senador B. Sanders, en la década de 2001-11, cientos de firmas militares y de seguridad defraudaron al fisco en más de un billón (trillion) de dólares, inclidos todos los principales contratistas del Pentágono, en medio de una deuda nacional calculada en 15 billones, acentuándose las contradicciones del poder en un mundo multipolar.
Mientras, el dólar ingresa en una zona de turbulencia, en parte por la resistencia de los BRICS al abuso del hegemonismo monetario/financiero usado por Estados Unidos para aliviar su presupuesto del costo enorme del derroche energético, del guerrerismo, sus misiones de espectro completo y la proliferación de bases militares en América Latina y el mundo.
Es desde el Plan Colombia donde impera un feroz terrorismo de Estado, como en el México en que Calderón lanzó más de 60 mil ciudadanos y ciudadanas a las fosas de la Iniciativa Mérida, que el tiburón intenta devorar recursos y mercados con esos diseños de intervención/ocupación policial/militar/penal y de seguridad. Por la centralidad de las materias primas y la escasez de recursos naturales vitales, de fácil acceso, alta calidad y baratos, su explotación y las ganancias no se dejan al arbitrio de la mano invisible o para beneficio de los pueblos.
En Colombia, México y Honduras, la PI endosa los intereses oligárquico-imperiales bajo la cubierta de la guerra al narco o al crimen aunque, como ilustra J. Gato: la CIA y otras instancias del gobierno han sido sorprendidas al enviar droga a Estados Unidos; la DEA fue sorprendida lavando dinero para los cárteles de Colombia a México (ICH, primero de abril pasado) a lo que se agrega que agentes de la ATF denunciaron que ese ente y la Casa Blanca bajo Bush y Obama han enviado enorme cantidad de armamento de alto calibre a los cárteles mexicanos.
Se sabe que los más altos cargos aprobaron operativos tipo rápido y furioso a sabiendas que incrementarían la violencia en México, en especial en los estados norteños, donde se han hecho grandes hallazgos de gas de esquisto y se realizan robos y trasiego de crudo y gasolina de los ductos de Pemex hacia firmas de Estados Unidos.
Huérfano de legitimidad (¿cuál es el sustento legal de las ejecuciones extrajudiciales en Irak, Afganistán, Yemen, etcétera?), Obama no llega solo a la cumbre. Se acompaña del bilateralismo intensivo del FMI, Banco Mundial y BID y se respalda en operativos clandestinos y en los Comandos Norte (para México) y Sur (para el resto de la región).
Además da gran apoyo al amplio despliegue de fuerzas especiales y mercenarias que operan como firmas de seguridad. Según atestiguó un ex contratista militar en una Corte Federal de Virginia, en Irak a los soldados y mercenarios (textual): se les estimula y se les premia por la destrucción de vida iraquí, es decir, la vida de los dueños de una de las mayores reservas de crudo convencional del mundo.
Es hora de poner fin a foros donde el tiburón dialoga cosechando los frutos del bilateralismo intensivo. Es imperativo negociar con EU con una sola voz y desde instrumentos y contextos multilaterales equilibrados y no degradados.
El aldabonazo de Correa y la Cumbre de las Américas
Ángel Guerra
      La llamada Cumbre de las Américas (CA) fue una iniciativa del gobierno de William Clinton para imponer a América Latina el Alca, agresivo instrumento de recolonización económica, política y cultural, concebido durante el gobierno de George H. Bush. Recién comenzaba a aplicarse en México(1994) con el nombre de TLCAN.
Señal del cambio de época –como lo llama el presidente ecuatoriano Rafael Correa–, el Alca fue derrotado en la CA celebrada en 2005 en Mar del Plata, hecho trascendental para impedir la anexión de América Latina. Ello se debió a las grandes movilizaciones populares contra las políticas neoliberales, encarnadas en la decisión de los presidentes Néstor Kirchner, Hugo Chávez y Lula da Silva. Emergía una nueva situación de independencia, unidad e integración regional con mecanismos como la Alba, Unasur y más recientemente la Celac, y un rechazo creciente a las inhumanas políticas de libre mercado.
En este contexto y volviendo a Correa, en una muy cordial carta dirigida el 2 de abril a su homólogo de Colombia Juan Manuel Santos, el ecuatoriano expone las razones por las que después de reflexionar mucho ha llegado a la decisión de no asistir a las Cumbres de las Américas hasta que se tomen las decisiones que la Patria Grande nos exige. En obvia alusión a la ausencia de Cuba puntualiza que “no puede denominarse ‘Cumbre de las Américas’ a una reunión de la cual un país americano es intencional e injustificadamente relegado”. Se ha hablado –añade– de falta de consenso, pero todos sabemos que se trata del veto de países hegemónicos, situación intolerable en nuestra América del Siglo XXI. Los países hegemónicos a que se refiere Correa no son otros que Estados Unidos y Canadá, pues ninguna nación de América Latina o el Caribe se opone a la presencia de Cuba en el ámbito hemisférico, como lo demuestra su elección para presidir el próximo periodo de la Celac o la reunión de la OEA en Honduras, donde se acordó derogar el injusto e inmoral acuerdo que la excluía. Fue una reparación moral y legal pues a La Habana no le interesa regresar a la OEA a causa de su infame trayectoria como valedora de las dictaduras militares y las agresiones y ocupaciones imperialistas en nuestra América.
Correa añade que es inaceptable soslayar en estas cumbres temas como el inhumano bloqueo a Cuba, así como la aberrante colonización de las Islas Malvinas, los cuales han merecido el rechazo casi unánime de las naciones del mundo.
Cabe recordar que el presidente ecuatoriano propuso en la 11 Cumbre de la Alba (Caracas, 4 y 5 de febrero) que los países del mecanismo no asistieran a la reunión de Cartagena de Indias si Cuba no era invitada. No obstante que la cumbre no tomó una decisión final sobre la asistencia de los miembros, Chávez concordó con Correa en que si Cuba no era invitada se considerara su propuesta y sugirió consultar al mandatario colombiano Juan Manuel Santos en su condición de anfitrión. Santos declaró que no dependía de él y que debía buscar el consenso. No había terminado de decirlo y ya un vocero del Departamento de Estado afirmaba que Cuba no calificaba para asistir. Cuba no hubiera pedido nunca asistir a la CA puntualizó el presidente Raúl Castro en la cumbre de Caracas, pero otra cosa era ante una invitación del país anfitrión. Por eso, preguntado en La Habana por la canciller colombiana María Ángela Holguín sobre el interés cubano en participar su respuesta fue afirmativa. El posterior viaje de Santos a la isla –que no gustó nada al imperio– para explicar que no había logrado el consenso puede apreciarse como un gesto amistoso pero que en modo alguno modificaría la decisión de excluir a Cuba ya tomada por Washington.
En la reunión de Cartagena no sólo exigirán la asistencia en lo adelante de Cuba a las CA los miembros de la Alba que concurran. También lo harán Argentina, Brasil, Perú, los miembros del Caricom y la propia Colombia como ha prometido Santos. De la misma manera que en concordancia con lo acordado en la reunión fundacional de Celac (Caracas, diciembre de 2011) se demandará a Obama el levantamiento del criminal bloqueo. El mandatario estadunidense asiste a esta cumbre sin haber cumplido con su promesa en la anterior (2009) de un cambio en la política estadunidense hacia América Latina y el Caribe, de modo que estará a la defensiva desde el principio. Sospecho que esta será la última Cumbre de las Américas.
P.D. Las Malvinas son argentinas.
Argentina: soberanía, proteccionismo y doble moral
      El pasado fin de semana, 40 países miembros de la Organización Mundial de Comercio (OMC) –entre los que destacan los 27 estados que integran la Unión Europea, Estados Unidos, Japón y México– suscribieron una protesta conjunta en contra del gobierno de Argentina por la aplicación de medidas restrictivas al comercio. El correlato de esa queja es la decisión de Buenos Aires de incrementar, a partir de 2008, diversos mecanismos para desincentivar las compras al exterior por su economía, como las llamadas licencias no automáticas de importación, las declaraciones juradas anticipadas –que ordenan a los importadores declarar y justificar ante las autoridades el ingreso de productos y mercancías– y, más recientemente, la exigencia a socios comerciales de compensar cada dólar importado con la compra de producción local y exportaciones.
Las medidas restrictivas implantadas por Argentina deben verse en el contexto de los empeños legítimos del gobierno de Buenos Aires por proteger la producción local, salvaguardar sectores estratégicos de su economía, garantizar un equilibrio en su balanza comercial, procurar el ingreso de divisas y protegerse, en esa medida, de los movimientos arbitrarios de capitales financieros trasnacionales y de una fuga de capitales puesta en práctica desde hace años por la oligarquía local, elementos capaces de socavar políticas orientadas a promover la equidad distributiva y resguardar a las poblaciones de las bruscas oscilaciones de los mercados mundiales.
Las decisiones argentinas son reflejo, pues, de las dificultades que experimentan los gobiernos nacionales por recuperar, en el contexto mundial presente, la soberanía económica perdida en el curso del ciclo neoliberal que se abatió sobre toda la región y al que aún se aferran unos cuantos gobiernos, el de México entre ellos.
En la lógica impuesta por el llamado Consenso de Washington –según la cual la apertura indiscriminada de las fronteras comerciales es indispensable para el desarrollo nacional–, resulta casi sacrílego, como señaló en su momento Cristina Fernández, que un gobierno busque fijar restricciones al comercio internacional, así sea para salvaguardar a su población. Pero si algo ha distinguido a la Argentina contemporánea es su experiencia en la aplicación de medidas consideradas heterodoxas, como queda de manifiesto con la conducción macroeconómica del gobierno de Buenos Aires tras la suspensión de pagos de su deuda soberana, hace una década, que hasta ahora se ha saldado con tasas de crecimiento económico de 8 por ciento anual en promedio, a contrapelo de las advertencias fatalistas emitidas en su momento por los centros de poder financiero mundial, y a pesar de la marginación de ese país de los mecanismos de crédito internacionales.
Por otra parte, es inevitable contrastar la protesta presentada ante la OMC con los subsidios y las amplias medidas proteccionistas que suelen poner en marcha las naciones ricas para salvaguardar a sus productores nacionales. Significativamente, en la actualidad, los dos miembros de la OMC con más quejas en contra por trabas al libre comercio son precisamente Washington y Bruselas, y ello permite ponderar la doble moral con que se conducen los dos principales impulsores de la presión multinacional contra la política comercial de Buenos Aires.
En suma, los elementos de juicio mencionados ponen de manifiesto la necesidad de proseguir la búsqueda, por los gobiernos nacionales, de mecanismos que resguarden a sus países y a sus poblaciones de las consecuencias del libertinaje mercantil, por más que ello implique recurrir a medidas satanizadas por el desacreditado dogma neoliberal aún vigente.

Pateando Piedras

Posted: 04 Apr 2012 01:11 AM PDT
Un tuit que merece la pensa ser posteado:
Video que quiso censurar el PP de la huelga general

del 29 de Marzo grabado desde un

helicóptero fb.me/1gvMpOBwc
— DRY_ElPuerto (@DRY_ElPuerto) abril 4, 2012

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