Violencia en Monterrey
Al duelo por los muertos se suma la inquietud de empleados del
Royale
No habrá justicia, ¿a quién exigimos algo? Ni siquiera conocíamos a los dueños
Familiares y amigos acudieron al sepelio de María Guadalupe
Monsiváis –empleada del casino Royale víctima del atentado– en el panteón de
Santa Catarina, Nuevo LeónFoto Víctor Camacho
Sanjuana Martínez
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 28 de agosto de 2011, p. 3
Domingo 28 de agosto de 2011, p. 3
Las cinco decidieron ir juntas a despedirse de ella. Eran
inseparables. Estudiaron en el Instituto Fleming de Monterrey y querían darle el
último adiós a su amiga María Guadalupe Monsiváis Estrada. Se abrazan en
círculo, lloran, se consuelan. Karen coloca una foto de las seis en el ataúd y
dice con voz entrecortada y temblorosa:
Somos amigas. Las seis siempre seremos amigas. Te vamos a llevar con nosotras en el corazón.
María Guadalupe tenía 24 años. Trabajaba en el casino Royale. Minutos después
del ataque alcanzó a mandar un mensaje de texto a su madre:
Estoy bien. No te preocupes. Aurelia Monsiváis esperó a su hija en casa durante horas, pero antes de la medianoche decidió ir al lugar del siniestro para buscarla. Allí le dieron la triste noticia. Fue de las primeras víctimas en ser identificadas. Ahora Aurelia Monsiváis está sentada en la capilla de Protecto Deco de la calle Villagrán, en el centro. No habla, tiene la mirada perdida, el alma destrozada.
Virginia Charles, su vecina en Santa Catarina, conoció a María Guadalupe
desde niña. Afirma que llevaba un año y medio en el casino, donde una de sus
labores consistía en dar la bienvenida a los clientes:
Le gustaba mucho su trabajo. Andaba de tarde. Le tocó.
Ana Karen Galarza asiente con la cabeza. Es una de las seis. Se limpia las
lágrimas:
Era muy alegre. La más generosa de todas. Trabajábamos en una guardería, pero como nos pagaban sólo mil 500 pesos a la quincena, buscó trabajo en el casino para ganar un poco más. Todavía no puedo entender lo que paso.
Tampoco lo entiende Rodolfo Ortiz, amigo de María Guadalupe. Era uno de los
encargados de la seguridad en el casino hace tres meses, pero renunció: “Hay una
puerta que le llamamos la ‘puerta norte’, que estaba abierta las 24 horas, pero
no sé por qué no permitieron a la gente salir por allí. También podían haber
salido por la puerta de personal, que está a cinco metros de los baños, o por la
puerta principal. Fue falta de coordinación de la gente de seguridad. Eso
fue”.
Comenta que desde que estaba laborando allí, las puertas de emergencia fueron
cerradas para
no permitirle el acceso a la gente mala:
Fue una trampa mortal. Los guardias tenían también la ubicación exacta de los extinguidores. No sé por qué no los utilizaron.
Cuenta que hace unos meses el mismo casino sufrió un ataque armado:
Yo estaba allí, pero en esa ocasión los malos no pasaron. Se quedaron afuera. El ataque no pasó a mayores.
Jessica Martínez también recuerda el incidente. Esta vez, tener el turno de
noche le salvó la vida. Tiene 18 años, usa pantalón de mezclilla entubado y
camiseta blanca. Lleva el cabello largo y frenos para alinear los dientes.
Camina por la acera para abordar el autobús que les llevará al cementerio de
Santa Catarina:
De buenas no me tocó, pero me siento muy mal porque muchos compañeros murieron. Nos pagaban 2 mil 900 a la quincena. Ahora no sabemos qué va a pasar con nosotros, si nos van a indemnizar o qué. Ni siquiera habrá justicia. No van a hacer nada. Ya no les creo. Lo hecho, hecho está, ni modo. ¿A quién le exigimos algo? Ni siquiera sabíamos quiénes eran los dueños.
¿Quiénes son los dueños? Nadie ofrece con certeza todos sus nombres. Como
socios de la empresa Atracciones y Emociones Vallarta participan Cymsa
Corporation y Entertainment Enterprise, cuyos dueños son Raúl y Jorge Alberto
Rocha Cantú, respectivamente. El representante legal de ambos, Juan Gómez,
compareció ante los medios para intentar deslindar de responsabilidades a sus
clientes. Desmintió a las autoridades locales, asegurando que el casino cuenta
con todos los permisos necesarios para operar desde 2003. El primer dueño fue
Rodrigo Aguirre Vizzuett. Y el último consejo directivo que se conoció lo
formaban Rodrigo Madero Covarrubias, José Francisco Madero Dávila y Ramón
Agustín Madero Dávila, primos del ex alcalde panista de Monterrey Adalberto
Madero.
Organizaciones civiles han convocado a realizar este domingo manifestaciones
en Monterrey, Guadalajara y Distrito Federal en protesta por el ataque al casino
Royale, donde murieron 52 personas.
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