EPN, la violencia navideña y el silencio
El Presidente Enrique Peña Nieto regresa hoy a sus actividades normales, luego de dos días de asueto en Los Pinos, por la Nochebuena y la Navidad.
Bien por él y por todos los mexicanos que descansaron merecidamente y compartieron estos días con sus familias y estuvieron en paz.
Mal porque el gobierno federal, pese a que en los últimos tres días se dio una escalada de violencia en Jalisco, Michoacán, Sinaloa, Sonora y San Luis Potosí, que deja un saldo de casi 30 muertos, no hizo ningún pronunciamiento.
El gobierno federal, ahora en manos del PRI y que tiene a Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación (Segob), y a Jesús Murillo Karam, titular de la Procuraduría General de la República (PGR), al frente de la seguridad en el país, no se apareció en los medios por estos días, ni siquiera para lanzar llamados que conminaran a la paz en el país.
Son días de guardar para algunos, pero no para todos. Los funcionarios públicos, particularmente los de las más altas responsabilidades en el país, no están para guardarse.
El nivel en el número de asesinatos no se ha reducido en el país y se entiende que el problema, uno de los más críticos de la agenda nacional, no se resolverá con sólo el cambio de cabezas en los puestos más importantes de toma de decisión.
Sin embargo, a la ciudadanía le urgen señales de que el gobierno está atento a una de sus encomiendas centrales: garantizar la seguridad y el libre tránsito de los mexicanos en todo el país.
La tensa calma y las calles vacías con que vivieron Nochebuena y Navidad la mayoría de las grandes ciudades del país responde más al temor que a las ganas de vivir unas plenas vacaciones.
Eso también repercutió en la economía. Las grandes aglomeraciones de compradores observadas en otros años fueron inhibidas por el miedo.
México necesita acciones urgentes y certeras para combatir la inseguridad, y el Presidente Peña Nieto tiene que mostrar pronto que está dispuesto a realizarlas y que tiene un equipo capaz para llevarlas a cabo.
Hoy, el Jefe del Ejecutivo federal vuelve al trabajo, lo mismo que millones de mexicanos de a pie. Lo menos que se le puede pedir es que él y su equipo de seguridad le entren al tema con seriedad y oficio.
De los diputados y senadores ni hablamos. Ellos están de vacaciones hasta enero, y tienen instaladas Comisiones Permanentes… por lo que se ofrezca.
Falta aún una semana de asueto por el fin de año y a este país revuelto y ensangrentado le urgen acciones que garanticen la paz, más allá de las promesas de campaña, de discursos esperanzadores y de buenas voluntades.
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