Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

sábado, 29 de diciembre de 2012

Las baladronadas de Elba Esther- La importancia del liderazgo en la educación-El indispensable escudo de Mancera

Las baladronadas de Elba Esther
Luis Hernández Navarro
¡Bla, bla, bla...! Quiso hacer patente su malestar por el trato que el gobierno federal le ha dado y reafirmarse ante los suyos. Ejerció el democrático derecho al pataleo. Pero, a fin de cuentas, el desplante resultó una baladronada. El pasado 21 de diciembre, Elba Esther Gordillo anunció un plan de resistencia pacífica y digna contra la reforma educativa aprobada por el Congreso de la Unión. La movilización –anunció– comenzará el próximo 5 de enero.
 
¿A qué llama la líder vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) “resistencia pacífica y digna? A una serie de medidas que nada tienen que ver con resistir al poder. Los maestros –explicó– no suspenderán clases y utilizarán los sábados y domingos, de forma pacífica, para pedir firmas de apoyo y solidaridad a sus demandas, en las plazas públicas del país. Los fines de semana distribuirán volantes para explicar el alcance de la reforma, para advertir sobre el riesgo que representa para la estabilidad en el empleo de los trabajadores y para alertar a otros sindicatos sobre lo que que les puede suceder a ellos.

La profesora Gordillo no hizo estas declaraciones en una negociación con el gobierno de Enrique Peña Nieto. Tampoco, a través de sus representantes en la Cámara de Diputados. No. Dijo lo que dijo durante la clausura de la 35 sesión extraordinaria del Consejo Nacional del SNTE, en el que participaron 300 delegados afines a ella. Fue a ellos a quienes se dirigió.

No es la primera ocasión en la que la maestra amaga con efectuar vaciladas por el estilo. A fines de mayo de 2002, en pleno gobierno de Vicente Fox, Rafael Ochoa Guzmán, entonces secretario general del sindicato magisterial, informó a la opinión pública sobre el inicio de una huelga trabajando, para protestar por el bajo incremento salarial otorgado al magisterio y la falta de presupuesto al sector educativo.

Según Ochoa Guzmán, hay diferentes formas de hacer huelgas: Unas son de hambre, otras son parando labores, la de nosotros será trabajando. Se trata –dijo– de un movimiento a la japonesa, que consiste en que algunos maestros se pongan botones y listones en el brazo durante un mes en señal de protesta.

“La huelga trabajando –señaló–, a diferencia de las manifestaciones clásicas de inconformidad, se caracteriza por ser una protesta responsable, pues la hacemos sin lastimar a terceros, sin incumplir con las obligaciones laborales, respetando el calendario escolar y reafirmando nuestra indeclinable voluntad de luchar por mejores condiciones profesionales, laborales y de vida, sin desatender el compromiso fundamental, la tarea de educar”.

La protesta del SNTE, por supuesto, nada tuvo que ver con las huelgas japonesas. Si bien es cierto que los trabajadores nipones manifiestan su inconformidad ante la empresa sin suspender labores, trabajando las mismas horas de siempre, pero –ahí está el detalle– lo efectúan sin prestar atención a lo que hacen y fabrican mercancías de mala calidad, que provoca en las empresas devoluciones masivas de los productos y pérdida de prestigio de la marca.
 
La falsa huelga japonesa de los elbistas en 2002 terminó con una negociación que evoca los contenidos de la actual reforma educativa. Diez años después, la historia parece repetirse. El desenlace de entonces proporciona pistas para ver como concluirá la resistencia pacífica y digna de la profesora Gordillo.
 
El 8 de agosto de 2002, después de un mes de listones en el hombro, el SNTE y el gobierno federal firmaron –junto a otros actores– el Compromiso Social por la Calidad de la Educación, que se propuso elevar la calidad de la educación y contar con herramientas confiables de evaluación educativa. Las consecuencia de ese pacto fue la creación, por decreto presidencial, del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), y el diseño y puesta en práctica del Programa Escuelas de Calidad, financiado con fondos del Banco Mundial.
 
Entre los saldos de esa negociación hay dos que merecen destacarse por su significado práctico. Reyes Tamez Guerra, el entonces secretario de Educación Pública, fue electo como senador de la República como parte del Partido Nueva Alianza (Panal), brazo electoral de la maestra. Fernando Bribiesca Sahagún, hijo de la esposa de Vicente Fox, es actualmente diputado federal por parte del mismo partido.
 
En esta ocasión el SNTE no va a sacar a los maestros a la calle, por más descontento que la reforma esté provocando entre los trabajadores de la educación de la base. Si los moviliza, Elba Esther no podrá diferenciarse de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), tarea a la que ha dedicado muchos recursos y esfuerzos. Corre, además, el riesgo de que los docentes la rebasen por la izquierda.
 
Pero, además, no lo va a hacer porque la reforma no desafía la parte sustancial de su poder: el monopolio de su representación gremial. En el mismo consejo en el que anunció la resistencia pacífica y digna, la profesora Gordillo mostró la toma de nota que la reconoce como la representante legal de los maestros del país.
 
La reforma toca de lado la estructura de la Secretaría de Educación Pública y de las secretarias de enseñanza estatales. El enorme ejército de jefes de sector, jefes de enseñanza, inspectores, directores de escuela y subdirectores de escuela, que son la correa de transmisión, de control y mando del aparato escolar, seguirá en su mayoría bajo en manos del SNTE y de la nomenclatura educativa estatal. Se calcula que entre 90 y 95 por ciento de esos funcionarios en el país forman parte de las redes de poder locales tejidas desde el maridaje cómplice del sindicato elbista y las autoridades educativas en los estados.
 
Es cierto. La maestra está enojada por el trato que el secretario de Educación y los operadores del gobierno federal le dieron. Está preocupada por el descontento que la reforma provocó entre los maestros de base. Necesitaba dar un golpe de efecto. Ya lo dio. Pero no está en sus planes romper su alianza con Peña Nieto. Sus baladronadas difícilmente irán más allá de sus declaraciones.
 
La importancia del liderazgo en la educación
Simón Vargas Aguilar*
En las últimas semanas, la educación se ha colocado como uno de los principales temas de la agenda nacional, tras la presentación de la iniciativa de reforma al artículo 3º constitucional por parte del presidente Enrique Peña Nieto, el pasado 10 diciembre, mediante la cual se pretende crear el Servicio Profesional Docente; elevar a rango constitucional al INEE; fomentar la autonomía de gestión de las escuelas e incrementar el número de planteles de tiempo completo; así como crear el Sistema de Operación y Gestión Educativas.
 
Sin embargo, aún existen muchas dudas sobre si esta propuesta podrá ser la punta de lanza para la transformación educativa que México necesita, debido a que se requiere hacer mucho más al respecto. Y es que al mirar algunos datos y resultados de algunos organismos internacionales sobre el estado que guarda la educación en nuestro país, el panorama resulta poco alentador: 397.07 puntos en la prueba TIMSS (matemáticas y ciencias) en 2007; 419.89 puntos en la prueba PISA en 2009; apenas 13.74 años de esperanza de vida escolar; una tasa de graduados de 47.02 por ciento en educación media, la cual se reduce a 19.82 por ciento en el nivel superior, y sólo un 17.30 por ciento de la fuerza laboral cuenta con estudios universitarios.

En ese sentido, en 2007 la consultora estadunidense McKinsey & Company publicó un reporte denominado ¿Cómo hicieron los mejores sistemas educativos del mundo para alcanzar sus resultados? En el cual se destaca que los sistemas educativos que muestran excelencia son dirigidos por equipos de gestión, cuyos miembros han tenido una buena formación y han obtenido altas calificaciones en programas de calidad. Asimismo, se subraya que dichos sistemas han desarrollado estrategias de selección y formación de las personas más competentes para que desempeñen cargos directivos.

En tanto, tres años después, en el reporte ¿Cómo los sistemas educativos que más mejoran continúan mejorando?, los analistas de McKinsey señalan que el liderazgo es esencial para obtener buenos resultados en el ámbito educativo, y hacen énfasis en que existen dos aspectos que destacan de los líderes que impulsan mejoras en los sistemas educativos: la duración de su periodo de gestión, y la continuidad de los procesos, a pesar de los cambios en el liderazgo político y como, a pesar de que el tiempo de gestión de los secretarios de Educación en Inglaterra y Francia es sólo de dos años, esto no ha sido un obstáculo para obtener resultados positivos.
 
Ante este panorama, dos factores importantes a considerar son: la formación académica, así como el proceso de selección de los candidatos a secretarios de Educación. En este contexto, sólo en Estados Unidos, Corea del Sur e Israel, los aspirantes a ocupar dicho puesto deben superar un proceso de selección en el cual son propuestos en un primer momento y posteriormente son ratificados por el Congreso o por el Consejo de Ministros, en el caso israelí. Mientras que en la gran mayoría de los países, incluido el nuestro, el titular de Educación es elegido mediante designación directa por parte del presidente o primer ministro.
 
Arne Duncan, secretario de Educación de Estados Unidos, fue nominado por el presidente Obama y ratificado por el Senado en 2009, y logró acceder a su cargo gracias a su amplia preparación académica –graduado magna cum laude con especialidad en sociología por la Universidad de Harvard– y su largo historial profesional estrechamente relacionado con la educación, al desempeñarse durante siete años como director ejecutivo de las escuelas públicas de Chicago.
 
En tanto que el ministro de Educación de Corea del Sur –uno de los países con mejor desempeño educativo– Lee Ju-ho cuenta con una maestría en Economía Internacional por la Universidad Nacional de Seúl y un doctorado en Economía por la Universidad de Cornell, además de siete libros publicados y más de 20 años de experiencia en el ámbito educativo.
 
En este contexto, es necesario y urgente que en un tema toral para el desarrollo nacional, como es la educación, se consideren nuevos mecanismos y procesos de selección, así como los perfiles de los mejores candidatos a ocupar puestos de alto nivel en la Secretaría de Educación Pública. Ante el reto que representa ofrecer educación de calidad para millones de niños y jóvenes en nuestro país, se requiere de nuevos liderazgos que pongan en marcha los procesos necesarios para posibilitar que nuestro país acorte distancias con las potencias educativas en el mediano plazo.
*Presidente de Educación y Formación con Valores AC y analista en temas de seguridad, educación y justicia
Twitter: @simonvargasa
Facebook: simonvargasa
El indispensable escudo de Mancera
Jorge Carrillo Olea
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Una idea contundente por su gravedad y urgencia es la de atender el problema de seguridad pública con una visión integral, mediante un sistema amplio, diferente: Concebirla como un problema regional que no se limita a fronteras políticas. Así lo planteó el nuevo jefe de Gobierno de DF, Miguel Ángel Mancera.
 
Convocó a los gobernadores de la zona macro-metropolitana para enfrentar el desafío de manera participativa y comprometida. Le llama Programa Escudo Centro, que sería diseñado para sumar de manera compartida con los estados, todos los instrumentos políticos (voluntad), jurídicos, institucionales, técnico-científicos y operativos para prevenir y combatir al delito ordinario mediante una estrategia regional. (*). Su experiencia de procurador es un aval.
 
La idea merece la mayor consideración e interés, así como solidaridad. La atención pública hoy está colmada por ideas, hechos y desechos noticiosos propios del inicio de regímenes locales y el federal, por eso mismo habría que acentuar, destacar y apoyar la idea. Que no se diluya en la atención pública, hasta valdría proponer un lema: ¡Lo imposible no existe!
 
Es un lance que debió ser iniciado desde seis años atrás por una autoridad federal eficiente y fuerte en su capacidad inductora: La SSP. No lo hizo, se dedicó a otras cosas. No lo hizo en esta macro-metrópoli ni en otras como es Monterrey, Guadalajara, La Laguna, Acapulco y otros núcleos e imanes que son al mismo tiempo demarcaciones demográficas y criminales. Hoy con recursos limitados que no padecía García Luna, lo intentará Mancera.
 
Las limitaciones a vencer están por lo menos agrupadas en cinco focos: 1. La aceptación política del mismo presidente Enrique Peña, la consecuente pero no garantizada conformidad del general Óscar Naranjo, la supuesta comprensión y apoyo de la Secretaría de Gobernación, incluidos los celos del doctor Mondragón que se sentirá desplazado. 2. El convencimiento, adhesión y compromiso de los gobernadores de estado de México, Hidalgo, Puebla, Morelos y Guerrero, algunos de muy difícil trato, que alegarán en principio violaciones a su soberanía, argumento que se suavizaría con ampliaciones presupuestales. 3. Superar las enormes limitaciones de disparidad jurídica, de debilidad institucional, los enormes rezagos técnicos, la insuficiencia de infraestructura, de equipamiento y la ineptitud del recurso humano con mayor acento en mandos medios y superiores 4. La insuficiencia presupuestal previsible. 5. La formación de un equipo humano multivalente, suficientemente capacitado y productivo, verdaderamente experimentado en la concepción, programación, administración y control de proyectos, entendiéndose que los recursos humanos del propio DF tiene ya un compromiso abrumador.
 
Más de la cuarta parte de los delitos del orden común nacional se producen en estos estados. Los números en sí no reflejan la realidad implícita de que afectan a la sociedad en su mayor intimidad, el daño moral y parte del material son incuantificables. Tampoco reflejan la movilidad criminal, la evolución del delito, los flujos, corrientes, temporadas y formas de traslación de delincuentes.
 
Muchos de los delitos de este orden están asociados con concurrentes del orden federal, muchos del orden común como en Guerrero ni siquiera llegan a ser sujetos de averiguación. Es la peor procuraduría del país. Por eso uno de los primeros pasos y que sería posiblemente obstaculizado por altos funcionarios y grupos de interés sería una auditoría jurídica, técnica, operativa y administrativa. ¡Ahí empezarán los enredos!
 
Por todo ello es muy encomiable la iniciativa del jefe de Gobierno. Habla y propone con valor y pleno conocimiento del tema, sabe perfectamente que cualquier esfuerzo parcial de cualquier estado y del propio Distrito Federal resultaría solamente un paliativo. Seguramente, como servidor público de probada eficiencia, prudencia y lucidez, logrará tanto como el mejor podría hacerlo.

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