Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

sábado, 14 de abril de 2012

Y EN MEXICO QUE ESPERAMOS PARA SOLIDARIZARNOS - En defensa de la petrolera Repsol, endurece España amenazas contra Argentina- «

Energéticos y mercado
En defensa de la petrolera Repsol, endurece España amenazas contra Argentina
Posee la firma hispana 57.4% de acciones de YFP, que podría ser nacionalizada
La administración de Rajoy amaga con romper relaciones con el país austral
En Madrid, líder izquierdista condena la actitud colonialista del Ejecutivo
Armando G. Tejeda
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 14 de abril de 2012, p. 2
Madrid, 13 de abril. El Ejecutivo español, del conservador Mariano Rajoy, amenazó por segundo día consecutivo a la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, sólo que en esta ocasión llegó a plantear una hipotética ruptura de relaciones diplomáticas y comerciales. El origen del conflicto es el supuesto plan del gobierno del país austral para nacionalizar la empresa Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), en la cual la petrolera española Repsol tiene participación, con 57.43 por ciento de las acciones.
Con un lenguaje duro y amenazador, el gobierno español advirtió que recabará el apoyo de la comunidad internacional para reprobar a la mandataria argentina y desactivar lo que considera una agresión a sus intereses geoestratégicos.
Las relaciones diplomáticas y comerciales entre España y Argentina están al borde de la ruptura. Así lo dejaron patente dos destacados miembros del gabinete del conservador Rajoy: la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, quienes hablaron en tono serio de una situación de extrema gravedad que sitúa a ambos gobiernos en un momento crítico, el peor de las últimas décadas.
El origen del conflicto es un documento-borrador que empezó a circular el jueves por los foros del poder en España, en el que se asegura que el gobierno de Fernández de Kirchner tiene ya redactado y a punto de ejecutar un plan para la expropiación de 50.01 por ciento de YPF, con lo que pasaría a tomar el control ejecutivo de la empresa de hidrocarburos. La principal afectada sería la actual compañía hegemónica, Repsol.
La multinacional española –en la cual Petróleos Mexicanos tiene participación de casi 10 por ciento– tiene la mayoría de sus activos –20 por ciento– en Argentina, país con una enorme riqueza de reservas petrolíferas y de explotación. De hecho, las dos terceras partes de la producción de petróleo de Repsol proceden de Argentina, así como la mitad de sus reservas probadas.
El documento, que el gobierno de Fernández de Kirchner todavía no ha confirmado como auténtico, es el resultado de un prolongado distanciamiento entre la dirección ejecutiva de Repsol, con Antonio Brufau a la cabeza, y la mandataria sudamericana, sobre todo por las supuestas malas prácticas en materia medioambiental de Repsol y por la explotación de los recursos naturales. De hecho, en sus últimos viajes a Argentina el máximo responsable de Repsol ni siquiera fue recibido por la presidenta.
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Gasolinera en Buenos Aires. Dos terceras partes de la producción de petróleo de Repsol proceden de ArgentinaFoto Reuters
La estrategia del gobierno de Rajoy es conseguir el apoyo contra Argentina de la Unión Europea, de Estados Unidos y de México, como presidente en turno del Grupo de los 20.
El canciller español recibió al embajador argentino en Madrid, Carlo Antonio Bettini, pero unas horas más tarde elevó de nuevo el tono de las críticas y reiteró la amenaza.
El peor de los escenarios sería una ruptura, y no sólo en términos económicos, de las relaciones fraternales que mantienen desde hace décadas ambos países, expresó.
La vicepresidenta Sáenz de Santamaría, con notable inexperiencia en asuntos internacionales y diplomáticos, añadió en tono severo: las medidas no se anuncian, se adoptan. Además invitó al embajador y al país del que procede a reflexionar.
El gobierno español advirtió que cualquier agresión a Repsol será considerada una agresión a España, con lo que, en caso de que se haga efectivo el supuesto plan de nacionalización de 50.01 por ciento de YPF, se abre la puerta a una ruptura total de relaciones con Argentina.
Más allá de los apoyos de organizaciones patronales y del opositor Partido Socialista Obrero Español, el gobierno español recibió duras críticas por su postura colonialista.
El diputado y líder de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, solicitó a Rajoy que se deje de amenazas y aparque su actitud colonialista con el fin de facilitar el diálogo. Lo que sobra son las amenazas. Este gobierno pasa de la diplomacia a las amenazas y de ahí a un colonialismo duro.
La organización no gubernamental española Ecologistas en Acción consideró que la expropiación de YPF sería favorable y una buena noticia en el avance hacia un mundo pospetrolero más justo. Es imposible avanzar hacia un mundo pospetrolero mientras el control de los campos y de la actividad petrolera esté en manos de empresas privadas.

Repsol-YPF: depredación y contrastes
 
  
 
 
           En días recientes, el diferendo entre la petrolera Repsol-YPF y el gobierno de Argentina ha crecido hasta adquirir tonos de conflicto internacional. El pasado jueves, el ministro español de Industria, José Manuel Soria, afirmó que cualquier gesto de hostilidad contra empresas de su país sería interpretado como un gesto hacia España y traería consecuencias. Ayer, el canciller español, José Manuel García-Margallo, pidió al gobierno de México –en su calidad de presidente pro témpore del G-20– que ayude a la petrolera trasnacional ante la perspectiva de una posible nacionalización por el régimen de Buenos Aires, llamado que es imposible desvincular del interés económico de las autoridades de nuestro país en la firma española, redimensionado tras la reciente adquisición –con dinero público y con resultados desastrosos para México— de casi un 5 por ciento de sus acciones por Petróleos Mexicanos.
Es importante subrayar que la referida confrontación entre la petrolera trasnacional y el gobierno argentino no se debe a una actitud hostil del segundo hacia la primera, ni mucho menos a un capricho de la administración que encabeza Cristina Fernández de Kirchner, sino, fundamentalmente, al incumplimiento por Repsol-YPF –que controlan 37 por ciento de las reservas petroleras de la nación sudamericana y 55 por ciento del mercado de combustible– de sus compromisos de inversión en la industria petrolera argentina, lo cual afecta las necesidades y la soberanía energéticas de ese país.
El telón de fondo ineludible es el historial de saqueo y de afectaciones que ha protagonizado la empresa petrolera española a las poblaciones y a los patrimonios de naciones como Argentina y México. En el país sudamericano, dicho historial puede rastrarse desde el propio proceso de privatización de YPF bajo el gobierno de Carlos Menem: éste, tras haber asumido la deuda de la empresa petrolera y haber despedido a casi 35 mil de sus trabajadores, remató YPF en una operación irregular y a un precio muy por debajo de su valor. Para colmo, en los casi tres lustros transcurridos desde la venta de YPF a Repsol, el comportamiento de ésta ha distado mucho de ser benéfico para los argentinos: por el contrario, se ha caracterizado por una disminución de las reservas petroleras del país sudamericano, por una maximización de las ganancias por concepto de exportación, por un reparto de la mayor porción de las utilidades entre los accionistas de la petrolera y, en consecuencia, por un aporte ínfimo al desarrollo de la industria argentina de los hidrocarburos, en lo que constituye un claro ejemplo de neocolonialismo económico.
Por lo que hace a nuestro país, los preceptos constitucionales que reservan al Estado la potestad exclusiva sobre actividades del ramo energético no han impedido que Repsol se haga de jugosas oportunidades de negocio en el sector: así ha ocurrido, por ejemplo, con la venta, por parte de la petrolera española, de gas importado de Perú a la Comisión Federal de Electricidad –a un precio muy por encima de su valor real–, y con la proliferación de los permisos para productores independientes de electricidad, que actualmente generan 55 por ciento del flujo eléctrico que se consume en el país y entre los que Repsol detenta una posición privilegiada.
Así pues, la trayectoria de Repsol tanto en Argentina como en México es emblemática de la depredación y la rapiña corporativa que ha prevalecido en la región a partir de la oleada de privatizaciones y de la apertura indiscriminada de las economías a capitales extranjeros –mineras, petroleras, generadoras de electricidad, instituciones financieras, entre otras–: tales procesos, impuestos en nuestros países por gobiernos neoliberales como los de Menem y Carlos Salinas de Gortari, se han saldado con el incumplimiento impune de las leyes y normas nacionales por las empresas, con la obtención de cuantiosas ganancias económicas a cambio de mínimas aportaciones a las economías nacionales, con depredación financiera y ecológica y con afectaciones a la vida cotidiana de la población.
Resulta desolador que mientras Argentina busca recuperar la soberanía sobre sus recursos naturales y sobre un sector estratégico de su economía, como el petrolero, el gobierno calderonista se empeñe, en un afán inexplicable por beneficiar a Repsol a costa de lo que sea, en un rumbo de acción que no sólo ha creado graves problemas internos, sino ha causado, por distintos frentes, un grave quebranto monetario al erario.
Si Calderón cede a las presiones del gobierno de Mariano Rajoy, provocará un deterioro de la relación bilateral con Argentina y del proceso de integración latinoamericano en general, afectado de por sí por la decisión de las administraciones panistas de marginar a México en la región. Lo pertinente, en suma, es aprender de los ejemplos procedentes de Sudamérica, lo cual, en este caso, implica poner un alto a la política de entrega de los recursos naturales nacionales a los depredadores de la escena internacional.

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