Alianza Social de Trabajadores de la Industria Mexicana

miércoles, 24 de agosto de 2011

Una tregua a la guerra contra el narco pide “Forbes” a Calderón

¿En qué momento se jodió México?

Forenses recogen los restos de cuatro personas descuartizadas. Foto: Juan Carlos Cruz
Forenses recogen los restos de cuatro personas descuartizadas.
Foto: Juan Carlos Cruz
MÉXICO, D.F. (apro).- En Tamaulipas, cuando se habla del narcotráfico se baja la voz: no se dice “narcos” o cualquier sinónimo, sólo se hace una referencia indirecta, alejada, pero en privado, nunca en público. Eso mismo pasa en Chihuahua, Baja California, Michoacán, Guerrero, Nuevo León, Sinaloa, Veracruz, Durango, Coahuila y muchos otros estados del país donde el miedo se ha apoderado de nuestros espacios públicos, avanzando a los íntimos y familiares, creando una cárcel invisible que nos aprisiona a todos en el rincón más escondido de nosotros mismos.
Parafraseando el periodista colombiano Plinio Apuleyo Mendoza, bien podríamos preguntarnos ¿en qué momento se jodió México? ¿Cuándo perdimos el rumbo que nos ha llevado a esta espiral de violencia y al miedo que se ha apoderado de una gran parte del país?
El pasado sábado 21 de agosto ocurrió algo muy grave que nada tiene que ver con el futbol, aunque ocurrió en el estadio del club Santos Laguna en Torreón. Casi a la mitad del juego una balacera arrinconó a los miles de asistentes en ese rincón donde cada quien busca protección, el cuerpo de uno mismo, los brazos que cubrían la cabeza mientras pasaban los minutos de la balacera.
El miedo, ese mecanismo de protección natural, se convirtió entre los asistentes al estadio –familias enteras, amigos, niños, mujeres y jóvenes–, en una inmovilización social propia de cuando el terror se apodera de una comunidad.
Los jugadores de los Monarcas Morelia y del Santos de Torreón corrieron despavoridos hacia los vestidores en busca de refugio. Mientras que el público se tiró al piso y se quedó ahí hasta que después de varios minutos ya no se escuchó el tableteo de las armas afuera del estadio.
De inmediato la gente saltó a la cancha y corrió hacia las puertas de salida. Pero no había salida en ese momento, pues la violencia estaba afuera. La escena bien podría representar al país, a la sociedad mexicana que, o trata de huir de la violencia buscando una salida que por el momento no existe o está paralizada por el miedo que ha producido el poder del crimen organizado.
Cualquiera de las dos circunstancias, ambas, describen la situación en la que se encuentra el país frente al imparable poder del crimen organizado que ha usado el terror y la violencia como instrumento de dominio y de control.
Aunque no hubo consecuencias, las imágenes que vimos en televisión de la gente buscando infructuosamente un refugio mientras se escuchaban los disparos de armas de alto poder son emblemáticas y, seguramente, ya se quedaron en la cabeza de muchas personas.
El futbol es para muchos uno de los pocos refugios de diversión o de evasión frente a la crisis de violencia que sufrimos en todo el país, pero sobre todo en entidades como Michoacán y Coahuila de donde son los dos equipos que suspendieron el partido.
Asistir al estadio a ver el partido es para muchos mexicanos una de las pocas posibilidades de salir de sus casas, asistir a un evento público, abierto, y tener contacto con otros. Pero después de lo ocurrido en Torreón, muchos pensarán dos veces ir a un partido o asistir a un concierto o simplemente salir a un acto masivo. Algo similar ocurrió en Morelia hace un par de años, cuando en pleno festejo del Grito de Independencia, lanzaron unas granadas contra la muchedumbre que, además de los ocho muertos y decenas de heridos que provocaron, sembraron el terror entre los michoacanos para asistir a actos públicos.
Para una sociedad, caer en el miedo es caer en la inmovilidad y eso es lo que más les conviene a las bandas de criminales o a los grupos de poder con pretensiones autoritarias, pues es mejor tener una sociedad paralizada, presa del terror, a una que salga a las calles a exigir un cambio.
Pero ¿en qué momento se jodió México?, vuelve la pregunta. Me parece que no hay un momento de quiebre, sino muchos momentos que se han ido sumando desde hace tiempo: cuando desde el poder se permitió que la impunidad fuera un privilegio, cuando desde la sociedad se hizo de la corrupción una costumbre, cuando desde la Iglesia se llamo a la inmovilidad y la impudicia , cuando en las escuelas se perdieron los valores de comunidad, cuando los partidos se alejaron de la gente, cuando en la Suprema Corte de Justicia se permitió la inmunidad de los banqueros, cuando en los medios de comunicación se propaló la violencia sin dar explicación, cuando a los niños se le enseñó a jugar con el terror, cuando se abrieron las puertas de los hogares a la pasividad y la indolencia.
Frente a este panorama parece que no hay salida. Pero la esperanza del cambio siempre existe, sólo que ésta no vendrá a nosotros sola, sino que hay que construirla desde abajo, no desde las cúpulas del poder ni de los políticos. En Colombia tardaron muchos años y hubo miles de muertos para que reaccionaran. En México ya es tiempo de salir del marasmo y de la individualidad para recuperar nuestros espacios públicos. Ya son suficientes más de 50 mil muertos, miles de desaparecidos y de desplazados por el terror de la guerra contra el narcotráfico.
 

Un comentario

  1. Jorge Jorge Jorge dice:
    en 1994 Zedillo fue amenazado que su reinado terminaba en 1997, asi que en 1996, Lozano Gracia Pacto con los Arellano para acabar con el cartel de Juarez (y de paso se llevo 50 millones de dolares a traves de su oficial mayor Gandara Chacon) citaron en df y traicionaron a todos los jefes de la pjf que en aquel tiempo daban hasta 2millones de dls mensuales por la plaza de tijuana al adicto Lozano Gracia, así fue como Zedillo vendió el poder poltico a los narcos, Fox buscando un equilibrio saco al Chapo para hacer frente al poder ke le rebasaba, pero el pendejete de Calderon quizo hacer pendejos a la DEA, a los nacos y al pueblo revendiendo plazas, prometiendo la monopolizacion del crimen al Chapo… 

Una tregua a la guerra contra el narco pide “Forbes” a Calderón

Felipe Calderón, titular del Ejecutivo. Foto: Germán Canseco
Felipe Calderón, titular del Ejecutivo.
Foto: Germán Canseco
MÉXICO, D.F. (apro).- La publicación financiera Forbes se sumó a las voces que dentro y fuera del país piden al gobierno de Felipe Calderón declarar una tregua a su guerra contra el crimen organizado, para frenar la creciente violencia que azota al país.
“El gobierno mexicano está dejando pasar una oportunidad, aunque sea vaga, de encontrar algún tipo de solución pacífica con los cárteles”, señaló Forbes en un articulo publicado este miércoles.
La revista, que ha colocado al líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín El Chapo Guzmán, en la lista de los mexicanos millonarios, hizo referencia a las palabras enmendadas del procurador general de Justicia de Guerrero, Alberto López Rosas, quien expresó:
“Esperaría una tregua, porque nadie tiene derecho a poner en riesgo la tranquilidad de una sociedad. Nadie tiene derecho a hacer prevalecer sus negocios, más cuando son ilícitos, a costa de una sociedad que tiene el afán de trabajar y de esforzarse por sacar adelante a su familia”.
De acuerdo con la publicación, es una “tontería imposible y poco realista” tratar de llevar ante la justicia a toda la delincuencia organizada, aunque “sería bueno acabar con la violencia”.
Y considera que la manera de poner fin a la violencia “es acabar con el mercado negro por completo, es ponerle fin a la prohibición”.
Luego añade:
“Hacer la paz con los cárteles no puede ocurrir en el vacío. Ese es el truco. Si se permite que continúen el mercado negro, el contrabando y la violencia nada más, eso no es mejor que el combate a la delincuencia patrocinado por el Estado. Ese fue el status quo en los gobiernos anteriores y la razón por la cual el presidente Felipe Calderón es un apasionado de la guerra contra las drogas.
“La política simultánea tendría que ser un fin de la prohibición, algo que México no puede realmente hacer con un pie de Estados Unidos encima del hombro”, concluye. 

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