Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

viernes, 3 de mayo de 2013

Astillero- Control del comercio internacional de las armas: misión imposible- Por una nueva legislación minera

Astillero
Lo que no se dice
Birlar lo imposible
Dos bestias (vehículos)
Diálogo y cárcel
Julio Hernández López
Foto
OBAMA EN MÉXICO. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se traslada a bordo del vehículo conocido como La Bestia hacia Palacio Nacional. La imagen, sobre calzada de Tlalpan y San Antonio Abad
Foto Alfredo Domínguez
 
Dime qué declaras y te diré qué ocultas, sería la adaptación binacional del claridoso refrán mexicano sobre el presumir y el carecer. Así fue que Barack Obama y Enrique Peña Nieto llegaron a su primer encuentro con periodistas en el marco de la imperial visita del primero al país tramitado por el segundo. ¿Seguridad y migración? Bueno, hay temas notablemente más importantes, dirían los evasores declarativos, centrando la atención en el tema económico, en mercados e inversiones, en pesos y dólares, en el inevitable paraíso prometido para quienes sigan, a pie juntillas, las nuevas directrices venturosas de los dos administradores vecinos que dejaron para sesiones privadas los verdaderos puntos rasposos del encuentro disparejo (y no sólo en cuestión de centímetros).
 
México de maravilla, ejemplo democrático a partir de su pacto tripartidista, santuario del reformismo plausible, ejemplo del buen hacer político, donde se deja en segundo plano lo relacionado con los migrantes centroamericanos tirados de trenes por no pagar cuotas o las regiones enteras dominadas por cárteles delincuenciales y donde los nativos se mantienen en casa, con empleo y remuneración suficientes, sin necesidad de arriesgar la vida en travesías hacia el norte. Lo importante son los negocios: dame una ganancia y moveré el mundo, es el lema del dueto que se encomienda a un Arquímedes con altísimas palancas. El ensueño salinista de primera generación reivindicado en la versión actual: del tratado de libre comercio a la libre trata comercial del país.
 
El ensueño mercantil pretende convencer a los mexicanos de una vía alterna hacia la felicidad, la de la anexión consolidada, en un esquema de venta de lo que resta de nación mediante comisionistas empoderados, para beneficio de las élites de ambos países, convencidas de que bien vale la pena acompañar a Peña Nieto y sus tutores en el rediseño del pastel a repartir. Por ello es que en la superficie todo fluye tranquilo, en un duelo de cortesías entre un mexicano y un estadunidense que dicen respetar los respectivos ámbitos de influencia, aunque en los hechos el primero viene a apretar tuercas al segundo y a definir trazos en lo que desde las alturas es visto como patio trasero con gerentes o administradores serviciales.
 
Ironía que en el nuevo mundo mediático de internet es ampliamente comentada: el vehículo blindado que utiliza el visitante es llamado La bestia, al igual que el tren de la muerte en el que suelen viajar centroamericanos y mexicanos del sur en trayecto hacia el norte del fallido sueño americano. Dos bestias distintas y una sola desigualdad monstruosa verdadera. Nunca entendió, por cierto, esta columna tan astillada, las referencias en las redes sociales y en el microblog del pajarito azul a una tercera bestia, así que el comentario hasta aquí quedará.
 
Lo económico como coartada a mediano y largo plazo de lo importante en el corto. Mal harían los reunidos ayer en centrarse en temas como el mayor control estadunidense de la frontera con México, el tráfico gringo de armas hacia México en operaciones furiosamente intervencionistas, y los detalles de la guerra calderonista contra el narcotráfico, ahora elevado a la categoría aspiracional de tregua y arreglo extraoficial. Obama dice que no se mete en el asunto de la seguridad, aunque en realidad pretende restaurar el nivel de entreguismo extremo practicado durante el calderonismo servil, cuando agentes y estrategas del vecino país tomaron decisiones, supervisaron acciones y se movieron con libertad insólita en México. Y el fascinado Peña Nieto devuelve las cortesías acordadas al establecer que el tema de la reforma migratoria corresponde a Estados Unidos, lo que es una verdad rigurosa e incontestable pero que, en términos políticos y frente a una comunidad de migrantes mexicanos en lucha por su regularización, bien merecía algunas palabras de aliento político, de solidaridad cuidadosa y respetuosa de la vida interna de EU, pero inequívocamente definida al lado de esos ciudadanos que a causa de las fallas del sistema económico y político han emprendido un exilio masivo hacia el norte.
 
Primero de dos días de visita del carismático orador, que en el fondo se ha especializado en mantener el estatus imperial con cambios apenas cosméticos. Los equipos de trabajo, en tanto, afinan los detalles y cierran los acuerdos sobre borradores ya ampliamente tocados en semanas anteriores en sesiones en Washington. De lo que allí se resuelva se irá sabiendo más adelante, por la vía irreversible de los hechos y no por las declaraciones suavizadas de las conferencias de prensa.
 
Astillas
 
Gobernación anuncia que el próximo 8 habrá mesa de negociación con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, mientres se cumplen las órdenes de aprehensión contra dirigentes y militantes de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero. Bucareli pretende aprovechar diferencias políticas entre ambas agrupaciones para mostrarse dialogante con unos mientras apresa a otros. La maquinaria policiaca ha sido activada en el contexto de la visita del presidente estadunidense a México, cuando la atención pública está centrada en los detalles internacionales, y acelera las definiciones al interior del movimiento guerrerense, uno de cuyos polos ha apostado por formas de violencia que el Estado ahora comienza a castigar. Ya se verá si el golpe tan anunciado somete las aguas magisteriales en revuelta o potencia el conflicto.
 
Y, mientras el jaloneo en el PRD capitalino va definiendo caminos para Miguel Ángel Mancera, quien no se ha afiliado al sol azteca y está en espera de que se definan temas centrales, como el del relevo en la dirigencia capitalina (donde Raúl Flores, su candidato, parece avanzar, a pesar del bejaranismo), y el del liderazgo nacional, donde los Chuchos se resisten a abrir paso a Marcelo Ebrard, ¡feliz fin de semana!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
Control del comercio internacional de las armas: misión imposible
Pierre Charasse
El 2 de abril se concluyó en Nueva York la negociación del Tratado sobre el Comercio de las Armas. Se celebró con bombos y platillos la conclusión de esta negociación que duró siete años, a pesar de que no se aprobó por consenso (es decir, por unanimidad de los miembros de Naciones Unidas) sino por 154 votos a favor, tres en contra (Siria, Corea del Norte, Irán) y 23 abstenciones (entre los cuales estuvieron Rusia, China, India, Egipto, Bolivia y Cuba). La conclusión de este tratado fue posible gracias al cambio de posición de Estados Unidos en 2009: consideró que era mejor ser parte de un tratado cuyo contenido no afecta su posición de primer productor y exportador de armas del mundo que ser el malo de la película paralizando cualquier avance sobre el control del comercio de armas. Y les permite también estigmatizar a países como Irán, Venezuela o Cuba, que tienen serias y fundadas objeciones. Este tratado es de una ambición desmesurada, puesto que incluye todas las armas convencionales, desde armas ligeras a aeronaves y helicópteros de combate, buques de guerra, misiles, vehículos blindados, y sus respectivas municiones, piezas y componentes. En los hechos será inaplicable. Durante años, el tema central en las negociaciones multilaterales era el desarme nuclear. Los países no nucleares decían a los países nucleares (Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Gran-Bretaña, más Pakistán, India e Israel) que no querían hablar de control de armas convencionales si no había antes progresos en el desarme nuclear. La verdad es que desde Hiroshima y Nagasaki, las bombas nucleares nunca más fueron utilizadas (en este sentido la disuasión nuclear funcionó), en cambio las armas convencionales de todo calibre provocaron millones de muertos.
 
El bloque occidental (Estados Unidos, la Unión Europea, Israel, etcétera) se mostró a favor de un control del comercio de armas convencionales que no afecte sus intereses. Aunque vinculante (es decir, de aplicación obligatoria para los signatarios), el tratado deja a cada país la responsabilidad de cumplir con las diferentes obligaciones, como tener registros de la producción, exportación, importación de armas y municiones, y de informar a los otros países de sus actividades en la materia. Pero sabemos muy bien que la Carta de las Naciones Unidas prevé explícitamente en su artículo 51 el derecho de los estados a la legítima defensa, lo que implica el derecho de fabricar o importar armas para su seguridad. Es muy poco probable que un Estado, grande o pequeño, en tiempo de guerra o de paz, ponga a disposición de la comunidad internacional toda la información sobre su armamento, sus depósitos, sus exportaciones o importaciones. La transparencia es poco compatible con la defensa nacional. Es también técnicamente imposible tener registros actualizados de miles de millones de armas y municiones, a pesar de las técnicas más sofisticadas que permiten la trazabilidad de cualquier producto. No hay acuerdo sobre un sistema único y armonizado de marcación. Además, el tratado deja a cada Estado fabricante o exportador la responsabilidad de evaluar la situación política y de los derechos humanos de un país importador, y no prohíbe la transferencia de armas a grupos rebeldes. Hay intensas discusiones en la Unión Europea sobre la entrega de armas a los rebeldes sirios. No hay consenso, a pesar de una fuerte presión de Francia y Gran Bretaña, que anunciaron que son favorables a un apoyo militar a los rebeldes, sabiendo que una parte de ellos son yihadistas del Frente Al-Nosra, parte de Al Qaeda. El tratado tampoco prohíbe la transferencia de armas a grupos privados o empresas de seguridad, que juegan un papel cada vez más importante en la privatización de los conflictos.
 
La mayoría de los países, incluyendo los pobres, son productores de armas ligeras o pesadas, muchas veces con licencias de grandes industrias. Hay también muchas fabricaciones artesanales de alta calidad, fruto de antiguas tradiciones, como es el caso de la tribu dogón en Mali, donde los herreros ocupan desde hace siglos un lugar importante en la jerarquía de la organización tribal. Son actividades incontrolables.
 
Es importante subrayar el papel de la sociedad civil internacional y de las ONG en estas negociaciones. Es una evolución fundamental en el funcionamiento de la comunidad internacional. Después de los grandes conflictos que marcaron el final del siglo XX y el principio del siglo XXI (los Balcanes, Ruanda y tantos otros), que provocaron millones de muertos, la sociedad civil se impuso para exigir un mínimo de reglamentación en el comercio de las armas convencionales y participar en las negociaciones internacionales al lado de los estados. La primera gran victoria de las ONG fue la Convención de Ottawa para la prohibición de las minas antipersonales, que entró en vigor en 1999. Una coalición de más de mil 400 ONG (Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas Antipersonales, ICBL en inglés) logró convencer a 157 países de dejar de fabricar minas antipersonales y destruir sus depósitos. Muchos lo hicieron, muchos no. En la dinámica creada por la Convención de Ottawa, se negoció en 2000-2001 el primer programa de acción de Naciones Unidas contra el comercio ilícito de armas ligeras y de pequeño calibre. Pero era nada más un catálogo de buenas prácticas para evitar el desvío de armas producidas y vendidas legalmente. Y de ahí, siempre bajo la presión de la sociedad civil internacional, los estados adoptaron el último tratado el 2 de abril. Pero en la sociedad civil internacional están representadas todas las corrientes de pensamiento e intereses muy contradictorios. El potente y muy conservador lobby de la National Rifle Association (NRA) logró orientar las negociaciones en el sentido que quería, es decir, evitar restricciones al libre comercio de armas de todo calibre, en nombre de una de las libertades más reivindicadas en Estados Unidos y, por lo tanto, expresó su satisfacción por la firma de este tratado.
 
México jugó un papel muy activo en esta negociación. Claro está que es un país que sufre directamente de la importación licita e ilícita de armas en mayoría procedentes de Estados Unidos. ¿Cambiará algo este tratado? Cuando uno ve cómo las propias autoridades estadunidenses organizaron el traspaso ilegal de armas a México con la operación Rápido y furioso y que las armerías del sur de Estados Unidos podrán seguir vendiendo armas como antes, se puede preguntar si verdaderamente hay voluntad de acabar con este jugoso y mortífero comercio. Con este tratado, todo seguirá igual: “ Business as usual”!
 
Yes... can we?-Rocha
Por una nueva legislación minera
Francisco López Bárcenas
 
Fueron llegando de poco a poco, según sus lugares de origen. Primero los de casa, en Cuernavaca, Morelos, después los de más lejos, y al final los que se perdieron y no encontraban el lugar de la reunión. Hubo organizaciones de varias partes del país, desde Baja California Sur hasta Chiapas, pasando por Chihuahua, Nayarit, Jalisco, Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Veracruz; las organizaciones también fueron diversas: desde comunitarias como Capulalpam de Méndez y San José del Progreso, en el estado de Oaxaca, y la Policía Comunitaria del estado de Guerrero, hasta organizaciones sociales como el Consejo de Pueblos de Morelos, y organizaciones no gubernamentales que acompañan los movimientos. Esa variopinta reunión, realizada los días 21 y 22 pasados, tuvo una meta en común: analizar los nocivos efectos de la minería a cielo abierto en nuestro país y encontrar mecanismos para detener la devastación ambiental que produce.
 
La reunión comenzó con una explicación general de la situación en que se encuentra el país y las razones de ello. Se habló del la modificación del artículo 27 constitucional, hace 21 años, que rompió el pacto social surgido del Constituyente de 1917, a la que siguió la firma del Tratado de Libre Comercio, dos sucesos que a la postre sirvieron de fundamento a la legislación minera neoliberal, que a su vez sentó las bases para facilitar la entrega del país a las empresas mineras, nacionales y extranjeras. Entre tales disposiciones se encuentra el carácter de utilidad pública de esta actividad, cuando ya es claro que no lo era; la unificación de las concesiones de exploración y explotación a una sola, con vigencia de 50 años, prorrogables por un término igual, cuando ningún proyecto requiere tanto tiempo para su ejecución; el uso casi gratuito del agua y la falta de pago de impuestos por el mineral que extraen del subsuelo mexicano.

Como consecuencia de lo anterior, de acuerdo con el Sistema Integral de Administración Minera (SIAM), actualmente existen más de 31 mil concesiones mineras, que amparan 39 millones 743 mil 690 hectáreas en poder de 301 compañías, 207 de origen canadiense y 48 estadunidense, que controlan la producción minera en nuestro país. Más todavía: el año pasado, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía informaba que en el país operaban 833 proyectos mineros, en etapa de exploración; 81 en producción; 35 en etapa de desarrollo y 52 en suspensión, esperando su reactivación; de éstos, 211 eran de origen canadiense y 44 estadounidense. No se necesita nada de imaginación para entender que el dominio de estos países en la industria es consecuencia directa del Tratado de Libre Comercio.
 
Aparte de apropiarse de los recursos mineros del país, las empresas mineras han abusado de las facilidades que las leyes les otorgan, destruyendo el entorno donde se localizan, contaminando el suelo, el agua y el aire con metales pesados que son arrojados en ellos, desplazando pueblos enteros, destruyendo su hábitat y privándolos de las posibilidades de acceso a una vida digna, sometiendo a los trabajadores a condiciones laborales sólo vistas en el porfiriato. Por eso los pueblos y organizaciones que se reunieron en Morelos en días pasados decidieron incluir dentro de su lucha el impulso de una nueva Ley Minera con perspectiva de derechos humanos y desde los movimientos sociales que, entre otras cosas, modifique el carácter de utilidad pública y preferente de esta actividad, distinga entre concesiones de exploración y explotación y las ajuste al tiempo necesario para la realización de los proyectos, se prohíba su instalación en lugares donde se ubiquen los pueblos, las áreas naturales protegidas y no perjudiquen el agua para consumo ni la siembra de productos para asegurar la alimentación de los mexicanos.
 
Entre quienes acudieron a la reunión quedó claro que la aprobación de una ley de ese tipo no resuelve el problema, porque el modelo extractivista utilizado para la extracción del mineral, por su propia naturaleza, no puede ser sustentable y eso es lo que se debe transformar; pero también tienen consciencia de que en la situación actual es difícil conseguirlo y la modificación de las reglas del juego podría permitirles luchar en condiciones mejores por sus derechos. Por eso hablan de contenidos mínimos aceptables en una reforma que modifique sustancialmente las condiciones en que actualmente se realiza esa actividad en nuestro país. Nada que ver con las reformas de maquillaje que diversos partidos han promovido en estos días. Por eso mismo es probable que sus propuestas sean rechazadas por la clase política, tan ligada a los intereses de grupos económicos. La única posibilidad de que tenga algún resultado positivo es el apoyo popular que la pueda arropar.
Zócalo insólito-Magú

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