Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

domingo, 16 de diciembre de 2012

BAJO LA LUPA- Qué se juega con la vida de Hugo Chávez-

Bajo la Lupa
Egipto: retornan los tanques proscritos
Alfredo Jalife-Rahme
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Mujeres egipcias esperan formadas, en El Cairo, para participar en un referendo sobre cambios a la Constitución propuestos por partidarios del presidente Muhamed Morsi
Foto Ap
Lo que advenga en el barómetro del mundo árabe, Egipto –90 por ciento sunitas y 10 por ciento coptos cristianos de sus casi 100 millones de habitantes– definirá la orientación teológica regional, amén de su relevante cuan compleja cartografía geoestratégica: canal de Suez, río Nilo, mayor población árabe, principal aliado militar árabe de Estados Unidos, acuerdos de Campo David con Israel, acercamiento con Irán y Turquía, alianza con Hamas, etcétera.
 
Debido al control multimediático global promovido por la desregulada globalización neoliberal financierista se suele sucumbir en las categorías grotescas de la dominante hegemonía lingüística occidentaloide de reducir la cruenta colisión de los sectores de la polarizada sociedad egipcia entre islámicos moderados (sic) –los Hermanos Musulmanes–, quienes buscan implementar la omnímoda ley coránica de la Sharia, y los laicos (¡súper sic!), quienes supuestamente anhelan la democracia liberal y los derechos humanos al estilo de su aplicación muy sui generis en las dos costas del Atlántico norte.
 
Luego con tour de force acrobático, los maniqueos lingüistas de la perniciosa propaganda globalista occidentaloide agregan marginalmente a los salafistas, con una hermeneútica más estricta de la Sharia y una demografía nada despreciable, a la extrema derecha de los Hermanos Musulmanes, dejando en el vacío semántico a la entelequia fantasmagórica de Al Qaeda (para muchos Al CIA).
 
Mel Frykberg, de IPS (15/12/12), sucumbe también al tóxico maniqueísmo occidentaloide, pero agrega ingredientes más apegados a la realidad al aducir preocupantemente que se dibuja una guerra civil en el horizonte.
 
Frykberg cita a Gamal Nkrumah (hijo del ex presidente de Ghana, Kwame, y de madre egipcia del rito copto cristiano), hoy politólogo del legendario semanario cairota Al-Ahram: Egipto se encamina a una batalla política prolongada. La presente situación es insostenible. Parece dirigirse a una guerra civil: la carta desconocida son los militares, y es incierto qué rumbo tomarán.
 
Los militares aún constituyen la piedra de toque de la nación egipcia desde el derrocamiento de la monarquía en 1953 y difícilmente dejarán que la conflagración degenere a una guerra civil.
 
Tampoco hay que ser genios para percatarse que la infantería, conformada por devotos feligreses islámicos, se inclinaría del lado de los Hermanos Musulmanes, a diferencia de los mandos medios y altos, más proclives a la coexistencia intercomunitaria y algunos hasta partidarios de los revolucionarios primigenios, lo cual llevaría a su peligrosa fractura de facto.
 
¿Segundo golpe de Estado (en realidad, serían tres con el golpe dentro del golpe de Nasser a Neguib) rectificativo después de casi 60 años, con bendición tácita de Obama, quien tendría que escoger entre su alianza con los Hermanos Musulmanes en el mundo árabe (Egipto, Siria, Jordania, etcétera) y el ejército egipcio, dependiente del Pentágono, que regresaría por la puerta triunfal?
 
¿O dejarán los imprescindibles militares que Egipto se balcanice en una entidad sunita confederada de Hermanos Musulmanes/salafistas y otra de los coptos cristianos al sur, en la cercanía de Sudán, otro país fracturado?
 
El presidente egipcio Muhamed Morsi, gran triunfador de la enésima guerra reciente de Gaza –gracias a su invaluable mediación entre los Hermanos Musulmanes de Hamas y el gobierno desfalleciente de Bibi Netanyahu, quien se desprendió de su gravoso canciller Avigdor Lieberman (ex saca borrachos de antros en Moldova, quien renunció por presuntos desfalcos)–, se engolosinó y a los pocos días se arrogó por decreto alarmantes poderes autocráticos, que sometían al Poder Judicial, y cuyos jueces se insubordinaron insólitamente, lo cual fue aprovechado por la oposición heteróclita de laicos, mujeres y coptos cristianos, aterrados de sufrir persecuciones teológicas de la Sharia.
 
Ante las violentas protestas, Muhamed Morsi no tuvo más remedio que cancelar su decreto autocrático y solicitar increíblemente la protección del ejército para impedir la toma del palacio presidencial por los ultrajados manifestantes, quienes se sienten despojados de haber detonado la Revolución de las Pirámides y que, por la ley del número democrático/demográfico, les fue arrebatada en las urnas por los muy hábiles Hermanos Musulmanes, quienes permanecieron a la expectativa para acabar controlando parlamento y presidencia.
 
Las revoluciones muchas veces no saben para quiénes trabajan.
Muhamed Morsi sabe que la ley del número democrático/demográfico lo favorece (90 por ciento de sunitas): se dio el lujo de modificar cosméticamente su decreto autocrático para apaciguar las veleidades judiciales y se apresuró a convocar un referendo para una nueva Constitución, cuyo anticipado resultado no requiere la oficialización de los votos de los devotos islámicos, a lo que se preparan lúgubremente los coptos cristianos, según Christophe Ayad, de Le Monde (15/12/12): Los coptos votan masivamente contra la nueva Constitución. So what?
 
Se anticipa que los coptos (quienes se ostentan como descendientes de los faraones) y laicos serán aplastados por la ley del número democrático/demográfico.
 
Nathan J. Brown, de Foreign Affairs (9/12/12), desmenuza las sinuosidades hieráticas de la Constitución, para concluir que los laicos saben que corren a su derrota.
 
Brown juzga que la Constitución de Muhamed Morsi /Hermanos Musulmanes, que deja en el aire la supervisión de los militares por los civiles, introduce dos nuevos elementos: 1) la provisión de que el centro teológico Al-Azhar (icono del sunismo) será consultado en materia de ley islámica, y 2) “los principios de la Sharia islámica (principal fuente de legislación desde 1980)”.
 
Marina Ottaway, de Carnegie Endowment for International Peace, considera que está en juego La selección entre dos tiranías (National Interest, 29/11/12): el lado de los Hermanos Musulmanes que luchan por el voto; y el otro, la élite judicial, que cuenta con el apoyo de los rescoldos de Mubarak; ambos han recurrido al plebiscito de la violencia en la calle.
¿Opción entre tres tiranías, si se agrega el golpe de Estado rectificativo y antes no se disloca también el ejército?
 
Lo peor de la cíclope cosmogonía occidentaloide es que se pretenda que los musulmanes cesen de ser islámicos.
 
Se profundiza la islamización de Egipto concomitante a su descristianización –análoga al destino de los cristianos en Líbano, Siria e Irak (gracias a las guerras religiosamente petroleras del episcopalista Daddy Bush y el metodista Baby Bush), justamente mediante la ley del número democrático/demográfico a través de las urnas electorales y/o funerarias.
Muhamed Morsi y los Hermanos Musulmanes aplican una democracia islámica –que sustenta una teocracia moderna, de acuerdo con su idiosincrasia muy respetable para quienes profesamos el diálogo de las civilizaciones–, que hoy conviene a la OTAN por las nuevas coordenadas geopolíticas y que nada tiene que ver con la aún utópica democracia que no existe siquiera en Occidente: cuándo y dónde deben prevalecer imperativamente ante todo el respeto y los derechos inalienables de las minorías, absurdamente excluidas como cuerpo extraño de un cuerpo integral, frente a la implacable tiranía del número demográfico y aleatorio de las urnas electorales y/o funerarias.
La seudodemocracia occidental es aún barbárica.
Twitter: @AlfredoJalife
Qué se juega con la vida de Hugo Chávez
Guillermo Almeyra
Por fortuna, la operación salió bien, pero no quisiera estar en lugar de los médicos cubanos que han asumido la responsabilidad histórica de combatir con su ciencia y su voluntad para tratar de salvar la vida de Hugo Chávez. Porque de ellos no sólo depende un hombre que, a su manera y con sus límites, lucha valiente e incansablemente junto a su pueblo y por su pueblo para asegurar la independencia de Venezuela y la unidad latinoamericana frente al imperialismo; por la eliminación de la pobreza y de la injusticia en su país y en el continente y por la autorganización de los oprimidos. Pero también porque de esos médicos depende indirectamente el curso próximo de la economía cubana, de la construcción del Mercosur y de la Unasur, de la lucha entre las clases en Venezuela, así como las pujas entre los sectores y fuerzas que, en ese país, retardan y traban el proceso de construcción de poder popular y los que, por el contrario, tratan de impulsarlo combatiendo el burocratismo y el paternalismo.
 
Si Chávez, con su fortaleza y su amor a la vida, recomenzase su recuperación, de todos modos difícilmente podría asumir el 10 de enero, como marca la Constitución que otorga un plazo de 90 días, renovables, o sea seis meses, para su sustitución por el vicepresidente. Este domingo, además, se realizarán las elecciones legislativas regionales que determinarán la composición de los poderes Legislativo y los poderes locales. Incluso en el caso favorable de que en ellas triunfase el chavismo y pudiese lograr una cómoda mayoría parlamentaria, con el control de las principales regiones, si una gran mayoría vota como es de esperar por los candidatos de Chávez para asegurar la estabilidad política y económica, aumentaría de todos modos la presión de la derecha y del imperialismo en favor de nuevas elecciones presidenciales. Y aumentarían también las tensiones internas e interinstitucionales en el mismo gobierno y en el chavismo en cuanto a cuál política seguir, si una conciliadora con la oposición y con Washington u otra de frontal oposición.

Venezuela, por tanto, entrará en un periodo complicado, pues Maduro no tiene el carisma del presidente, y además enfrentará todo tipo de sabotaje económico, de presión mediática, de golpismo, abierto o escondido, tanto si Chávez en plazo de seis meses ocupase nuevamente su cargo como si no pudiese hacerlo o, peor aún, no superase las consecuencias posoperatorias.

Chávez y el chavismo se explican por el repudio del pueblo venezolano a los viejos partidos ligados a la oligarquía y el imperialismo. Fue el caracazo el que abrió el camino al golpe de los militares nacionalistas y los hizo populares y fue el levantamiento del pueblo el que defendió a Chávez contra el golpe de Estado que lo destituyó y detuvo, reinstalándolo en el gobierno. Chávez es una hechura directa del proceso que llamó revolución bolivariana, no su creador; cuando mucho, es su impulsor y, a veces, incluso su freno. Es igualmente un mediador y un árbitro irremplazable entre las diferentes fuerzas que actúan en dicho proceso, las cuales van desde la boliburguesía y la burocracia, por la derecha, hasta los intentos de autorganización de los campesinos, vecinos y trabajadores, por la izquierda, con las fuerzas armadas, cuyos mandos declaran su lealtad al presidente, entre ambos sectores. Su debilitamiento o su desaparición crearán, pues, un vacío que las diversas fuerzas tenderán a ocupar.
 
Chávez es también, indiscutiblemente, el más decidido y radical de los gobernantes latinoamericanos. Tanto Dilma Rousseff como Cristina Fernández buscan, en efecto, la cuadratura del círculo, o sea, desarrollar el capitalismo en sus respectivos países, con los instrumentos del neoliberalismo apenas modificados por el asistencialismo estatal para que no aumenten mucho la pobreza y la desocupación y no tienen planes para el futuro inmediato ni mucho menos aún, planes de transformación. Además, los principales socios del Mercosur son competidores en rubros importantes y eso impide que dicha asociación avance, ya que Bolivia y Uruguay son muy débiles y Ecuador tiene aún una economía dolarizada. Venezuela, por tanto, en parte venciendo la resistencia de la burguesía brasileña y, en menor medida, de la argentina, es el motor de la integración sudamericana y, en buena medida, su financiador. Sin Chávez el proceso integrador, por tanto, podría ser mucho más complejo y dificultoso.
 
Cuba, Nicaragua y varios países del Caribe dependen, por otra parte, del petróleo subsidiado que les otorga la Venezuela bolivariana, que Cuba paga con la participación de sus médicos en el servicio sanitario venezolano, cosa que la derecha venezolana quiere eliminar. Bolivia recibe también apoyos económicos e inversiones, al igual que Argentina, que tiene con Caracas negocios que no podría obtener en otros países. Todo eso correría peligro si Chávez dejase de gobernar Venezuela o, incluso, desaparecería abruptamente en caso de que, por medios legales o ilegales, la derecha y sus aliados internos en el campo chavista pudiesen imponer un viraje político.
 
Chávez, es cierto, es presidente de un país capitalista, como lo son todos los países del mundo y su voluntad socialista es sobre todo declarativa y se expresa con muchas contradicciones y confusión. Pero es un revolucionario que dirige un proceso de revolución democrática y antimperialista que, en lo inmediato, está amenazado por la derecha. El más elemental sentido común obliga ahora a todos aquellos que luchan por la liberación nacional y social de sus países a rechazar el estéril ultraizquierdismo y unir filas con los trabajadores y el pueblo venezolanos y a esperar que los excelentes médicos cubanos que lo atienden vuelvan a ponerlo en condiciones de ocupar su lugar en el progreso de Venezuela. ¡Hasta la vida siempre! ¡Viva la revolución bolivariana!
 
 
Los cambios en el mundo: lo principal se confirma
Antonio Gershenson
Hemos analizado desde hace menos de un año diferentes estudios sobre los principales cambios en el mundo. Hay consistencia en lo principal.
 
El 8 de enero consideramos la situación en 2011, y luego la de 2020. Los cambios son muy importantes, y podemos resumirlos en la caída de Europa occidental y el crecimiento sobe todo de los países del BRIC: Brasil, Rusia, India y China.

El 18 de marzo publicamos nuevos estudios, que llegan a 2030, y en ellos China rebasa a Estados Unidos, que era el primer lugar y pasa al segundo, y ubica a India en el tercer lugar mundial del peso de la economía.

El 9 de septiembre consideramos nuevos elementos aparecidos. Se analiza cómo el principal socio comercial de Rusia, que era Europa, está pasando a ser Asia. Y compara los productos económicos nacionales de los principales países de Asia continental con los de Europa. Asia tiene 6.6 por ciento y los tres más productivos de Europa, 0.6 por ciento. Ya no digamos los europeos que están en crisis.

Ahora aparece un estudio del Consejo Nacional de Inteligencia, de Estados Unidos (www.dni.gov). Dice que, unos años antes de 2030, China pasará al primer lugar mundial en su economía, llegando Estados Unidos al segundo. Esto casi coincide con lo publicado aquí el 18 de marzo.

También prevé que Europa, Japón y Rusia seguirán en su declive. Salvo el caso de Rusia, que en los otros estudios aparece en crecimiento sostenido y con mejoramiento en su posición mundial, en los otros casos, Europa y Japón, coincide con los estudios anteriores. En los casos de Europa y Japón, su previsión también se ve reforzada por las publicaciones sobre su situación del momento en cada caso.

El estudio llega a la conclusión, además, de que la potencia de toda Asia rebasará a la suma de Norteamérica y Europa, para 2030, en la población, en lo económico, en la inversión tecnológica y en el gasto militar. Este último estudio abarca un espectro más amplio que las experiencias anteriores.

Se indica en el estudio que varios países tuvieron sus épocas de crecimiento rápido, y enumera varios. Pero India y China están haciendo esto en una escala y a un paso nunca visto.
 
La comparación de Europa con Asia coincide básicamente con lo publicado aquí y lo mencionado más arriba, del 9 de septiembre.
 
Los principales factores que favorecen a Estados Unidos en este trabajo, y que menciona el estudio de ese mismo país, son los aliados que ha logrado en diferentes momentos en cada región, y su aumento en la producción de gas shale, que mejorará su balanza de pagos.
 
En resumen, hay una gran congruencia entre los resultados de fuentes muy diversas y a lo largo de casi un año. Y la conclusión de escritos anteriores se refuerza: debemos diversificar nuestro comercio exterior. Ya hemos hecho comparaciones con otros países latinoamericanos, en especial en el artículo Sí, podemos tener una mayor independencia, del pasado 19 de agosto.
 
Cuando la crisis de 2009, México tuvo una caída en su producto nacional (o interno) bruto de 6.6 por ciento, mientras Brasil sólo bajaba en 0.3 por ciento, y Argentina subía 0.9 por ciento.
 
En el artículo sobre la mayor independencia se analiza el mucho mayor comercio de Brasil, Argentina y Venezuela, con países ajenos a Europa y a Estados Unidos, que tienen o han tenido crisis. En el primer caso, la crisis sigue y no está claro cuántos años durará. El nuevo comercio es sobre todo con China, pero también con India.
 
Es muy importante también el comercio entre unos países latinoamericanos y otros. Y hay alianzas comerciales parciales, pero importantes.
La diversificación del comercio de México debe ser, entonces, creciente. Incluso el Consejo Nacional de Inteligencia de Estados Unidos considera que, en menos de 20 años, China tendrá una economía mayor que la suya. Y que la suma de Europa y América del Norte serán rebasadas en el mismo plazo, y de manera más amplia, por Asia.
 
En este mundo, amarrarse a estos mercados externos que tenemos ahora, es atarse a un pasado insostenible. La salida es el comercio diversificado.
 

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